Clases esenciales: Masculinidad y Femineidad Bíblicas
Masculinidad y Femineidad Bíblicas – Clase 9: Roles de los Hombres y las Mujeres en la Iglesia (Parte 2)
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Clase esencial
Masculinidad y Femineidad Bíblicas
Clase 9: Roles de los Hombres y las Mujeres en la Iglesia (Parte 2)
El día de hoy, quiero empezar con una proposición: Lo más provocativo acerca del Cristianismo no es su enseñanza sobre el género o la sexualidad. Es esto: Un Salvador crucificado. 1 Co. 1:23-24: «pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios». Como cristianos, comenzamos en la cruz. Cuando Dios nos da ojos de fe para ver la cruz como nuestra única esperanza, entonces, es irresistible que sigamos al Salvador crucificado quien es para nosotros la sabiduría de Dios.
Eso es lo que hemos tratado de hacer en estas clases, aplicar y celebrar la sabiduría de Dios en esta área acerca de los roles del género, donde Dios ha establecido sus normas por nuestro bien y para su gloria. Hoy, estamos en nuestra segunda clase de ver cómo expresamos nuestro género en la iglesia local. Los hombres y las mujeres, iguales en valor e importancia, con papeles y formas distintas de honrar a Dios – cómo funciona eso en una congregación particular.
La semana pasada, vimos este principio básico: La Escritura no sólo permite, sino que espera que los hombres y las mujeres participen en la mayoría del ministerio de la iglesia. Vimos 1 Co. 12, donde Dios da dones y talentos tanto a hombres como a mujeres para la edificación del cuerpo, y hablamos sobre cómo los hombres y las mujeres sirven a la iglesia mediante toda clase de ministerios, al leer la Palabra y al orar en los servicios, al hablar palabras de profecía o de aliento bíblico, al ser diáconos y diaconisas, a través de votos congregacionales, del evangelismo, al cuidar del necesitado, al disciplinarnos mutuamente.
También vimos el perfil de trabajo que Dios le da a los ancianos a lo largo del Nuevo Testamento, y miramos que no es sorpresa que Dios reserve el oficio de pastor a los hombres. Esto es debido a que, las cosas que realizan los ancianos encajan con los lineamientos de la masculinidad bíblica: Ellos proveen a la iglesia al enseñar, protegen a la iglesia de la falsa doctrina, lideran con el ejemplo, y son responsables antes Dios por la forma en que pastorean el rebaño.
He aquí el resumen: Los hombres y las mujeres están llamados a servir a la iglesia en todas las capacidades, excepto donde dicho servicio viole el principio bíblico del liderazgo masculino, específicamente en la enseñanza o en el ejercicio de autoridad sobre los hombres cuando la iglesia se encuentra reunida. Ese es el principio que queremos explorar hoy. Así que, vayamos de inmediato a dos pasajes claves que explican cómo difieren los roles de los hombres y las mujeres cuando se trata del contexto de la iglesia local.
Iniciaremos con 1 Timoteo 2:8-15:
«8 Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda. 9 Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, 10 sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad. 11 La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. 12 Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio. 13 Porque Adán fue formado primero, después Eva; 14 y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión. 15 Pero se salvará engendrando hijos, si permaneciere en fe, amor y santificación, con modestia».
La iglesia en Efeso, que se encontraba pastoreada por Timoteo, había sido atacada por falsos maestros. Estos falsos maestros parecían atacar especialmente a las mujeres vulnerables, particularmente a las viudas jóvenes.[1] También parece que los falsos maestros estaban alentando a las mujeres a deshacerse del rol bíblico histórico de éstas, a favor de un estilo de vida más independiente y «liberador».
Para combatir esta enseñanza, Pablo empieza animando a las mujeres a vestirse decorosamente. En el mundo antiguo, la vestimenta extravagante solía significar el deseo de una mujer de ser independiente de la autoridad del hombre, específicamente de la autoridad de su esposo. Para ser claros, Pablo no está diciendo allí, que es una virtud no estar a la moda. Él no está exigiendo conjuntos monótonos y anticuados. Es un llamado a la pureza. Él está diciendo que las mujeres deberían llamar la atención no por como lucen, sino por como viven. La vestimenta llamativa es un sustituto barato del carácter.
