La Reforma
Equilibrio entre la gratitud y la vigilancia
A lo largo de los siglos, la Iglesia de Cristo ha sido testigo de movimientos que han transformado profundamente su curso. Algunos para la edificación del cuerpo de creyentes y otros que han desviado a muchos de la verdad de la Palabra de Dios. Es motivo de gratitud reconocer cómo Dios, en su soberanía, ha levantado reformadores, avivadores y misioneros que han guiado a la Iglesia hacia una mayor fidelidad a su propósito.
Sin embargo, también debemos reflexionar con preocupación sobre las corrientes que, al apartarse de la sana doctrina, han comprometido el evangelio o han introducido errores perjudiciales. Este equilibrio entre la gratitud y la vigilancia nos llama a examinar la historia con humildad, aprendiendo de sus lecciones para mantenernos firmes en la fe que una vez fue dada a los santos.
Vale la pena considerar un resumen de cinco grandes movimientos en la historia del cristianismo en los últimos 550 años que han influenciado a la iglesia protestante, para bien o para mal. Razonar juntos es un buen ejercicio. Al razonar juntos bajo la dirección de las Escrituras, podemos aprender de los fracasos de generaciones anteriores, identificando las desviaciones de la verdad y regresando a la fidelidad de la Palabra de Dios. La reflexión y el arrepentimiento nos permiten crecer en sabiduría, protegiendo a la iglesia de caer en los mismos errores que la han apartado de Su voluntad en el pasado. Al aplicar las lecciones de la historia, podemos avanzar con firmeza en la verdad que nos ha sido revelada.
1. La Reforma Protestante (1517)
La Reforma Protestante tuvo un impacto profundamente positivo al enfatizar la autoridad de las Escrituras por encima de la tradición eclesiástica (Sola Scriptura), estableciendo la base para una fe centrada en la Palabra de Dios. Además, introdujo la doctrina de la salvación por gracia mediante la fe (Sola Fide), recuperando el núcleo del evangelio y liberando a los creyentes de cargas religiosas innecesarias. Fue un movimiento que democratizó el acceso a la Biblia al promover traducciones a lenguas vernáculas, permitiendo que el mensaje de las Escrituras llegara directamente al pueblo. También reformó estructuras eclesiásticas corruptas, fomentando un modelo de iglesia centrado en la predicación fiel y la adoración congregacional, renovando así la vida espiritual de millones de personas.
La Reforma Protestante transformó profundamente la vida y el pensamiento de occidente, dejando un legado que perdura hasta hoy. En el ámbito religioso, devolvió la centralidad a las Escrituras y promovió la libertad de conciencia, sentando las bases para el pluralismo religioso. Socialmente, impulsó la alfabetización masiva al fomentar la lectura de la Biblia, y políticamente, contribuyó al desarrollo de ideas democráticas al cuestionar la autoridad absoluta. Económicamente, el énfasis protestante en el trabajo diligente y la ética contribuyó al surgimiento del capitalismo moderno. Culturalmente, inspiró la música, el arte y la literatura basados en principios bíblicos. Aun hoy, su influencia se refleja en valores como la responsabilidad individual, la educación universal y la importancia de la verdad en la esfera pública.
2. El Avivamiento Evangélico del Siglo XVIII (Great Awakening)
El Avivamiento Evangélico renovó el énfasis en la conversión personal y el compromiso espiritual, recordando a los creyentes la necesidad de una relación viva con Cristo. Este movimiento dio un impulso significativo al desarrollo del movimiento misionero moderno, llevando el evangelio a lugares remotos y fomentando una visión global de la obra de Dios. Además, destacó la importancia de la educación cristiana como una herramienta para el crecimiento espiritual y la formación ministerial, lo que llevó a la fundación de numerosas universidades y seminarios que aún hoy influyen en la preparación de líderes cristianos en todo el mundo.
El Avivamiento Evangélico, aunque significativo, tuvo sus impactos negativos. Algunas corrientes derivaron en excesos emocionales o manipulaciones en reuniones evangelísticas, lo que a veces distorsionó el mensaje del evangelio. Además, su énfasis en la conversión individual dio lugar al surgimiento de un evangelismo excesivamente personalista, que en ocasiones descuidó el carácter comunitario de la fe y los aspectos sociales del ministerio cristiano, limitando así una comprensión integral del llamado del evangelio.
