Cómo se relaciona el éxodo con el bautismo y la Cena del Señor
Mientras vivimos nuestra vida diaria en el desierto, confiamos en la provisión de Dios para nuestra agua, nuestra ropa y nuestro pan de cada día. Seguimos la nube de la presencia de Dios dondequiera que vaya. No vivimos solo de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios (Mt. 4:4). Renunciamos a la adoración de ídolos y todo lo que conlleva: inmoralidad sexual, injusticia, codicia, embriaguez, rebelión, murmuración e incredulidad. Predicamos el evangelio de la redención a quienes nos rodean.