Luego en el v.11, las exhorta a «aprender en silencio, con toda sujeción». Analicemos algunas cosas de este versículo:
- Primero, es bueno tener presente que en este momento de la historia, el que Pablo animara a las mujeres a aprender en absoluto habría sido destacable. En muchos casos, no se les permitía a las mujeres recibir la misma instrucción que los hombres. En el Talmud, una compilación de enseñanzas judías, un rabino dice, «Sería mejor que las palabras de la Torá fueran quemadas, a que deban ser confiadas a una mujer».[2] Así que, este llamado a aprender era revolucionario.
- Segundo, cuando Pablo llama a las mujeres a aprender «en silencio», él les está diciendo que demuestren una postura sumisa a la enseñanza bíblica.[3] Esto no quiere decir, que una mujer no puede decir «Amén» o «Aleluya» cuando el predicador está haciendo lo suyo. Significa que su actitud predeterminada debería ser aceptar la Palabra de Dios, no socavarla o criticarla públicamente.[4]
Luego [siguiente página en el folleto], en el v.12, Pablo reitera el v.11 de forma negativa. En la vida de la congregación reunida, él dice que no se les permite a las mujeres «enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre».
La primera restricción es que no se les permite a las mujeres enseñar a los hombres. Cuando Pablo dice «no permito a la mujer enseñar», él no está presentando su ejemplo como una posible opción – él está diciendo que esto debería ser una norma.[5]
La palabra «enseñar» se usa en el N.T. principalmente para describir la comunicación autorizada de las verdades acerca de Jesús y la voluntad de Dios a otros creyentes.[6] Así que, cuando Pablo habla de enseñar aquí, él está describiendo la clase de enseñanza que alguien dotado por el Espíritu haría para traer instrucción autorizada en doctrina a la congregación. Esta clase de enseñanza es a menudo hecha por una persona que lleva el oficio de anciano-supervisor, del cual Pablo habla más en el capítulo 3.
¿Entonces esto quiere decir que la Biblia prohíbe que las mujeres enseñen a alguien en la iglesia? Para nada. En la gramática griega subyacente, es mejor leer la palabra «hombre» como el objeto directo de «enseñar» y «ejercer dominio». Pablo está diciendo, que en el contexto de la asamblea formal reunida, una mujer no debe enseñar, o ejercer autoridad sobre un hombre.
Pero por supuesto, esto no quiere decir que una mujer nunca debería enseñar. La semana pasada, vimos en Tito 2, cómo Pablo anima a las mujeres a enseñar a otras mujeres y niños. Él elogia la instrucción que Timoteo recibió de su madre y abuela (2 Timoteo 1). Pablo alienta a todos los creyentes a instruirse mutuamente mientras cantan juntos (Colosenses 3:16). Priscila junto con Aquila instruyó a Apolos privadamente en Hechos 18. Siempre aprendo cosas del Señor de mujeres de manera informal, cuando me animan con lo que están estudiando en la Escritura o al testificar de la bondad de Dios en sus vidas. Y podría seguir. Pero la preocupación de Pablo aquí es con ese tipo formal de enseñanza y autoridad ejercida en la reunión semanal regular de los santos.
Ahora, ¿la enseñanza de Pablo aquí permitiría que las mujeres enseñen a hombres en un escenario paralelo a la iglesia, como en un ministerio universitario? ¿Significa que los hombres pueden aprender de libros teológicos publicados por mujeres? Estas áreas de aplicación son menos claras, y los cristianos pueden estar en desacuerdo. Claramente, el estándar que Pablo está estableciendo es que sólo los hombres enseñan a la iglesia reunida. En escenarios que son más opcionales o casuales como una reunión de un ministerio universitario, es probable que las mujeres puedan enseñar, pero pienso que el patrón bíblico recomienda la sabiduría de que la enseñanza sea impartida por hombres, especialmente cuando la enseñanza implica explicar la Escritura y exhortar a hombres y mujeres a obedecerla. Puesto que, un libro es más distante, una forma menos directa de comunicación, veo eso menos problemático – la preocupación de Pablo es el orden en la iglesia local.
