Plantación de Iglesias

Reflexiones de un nuevo pastor para los nuevos fundadores de iglesias

Por Joshua Roulhac

Joshua Roulhac es el pastor principal de la Congress Heights Community Church (CHCC) en el sureste de Washington, DC.
Artículo
08.09.2023

Mi iglesia celebró recientemente nuestro primer aniversario como iglesia. Alabado sea Dios por su fidelidad. Hemos aspirado a ser una iglesia que predica el evangelio y cree en la Biblia para su gloria en una zona que se ha pasado por alto en los esfuerzos de plantación de iglesias.

Aquí tienes diez reflexiones de nuestro primer año como iglesia: dos verdades que debemos recordar, tres advertencias para las que debemos prepararnos, tres exhortaciones que debemos obedecer y dos promesas a las que aferrarse.

VERDADES PARA RECORDAR (A MENUDO)

1. El evangelio debe ser lo primero (1 Co. 15:1-4)

El evangelio es la buena nueva de Jesucristo. Es la buena nueva porque Dios creó a la humanidad a su imagen y semejanza, pero pecamos contra él y merecemos su ira. Por eso Dios envió a Jesús a vivir una vida perfecta y sin pecado, a morir en la cruz por nuestros pecadosasumiendo la ira que merecíamos y a resucitar al tercer día para nuestra justificación.

Este es el mensaje que los pecadores deben escuchar para salvarse. Y Jesús nos llama a los pastores a predicar este mensaje. El evangelio debe ser central en todo lo que hacemos como iglesia porque es el mensaje central de la Biblia. Es de primera importancia. Si lo pones en segundo lugar, no sé cómo puedes llamarte iglesia.

2. Éxito = Fidelidad (1 Co. 4:1-2)

Una iglesia exitosa es una iglesia fiel. El éxito no se define por el crecimiento de la membresía o el aumento de los bautismos; tiene poco que ver con el tamaño del presupuesto o edificio. Eso no aparece en ninguna parte de la Biblia; la fidelidad es el barómetro.

Y mientras nos esforzamos por ser fieles, Dios por su gracia producirá fruto.

ADVERTENCIAS PARA LAS QUE HAY QUE PREPARARSE

1. Plantar una iglesia es un trabajo bueno pero duro

Plantar una iglesia es duro. Plantar iglesias en la ciudad es aún más difícil. Estamos en el sureste de Washington, D. C. Satanás odia a Jesús, y odia al pueblo de Jesús, la iglesia. Hará todo lo que pueda para desanimarnos, disuadirnos y distraernos de Jesús y su misión.

Otro enemigo es el pecado, que campa a sus anchas por todo el mundo y se expresa de diferentes maneras en diferentes contextos. Para nosotros, en el barrio Congress Heights de D. C., el pecado se manifiesta en la violencia y la actividad de la droga en nuestra comunidad. El pecado también se manifiesta en mí (el pastor) y en nuestra congregación. Si mezclamos todo esto, plantar tiene sus momentos difíciles. Pero es un buen trabajo, porque es el trabajo de Dios.

2. La plantación de iglesias es un esfuerzo de equipo (Tit. 1:5; 1 P. 5:1; Mr. 6:7)

Una pluralidad de ancianos es el patrón bíblico normal. Hay demasiado ministerio en la obra de plantar iglesias para un solo pastor.

3. La gente se irá

Es inevitable. La gente se irá de la iglesia, incluso al principio, por buenas y malas razones.

Pastor, sé amoroso y suelto con los miembros de tu iglesia. No eres su dueño; Dios lo es. Trata de amar bien a los miembros que hacen la transición a otras iglesias y confía en el Señor con el proceso.

EXHORTACIONES PAR OBEDECER

1. Predica la Palabra

Los pastores están llamados a predicar la Palabra (2 Ti. 4:2). En la plantación de iglesias, los pastores pueden encontrarse haciendo muchas cosas. Pero a lo que debemos dedicarnos es a la oración y al ministerio de la Palabra (Hch. 6:4). Delegue todo lo que puedas (Ef. 4:12). No hay nada más importante. He escuchado este dicho de algunos pastores que respeto: «Prefiero que falle todo en la iglesia antes que la predicación de la Palabra de Dios». Esta debe ser nuestra postura, especialmente en los primeros años.

2. Pastorea el rebaño

Pero los plantadores de iglesias no son sólo predicadores; también deben ser pastores. Deben tener presente el discurso de despedida de Pablo a los ancianos de Efesios: «Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre» (Hch. 20:28). Nunca deben olvidar la exhortación de Pedro: «Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey» (1 P. 5:2-3).

Debemos conocer a nuestras ovejas, cuidarlas, amarlas, enseñarles, exhortarlas y amonestarlas. Que pastoreemos nuestros rebaños como Jesús, amemos como Jesús y guiemos como Jesús.

3. Ama a tu comunidad

El evangelio es el único mensaje de salvación. Por tanto, presenta a Jesús a la gente y confía en que él hará la salvación. Al mismo tiempo, una implicación del mensaje del evangelio es hacer buenas obras (Tit. 3:8, 14). Piensa en cómo nuestro Señor predicaba, pero también atendía necesidades físicas urgentes.

Las buenas obras no son el evangelio, pero están obligadas por el evangelio. La gente del evangelio hace buenas obras.

PROMESAS A LAS QUE AFERRARNOS

1. Jesús edifica su iglesia (Mt. 16:18, Sal. 127:1)

Jesús promete edificar su iglesia y que nada podrá detenerla, ni siquiera las puertas del infierno. Este es un gran estímulo y un recordatorio para mí como nuevo pastor de una nueva iglesia; Jesús es el que edifica. Y todo lo que él construye tiene éxito. Al final, nosotros ganamos. Así que, cuando hay desafíos en la iglesia o en la comunidad, esta es una gran promesa en la que confiar y descansar: Jesús no puede fallar.

2. Jesús está con su iglesia

Jesús está con la iglesia que edifica. Él promete estar. Dice en Mateo 28:20: «He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo». Él ha estado con nosotros a través de todos los altos y bajos en nuestro primer año. Alabado sea Dios por su presencia con nosotros en esta nueva obra evangélica. Y está contigo, cristiano. Anímate.

 

Traducido por Nazareth Bello