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Reseña del Libro: Sin Atajos al Éxito, un manifiesto para las misiones modernas, de Matt Rhodes

Reseña de Carlos E. Llambés

Carlos Llambés es misionero junto a su esposa, por más de 20 años, con la International Mission Board (IMB). Tiene una Maestría en Estudios Teológicos de Southern Baptist Theological Seminary, cursando estudios de doctorado en evangelismo y misiones en SWBTS. Escribe en múltiples plataformas y es el autor del libro 7 disciplinas espirituales para el hombre. Ha estado casado por más de 30 años con su mejor amiga Liliana Llambés, es padre de 4 hijos adultos y abuelo de 9 nietos. Actualmente reside en Panamá, donde es pastor de la nueva plantación Iglesia Bautista Ciudad de Gracia y misionero catalizador para el Caribe. Puedes seguirlo en Facebook como @carlosllambés y en X como @llambesCarlosE.
Review
15.11.2024

Este libro es esencial para quienes buscan entender las misiones modernas desde una perspectiva bíblica seria y comprometida. En un análisis agudo y detallado, el autor explora cómo deben llevarse a cabo las misiones, enfatizando tanto la selección cuidadosa como la capacitación integral de los misioneros. En esta obra, Matt Rhodes no solo desafía prácticas comunes, sino que invita a una reflexión profunda y una reconsideración de la manera en que se han manejado los programas de plantación de iglesias en las últimas décadas.

Desde los primeros capítulos, Rhodes se muestra crítico y hasta decepcionado con las metodologías modernas que dominan el campo misionero. Señala cómo en las últimas décadas, muchas misiones han dado prioridad a la rapidez y la eficiencia por encima de la preparación espiritual y cultural necesaria para un trabajo misionero duradero. En este contexto, el Movimiento de Plantación de Iglesias (MPI) se ha convertido en un objetivo casi obsesivo, con un enfoque en la creación rápida de iglesias que frecuentemente deja de lado el desarrollo profundo de nuevos creyentes y la edificación de líderes maduros calificados.

Rhodes no vacila en señalar los problemas de estas prácticas. Aunque mantiene un tono respetuoso y equilibrado, su crítica es firme. Según él, en el afán por mostrar resultados tangibles, algunos misioneros y agencias han exagerado o manipulado datos, pintando un cuadro irreal de éxito que no necesariamente refleja el verdadero impacto de su labor. Este énfasis en las estadísticas y en el crecimiento acelerado, argumenta el autor, suele tener un propósito secundario: atraer el apoyo financiero necesario para continuar la obra. Rhodes advierte que este enfoque puede ser perjudicial tanto para las comunidades alcanzadas como para los propios misioneros, quienes son presionados a cumplir con expectativas poco realistas.

EVITANDO LOS ATAJOS

Uno de los argumentos principales de Rhodes es que los atajos en las misiones resultan, en última instancia, contraproducentes. Aunque reconoce que Dios puede obrar de manera rápida y extraordinaria, señala que, generalmente, el patrón que vemos en el ministerio de Jesús y en la obra de Pablo es el de un crecimiento lento y profundo. En contraste con los modelos de «iglesias reproducibles» que buscan establecer congregaciones en el menor tiempo posible. Él Aboga por una inversión intencional de tiempo en el discipulado, asegurando que los nuevos creyentes sean guiados por personas que tengan madurez espiritual y un conocimiento bíblico sólido.

El llamado de Rhodes a evitar los atajos se hace evidente en la frase resonante: «Los atajos abundan. Comprometámonos a evitarlos» (p.192). Este llamado es como una trompeta que suena en el corazón de cada lector, instándolos a considerar el valor de la paciencia y la preparación en el trabajo misionero. Para él, no basta con transmitir el mensaje del Evangelio; es esencial que los embajadores de Cristo posean una comprensión profunda del idioma, las costumbres, la cosmovisión y el contexto del lugar en el que se desarrollarán. Este tipo de preparación, asegura, no puede apresurarse ni delegarse a alguien que recién comienza en la fe.

UN COMPROMISO A LARGO PLAZO

Rhodes también enfatiza que la misión requiere una formación cuidadosa y un compromiso con el aprendizaje continuo. Para comunicar el Evangelio con claridad y credibilidad, un misionero debe dedicar tiempo a estudiar la cultura, aprender el idioma local y entender la visión del mundo de aquellos a quienes pretende alcanzar. Este proceso puede ser largo y exigente, pero, según el autor, es imprescindible para presentar el Evangelio de una manera que realmente resuene en los corazones y las mentes de las personas.

