Reseñas

Reseña del libro: Authentic Ministry [Ministerio Auténtico], de Michael Reeves

Reseña de David Daniels

David Daniels es miembro de la Iglesia Bautista Edgewater de Chicago.
Review
12.08.2022

Cuando Michael Reeves llama a los cristianos al Authentic Ministry [Ministerio Auténtico] en su nuevo libro, no quiere decir que «sean ellos mismos». El desea que sirvan de corazón, pero no de cualquier corazón.

Cuando Reeves dio las charlas que se convertirían en Authentic Ministry [Ministerio Auténtico] en la Unión School of Theology en Bridgend, Gales, el presidente/profesor de la misma quería animar a un tipo específico de corazón: uno que se deleite en Dios.

«El deleite en Dios es…la raíz y el feliz secreto para crecer en Cristo, servir a la iglesia y bendecir al mundo —dice Reeves— es…la base y la fuente de la vida justa. Así que, amigos, sigan asegurándose de esto: que todo su ministerio y toda su vida sea un acto de adoración: lleno de oración, lleno de alabanza, que son el combustible para disfrutar de Dios» (16-17).

La autenticidad para Reeves, por tanto, no es un fin en sí mismo. El objetivo no es la transparencia, la vulnerabilidad o la autenticidad, sino un ministro real, que realmente ama a Dios y a la gente. Así que cuando oigas «auténtico», piensa en «cuero auténtico», no en la psicología pop de las redes sociales de tu hijo adolescente.

Reeves escribió para que sus estudiantes «no utilicen su aprendizaje como un manto impresionante para ocultar almas marchitas» (10).

UN MINISTERIO SIN ARRUGAS

Authentic Ministry [Ministerio Auténtico] se divide en nueve marcas de un ministro sano, para ayudar a los lectores a prestar atención a la advertencia de Pablo a los ancianos de Éfeso: «Tengan cuidado de sí mismos» (Hechos. 20:28) (9).

  1. Deléitate en Dios.
  2. Gloríate solo en la cruz.
  3. Ora audazmente.
  4. Disfruta de la humildad.
  5. Estima la amistad.
  6. Crece a través del sufrimiento.
  7. Ama a la iglesia.
  8. Sé un teólogo, pero ten cuidado.
  9. Corre la carrera.

Si esto empieza a sonar como un libro para todos los cristianos, entonces estás oyendo bien. Como la mayoría de los requisitos pastorales en 1 Timoteo 3 y Tito 1, Reeves esboza cualidades a las que toda una iglesia debería aspirar.

Sin duda, ofrece muchas aplicaciones específicas para los ministros. Pero se podría entregar Authentic Ministry [Ministerio Auténtico] a cualquier persona que desee servir a los demás, y se le señalaría algo infinitamente más importante que cualquier cosa que haga con sus manos: la valía de un Dios al que hay que adorar con todo el corazón.

Y esa es la fuerza de Authentic Ministry (Ministerio auténtico). Ya sea que te estés preparando para servir o celebrando 50 años en el ministerio, Reeves ofrece recordatorios muy necesarios de lo esencial de lo que nosotros, pecadores, nos desviamos diariamente. Y escribe de manera breve, devota y tentadora.

Por ejemplo:

Sobre orar audazmente: «La ‘filiación significa tener la misma relación con el Padre que tiene el propio Hijo. Ahora nos presentamos ante el Padre, como siempre lo ha hecho Jesús. Como lo hace Jesús» (33).

Sobre estimar la amistad: «Es un anticipo de lo que será la comunión en el cielo. Es una asociación, aliarse en una apreciación cálida, rica y personal. Este tipo de comunión da testimonio de un Dios amistoso y personal y de una esperanza eterna en la que toda comunión implica un deleite santo y verdadero» (58-59).

Sobre amar a la iglesia: «Dios la creó para que el Hijo eterno de Dios tuviera una esposa con la que disfrutar y compartir su todo, para que pudiera derramar sobre ella los océanos de amor que había en su corazón» (82).

UN LIBRO MEJOR QUE SU TÍTULO

Cuando le pregunté a mi esposa de qué pensaba que trataría un libro llamado Authentic Ministry [Ministerio Auténtico], me dijo: «Vulnerabilidad».

Espero que las connotaciones de la palabra «auténtico» (al menos en Estados Unidos) no acaben con el interés de los posibles lectores. Pero eso no debería ser un problema para cualquiera que esté familiarizado con Reeves, que aplica al ministerio la misma teología alegre que tantas veces ha pregonado en otros lugares.

Traducido por Nazareth Bello