Teología bíblica

Seis Razones Por Las Que Debes Predicar Números

Por C. W. Faulkner

C. W. Faulkner es el pastor de la Primera Iglesia Bautista Wolfforth en Wolfforth, Texas.
Artículo
15.07.2021

«Las letras le pertenecen a los libros y los números a las matemáticas, ¡no al revés!». Quizás esa es tu reacción cuando alguien intenta convencerte de que puedes agregarle una «x» a algo. Muchos de nosotros sentimos un impacto similar cuando nuestra lectura bíblica nos lleva a los tres primeros capítulos de censos en Números. «¿¡Qué pasa con toda esa matemática!? ¿Existe algún bien espiritual al contar 46.500 rubenitas?».

Números podría comenzar y (casi) terminar con un recuento al ojo. No obstante, entre esos inspirados documentos gubernamentales, se rastrea el viaje de Israel desde el Monte Sinaí hacia la Tierra Prometida. Además, narra un viaje lleno de esperanza y de advertencias que cada cristiano debe considerar. Una manera de resumir la idea central del libro completo es: Números nos enseña que cuando Dios está con su pueblo, lo único que ellos deben temer es a su propio pecado.

Con esta idea central en mente, quisiera entregar seis formas en las que servirás al pueblo de Dios al predicar el libro de Números.

1. Los ayudarás a leer el Antiguo Testamento completo

Lo que quiero decir es que en Números se encuentra todo tipo de escritura. Junto a esos tediosos registros de censos, se encuentran algunas de las historias más conocidas de la Escuela Dominical (burros que hablan, ¿alguien la ha escuchado?). También leemos códigos legales, salmos y profecía (todos están mezclados, a veces discordantemente, como cuando la gran tragedia de la rebelión en Cades es seguida sin comentarios por recetas rituales de las ofrendas de comida).

Por lo tanto, a medida que estudian el libro, ayudarás a tu congregación a crecer en su capacidad de entender y aplicar todos los tipos de escritura que encontrarán en el Antiguo Testamento. Además, la variedad intrínseca significa simplemente que cuando tu cabeza te esté comenzando a doler por intentar encontrarle el sentido al ritual de la novilla de piel rojiza en Números 19, solo estás a un capítulo de distancia del gran drama de las aguas de Meriba.

2. Les darás un curso intensivo de teología bíblica

Los apóstoles regularmente hacen referencia a la generación del desierto sin comentarios o explicaciones. Cuando Pablo hace advertencias por la idolatría, tres de sus cuatro ilustraciones vienen de Números (1Co 10:7-10). La historia de Balaam aparece muchas veces para demostrar varios puntos: inmoralidad (Ap 2:14), avaricia (Jds 11 y 2P 2:15) y la expectativa mesiánica (2P 1:19). La comparación en Hebreos 3 viene de Números 12. Y Jesús le señala su crucifixión a Nicodemo al asumir que él sabe Números 21 (Jn 3:14).

Por supuesto, no tenemos que conocer el trasfondo de todo para entender los puntos de los apóstoles, pero al estudiar Números de principio a fin y hacer repetidamente esas conexiones con el Nuevo Testamento tu congregación tendrá un modelo que le ayudará a leer el Antiguo Testamento con ojos cristianos.

A medida que tú y tu congregación crecen en esa habilidad, la instrucción apostólica del Nuevo Testamento les ofrecerá una gran ventaja. Por ejemplo, en Los Vengadores, Tony Stark le da el apodo de Beach Boy a Thor sin explicación. Mis hijos piensan que eso es extraño, pero yo creo que es divertidísimo porque, como un hijo de los 90s, entiendo la referencia. Entonces cuando Pablo dice, sin explicación, «ni provoquemos al Señor, como algunos de ellos lo provocaron, y fueron destruidos por las serpientes» (1Co 10:9), nuestra congregación hará una de dos cosas: pensarán, «eso es extraño, ¿Cómo provocaron a Jesús?»; o pensarán, «¡decirle a Jesús que él no está haciendo lo suficiente puede matarme!» (Nm 21:5). Enseñar Números ayudará a cultivar la última respuesta, una respuesta más bíblica.

3. Les mostrarás la gravedad del pecado

Ese es un punto de los extremos del libro que registran los censos: cuando Moisés realizó el segundo censo, todos los del primer censo habían muerto. Murieron bajo el juicio por su infidelidad en Cades (Nm 14). Entonces, cuando haces más que solo meterte en un par de historias, despliegas el argumento de la centralidad de Dios entre su pueblo y su fracaso persistente y finalmente fatal de confiar en él.

