
Vale más un solo día que mil fuera de ellos, un llamado a atesorar la presencia de Dios
En un mundo desafiante, de tentaciones y aflicciones, necesitamos renovar nuestras fuerzas en Dios de manera constante. La meditación en las Escrituras, la oración y la adoración colectiva son canales por los cuales Dios manifiesta su presencia, renueva con su Espíritu a la iglesia y la equipa para que los miembros puedan vivir vidas fructíferas. El tiempo que permanecemos en su presencia, recibimos de la gracia que necesitamos para enfrentar las dificultades, vencer las tentaciones y perseverar en la fe.