Liderazgo

Un foro de ancianos sobre lecciones que destacan al equiparte como un buen anciano

Por 9Marks

9Marks equipa con una visión bíblica y recursos prácticos a líderes y miembros de iglesias para que la gloria de Dios se refleje a las naciones a través de iglesias sanas.
Artículo
21.08.2020

Les preguntamos a todos los ancianos que no son parte del personal de la Iglesia Bautista de Capitol Hill: «Pensando en cuándo te convertiste en anciano, ¿qué lecciones iniciales se destacan más al equiparte como un buen anciano?». Aquí están sus respuestas.


Randy Alles (Oficial, Cuerpo de Marines de los EE. UU)

Los ancianos en el Nuevo Testamento están llamados a pastorear y enseñar a aquellos en la iglesia, los cuales equiparán a los santos para edificar el cuerpo de Cristo (Efesios 4:11, 1 Timoteo 3: 2). Estas son responsabilidades claves que frecuentemente se pasan por alto en la rutina diaria del funcionamiento de una iglesia, pero para mí son de suma importancia. El pastoreo y la enseñanza permiten a los miembros de la iglesia desarrollar una madurez en el Señor para que sean menos vulnerables a las doctrinas extrañas, la artimaña de los hombres y el engaño. Todo esto trae gloria al Señor y beneficios al creyente.

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Bill Behrens (Asesor Especial para Asuntos Comerciales y de Negocios, Departamento de Estado)

Lo que más me ha preparado equipándome para servir a esta congregación como anciano es la misma congregación. Es aquí donde muchos santos humildes se preocuparon por mí y modelaron a Cristo, donde bajo una gran enseñanza estuve sentado, donde fui discipulado primero, y tuve la oportunidad de servir y enseñar a otros.

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Steve Boyer (Controlador, Ejército de Salvación)

La importancia de la oración me llamó la atención poco después de convertirme en anciano. La responsabilidad por el cuidado de tantos miembros interpuso sobre mí, mi total dependencia de Dios. Comenzar nuestras reuniones de ancianos con un tiempo saludable de oración me recordó que los ancianos deben dedicarse a alabar a Dios, inquirir de Dios, confesar a Dios, agradecerle y suplicarle en oración según su voluntad. Entonces, observar cómo Dios cumple sus promesas en la vida de los miembros de la iglesia al santificarnos, es una de mis alegrías más preciadas, ya que veo al Espíritu Santo trabajando tangiblemente en nuestras vidas.

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Jamie Dunlop (Director de Investigación, Junta Ejecutiva Corporativa)

  1. La importancia de un ministerio regular de oración en nombre de aquellos en nuestra iglesia que están sufriendo.
  2. Aprender de otros ancianos el arte de hacer preguntas amables y gentiles.
  3. La importancia de escuchar bien a otros ancianos, reconociendo que muchas situaciones no son como aparecen.
  4. Reconocer que todos los cristianos (incluso los ancianos) luchan y tienen una constante necesidad de aliento (Hebreos 3:13).
  5. La utilidad de la planificación anticipada de nuestro calendario: ser estratégico con personas fuera de las relaciones regulares de discipulado.
  6. Saber que ningún anciano está «a la altura de la tarea» de ancianos. Todos actuamos en debilidad y sin suficiente sabiduría, dependiendo de la oración en Dios para lograr su trabajo a través de nosotros.

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Brian Fajito (Cofundador, Manas Development Group)

Primera de Pedro 5:2-3, fue para mí una lección recurrente. Dios en su gracia nos ha llamado como ancianos para ser pastores de su rebaño (no el nuestro). Estamos llamados a liderar con humildad y a servir de ejemplos. Si queremos servir bien como ancianos, debemos recordarnos continuamente que no hay lugar para el orgullo a la luz de la cruz de Cristo, y debemos prestar atención a las instrucciones de Pablo a Timoteo: «ten cuidado de ti mismo y de la doctrina» (1 Timoteo. 4:16).

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Michael Griffin (Analista Principal de Programas, Oficina del Director de Inteligencia Nacional)

Hay varias lecciones que aprendí cuando me convertí en anciano y en las que todavía confío hoy. Primero, me sorprendió la forma en que siempre comenzamos cada problema difícil con las Escrituras, trabajando hacia afuera para la aplicación práctica y la derivación de políticas. En segundo lugar, sentado entre hermanos piadosos en Cristo, aprendí lo esencial que es escuchar con atención el uno al otro y ser lentos para hablar. Finalmente, estaba (y aún estoy) abrumado por la desesperada necesidad de respaldar todo lo que hacemos con la oración, porque a menos que Dios nos guíe, todo es en vano.

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Jim Hollenbach (Presidente, Estrategias de simulación)

Aunque Mark Dever tiene dones, conocimiento, experiencia y una reputación bien ganada que supera con creces a los que estamos alrededor de la mesa, confía en el plan de Dios para el liderazgo de la iglesia local en una pluralidad de ancianos y se somete humildemente a la sabiduría colectiva de ellos. Cuando me encuentro pensando: «Tengo razón, a pesar de que estoy en la minoría», las promesas de Dios y el ejemplo de Mark me animan a vencer este orgullo pecaminoso y aceptar con alegría las decisiones de mis compañeros ancianos.

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Papu Sandu (Asesor Superior de Litigios, Departamento de Justicia)

Una de las lecciones más claras fue una mayor comprensión de cuán importante es la oración para el ministerio de un anciano, tanto la oración individual como la oración con los otros ancianos. Estoy agradecido por la oportunidad de servir con hombres tan piadosos y devotos, y eso ha tenido un gran impacto. Una segunda lección es la necesidad de cultivar un amor profundo y ferviente por los miembros de nuestra congregación, un amor que desea sinceramente verlos prosperar espiritualmente. Eso, creo, es fundamental para el trabajo de un anciano, y uno que mis hermanos me han modelado muy bien.


  Traducido por Renso Bello