La segunda restricción es que se le prohíbe a una mujer ejercer dominio sobre un hombre. La expresión traducida «ejercer dominio sobre» quiere decir tener control sobre otro, en el sentido de gobernar o dirigirlo. En el Nuevo Testamento, y especialmente en las cartas a Timoteo y Tito, esa función gobernante o rectora se atribuye principalmente al oficio de los ancianos, también llamados pastores y supervisores. [7]
Algunos cristianos han buscado suavizar esta enseñanza, diciendo que Pablo sólo prohíbe la enseñanza autorizada, como en la enseñanza que hacen los ancianos. Siempre y cuando una mujer esté bajo los auspicios de sus ancianos, es libre de predicar a toda la iglesia. Pero eso no es lo que él dice. Su prohibición es muy clara. Otros han tratado de decir que las mujeres no deben usurpar la posición de maestro; mientras los ancianos les pidan que prediquen, está bien. O que no deben enseñar cosas falsas. Pero ni la gramática ni el vocabulario pueden apoyar estos argumentos.[8] Observa como Pablo, una vez más, repite su punto anterior al final del versículo 12: «sino estar en silencio». En otras palabras, las mujeres deben escuchar la enseñanza autorizada – deben beneficiarse de ella, disciplinarse entre sí en ella, animar a sus hermanos en Cristo a creer y obedecerla, pero Dios no las ha llamado a comunicar esa enseñanza en la iglesia.
Para ayudarnos a pensar más claramente sobre porqué son dadas estas dos restricciones, miremos los versículos 13-14 donde encontramos 2 razones.
Razón 1: En el v.13 leemos «Porque Adán fue formado primero, después Eva;». Es importante observar aquí que el argumento de Pablo no es uno pragmático o de preferencia o relevancia cultural. Su argumento está basado en la creación. Dios creó al hombre y a la mujer en cierto orden para comunicar la verdad universal de que él planeaba guiar y proteger a su pueblo en esta vida. La iglesia de Timoteo estaba luchando con la disensión y confusión porque estaban ignorando este orden creado.
La Razón 2 para estas restricciones es el v.14: «y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión». Pablo no está diciendo que las mujeres son más culpables que los hombres. Tanto los hombres como las mujeres pueden ser engañados. Pero cuando Pablo dice «Adán no fue engañado», él está señalando que Adán no fue el primero en ser atacado por la serpiente con su tentación. Cuando Satanás fue a Eva y le mintió, él intentó socavar el orden que Dios había establecido. Así que, en lugar de ir a Adán, el líder escogido por Dios, él deliberadamente desafió ese orden y fue a Eva, poniéndola en la posición de portavoz, líder y defensora.
Observa esto: Satanás quiere que los hombres sean pasivos e indiferentes hacia los mandamientos de Dios y él quiere que las mujeres salgan de la protección de los hombres para que ellas también puedan ser engañadas. ¡Torcer los roles de género es su estrategia más antigua! De modo que, hombre, cada vez que eres pasivo en tu liderazgo, impulsando, incluso provocando que las mujeres a tu alrededor tomen el control, ¿ves lo que estás haciendo? Te conviertes en un socio voluntarioso en la rebelión de Satanás. Y mujer, eso significa que te rebelas contra el liderazgo masculino piadoso (no todo el liderazgo masculino es piadoso), que también juega en las manos de Satanás.[9]
Finalmente, Pablo termina con una promesa en el v.15.[i] Es un versículo difícil de interpretar. Pero creo que está aquí para darle esperanza a las mujeres: «Pero se salvará engendrando hijos, si permaneciere en fe, amor y santificación, con modestia». La última frase es clara. Si alguna mujer ha sido culpable de sobrepasar su rol bíblico en este asunto; no debería desesperarse; debería caminar en arrepentimiento. Debería continuar en fe, amor, santificación, y modestia.
¿Qué hay de la frase «se salvará engendrando hijos»? Sabemos por el resto de los escritos de Pablo, que sólo se es salvo por medio del arrepentimiento y de la fe en Cristo. Pablo no está enseñando aquí que la salvación es por obras. También sabemos que algunas mujeres no pueden tener hijos por causa de los efectos dolorosos y misteriosos de la caída en nuestros cuerpos – hay muchas mujeres en la Biblia que son completamente femeninas a pesar de sus dificultades para tener hijos. ¡Pablo no está diciendo eso! Muchos eruditos sugieren que Pablo usa la «maternidad» como una imagen simbólica para describir cómo es a menudo el arrepentimiento. Quizá alguna de las mujeres «liberadas» en Efeso, que estaban tratando de enseñar a los hombres, también se veían como demasiado progresistas y sofisticadas para la maternidad. Dado que nos encontramos en el contexto de los roles de las mujeres, el versículo expresa que las mujeres pueden tener la seguridad de que están caminando en arrepentimiento cuando dejan de usurpar la autoridad, y en cambio, abrazan su rol de descansar bajo el liderazgo masculino. Eso con frecuencia será visto, para aquellas que están casadas, al abrazar su rol de ser esposa y madre. Pero Pablo no está diciendo que debes casarte o tener hijos para asegurar tu salvación o para ser una mujer piadosa.
