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Reseña del libro: Before You Share Your Faith [Antes de compartir tu fe], de Matt Smethurst

Reseña de J. Mack Stiles

Mack es el director de Messenger Ministries Inc, un grupo de reflexión que trabaja para desarrollar misiones saludables. Él y su esposa, Leeann, han viajado y vivido en muchos lugares antes de aterrizar en Erbil, Irak, en julio de 2017, incluyendo 15 años en Dubai, EAU. Hasta hace poco, era el pastor de la Iglesia Bautista Internacional de Erbil. Mack reside en Louisville y es miembro de la Iglesia Bautista de la Tercera Avenida.
Review
19.11.2022

A menudo me he preguntado por qué los nuevos creyentes están tan dispuestos —y a menudo son tan eficaces— a compartir su nueva fe. Si has estado caminando con Jesús durante algún tiempo, sospecho que también te has hecho esa pregunta.

Los nuevos creyentes no han asistido a un curso de evangelización. Son pésimos en apologética. Son torpes con el evangelio. Sin embargo, una y otra vez, veo a los nuevos creyentes proclamando las buenas nuevas de Jesús a amigos no cristianos.

Ciertamente, a veces los únicos amigos que tienen son inconversos, así que ¿a quién más se lo van a contar? Los nuevos creyentes me recuerdan a mi nieto, Ezra, al que le encanta que su padre, Tristán, le lance al aire.

—Más alto, más alto —exige.

—Vaya, es bastante confiado —dijo una mujer en la iglesia viendo a Ezra despegar.

—No —dijo Tristan—, es que no lo hemos dejado caer.

Sí. Muy parecido a la evangelización.

A lo largo del camino, mientras compartimos nuestra fe, nos familiarizamos con la sensación de caer en la fría y dura realidad de que no todos están tan entusiasmados con nuestra fe como nosotros. Y después de un par de malos aterrizajes, lo que empieza a caer es la evangelización. Cuando eso ocurre, es hora de afinarla. El nuevo libro de Matt Smethurst es justo lo que necesitamos.

UN LIBRO PARA TODOS LOS CRISTIANOS

Supongo que el título del libro llevaría a pensar que esto es solo para aquellos que nunca han compartido su fe, pero no es así. El libro de Smethurst me pareció un refrescante recordatorio de los principios críticos subyacentes a la evangelización. Y como evangelizar es una cuestión de continuamente rodar una roca cuesta arriba, es un libro para todos.

No te dejes engañar por el pequeño tamaño de este libro. Es un libro poderoso y lleno de sabiduría y perspicacia. Y también es una lectura divertida: No conozco a nadie que tenga mejor oído que Smethurst para las frases

En aras de su plena divulgación, leí el libro en forma de manuscrito y se me pidió que lo respaldara, lo que hice con gusto sin remuneración. (Crossway me envió un ejemplar gratuito después de su publicación). Creo que es una adición bienvenida a un campo abarrotado. De todos los libros escritos sobre evangelizar, no conozco un libro como éste, un libro acerca de cómo vivir preparado para compartir tu fe.

VIVIR PREPARADOS

Solo hay cinco capítulos y una breve conclusión (pero súper importante).

Me encanta la forma en que el capítulo 1 comienza el libro: con el evangelio. Gran parte de lo que me preocupa en la evangelización es la confusión sobre el evangelio, por lo que es hermoso ver que Smethurst comienza con una explicación clara de la verdad del evangelio. Señala con razón que, aunque hablemos del evangelio, debemos asegurarnos de hablar del verdadero evangelio, tal y como se explica en la Biblia. Smethurst lo hace con claridad. Definir el evangelio nos protege de un evangelio supuesto, que conduce a un evangelio perdido y al fin de la verdadera evangelización.

