Pastoreo
La historia no ha terminado: Reflexiones sobre los hijos que se han extraviado de la fe
Es doloroso para los padres cristianos ver a sus hijos alejarse de la fe trasmitida en casa. La promesa de verlos crecer en la verdad, caminando en los pasos de Jesús, puede parecer rota cuando ellos eligen otro estilo de vida, valores y creencias. Sin embargo, las Escrituras nos ofrece esperanza y aliento. Nos recuerdan que la historia de estos hijos aún no ha terminado. Dios tiene el poder de transformar cualquier vida. Él puede traer de regreso a quienes se han extraviado de la fe.
Como padres, amigos o familiares, somos llamados a no perder la esperanza. Aquí tienes algunas cosas que te pueden ayudar a lidiar con esta situación:
1. Una esperanza fundamentada en la Palabra de Dios
Los padres que se enfrentan a la realidad con hijos en esta condición, pueden sentir que han fallado en su misión de guiarlos hacia la fe cristiana. Pero la esperanza se fundamenta en que la obra de Dios es continua y muchas veces invisible para nosotros. Como afirma Filipenses 1:6: «estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo». Este texto es un recordatorio poderoso de que Dios no ha terminado su obra en la vida de esos hijos. Él comenzó esa obra, y él es fiel para completarla.
Por otra parte, Proverbios 22:6 nos dice: «Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él». Aunque este texto bíblico no es una garantía de que no sucederá, sí es una invitación a confiar en que las enseñanzas de la Palabra cultivadas en la infancia tienen el poder de permanecer, y posteriormente dar sus frutos. Los hijos pueden desviarse. Los hijos pueden experimentar una vida alejada de Dios, pero la verdad que fue plantada en sus corazones permanece.
2. El Dios que busca a los perdidos
Jesús dedicó gran parte de su ministerio a aquellos que se encontraban lejos de Dios. La parábola del hijo pródigo, narrada en Lucas 15:11-32, es un ejemplo manifiesto del amor del Señor hacia ellos. En esta historia, un padre espera en forma paciente el regreso de su hijo, el cual había malgastado su herencia en una vida de excesos. A pesar de sus errores, el hijo es recibido con amor y misericordia cuando finalmente decide regresar. Jesús usó esta parábola para mostrar el amor y la compasión de Dios hacia aquellos que se apartan. Él desea que vuelvan a su hogar espiritual.
Esta parábola no solo es un consuelo para los padres, sino también un llamado a la acción. Como el padre en la historia, Dios nos invita a tener una actitud de amor incondicional y perdón hacia nuestros hijos, incluso cuando toman decisiones que contradicen nuestras creencias. Al igual que el padre de la historia, deberíamos estar dispuestos a recibirlos de vuelta con brazos abiertos. Debemos recordarles que en el hogar de Dios siempre encontrarán amor y restauración también para ellos.
3. La oración que persiste y el poder de la intercesión
La oración es un instrumento espiritual poderoso en la vida de un cristiano. Ella es especialmente vital en la vida de los padres que oran por aquellos hijos extraviados de la fe. Santiago 5:16 nos dice: «La oración eficaz del justo puede mucho». Aunque el cambio en el corazón de un hijo puede parecer imposible, la oración abre las puertas para que Dios obre en formas misteriosas e inesperadas.
Un ejemplo de oración persistente se encuentra en la vida de Mónica, la madre de San Agustín. Ella oró fervientemente por la conversión de su hijo durante años. Agustín se alejó de la fe y vivió una vida desordenada. Pero finalmente, Dios respondió a las oraciones de Mónica. Agustín de Hipona se convirtió al Señor y llegó a ser uno de los padres más influyentes de la Iglesia. Esta historia nos recuerda que, aunque nuestros ojos no vean el cambio inmediato, la oración y el poder de la intercesión siguen siendo efectivos.
4. El amor y la paciencia como testimonios vivos
En 1 Corintios 13:4-7, el apóstol Pablo describe el amor verdadero: «El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia… todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta». Este pasaje no solo es aplicable a las relaciones de pareja; es un desafío para todos los cristianos a que vivan en amor y paciencia, incluso hacia aquellos que se han apartado de la fe.
La paciencia y el amor pueden actuar como un recordatorio vivo de la misericordia de Dios. En lugar de juzgar o condenar, los padres están llamados a mostrar a sus hijos un amor incondicional y una paciencia constante, imitando el amor de Dios. Muchas veces, el testimonio de un padre y una madre que se mantienen fieles, amorosos y pacientes, puede hablar más fuerte que las palabras, siendo una muestra tangible del amor de Cristo. Sigue confiando, el salmista nos recuerda: «Estad quietos, y conoce que yo soy Dios…» Salmo 46:10.