¿PREGUNTAS?
Veamos ahora 1 Co. 11:3-16. Mientras vas allí, algo de contexto:
Parece ser que en Corinto, lo culturalmente aceptable para las mujeres de hacer para honrar a sus esposos era usar algún tipo de manto para la cabeza o velo en público. También parece que había una clase de movimiento de liberación de las mujeres en este momento en Corinto, que llamaba a las mujeres a quitarse sus velos, lo que puede haber significado la independencia del liderazgo de su esposo. Evidentemente, algunas de las mujeres de la iglesia en Corinto habían adoptado este pensamiento, y hablaban durante los servicios con sus cabezas descubiertas, deshonrando así a sus esposos y a la iglesia.
Por tanto, en esta sección Pablo llama a las mujeres a ver esta postura como rebelde y a arrepentirse.
«Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo. 4 Todo varón que ora o profetiza con la cabeza cubierta, afrenta su cabeza. 5 Pero toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta, afrenta su cabeza; porque lo mismo es que si se hubiese rapado. 6 Porque si la mujer no se cubre, que se corte también el cabello; y si le es vergonzoso a la mujer cortarse el cabello o raparse, que se cubra. 7 Porque el varón no debe cubrirse la cabeza, pues él es imagen y gloria de Dios; pero la mujer es gloria del varón. 8 Porque el varón no procede de la mujer, sino la mujer del varón, 9 y tampoco el varón fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón. 10 Por lo cual la mujer debe tener señal de autoridad sobre su cabeza, por causa de los ángeles. 11 Pero en el Señor, ni el varón es sin la mujer, ni la mujer sin el varón; 12 porque así como la mujer procede del varón, también el varón nace de la mujer; pero todo procede de Dios. 13 Juzgad vosotros mismos: ¿Es propio que la mujer ore a Dios sin cubrirse la cabeza? 14 La naturaleza misma ¿no os enseña que al varón le es deshonroso dejarse crecer el cabello? 15 Por el contrario, a la mujer dejarse crecer el cabello le es honroso; porque en lugar de velo le es dado el cabello. 16 Con todo eso, si alguno quiere ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre, ni las iglesias de Dios».
No vamos a lidiar con cada pregunta posible hoy. En su lugar, vamos a enfocarnos en 3 verdades principales de este texto:
A) Dios espera que las mujeres sirvan públicamente orando y profetizando.
Como vemos en el versículo 5, Dios espera que las mujeres oren y profeticen durante la reunión de la iglesia. Cuando pensamos en la profecía del Nuevo Testamento en una reunión pública de la iglesia, no deberíamos verla como la revelación inerrante de Dios, porque después en el capítulo 14, él dice que las profecías deben ser evaluadas. Podemos definirla como hablar de las verdades de Dios para edificar al pueblo de Dios. Hay mucho más que pudiéramos decir, pero de todos modos, entendemos la profecía, está claro que se les permitía e incluso animaba a las mujeres a participar en ciertos aspectos de la adoración pública de la iglesia, siempre y cuando lo hicieron de una forma que abrazara y respetara el liderazgo masculino.
Ahora, ¿qué hay de 1 Corintios 14:34-35? ¿No va eso directamente en contra de esta idea? Ve allí y sigue…
1 Corintios 14:34-35 «Como en todas las Iglesias de los santos, 34 vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice. 35 Y si quieren aprender algo, pregunten en casa a sus maridos; porque es indecoroso que una mujer hable en la congregación».
¿Es esto alguna especie de contradicción con lo que acabamos de escuchar? No lo creo. En el capítulo 11, Pablo está abordando el corazón de las mujeres en Corinto, llamándolas a honrar públicamente a sus esposos y a la iglesia cuando participan. En el capítulo 14, él hace lo mismo, pero el contexto del versículo 29 es «ponderando lo que se ha dicho». El versículo 29 dice que cuando las personas en la congregación dan profecías, deben ser sopesadas y juzgadas bien sea como del Señor o no. Por tanto, el «hablar» que él dice aquí, parece referirse a la evaluación autorizada de las profecías que han sido dadas.
