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Reseña del libro: Knowing Sin [Conocer el pecado] de Mark Jones

Reseña de Mark Redfern

Mark Redfern es pastor de Heritage Baptist Church en Owensboro, KY.
Review
02.09.2022

Imagino que hay pocos temas sobre los que los autores cristianos escriban menos que acerca del pecado. También imagino que hay pocos temas sobre los que los cristianos lean menos que acerca del pecado. Y eso es extraño, considerando la lucha diaria con el pecado en la vida del creyente.

Mientras que nuestra libertad del castigo del pecado es una realidad presente, nuestra libertad de la presencia del pecado sigue siendo una realidad (garantizada, pero) futura en nuestra glorificación pendiente. Por lo tanto, entre el ahora y entonces, la batalla contra el pecado continúa. Y necesitamos toda la munición que podamos conseguir.

Razón por la cual agradezco a Mark Jones. En los últimos años ha regalado a la iglesia una serie de libros doctrinales aplicados a la práctica, y éste no es menos útil. Un libro que es un regalo para los pastores y la iglesia. Jones ofrece un tratamiento del pecado meticulosamente explicado e históricamente ilustrado.

UNA DOCTRINA OLVIDADA EXPLICADA METICULOSAMENTE

De forma concisa pero sistemática, Jones nos guía a través de las distintas categorías de pecado, afinando nuestro pensamiento y equipándonos teológicamente para enfrentarnos al monstruo que llevamos dentro. Para los pastores, la lectura de este libro será especialmente útil en nuestra predicación y enseñanza, y nos librará de las rutinas innecesarias al pensar sobre el pecado.

Un breve repaso al índice revela 18 capítulos del tema del pecado. Uno podría pensar que esto es excesivo, pero la doctrina del pecado requiere tal explicación. En nuestra batalla contra el pecado, ninguna cantidad de munición nos ayudará si primero no conocemos a nuestro enemigo. Por tanto, Jones despliega aspectos del pecado que a menudo se pasan por alto, pero que es crucial comprender.

Analizándolo desde diversos puntos de vista, Jones explora el origen pernicioso del pecado y el modo en que ha infectado la totalidad de nuestra humanidad. Afecta a nuestra forma de pensar, sentir y actuar. Sus sutiles efectos atraviesan todos los aspectos del cuerpo y del alma. Crece en la oscuridad aislada, pero se marchita en la luz relacional. Su compromiso trae dolor a su paso, pero su mortificación da paso a la libertad y la alegría.

UNA DOCTRINA OLVIDADA ILUSTRADA HISTÓRICAMENTE

Además de la fiel explicación exegética y doctrinal, Jones también proporciona una rica variedad de ilustraciones de la historia de la iglesia, especialmente de aquellos maestros «médicos del alma», los puritanos. Knowing Sin [Conocer el pecado] es históricamente consciente, y nos trae tesoros a lo largo del camino de los trillados senderos del cuidado del alma de la Reforma.

Un ejemplo es el de John Owen. Al hablar acerca del pecado residente, Owen escribe:

El alma es su hogar; allí mora, y no es errante. Dondequiera que estés, sea lo que sea que hagas, esta ley del pecado está siempre en ti; en lo mejor que haces, y en lo peor. Los hombres consideran poco el peligroso compañero que está siempre en casa con ellos. Cuando están en compañía, cuando están solos, de noche o de día, todo es uno, el pecado está con ellos. Hay un carbón vivo continuamente en sus casas; el cual, si no se mira, los encenderá, y puede ser que los consuma (66).

Ya sea eludiendo los tratamientos clásicos del pecado de Owen, o extrayendo las riquezas de otras fuentes puritanas, Knowing Sin[Conocer el pecado]nos ayuda a escapar del malestar de nuestro momento actual —con todo su individualismo y autoindulgencia— y nos transporta a otra época en la que el pecado era conocido, sentido, considerado y remediado.

CONCLUSIÓN

Mi alma se benefició de Knowing Sin[Conocer el pecado]. Cada capítulo culmina con una sección de aplicación, que me ayuda a pensar en cómo cada perspectiva particular acercadel pecado debería encontrar una rampa de entrada en mi vida. El libro me «re-sensibilizó» a la pecaminosidad del pecado. Me recordó que todo pecado tiene consecuencias, y que el dolor de resistir el pecado es mucho menos devastador que las consecuencias de cometerlo.

«Elegir el sufrimiento en lugar del pecado es mejor porque, de todos modos, todo pecado implica sufrimiento —dijoJones. Richard Sibbes tenía razón al decir: Es mejor ir magullado al cielo que sano al infierno”» (89). Combatir el pecado vale la pena.

Los pastores encontrarán que Knowing Sin[Conocer el pecado]. Es útil no solo para predicar y enseñar, sino también como ayuda para preparar reuniones de oración y oraciones de confesión. ¿Qué pasaría si un pastor leyera un capítulo antes de escribir o pensar en una oración de confesión durante su reunión dominical cada semana? ¿Cómo podría enriquecerse nuestra confesión al ampliarse nuestra comprensión del pecado? ¿Cómo podrían las reuniones de oración crecer en profundidad y amplitud a medida que nuestra congregación es llevada a un arrepentimiento más específico?

Sería muy beneficioso repartir este libro entre los cristianos nuevos y viejos para el discipulado. Compra una pila y entrega dos de ellos a un puñado de miembros, animándoles a encontrar a alguien con quien leer el libro.

En un tema del que los autores escriben poco y los cristianos leen menos, Knowing Sin[Conocer el pecado] es un recurso vital.

 

Traducido por Nazareth Bello