Misiones
¿Deberías quedarte o irte?
Para cumplir la Gran Comisión, los primeros discípulos fueron. Pero no estaban continuamente yendo y viniendo.
Algunas veces, los jóvenes cristianos escuchan el mandato de «ir» y lo tratan como el mandato básico de la vida cristiana. Esa es una forma bastante miope de pensar. Una vez que vas, tienes que quedarte. Si estas yendo siempre, nada se hará excepto la acumulación de más millas de viajero frecuente. Para que el viaje tenga algún significado, debes quedarte durante una cantidad significativa de tiempo: algunas semanas, algunos años, tal vez el resto de tu vida.
La pregunta que todo cristiano enfrenta es, ¿debería mudarme a un lugar donde ahora no se sabe que el evangelio es parte de un equipo de plantación de iglesias allí? ¿O debo unirme a un equipo que plante una nueva iglesia o ayude a recuperar una iglesia cercana? ¿O debo quedarme en mi iglesia actual, adorando, discipulando y evangelizando mientras apoyo a otros que salen?
Las tres opciones pueden ser buenas. Dependen de quién eres y de lo que el Señor te está llamando a hacer.
12 FACTORES A CONSIDERAR
Quiero sugerirte 12 factores a considerar al decidir si vas a permanecer en tu iglesia actual o te vas a mover a otra congregación local o internacional. Deberías considerar:
1. El propósito de tu mudanza
Si está pensando en irte, ¿sería tu propósito mayormente negativo: irte por algo que no te gusta en tu iglesia actual? ¿O tu propósito sería mayormente positivo: edificar una obra evangélica en otro lugar? Si vas, tiene que ser por razones positivas. Además, no debes irte basado en un sentimiento de culpa o falsos ideales sobre lo que haría un cristiano «maduro». Los propósitos negativos, la culpa fuera de lugar y los falsos ideales no te sostendrán a través de los desafíos de apoyar un trabajo nuevo o revitalizante.
2. La teología y filosofía del ministerio
¿La iglesia o el equipo de plantación que estás considerando cree y enseña correctamente la Palabra de Dios? ¿Tienen un entendimiento bíblico tanto del evangelio como de lo que es una iglesia?
3. Evangelismo
¿Es la iglesia a la que te diriges una a la que puedes llevar a tus amigos no cristianos porque sabes que escucharán el evangelio y verán el evangelio fielmente vivido? (Obviamente, este puede no ser el caso en un proyecto revitalizante, al menos al principio).
4. Edificación
Está bien que quieras crecer como cristiano. Por tanto, deberías trabajar para estar en una iglesia que te ayude a crecer espiritualmente. ¿Estás prosperando en tu iglesia actual? ¿Crees que prosperarías en la otra? ¿Irte sería espiritualmente dañino para ti o para otra persona? Piensa en cómo las asistentes de vuelo de un avión te dicen que te pongas la máscara sobre tu cara antes de colocarla sobre la cara de la persona que viaja contigo. De la misma manera, está bien que te ocupes primero de tu propia salud espiritual. Necesitas poder respirar y crecer espiritualmente si quieres ayudar a los demás.
Hay tres categorías diferentes de personas en la iglesia: las personas infelices, las personas que están bien y las personas que están creciendo azarosamente. Las personas infelices generalmente no deberían unirse a un equipo de plantación o revitalización de iglesias. ¡Ahora, en plena confesión, mi tentación como pastor es enviar precisamente a estas personas! Pero eso no es sabio. Si no estás satisfecho con tu iglesia actual, probablemente sea mejor para ti permanecer entre las personas que te conocen bien y pueden ayudarte a trabajar en los orígenes de esa infelicidad. Además, podrías llevarte la infelicidad contigo a la nueva iglesia que necesita tu ayuda.
Si perteneces al tercer grupo de personas, — actualmente estás creciendo vertiginosamente—es posible que desees también permanecer en tu iglesia actual por un tiempo. ¡Estás creciendo! ¡No dejes de hacer lo que estás haciendo! Ahora, si este crecimiento ha perdurado por algún tiempo, tal vez hables con un anciano y analicen el asunto juntos.
Las mejores personas para unirse a una plantación o un proyecto de revitalización suelen ser personas del grupo intermedio. Esta es la mayoría de la gente en una iglesia, después de todo. Si ese eres tú, lo estás haciendo bien. Estás creciendo, pero lentamente, nada excepcional. Eres estable y puedes ser de gran ayuda para una nueva obra. ¡Incluso podría darte una pequeña sacudida!
5. La naturaleza estratégica del trabajo de la iglesia
¿Es este un trabajo que te parece particularmente importante, al que te gustaría contribuir y sientes que puedes hacerlo? ¿Existe una oportunidad vocacional estratégica dada por Dios que brindaría oportunidades para apoyar a una iglesia en particular, particularmente en el extranjero? ¿Hay algún grupo de personas al que quieras alcanzar con el evangelio?