La explicación del evangelio en el primer capítulo es muy preciada para mí, ya que me recuerda a la conversión de mi esposa. En su adolescencia, ella vino a Jesús al revisar un tratado con un amigo no cristiano y darse cuenta de que ella misma no era creyente. Afortunadamente, el evangelio estaba bien definido en ese pequeño folleto. Hasta entonces, asumía que ser cristiana significaba ser una «buena muchacha» y asistir a la iglesia. Aquella noche, sola en su habitación, se postró ante Jesús, arrepintiéndose de sus pecados y poniendo su fe en Cristo.

En el capítulo 2, Smethurst comienza un tratado desorientador sobre la contextualización utilizando 1 Corintios 9:20; no es el comienzo habitual de un libro de este tema, pero sigue leyendo. Esta frase de siete palabras está repleta de significado para la evangelización.

Cuando Pablo dice: «Me he hecho a los judíos como judío», me recuerda la observación de Don Carson: «¡Pero, ¡Pablo, tú eres judío!», señalando que la nueva identidad de Pablo en Cristo era su identidad definitiva.

La contextualización no consiste en estar al día, señala Smethurst, sino en encontrar primero nuestra identidad en Jesús. A continuación, eliminamos los obstáculos que impiden la claridad del evangelio.

En el capítulo 3, Smethurst vuelve a desafiar la expectativa común de los libros de evangelización y construye un caso en el que el problema más significativo para compartir nuestra fe es un déficit de amor, no un exceso de miedo. Este es el capítulo que me ha parecido más desafiante. Siempre he sostenido que el miedo es nuestro mayor problema para evangelizar, pero el amor echa fuera nuestro miedo según 1 Juan 4:18.

En este capítulo, Smethurst nos ayuda a evitar dos zanjas peligrosas en la evangelización. En primer lugar, no debemos apresurarnos con el evangelio (aprende sus nombres y escucha, dice), pero tampoco debemos asumir que el reloj se eternizará, señalando que podemos preevangelizar a alguien al infierno.

No es que Smethurst no reconozca el miedo al evangelizar. En el capítulo 4, nos ayuda a lidiar con el miedo. Y es amable con nosotros. Confiesa su fracaso en la evangelización y nos recuerda cosas que deberíamos saber, pero que fácilmente olvidamos.

No vayas solo; recuerda que la iglesia es un testigo poderoso si está centrada en el evangelio. Nos recuerda que Dios es soberano y que tiene un buen historial de salvación de personas.

Finalmente, en el capítulo 5, el último, Smethurst llega a los pasos prácticos para compartir la fe.

Pero incluso aquí, Smethurst prepara nuestros corazones. Nos llama a orar, para tener en cuenta que Dios ama salvar. Y nos ayuda a ver que tenemos dos grandes privilegios: «Hablamos a Dios en nombre de los demás, y hablamos a los demás en nombre de Dios» (31). Una excelente visión.

CONCLUSIÓN

Este libro es una herramienta útil. Aprecio cómo Smethurst se basa constantemente en las Escrituras a lo largo del libro y nos llama a algo más que un método, sino a un estilo de vida. En definitiva, es un libro pequeño con un gran mensaje: vive preparado para compartir el evangelio, y sé intencional. Evangelizar no es convertir a la gente, dice Smethurst en su conclusión; es simplemente tomar la iniciativa de compartir a Cristo en el poder del Espíritu Santo y dejar el resto a Dios.

Ya he mencionado que la conclusión de Smethurst es excelente. Y eso es porque comparte lo que creo que es la parte esencial de la evangelización. Hace un llamado a amar a Jesús aún más. Debemos estar tan enamorados de Jesús, tan asombrados por lo que ha hecho por nosotros los pecadores en su muerte sacrificial, tan abrumados por su belleza, tan seguros de que resucitaremos con él en la resurrección, que la evangelización se convierte en parte integrante de la adoración. Si te fijas en la gloria de Dios en Cristo Jesús, y él es el centro de tu vida, no puedes dejar de evangelizar; saldrá de ti como un torrente de agua viva.

 

Traducido por Nazareth Bello