En otras palabras, Pablo nos enseña que las mujeres pueden orar y profetizar, pero no es apropiado que «hablen» cuando se trata del juicio y evaluación públicos de esas profecías en contra de la Escritura, porque eso caería en la categoría de ejercer enseñanza autorizada a la iglesia.
Así, en CHBC, escucharás con frecuencia a mujeres compartir testimonios cuando son bautizadas o los domingos por la noche, o cuando hablan en las noches de estudio bíblico los días miércoles. Pero cuando lo hacen, Mark u otro pastor están allí en nombre de todos los ancianos para «sopesar» lo que se ha dicho e intervenir en caso de que alguna corrección necesite ser hecha.
De vuelta al capítulo 11 y al principio B:
B) Dios quiere que las mujeres sirvan en la iglesia de una forma que abrace claramente su identidad femenina.
Este es el punto del cubrir las cabezas, y realmente toda la sección de los versículos 3-16. Pablo llama a las mujeres a presentarse de una forma que deje claro que ellas están abrazando su femineidad, la cual incluye la sumisión al diseño de Dios de honrar el liderazgo masculino. Cuando Pablo dicen en los versículos 14-15, que la «naturaleza» enseña a los Corintios que el cabello largo es una deshonra para el hombre pero una honra para la mujer, él no está declarando que ciertas longitudes de cabello o estilos son esenciales para ser masculino o femenino. Él está diciendo que la naturaleza enseña constantemente que los hombres y las mujeres son diferentes. Naturalmente, tenemos una conciencia que nos debería dirigir a vivir consistentemente con masculinidad o femineidad, cualquiera sea la apariencia de una cultura en particular. Las normas y la moda cambian con el tiempo, pero lo que no ha cambiado es el hecho de que somos creados para expresar nuestra masculinidad o femineidad. Por supuesto, ese instinto «natural» ha sido estropeado y distorsionado por la caída, pero todavía existe y debería ser honrado.
En esa cultura, la manera en que las mujeres casadas mostraban sujeción, era usando un manto sobre sus cabezas en público, y también no cortando su cabello, lo que sin duda era algo que las prostitutas del templo harían. Entonces, ¿deberían las mujeres cristianas usar velos hoy? Algunos piensan que sí. Pero en nuestra cultura, las mujeres no usan velos, así que, usar uno, no necesariamente comunicaría sujeción – que es el punto de lo que Pablo está diciendo aquí. El desafío es que en nuestra cultura, no tenemos una prenda que diga «soy feliz de ser una mujer que acepta la autoridad de su esposo y de los ancianos de acuerdo al diseño de Dios». Si una mujer se negara a tomar el apellido de su esposo (al menos tradicionalmente), a unir su cuenta bancaria con la de él, y a usar un anillo de boda, eso equivaldría a una «deshonra» pública de su marido en nuestra cultura. Para nosotros, una mujer pudiera mostrar respeto a su marido y a otros hombres de la iglesia al 1) intencionalmente edificar a su esposo con su habla si testifica públicamente; 2) si se preocupa por la enseñanza que está escuchando, informando esas preocupaciones a su marido, en primer lugar, si está casada (1 Co. 14:35), y si está soltera, comunicándoselas en privado a un anciano.
C) La autoridad docente masculina en la iglesia no invalida la igualdad de interdependencia.
Este es realmente nuestro punto resumen. Como vimos en 1 Timoteo 2, la autoridad docente masculina en la iglesia es una implicación del orden creado por Dios. Versículos 8-10: «Porque el varón no procede de la mujer, sino la mujer del varón, 9 y tampoco el varón fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón. 10 Por lo cual la mujer debe tener señal de autoridad sobre su cabeza, por causa de los ángeles». La sumisión de una esposa en la iglesia está directamente relacionada a cómo Dios creó a Adán para liderar y a Eva para ayudar. Algunos han sugerido que la frase sobre los ángeles sólo significa que como seres celestiales que miran a la iglesia siguiendo el orden creado por Dios, se llenan gozo y dan alabanza a Dios.
