Líderes poderosamente mansos
Jesús fue audaz, confrontativo, atractivo y celoso, pero sin afectar su carácter manso. Por tanto, sus pastores, debemos representar a nuestro manso Mesías tanto en su moderación como en su aplomo. Debemos tener una gentileza vehemente al confrontar a otros con la gracia de Dios en Jesucristo. Colegas ancianos, únanse a mí en la búsqueda de la capacitación del Espíritu a fin de ser líderes poderosamente mansos.