Pastoreo

La esposa del pastor: ¿asociada o aliada?

Por Connie Dever

Connie Dever es la esposa de Mark Dever, pastor de la iglesia Capitol Hill Bapstist Church en Washington D.C.
Artículo
10.08.2020

«¿Qué haría tu esposa si tú fueras nuestro pastor?» Esa fue la pregunta que un miembro de la iglesia le hizo a mi esposo durante la sesión de preguntas y respuestas de la iglesia Capitol Hill Baptist Church (CHBC). Lo estaban considerando para el puesto de pastor.

¿Cuál fue la respuesta de Mark? ¿Acaso contestó que yo me encargaría del ministerio de mujeres, que trabajaría con los niños y que lo acompañaría en las visitas? No, no lo hizo.

«Ella buscará amar al Señor», respondió sencillamente. «Será mi esposa, la madre de nuestros hijos y un miembro fiel de esta congregación». Luego añadió: «Recuerden, estarán empleándome a mí; no a mi esposa. Para que ella sirva de la mejor manera, hay que permitirle ser la mujer que Dios quiere que sea y dejarla apoyarme».

En otras palabras, él no quiso que la iglesia asumiera que yo sería otro miembro del equipo pastoral, aunque sin gozar de sueldo. No quería que fuera una persona asociada al equipo, sino una aliada. Es decir, quería que tuviera una conexión íntima con mi Dios, mi esposo, mi familia y los otros miembros de la iglesia. De este modo, cumpliría con los roles bíblicos asignados a todas las esposas, las madres y los hermanos en Cristo. Así podría aprovechar al máximo las oportunidades de complementar el ministerio de mi marido. Eso es lo que mi esposo le enseñó a su futura congregación esa noche. Me mostró que ese sería el mejor abordaje. Durante los últimos catorce años, este enfoque no solo ha traído libertad a mi vida, sino también frutos a la iglesia.

Hay algo que me ha permitido vivir el ministerio como aliada de mi marido a lo largo del tiempo: el compromiso de CHBC por capacitar a hombres jóvenes en el ministerio pastoral. Algunos de ellos son miembros de nuestra iglesia. Otros llegan por el programa de pasantías pastorales. Muchos llegan junto a sus esposas, quienes también esperan que las guíen para saber cuál es la mejor manera de apoyar a sus esposos en el pastorado. Como respuesta a esto, junto con varias mujeres formamos un grupo pequeño para las esposas de pastores de CHBC. Desde el día en que lo empezamos, hace varios años, ha ido progresando.

Luego de pasar varios años armando nuestras lecciones a medida que avanzábamos, optamos por seguir el libro de Mary Somerville, En unión sagrada con un pastor, para la mayor parte de las lecturas de nuestro grupo pequeño. Elegimos este libro porque está lleno de reflexiones bíblicas profundas y de ideas prácticas que beneficiarán a las esposas de pastores con y sin experiencia.

Sin embargo, usamos el libro con algunas observaciones. Algunas afirmaciones de Somerville chocan con su mensaje principal, bien equilibrado y bíblico. Estas afirmaciones transmiten, quizá involuntariamente, expectativas demasiado altas para las esposas de pastores. La idea de que la mujer siempre estará sirviendo junto a su esposo y haciendo labores pastorales con él no es sana. Su rol principal es apoyarlo como esposa, madre, amiga y un miembro leal de la iglesia. En ciertas ocasiones, descubrimos que estamos en completo desacuerdo con las sugerencias de Somerville.

También descubrimos que, aunque En unión sagrada con un pastor introduce de forma excelente muchos de los temas que generalmente se enfrentan en el ministerio pastoral, las mujeres de nuestro grupo estaban hambrientas por escuchar a las esposas de sus propios pastores. Querían escuchar sobre las situaciones del ministerio y temporadas de la vida en que habíamos visto esos conceptos aplicados. Querían escuchar sobre las cosas que había atravesado nuestro corazón por detrás de la superficie y sobre el modo en que las verdades bíblicas confrontaron estos temas. Querían escuchar «historias de guerra» edificantes y cualquier palabra de sabiduría que pudiéramos ofrecer. Y querían saber cómo hablarles a sus esposos sobre estas cosas a fin de tener una conexión más íntima con ellos por amor al evangelio y por el bien de sus familias.

Ante estas preocupaciones y otras necesidades que expresaron, dudamos de que el libro de Somerville fuera el que debíamos usar. Decidimos que sí lo era. En lugar de descartar el buen libro de Somerville, lleno de tantas enseñanzas y consejos sabios, decidimos escribir una guía de estudio para acompañarlo. Así, podríamos guiar los debates hacia las aplicaciones importantes que nuestras mujeres querían, resaltaríamos las cosas buenas que Somerville tiene para decir y aclararíamos algunas afirmaciones problemáticas.

El Señor ha escogido bendecir ricamente el estudio de nuestro grupo pequeño de CHBC. Esperamos que esta guía de estudio también sea un recurso útil para ayudar a otros pastores y a sus esposas a glorificar a Dios a través de una conexión íntima con él, entre ellos, con sus familias y con los hermanos de sus iglesias. Todo esto es con el fin de dar mucho fruto para su reino.

¡Gracias, Mark, por tu sabia dirección! ¡Soli Deo Gloria!


Traducido por Melisa Trinajstic