Respuestas para pastores - Evangelio

¿Promete Dios a los cristianos la riqueza material y la salud física en esta vida?

Por 9Marks

9Marks equipa con una visión bíblica y recursos prácticos a líderes y miembros de iglesias para que la gloria de Dios se refleje a las naciones a través de iglesias sanas.
Respuesta
30.10.2014

En el evangelio, Dios nos da toda bendición espiritual en los lugares celestiales con Cristo (Ef. 1:3): somos hechos justos delante de él, liberados de la esclavitud del pecado, el Espíritu Santo viene a morar en nosotros, somos adoptados en la familia de Dios, y finalmente se nos ha dado la vida eterna.

Pero ¿qué pasa con la salud física y la riqueza? ¿Dios promete estas cosas a los cristianos? El Nuevo Testamento promete que en esta vida los cristianos experimentarán tribulación (Hch. 14:22), sufrimiento (Ro. 8:17), e incluso la persecución (2 Ti. 3:12). Pero en ninguna parte Dios prometió hacer a los cristianos ricos y saludables. Cualquier enseñanza que afirma que la obra salvadora de Jesús incluye darnos salud y riqueza en esta vida es un engaño satánico.

Nota cuidadosamente que el Nuevo Testamento no nos promete la salud física o la prosperidad en esta vida. Cuando Dios nos levante de entre los muertos, a los cristianos se les dará cuerpos glorificados y habitarán en perfecta comunión con Dios en la tierra nueva. En ese momento Dios mismo “enjugará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni lo será el duelo, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas pasaron” (Ap. 21:4).

En el ínterin, sin embargo, los cristianos están llamados a soportar “la ligera, aflicción momentánea” que “produce en nosotros un eterno peso de gloria mas allá de toda comparación” (2 Co. 4:17). Aquí y ahora estamos llamados a “tener por sumo gozo” cuando nos enfrentamos a diversas pruebas (Stg. ​​1:2). Podemos soportar las pruebas y los sufrimientos de esta vida que Jesús mismo promete que vendrán (Jn. 16:33) porque sabemos que si sufrimos con él, también seremos glorificados con él (Ro. 8:18).

Traducido por Gustavo Morel