Membresía

Por qué la historia de su iglesia local debería ser importante para sus miembros

Por Forrest Strickland

Forrest Strickland (doctorado en la Universidad de St. Andrews) es profesor adjunto de Historia en el Boyce College y miembro de la Iglesia Bautista de Hunsinger Lane.
Artículo
05.09.2022

Las clases para nuevos miembros a menudo enseñan a través de las creencias de una iglesia sobre la novia de Cristo, la declaración de fe y el pacto de membresía. Estos parecen ser temas obvios para los futuros miembros de la iglesia.

Pero en su afán por la rapidez, algunos pastores pueden verse tentados a no incluir una clase sobre la historia de su propia iglesia local. ¡No tan rápido! La historia de su congregación merece ser contada por lo menos por tres razones.

1. Es un recordatorio de la bondadosa providencia de Dios

En primer lugar, comprender la historia de su iglesia es una forma de relatar cómo Dios ha obrado providencialmente entre un grupo de personas en particular. Solemos pensar en la soberanía de Dios en los detalles de nuestra vida personal y en los grandes momentos de la historia. Por ejemplo, nos jactamos de que Dios fue maravillosamente soberano en el hecho de que Martín Lutero colocara las 95 tesis en la puerta de la iglesia del castillo de Wittenberg. Y reconocemos que Dios es soberano, en última instancia, para que recibamos o no un ascenso laboral.

Sin embargo, parece que no pensamos a menudo en Dios como soberano sobre la fundación y preservación de las iglesias locales. El quién, el qué, el cuándo, el dónde y el por qué están bajo la autoridad de Dios. Enseñar a los miembros potenciales cómo Dios ha sostenido su iglesia les animará a pensar que Cristo sigue construyendo su iglesia, incluida ésta en concreto. Ganamos confianza en que Dios sigue en su trono, y no de una manera abstracta, sin intervención. Él es el Señor incluso sobre los detalles más pequeños de la historia de una iglesia local.

2. Es un recordatorio de la obra de Dios antes de nosotros

En segundo lugar, conocer la historia arraiga la propia conciencia de una iglesia local dentro del reino eterno de Dios. Una iglesia local es una embajada del reino eterno de Cristo en la tierra. Al no enseñarle a su iglesia de dónde vino específicamente (quién la fundó y la regó), implicamos sutilmente que es la primera generación que representa a Cristo en la tierra.

Nada podría estar más lejos de la verdad. La iglesia local no es un invento moderno. Todas y cada una de las iglesias que predican el evangelio son un baluarte integral del reino que Cristo estableció, y tu cuerpo local se encuentra en el gran coro de hermanos y hermanas a través del tiempo y el espacio que han declarado su lealtad a Cristo.

3. Es un recordatorio de nuestras prioridades

En tercer lugar, la historia de la iglesia recuerda a cada generación de creyentes que se les ha dado una responsabilidad particular: compartir el evangelio y hacer discípulos.

Todos los creyentes que te precedieron vivieron y murieron, al igual que tú. Cada cuerpo local tiene el deber de predicar el evangelio para que el reino de Cristo siga avanzando después de que el Señor te llame a casa.

Considere su propia conversión: la razón por la que es creyente es porque alguien más se convirtió en creyente y compartió el evangelio contigo. Y alguien compartió el evangelio con ellos, y así sucesivamente. Hay una gran cadena de evangelización y discipulado que se extiende desde tus días hasta Cristo y los apóstoles. La historia de la iglesia, a pesar de los muchos episodios sombríos, es como mínimo la manifestación gradual de la Gran Comisión. Conocer la historia hace más humilde al pueblo de Dios y aclara lo que debe hacer: predicar el evangelio, edificarnos unos a otros en la fe y confiar en el Señor para obtener frutos, tal como han hecho siempre las generaciones de creyentes.

CONCLUSIÓN

Comprender la historia de su iglesia debería ser tremendamente alentador. Ayuda a explicar la identidad específica de su congregación. Pone nombres a los «santos de la antigüedad» que incluso ahora nos rodean (Heb.12:1).

Sí, debemos enseñar a los miembros actuales la doctrina bíblica de la iglesia y nuestras responsabilidades hacia los demás miembros. Pero también hay que saber que enseñarles la historia del cuerpo al que pretenden unirse explica cómo se puso en práctica nuestra comprensión de la iglesia.

 

Traducido por Renzo Jr. Bello