Verás que su gran pecado de rebelión que rechaza a Dios era el fruto de su aparente pecado rutinario de queja que rechaza a Dios. Verás a Moisés demostrar que un acto de atrevimiento es suficiente para ser justamente condenado. Verás que las intenciones son importantes pero no fundamentales: el pecado no intencional siguen siendo pecado. Verás que la santidad de Dios es la gran amenaza para el pueblo de Dios porque somos decididamente impíos. En una cultura que piensa que creer es algo sencillo, Números nos recuerda que aquellos que son llamados por el nombre de Cristo deben ser santos y odiar el pecado. Aquellos que solo usan la etiqueta de «cristiano» mientras persisten en infiel rebelión solo terminarán muertos: por la eternidad.

4. Afinarás su imagen del sacerdocio

Las disposiciones y los propósitos de los sacerdotes son un tema recurrente en Números (quizás más particularmente el deber sacerdotal de proteger). Dieciocho veces se les dice a Aarón, a sus hijos y a los levitas que deben hacer guardia de su sacerdocio, del tabernáculo y de las tribus (Nm 3:7). Sin embargo, surge la pregunta: ¿de qué están protegiendo a la congregación? ¡De Dios!

Acercarse a un Dios santo sin ser llamado y sin haber sido limpiado significa muerte. El sacerdocio, por lo tanto, servía a la nación de Israel al prevenir el atrevimiento y el descuido de acercarse al Señor. En muchos contextos, el sacerdocio de un creyente ha sido usado para separar a los creyentes entre ellos: «si todos fuéramos sacerdotes con acceso a Dios por medio de Jesús, entonces, ¿por qué necesitamos acercarnos por medio de alguien más?». Esto es correcto, pero puede aplicarse de mala manera. Números afortunadamente volverá a darle la forma inicialmente diseñada a la imagen que tu congregación tiene del sacerdocio; esto es, un oficio para servirnos mutuamente al crecer en piedad juntos.

5. Fortalecerás su confianza en un mundo hostil

El viaje de Israel expuso su falta de fe, pero también demostró el poder de Dios. Muchas cosas deberían haber destruido a esta nación de esclavos recientemente liberados sin entrenamiento militar y sin provisiones para un viaje por el desierto. No obstante, sobrevivieron. La esterilidad hostil de un desierto sin comida, la agresión hostil de ejércitos veteranos buscando presas fáciles y las oraciones hostiles de un profeta con un historial exitoso: ninguno de ellos representó un problema para el Dios de Israel.

Aquí nuevamente aparece el informe de registros del censo, solo que esta vez con esperanza. A pesar del pecado de su pueblo, los propósitos de Dios nunca cambiaron. La primera generación fue descalificada, pero Números termina con un hilo de victorias de la segunda generación que anticipa su éxito bajo el liderazgo de Josué. Lo único que debemos temer es nuestro propio pecado, pero eso es lo único. Dios preservará a su pueblo por medio de cada trato mundano contra ellos. Casi toda la primera generación murió en el desierto, pero dos espías fieles y temerosos de Dios, Josué y Caleb, fueron perdonados. Dios sabe cómo proteger a sus santos del daño eterno, tanto en ese entonces como ahora.

6. Celebrarás nuestra seguridad en Jesús

Si la gran amenaza para el pueblo de Dios es la propia santidad de Dios, entonces nuestra gran esperanza es la justicia de Jesús que se nos ha dado. Si la única amenaza para el pueblo de Dios es nuestro propio pecado, entonces ¿Qué queda por temer si hemos sido perdonados en Cristo?

Dios demostró convincentemente que cualquiera que se atreva a acercarse a él sin venir por medio de su ungido sumo sacerdote lo hace con un costo de muerte (Nm 16). Pero luego Dios fue más allá, demostrando que haría más que simplemente evitar la muerte por medio de un sumo sacerdote. Dios usaría a su sumo sacerdote para darle vida a los que estaban muertos (Nm 17).

Cuando un Dios santo está con su pueblo, a lo único que necesitamos temer es a nuestro propio pecado. Es por esta razón que el hecho de que nuestro humilde Dios se haya hecho carne, haya vivido y muerto entre su pueblo para ser expiación por su pecado es tan buena noticia. Sin embargo, Jesús hizo más que solo evitar que muriéramos en la presencia de Dios. Su resurrección nos da la esperanza de que viviremos con él un día, seguros y para siempre.