Pero Pablo continua, versículos 11-12: «Pero en el Señor, ni el varón es sin la mujer, ni la mujer sin el varón; porque así como la mujer procede del varón, también el varón nace de la mujer; pero todo procede de Dios». ¿El punto? ¡Nos necesitamos mutuamente! Tenemos roles diferentes, pero ningún sexo es superior o inferior. Los hombres y las mujeres son interdependientes, y ambos son absolutamente dependientes de Dios.
Conclusión
¿Por qué importa todo esto? Porque Dios ha hablado claramente en su palabra. No tenemos ninguna autoridad para añadir o sustraerle algo a la Escritura, para revisarla y manipularla para que se ajuste a nuestros tiempos. Dios es bueno, todo lo que dice y hace es bueno. Cuando sus mandamientos están en conflicto con nuestras sensibilidades modernas, nuestro trabajo no es amoldar la Biblia a nuestro entendimiento, sino amoldar nuestro entendimiento a la Biblia. Así es como honramos a Dios.
Pero al final del día, esto importa porque va al corazón de cómo nosotros como iglesia nos organizamos juntos. Y Dios ha diseñado la iglesia para ser un reflejo de su gloria y evangelio. Así que, abrazar este diseño es abrazar el avance del evangelio. Rechazarlo, es trabajar para desmejorarlo. Al final, es fundamental. Es así de importante.
[1] En 1 Ti. 5:15 vemos que algunas viudas jóvenes «ya se han apartado en pos de Satanás». (1 Ti. 5:14-15; 2 Ti. 3:6).
[2] Eliezer ben Hyrcanus, Jerusalem Talmud, Sotah 3:4, 19a
[3] La expresión utilizada para aprender «en silencio» se usa en varios lugares del N.T. para describir a una multitud que está quieta esperando el discurso de alguien: Hechos 11:18 (los Judaizantes callaron), 21:14 (los Efesios dejaron de discutir); 22:2 (los alborotadores callaron); 1 Ts. 4:11 (ocuparse de sus negocios); 2 Ts. 3:12 (trabajar sosegadamente y comer de su propio pan); 1 Pedro 3:4 (la mujer debería tener un espíritu apacible). En particular, Pablo le está diciendo a las mujeres entre ellos que se caracterizaban por estar (en palabras de 1 Ti. 5:13) «andando de casa en casa, [siendo] chismosas y entremetidas», que se callaran y dejaran de causar problemas.
[4] Así, este versículo llama positivamente a las mujeres a imitar la postura de María que se sentaba a los pies de Cristo, en Lucas 10:38-42, y al mismo tiempo, a evitar la postura de Miriam, en Números 12:2, donde ella causó una revuelta en contra de Moisés y dijo «¿Solamente por Moisés ha hablado Jehová? ¿No ha hablado también por nosotros?».
[5] Él le escribe a Timoteo como su delegado apostólico dándole órdenes para la iglesia. Él usa el ambiente indicativo en otra parte del capítulo 2, para dar una instrucción autoritaria: «Exhorto» (2:1), «Quiero» (2:8). Fíjate que sus instrucciones en esta sección se aplican «en todo lugar». Algunos igualitaristas alegan que Pablo está dando un instrucción temporalmente restringida, en la línea de «No estoy permitiendo [ahora] que una mujer enseñe hasta que reciba la capacitación y autorización debidas». No obstante, no hay evidencia textual de esto. A falta de la cláusula «hasta», lo mejor es traducir aquí el tiempo presente no de forma continua («No estoy permitiendo» sino de manera intemporal «No permito»). Pablo muestra que él capaz de dar límites temporales tales como «Entre tanto que voy» (4:13) y «hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo» (6:14), pero aquí el no lo hace.
[6] Hechos 2:42 («Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles»), Ro. 12:7 («el que enseña, en la enseñanza;»), 2 Ti. 2:2 («…hombres fieles que sean idóneos para enseñar también»).
[7] Por ejemplo, 1 Timoteo 3:5 habla de un anciano «cuidando» a la iglesia de la misma forma que «gobierna» su propia casa. Luego en 1 Timoteo 5:17, habla específicamente de los ancianos que «gobiernan bien».
[8] Ve los capítulos por Wolters, Köstenberger, y Schreiner en Women in the Church [Mujeres en la iglesia].