UNA SELECCIÓN ADECUADA

En cuanto a la selección de misioneros, Rhodes sostiene que el carácter, la madurez espiritual y la idoneidad cultural son elementos esenciales que no deben pasarse por alto en aras de la rapidez. Los misioneros deben ser hombres y mujeres de integridad, capaces de vivir y ministrar entre diferentes culturas sin comprometer su fe. Deben estar bien fundamentados en la doctrina cristiana y tener una comprensión clara de su papel como embajadores de Cristo. Señala claramente que el envío de personas sin una preparación adecuada no solo es irresponsable, sino que también puede causar más daño que bien al ministerio.

UN DISCIPULADO SÓLIDO

Uno de los aspectos más significativos del libro es su insistencia en el papel del discipulado y la formación de líderes dentro de la misión. Rhodes critica la tendencia a establecer rápidamente nuevas iglesias sin invertir en el desarrollo de líderes locales que puedan sostener la congregación a largo plazo. A su juicio, el objetivo de la misión no debe ser simplemente plantar una iglesia, sino formar una comunidad de creyentes comprometidos y bien discipulados que puedan crecer y multiplicarse con el tiempo. Este enfoque requiere paciencia y dedicación, pero es, según Rhodes, el único camino para establecer iglesias fuertes, sostenibles y que el misionero pierda su trabajo, en el buen sentido de la frase.

LA INTEGRIDAD EN LOS RESULTADOS

Rhodes también toca el tema de la honestidad en los informes y las estadísticas. Asegura que, en ocasiones, los informes misioneros pueden ser tentadores para manipular con el fin de mostrar un éxito mayor del que realmente se ha alcanzado. Esto, lamentablemente, lleva a que muchas agencias de apoyo y patrocinadores tengan una visión distorsionada de la realidad en el campo misionero. La presión para obtener resultados rápidos puede llevar a algunos a inflar números o presentar un panorama demasiado optimista que no refleja fielmente los desafíos y dificultades del ministerio.

Matt Rhodes insta a los misioneros y las organizaciones a mantener una honestidad radical, reconociendo que el verdadero éxito en las misiones no siempre se refleja en cifras, sino en la transformación de vidas y en la fidelidad a la Palabra de Dios.

En última instancia, la obra es un llamado a regresar a los principios fundamentales de la misión cristiana: el discipulado, la formación de líderes, la inversión en relaciones profundas y significativas, y la integridad en la presentación de los resultados. Matt Rhodes desafía a los lectores a dejar de lado la mentalidad de «rápido y reproducible» y a abrazar un enfoque más lento y deliberado, que honra el llamado de Dios y reconoce el valor de cada individuo y de cada comunidad.

RELEVANCIA DE ESTA LECTURA

Este libro es especialmente relevante para aquellos que están considerando el campo misionero, así como para iglesias y agencias misioneras que buscan evaluar o replantear sus métodos y estrategias. Con un llamado claro a la responsabilidad y a la autenticidad, Rhodes ofrece una visión refrescante y bíblicamente fundamentada que desafía las tendencias populares y apunta hacia una forma de hacer misiones que es más fiel al ejemplo de Jesús y los apóstoles.

El libro es una obra que, sin duda, deja una marca en el lector, exhortándolo a considerar cuidadosamente el costo de la misión y a comprometerse con un trabajo misionero que sea fiel, íntegro y verdaderamente transformador. Desde la perspectiva de un misionero con 21 años de experiencia en el campo, esta lectura resuena profundamente, ya que no solo desafía las expectativas de un ministerio rápido o superficial, sino que, valida la importancia de la perseverancia, la dependencia total en Dios para enfrentar los desafíos diarios y un alto nivel de honestidad, transparencia, capacitación para la misión.

La invitación es clara: alejarse de los atajos y abrazar el arduo pero gratificante camino de la misión auténtica y bíblicamente fundamentada. La lectura de este libro sirve como un recordatorio de que el trabajo en el campo misionero, aunque lleno de sacrificios y muchas veces de pruebas, lleva a un impacto duradero cuando se edifica sobre los principios de la Palabra y un amor genuino por los perdidos. Así, el lector es llamado a reflexionar y a comprometerse con una entrega que, aunque costosa, resulta en frutos que trascienden el esfuerzo humano y apuntan directamente a la gloria de Dios.