3. El Movimiento Pentecostal y Carismático (Siglo XX)
El Movimiento Pentecostal y Carismático tuvo un impacto positivo significativo al renovar la conciencia sobre el papel del Espíritu Santo en la vida cristiana y el ministerio, revitalizando la experiencia de la fe personal y comunitaria. Este movimiento fomentó un crecimiento explosivo de iglesias, particularmente en el hemisferio sur, donde millones de personas abrazaron el evangelio con un fervor renovado. Además, promovió una mayor participación de los laicos, las mujeres y las minorías en la vida de la iglesia, rompiendo barreras tradicionales y ampliando la inclusión dentro del cuerpo de Cristo.
El Movimiento Pentecostal y Carismático tuvo también una influencia negativa. Algunas de sus expresiones extremas derivaron en prácticas teológicas cuestionables, como la propagación del evangelio de la prosperidad, que distorsiona el mensaje bíblico al centrarlo en beneficios materiales y promesas de éxito terrenal. Esto generó tensiones doctrinales con otras tradiciones protestantes, especialmente aquellas con una base teológica más sólida. Además, muchas iglesias que se habían mantenido en una doctrina sana, se desviaron tras este movimiento, impulsadas por líderes con poca profundidad teológica y atraídas por promesas de prosperidad y sanidades, debilitando así su fundamento bíblico y su testimonio cristiano.
4. El Movimiento de Misiones Globales (Siglos XIX-XX)
El Movimiento de Misiones Globales de los siglos XIX y XX tuvo un impacto profundamente positivo al expandir el alcance del cristianismo a regiones previamente no alcanzadas, llevando el evangelio a millones de personas en todo el mundo. Además, introdujo servicios esenciales como educación y atención médica en comunidades necesitadas, contribuyendo al bienestar integral de muchas sociedades.
Este movimiento también fomentó la contextualización del evangelio, buscando presentar el mensaje de Cristo de manera respetuosa hacia las culturas locales, lo que ayudó a derribar barreras y facilitar la aceptación del mensaje cristiano en diversos contextos.
El Movimiento de Misiones Globales también tuvo impactos negativos en ciertos contextos. En algunos casos, las misiones estuvieron asociadas con el colonialismo, lo que resultó en la imposición de estructuras y valores occidentales que no siempre respetaban las culturas locales. Además, algunos enfoques paternalistas desalentaron el liderazgo indígena, creando dependencias y limitando el desarrollo autónomo de las iglesias locales. A esto se suma el hecho de que, en ocasiones, hubo manipulación de datos en la información enviada a los países financiadores, donde algunos utilizaron las cifras de crecimiento misionero para obtener beneficios personales, distorsionando la realidad y perjudicando la integridad del trabajo misionero.
5. El Liberalismo Teológico (Siglos XIX-XX)
El Liberalismo Teológico de los siglos XIX y XX tuvo un impacto positivo al promover un enfoque crítico e histórico en el estudio de la Biblia, lo cual permitió una mejor comprensión del contexto cultural y social en el que fueron escritas las Escrituras. Este enfoque también subrayó la importancia de la justicia social como una expresión central de la fe cristiana, instando a los creyentes a involucrarse activamente en la mejora de las condiciones de vida de los más desfavorecidos y a luchar por la equidad y la dignidad humana, reconociendo que el evangelio tiene implicaciones para la vida social y política.
El Liberalismo Teológico también tuvo su aspecto influyente negativo, al enfatizar la razón y la experiencia humana por encima de la revelación divina, lo que resultó en la dilución de doctrinas clave como la divinidad de Cristo, la resurrección y la autoridad de las Escrituras. Este enfoque contribuyó a la secularización de muchas denominaciones históricas, alejándolas de una teología bíblica sólida. Además, introdujo prácticas como la ordenación de mujeres al pastorado, lo que generó controversias al ir en contra de lo que la Biblia establece sobre los roles de liderazgo en la iglesia, desafiando la enseñanza tradicional y doctrinal de las Escrituras.
El pastorado masculino conforme a las Escrituras no le quita dignidad a la mujer, sino que resalta el orden divino en la iglesia. La dignidad de la mujer está claramente afirmada en la Biblia, como en Génesis 1:27. El hecho de que el pastorado esté reservado para los hombres (1 Timoteo 2:12-14; 1 Timoteo 3:1-7) no implica que las mujeres sean de menor valor, sino que responde a un rol específico que Dios ha designado para el liderazgo en la iglesia, mientras que las mujeres tienen un papel igualmente valioso en otras áreas del ministerio, como la enseñanza, el discipulado y el servicio (Tito 2:3-5).
Conclusiones
La defensa de la fe una vez dada a los santos es un mandato claro para todo creyente, como nos recuerda el apóstol Judas: «Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, he sentido la necesidad de escribiros, exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos» (1:3).