5. El descanso en Dios
Una de las grandes luchas para los padres cuyos hijos están apartados de Señor es el deseo de controlar la situación. Quieren traer a sus hijos de regreso, hablarles de la fe, o incluso confrontarlos sobre sus elecciones de vida. Sin embargo, 1 Pedro 5:7 nos recuerda: «echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros». Esta es una invitación a entregar a nuestros hijos en manos de Dios. debemos confiar en que él tiene el poder para guiar sus vidas. El poder para llevarlos de vuelta hacia él.
La Biblia nos llama a confiar y descansar en Dios. Él tiene el control, incluso cuando las cosas parecen sin esperanza en la vida de esos hijos. Como padre eres tentado a intervenir de muchas maneras. Sin embargo, el acto más poderoso que puedes hacer es entregar tu hijo a Dios en oración. Confía en que él hará su obra en el tiempo perfecto.
6. El papel de la comunidad cristiana
La Iglesia tiene un papel importante en la vida de los creyentes, especialmente en tiempos de dificultad. Hebreos 10:24-25 nos dice: «Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras, no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca». La comunidad cristiana puede brindar apoyo, ánimo y oración a los padres que están lidiando con esta situación.
La oración corporativa y el aliento de la comunidad son esenciales. La iglesia puede convertirse en un lugar de esperanza, donde los padres encuentran consuelo y fuerzas para seguir orando y esperando. Además, la iglesia también puede ofrecer un espacio de bienvenida para los hijos que algún día decidan regresar.
7. La fe en el regreso de los hijos
La historia no ha terminado para los hijos que se han extraviado de la fe cristiana. Aunque pueden haber perdido el rumbo, Dios no los ha olvidado. La Biblia está llena de relatos de personas que se alejaron y luego regresaron, recordándonos que Dios es experto en restaurar y transformar. Jeremías 24:7 ofrece una promesa esperanzadora: «Les daré un corazón para que me conozcan, porque yo soy Jehová; y me serán por pueblo, y yo les seré a ellos por Dios, porque se volverán a mí de todo su corazón».
Este pasaje es una invitación a tener fe en que Dios puede traer de vuelta a los hijos apartados, dándoles un corazón nuevo. La transformación puede llevar tiempo, pero Dios siempre está dispuesto a dar oportunidades a quienes se arrepienten y regresan a él.
Existen varios casos de hijos de líderes cristianos que, en algún momento, se alejaron de la fe, enfrentaron dudas o vivieron en rebeldía, pero posteriormente volvieron a abrazar el cristianismo de forma renovada y profunda. Aquí tienes algunos ejemplos:
1. Franklin Graham – Hijo del evangelista Billy Graham, Franklin pasó una juventud turbulenta, experimentando con drogas y llevando una vida alejada de los valores cristianos. Sin embargo, en su adultez, volvió a la fe y lideró la organización Samaritan’s Purse, además de servir como presidente de la Asociación Evangelística Billy Graham.
2. Jonathan Edwards II – Hijo de Jonathan Edwards, uno de los teólogos y pastores más influyentes del Gran Despertar en Estados Unidos. Aunque Jonathan II no tuvo el mismo perfil rebelde, sí experimentó un tiempo de alejamiento de la fe y los principios de su padre. Eventualmente regresó y siguió en el ministerio.
3. Rachel Saint – Hermana de Nate Saint, el misionero que fue asesinado por la tribu huaorani en Ecuador. Aunque ella misma fue una misionera entregada, en algún momento luchó con dudas y alejamientos, pero regresó más firme a la fe. Ella fue clave en la conversión de los hombres que asesinaron a su hermano.
Estos casos reflejan lo diverso que puede ser el recorrido espiritual, incluso para quienes crecieron en contextos profundamente cristianos.
Conclusión
Enfrentar la realidad de que un hijo se ha extraviado de la fe cristiana es difícil, pero las Escrituras ofrecen consuelo, esperanza y dirección. Aunque los padres puedan sentir que han perdido a sus hijos, Dios nos recuerda que la historia aún no ha terminado. Él es un Dios de nuevas oportunidades y de restauración. Su amor puede alcanzar incluso a aquellos que se han alejado más. La historia de los hijos apartados sigue en sus manos. En su tiempo perfecto, Dios puede hacer la obra de traerlos de vuelta al hogar.
Recuerda: ¡La historia no ha terminado!
Editado por Renso Bello
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