
Asóciate con los humildes
La humildad no busca su propio honor. Los cristianos no viven para la alabanza social. Lo que su vecino piense de tu automóvil, tu casa, tus muebles y tus amigos no debería importarte. Lo que importa no es nuestra manifestación de esperanza en un mundo que se desvanece, sino más bien nuestra demostración de esperanza en un mundo venidero.