La declaración anterior nos desafía a mantenernos firmes en la verdad revelada por Dios, sin permitir que la sabiduría humana o las corrientes culturales cambien lo que él estableció en su Palabra. Con gratitud, debemos reconocer la soberanía de Dios en revelarnos su voluntad, pero también con vigilancia debemos defenderla de distorsiones o desviaciones. El hombre no tiene autoridad para modificar lo que Dios ha ordenado, y es nuestra responsabilidad, como iglesia, preservar la pureza de la doctrina que hemos recibido.
En las Cinco Solas encontramos un precioso fundamento que guía a la iglesia hacia la fidelidad y la verdad, recordándonos que solo en Cristo, solo por gracia, solo a través de la fe, solo por las Escrituras y solo para la gloria de Dios podemos edificar nuestra vida y ministerio. Este fundamento se extiende a principios bíblicos esenciales como la pluralidad de pastores, que refleja la sabiduría divina para un liderazgo compartido y la rendición de cuentas dentro de la iglesia.
También nos llama a la práctica de la disciplina bíblica, que mantiene la pureza y el orden en la comunidad de creyentes, y a la observancia de las dos ordenanzas—bautismo y la Cena del Señor—como medios de gracia para el pueblo de Dios. La predicación expositiva de la Palabra, la oración y la adoración en espíritu y en verdad son pilares fundamentales que sostienen la vida de la iglesia, asegurando que nuestra adoración y servicio a Dios se mantengan centrados en su revelación y en la obediencia a su voluntad. En todo esto, recordamos que Cristo es la única cabeza de la iglesia, y que Él, y solo él, es quien guía, sostiene y edifica su cuerpo.
Es importante destacar que, los teólogos clásicos como Juan Calvino, Charles Spurgeon y John Owen nos proporcionan una visión integral sobre los pilares fundamentales de la iglesia cristiana, reflejados en las Cinco Solas.
Calvino nos recuerda que las Escrituras son la única fuente confiable para conocer la salvación y guiar nuestra vida cristiana, un principio esencial que debe ser el fundamento de todo ministerio. Spurgeon enfatiza la necesidad de una predicación expositiva que fielmente exponga la Palabra de Dios, asegurando que la iglesia permanezca centrada en la verdad revelada. Por su parte, Owen subraya la importancia de un liderazgo compartido a través de la pluralidad de pastores y la práctica de la disciplina bíblica, elementos que preservan la pureza y el orden dentro de la iglesia. Juntos, estos principios muestran cómo una iglesia fiel a las Escrituras, con un liderazgo responsable y una predicación fiel, puede edificar y fortalecer a los creyentes en su caminar cristiano.1
Palabras finales
Hoy en América Latina, gracias a Dios soplan vientos refrescantes de enseñanzas basadas en la sana doctrina, que confiamos darán fruto en su tiempo, produciendo iglesias sanas y fieles a las Escrituras. Estas iglesias, cimentadas en la verdad bíblica, tendrán un impacto transformador tanto en sus comunidades de fe como en las sociedades que las abracen, siendo agentes de cambio y esperanza.
Es bueno saber que existe un hambre creciente por la Palabra de Dios entre los cristianos. Especialmente los jóvenes, quienes están dejando atrás lugares que no ofrecen enseñanza bíblica sólida en busca de iglesias donde puedan encontrar la verdad. Uno de estos jóvenes vino a la Iglesia Bautista Ciudad de Gracia que plantamos en Panamá. Él estaba cansado de las promesas vacías y las mentiras que muchas veces presentan el evangelio de la prosperidad.
Su llegada fue un recordatorio de la necesidad de predicar el evangelio puro y verdadero, sin adornos ni distorsiones. No un «evangelio» que hable de lo que algunos prefieren escuchar, sino de una vida transformada por la gracia de Dios y el poder del evangelio de Cristo.
Este panorama refleja un tiempo de transición y de posible renovación. El desafío está en continuar rechazando enseñanzas extrabíblicas y enfocar los esfuerzos en una reforma teológica auténtica que pueda dar frutos permanentes. Es nuestra oración que la enseñanza fiel de la Palabra de Dios siga avanzando; que el Espíritu de Dios edifique y renueve su iglesia por medio de ella, para la gloria de su Nombre y el bien de las naciones.
Editado por Renso Bello
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[1]. (Institución de la Religión Cristiana, 1.7). The New Park Street Pulpit, Vol. 4.
The True Nature of a Gospel Church.
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