6. El ministerio que tienes actualmente en tu iglesia
Considera el ministerio que ya Dios te dio, y ten mucho cuidado de no irte si un ministerio en particular depende de ti. Quizá tus habilidades de enseñanza o discipulado ya se están utilizando bien, o tal vez podrías darles un mejor uso en un nuevo proyecto. Tal vez formes relaciones rápidamente y eso se trasplantaría bien a una nueva ubicación. O tal vez te lleve mucho tiempo formar relaciones de tal manera que desees pensar un poco más antes de mudarte. Si tú no eres un «exportador neto» del ministerio en su iglesia actual—evangelizar, discipular, animar—hay pocas razones para pensar que podrías estar en otra iglesia.
7. Los pastores en particular que estarías apoyando
Puede tener una relación personal con un hombre o su familia. O tal vez te has encontrado creciendo de manera marcada bajo su enseñanza. Esas son buenas razones para ir y apoyar el trabajo, ¡y qué maravilloso estímulo podrías ser para los líderes y otros!
8. Geografía
¿A qué distancia vives actualmente de donde se reúne tu iglesia y vive la mayoría de sus miembros? ¿Su proximidad se presta a la asistencia regular, el voluntariado fácil y la integración de tu vida con la vida de otros miembros? ¿Cómo impacta el lugar donde vives el ministerio evangelístico que tienes en la vida de tus vecinos, o en la vida de tus compañeros de trabajo? Si vives más lejos, ¿podrías ser usado para establecer o fomentar un buen trabajo más cerca de dónde vives? Si vives cerca, te podría disuadir de unirte a un nuevo proyecto a menos que estés dispuesto a mudarte a donde sea que el nuevo proyecto se realice.
9. Etapa de vida
La etapa de tu vida es algo legítimo en lo que pensar. ¿Eres soltero? ¿Quieres encontrar un cónyuge que esté de acuerdo contigo en forma práctica y teológica en tu comprensión de la vida cristiana? Si eres padre, ¿será la futura iglesia un buen lugar para discipular a tu esposa e hijos?
10. El estado de tus finanzas
Otra vez, es completamente legítimo que consideres si no puedes pagar tu status actual o cualquier situación futura posible. ¿Podrás pagar el alquiler? ¿La educación para tus hijos? ¿Otros gastos de manutención? Pablo observa que «si alguno no provee para…su propia casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo» (1 Timoteo 5:8). Por otro parte, ¿has considerado si realmente necesitas todo lo que se supuso que necesitabas? Ten cuidado sobre tus suposiciones.
11. El estado de tus relaciones con los otros
Deberías dejar un lugar cuando tus relaciones estén en buena forma, no en mala forma. No deberías irte para evitar lidiar con problemas relacionales difíciles.
12. Oración
¿Piensas que Dios quiere que vayas a otra iglesia o que te quedes en tu iglesia actual? Tenemos libertad en Cristo. Frecuentemente hay más de una buena opción frente a nosotros. Alabado sea Dios por la libertad que tenemos.
ALGUNOS DEBERÍAN IRSE, ALGUNOS DEBERÍAN QUEDARSE
El hecho de que una mudanza pueda ser costosa no significa que no deberías irte. Ha sido costoso para la mayoría de los santos que obedecieron el mandato de Jesús de ir. Y a menos que vivas en Jerusalén, ¡alabado sea Dios porque alguien pagó ese costo y llevó el evangelio a tu nación y tu ciudad y tu casa para que creas!
¿El punto de todo esto es decir que algunos de ustedes deberían dejar sus iglesias? Más o menos. Algunos deberían ir a ayudar a las iglesias que luchan. Algunos deberían plantar otras. Algunos deberían irse al extranjero. Y algunos deberían quedarse.
Por supuesto, la gente tiene que quedarse para que una congregación determinada siga siendo una congregación. Toda iglesia necesita coherencia en el liderazgo, el discipulado y las amistades a largo plazo. De hecho, permanecer en nuestra cultura es a menudo algo contracultural, especialmente entre la generación más joven. Con todas las transiciones profesionales o educativas que caracterizan la vida urbana moderna, lo radical para algunos será permanecer en un mismo lugar durante décadas.
Cualquier cosa que hagas, no tomes esas decisiones en forma acelerada. Y no tomes tales decisiones de forma aislada, sino tómalas en oración y en conversación con tus amigos que te conocen bien, y con al menos un anciano que te conozca.
Traducido por Renso Bello
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Nota del editor: El siguiente es un extracto de la próxima publicación de Mark Dever Entendiendo la Gran Comisión , en la serie Church Basics (B&H, abril de 2016). Reimpreso con permiso de B&H.