Reseñas
Reseña del libro: La predicación centrada en Cristo, de Bryan Chapell
«Tres puntos y un poema» puede ser una caricatura de la predicación evangélica, pero durante muchos años y demasiados predicadores fue la norma. Afortunadamente, el regreso a la predicación expositiva que alimenta al rebaño y proclama el evangelio ha dado una nueva esperanza a esta generación.
La predicación expositiva no se lleva a cabo sin un esfuerzo devoto. Bryan Chapell, ex presidente del Seminario Teológico Covenant, profesor de homilética desde hace mucho tiempo y actual pastor de la Iglesia Presbiteriana Grace en Peoria, Illinois, detalla hábilmente el proceso de preparación necesario para la predicación expositiva en una predicación centrada en Cristo: Redención del sermón expositivo. Chapell reúne su riqueza de predicación pastoral e instrucción homilética en un volumen bien elaborado de once capítulos y doce útiles apéndices. Aborda su tema a través de tres secciones.
PRINCIPIOS PARA LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
La primera sección de Chapell pone el peso de la predicación expositiva en tres cosas. Primero, el poder de la Palabra de Dios en la predicación. «La buena predicación», escribe, «en cierto sentido implica hacerse a un lado para que la Palabra pueda hacer su obra» (34). Se da prioridad a la Palabra más que a la capacidad del predicador. Segundo, el poder de una vida santa apoya y confirma lo que afirma el predicador. «Ninguna verdad exige más santidad pastoral que el vínculo entre el carácter de un predicador y la recepción de un sermón» (38). En tercer lugar, Chapell refuerza el poder del enfoque en el evangelio en cada sermón. «Sin un enfoque redentor, podemos creer que hemos exagerado las Escrituras cuando en realidad simplemente hemos traducido sus partes y analizado sus fragmentos sin referencia al papel que tienen en el plan eterno de Dios» (40).
En lugar de colecciones aleatorias de varias verdades bíblicas, los sermones expositivos necesitan construirse con «unidad, propósito y aplicación» (44). Cada texto contiene un propósito o carga de la caída humana que apunta a la gracia de Dios en Cristo. Chapell llama a esto un «Fallen Condition Focus», or FCF [Enfoque de Condición Caída]. Señala: «En última instancia, un sermón trata sobre cómo un texto dice que debemos responder bíblicamente al FCF tal como lo experimentamos en nuestras vidas» (51). Discernir el FCF nos muestra la intención redentora del Espíritu Santo en el texto. Una vez que los oyentes entienden el FCF del texto, entonces están listos para su aplicación, lo que «hace de Jesús la fuente y el objetivo de la exhortación de un sermón, así como el centro de su explicación» (54). De los principios Chapell pasa a la preparación.
PREPARACIÓN DE SERMONES EXPOSITIVOS
¡Bienvenidos al laboratorio de Chapell! La segunda sección del libro presenta una manera de desarrollar sermones expositivos efectivos. En las etapas iniciales de preparación, el predicador debe hacer preguntas sobre el texto bíblico como, «¿Qué significa el texto?» «¿Qué preocupaciones provocaron que se escribiera el texto?» «¿Cómo debería responder la gente ahora a las verdades del texto?» (104-5).
Después de estas preguntas hermenéuticas y homiléticas, el predicador llega a un acuerdo con el FCF del texto y establece la proposición expuesta en el texto. Chapell recomienda que los predicadores desarrollen un esquema exegético que enmarque el fruto de su estudio del texto. Luego, el predicador trabaja para lograr un bosquejo homilético que acerque las verdades del texto a las necesidades de la congregación. Este último esquema debería expresar el mismo tema que se encuentra en el texto y derivar puntos y subpuntos del texto que desarrollen este tema. Ofreciendo una forma ejemplar para estructurar los sermones, Chapell aconseja correctamente que a medida que los predicadores maduren, deberían desarrollar una forma adecuada para ellos y su audiencia, sin dejar de permanecer firmemente arraigados en el texto.
En el capítulo siete, Chapell considera las ilustraciones como un medio para invitar a los oyentes a la experiencia del texto (176). Evitando las ilustraciones para entretener, pretende utilizarlas para involucrar a la congregación en el sermón y motivarla a aceptar el mensaje y la aplicación del texto. Las ilustraciones siguen siendo herramientas para la exposición, no sustitutos de una explicación sólida (200).
El capítulo sobre la aplicación (Cap. 8) puede ser el mejor del libro. «La solicitud cumple con las obligaciones de exposición. La aplicación es la consecuencia presente y personal de la verdad de las Escrituras», afirma Chapell. «Sin aplicación, un predicador no tiene razón para predicar, porque la verdad sin aplicación real o potencial no cumple ningún propósito redentor…[En] el fondo, la predicación no es simplemente la proclamación de la verdad, sino la verdad aplicada» (210). La aplicación siempre debe surgir de la exposición del texto para que no pierda su autoridad bíblica.
UNA TEOLOGÍA DE MENSAJES CENTRADOS EN CRISTO
La última sección de Chapell me pareció inmensamente útil, ya que no supone que los lectores que buscan comprender la mecánica de la exposición capten su fundamento en un motivo sólido y redentor. Reitera la necesidad de descubrir el FCF en cada texto para «suministrar la garantía (y definir) el carácter de los elementos redentores en las Escrituras que podemos, a su vez, aplicar a nuestra caída» (273). De lo contrario, advierte, nuestra predicación podría «subvertir el mensaje cristiano» (274).
Si bien reconoce la frustración que algunos pueden sentir al mantener un enfoque redentor en la predicación, Chapell aconseja que el objetivo no es encontrar a Jesús «en cada texto, sino revelar dónde se encuentra cada texto en relación con Cristo» (279). Por tanto, cuando se hace fielmente, «la predicación expositiva es una predicación centrada en Cristo» (280).
ELOGIO
Aquellos comprometidos con la proclamación de la Palabra de Dios encontrarán el volumen de Chapell accesible, ingenioso y útil. Lo recomendaría para colegios bíblicos, seminarios, pasantías pastorales o estudios de pastores. Desde mi perspectiva, el escaso énfasis de Chapell en discipular y capacitar a una congregación mediante la predicación consecutiva a través de los libros de la Biblia parece ser la única debilidad (65–69). Aparte de eso, elogio de todo corazón la Predicación Centrada en Cristo como una excelente herramienta para los predicadores, experimentados o inexpertos, por su guía para predicar fielmente a Cristo en todas las Escrituras. No más recurrir a tres puntos y un poema.
Traducido por Alejandro Maizo