[9] Sección opcional:
Algunos preguntarán, ¿significa esto que una mujer nunca puede nada enseñar a un hombre? Muchos que sostienen que las mujeres ciertamente pueden instruir a los hombres, rápidamente irían a la escena donde Priscila y Aquila instruyeron a Apolos en Hechos 18:24-26:
«24 Llegó entonces a Efeso un judío llamado Apolos, natural de Alejandría, varón elocuente, poderoso en las Escrituras. 25 Este había sido instruido en el camino del Señor; y siendo de espíritu fervoroso, hablaba y enseñaba diligentemente lo concerniente al Señor, aunque solamente conocía el bautismo de Juan. 26 Y comenzó a hablar con denuedo en la sinagoga; pero cuando le oyeron Priscila y Aquila, le tomaron aparte y le expusieron más exactamente el camino de Dios».
¿Qué nos enseña esta escena? Nos enseña que Dios usó a un esposo y una esposa en la vida de un creyente inmaduro pero salvajemente dotado. Simplemente no hay suficiente información que nos permita contradecir el claro significado de 1 Timoteo 2 en este pasaje. No hay evidencia de que Priscila fuera la que principalmente enseñaba a Apolos; deberíamos asumir que ella apoyaba a su marido en un ambiente privado testificando acerca de las realidades cristianas de las que Apolos era ignorante.
[i]He aquí una versión más larga de la sección sobre 1 Timoteo 2:15 de un manuscrito anterior que pudiera ser útil para ti (la nota de pie de página puede continuar en la página siguiente):
Imagina que eres una de las mujeres que ha sido culpable de socavar el liderazgo pastoral de Timoteo. Estabas tratando de enseñar a los hombres algunas de las cosas que oíste de falsos maestros. Pero ahora, has sido confrontada, tal vez por Timoteo, y estás convencida de tu pecado. Quieres arrepentirte. Pero temes que el engaño en el que has estado involucrada haya sido tan terrible, que te preguntas si hay alguna esperanza para ti. Pablo dice, no te desesperes: ¡Tal mujer puede ser salvada!
Ella «se salvará engendrando hijos». ¿Qué quiere decir esto? Voy a introducir una palabra muy larga, pero es un concepto útil: Pablo está usando una sinécdota aquí. Es una figura literaria donde una parte de algo representa el todo. Al igual que en «manos todos a la obra» – realmente no quieres un montón de manos en la obra, quieres trabajadores, personas. O, cuando compras un auto nuevo, y le dices a tu amigo «échale un vistazo a estas ruedas». No quieres que él solamente vea los neumáticos; La palabra «ruedas» significa todo el auto. Es similar aquí. La «maternidad» es una parte particularmente ilustrativa y memorable de lo que significa abrazar el papel que Dios le ha dado a una mujer como ayudante. Después de todo, es un deber exclusivamente femenino.
Ahora bien, sabemos por los demás escritos de Pablo que sólo se es salvo por el arrepentimiento y la fe en Cristo. Pablo no está enseñando aquí la salvación por obras. Más bien, creo que está usando una imagen simbólica para describir cómo es a menudo el arrepentimiento. Dado a que nos encontramos en el contexto de los roles de las mujeres, el versículo expresa que las mujeres pueden tener la confianza de que realmente están arrepentidas cuando dejan de usurpar la autoridad, y en cambio, abrazan su rol de descansar bajo el liderazgo masculino. Eso se verá más a menudo al abrazar su rol de ser esposa y madre. Así, «engendrando hijos». Pero Pablo no está diciendo que debes casarte o tener hijos para asegurar tu salvación o para ser una mujer piadosa. Él conocía bien su Biblia, y hay muchas mujeres en el Antiguo Testamento que son elogiadas como completamente femeninas incluso al luchar durante años con la infertilidad. Pablo está diciendo que para caminar en arrepentimiento, necesitas adoptar la femineidad bíblica. La maternidad suele ser una parte de eso –no siempre– pero como parece que los falsos maestros estaban socavando el valor de la familia, la maternidad es el aspecto especifico del rol de una mujer que Pablo usa como figura literaria para llamar a las mujeres a la femineidad en general.
Y es por ello, que él incluye esas virtudes al final – está explicando más de cómo es continuar caminando en arrepentimiento: fe, amor, santificación, modestia. Para aplicar este versículo, ora para que Dios haga crecer en ti esas cuatro virtudes y te de la gracia para disfrutar y beneficiarte de los hombres que enseñan la Palabra de Dios en nuestra iglesia.