Ministerio

Un foro de esposas de pastores

Por 9Marks

9Marks equipa con una visión bíblica y recursos prácticos a líderes y miembros de iglesias para que la gloria de Dios se refleje a las naciones a través de iglesias sanas.
Artículo
01.07.2020

Le hicimos a esposas de pastores en un conversatorio la siguiente pregunta:

¿Cuáles han sido una o dos de las bendiciones más inesperadas de ser la esposa de un pastor?

Respuestas de:

Laurie Alexander, Danelle Bancroft, Kimm Harvey, Cathi Johnson, Kathy MacDonald, Pam Noblit, Shiona Rees, Jeanine Dell Sanchez y Jenny Schumacher

Laurie Alexander

Como cristianos, estamos llamados a ser «considerados con los que trabajan arduamente entre nosotros, y nos guían y amonestan en el Señor. A tenerlos en alta estima, y amarles por el trabajo que hacen» (1 Ts. 5:12-13). Como la esposa del pastor, ¡tengo una perspectiva única de lo que significa obedecer este mandamiento!

El apóstol Pablo también instruye a los pastores en 1 y 2 Timoteo a seguir la justicia, la piedad, la gentileza, la sobriedad, el sufrimiento de la prueba, la amabilidad, la paciencia con todos, solo por mencionar algunos. Imagina a un ministro del evangelio casado con alguien que actúa en contradicción a estos mandamientos.

Mi llamado a ser la ayudante de mi esposo implica que soy llamada a ayudar a proteger su reputación al cultivar mi propio carácter. ¡Qué bendición más inesperada ha sido rendir cuentas de una manera tan seria! Este alto llamamiento es serio, sí, pero también es una bondad del Señor para mi corazón pecaminoso, ¡porque necesito la rendición de cuentas adicional! Cuando me reúno con otras mujeres, debo poder hablar con buena conciencia acerca de cómo invierto mi tiempo y de cómo lo estoy redimiendo. ¡No solo por mi reputación, sino más importante aún, por la de mi esposo y la del Señor!


Laurie es la esposa de Paul Alexander, pastor de Fox Valley Bible Church en St. Charles, Illinois.

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Danelle Bancroft

Años antes de que mi esposo y yo estuviéramos en el ministerio, me habían dicho que el ministerio era duro porque vivías en una «pecera». Todos estarían observando cada uno de tus movimientos y tendrías que comportarte de la mejor manera. Irónicamente, este esperado inconveniente se ha convertido en una bendición inesperada.

El consejo que la gente da supone que debes estar consciente de lo que todo tipo de personas están pensando acerca de ti todo el tiempo. Pero esta manera de pensar trae como resultado el temor al hombre y no el temor a Dios. Mi principal preocupación debería ser vivir en una pecera ante Dios. Tengo que dejar que las Escrituras (no la gente) me enseñen lo que debo ser.

Reflexionar sobre lo que mi Salvador ha hecho por mí, ha hecho que tome en serio mi pecado y mi santificación. He aprendido que esto es un proceso tanto doloroso como glorioso. Tito dice que el patrón de vida de las mujeres piadosas debe ser tal que la Palabra de Dios no sea blasfemada (Tito 2:5b). Es liberador saber que no vivo mi vida cristiana ante el hombre, por tanto, no debo temerle. Al mismo tiempo, es bastante aleccionador recordar que mi vida, no por ser la esposa de un pastor, sino por ser cristiana, debo vivirla de tal manera que la Palabra de Dios no sea tomada a la ligera. Es a Dios quien temo, no al hombre.

Mi esposo y yo a menudo pensamos que deberíamos pagarle a la iglesia en lugar de que la iglesia nos pague a nosotros. Estar en el ministerio es difícil y exigente, pero también refinante y gratificante. Si esto es vivir en una pecera, ¡me sumerjo de lleno! (1 Co. 15:58).


Danelle es la esposa de Eric Bancroft, pastor de Castleview Baptist Church en Indianapolis, Indiana.

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Kim Harvey

Veintiséis años de matrimonio, veintitrés siendo la esposa de un pastor, ¿quién lo hubiera imaginado? Ciertamente no yo. Y las alegrías son incalculables, así que déjame escoger solo una.

Me encanta el hecho de que el rol de mi esposo nunca fue algo «solo de papá» para la familia. Cada uno de nosotros fue llamado a algo más transcendental que nosotros y que nuestra familia. Tenemos el placer de dejar ir gozosamente a Dave para que sirva en los campos del Señor. Aunque nunca ha sido fácil.

Al igual que la mayoría de las esposas de pastores, adoro a mi esposo y preferiría tenerlo en casa más tiempo. Y lo mismo le ocurre a Dave, nuestra familia también es su pasión. Pero para que él pudiera hacer bien su trabajo, tenía que saber que nosotros teníamos fe y visión para que él trabajara arduamente fuera del hogar. Es una de las maneras en que nuestra familia puede sacrificar su bienestar por el evangelio. Y confiarle a Dios su vida fuera del hogar produce frutos maravillosos dentro de la familia.

¡Nuestra vida en el ministerio es como un libro favorito, y no podemos esperar el siguiente capítulo!


Kimm es la esposa de Dave Harvey, pastor de Covenant Fellowship Church en Glen Mills, Pennsylvania.

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Cathi Johnson

La bendición más inesperada para mí es cuánto me satisface y motiva apoyar a mi esposo. La pasión que él tiene para predicar la Palabra de Dios y pastorear a nuestra iglesia le da un propósito eterno increíble. Creo plenamente en sus esfuerzos, de modo que es un honor ser su ayudante.

El privilegio de servir al Señor amando a mi esposo y cuidando de sus necesidades diarias ha sido una alegría inmensa. El Señor ha sido bondadoso conmigo al brindarme completa satisfacción para llevar a cabo la buena obra que ha planeado para mí. La bendición sorpresa es la alegría.


Cathi es la esposa de Bob Johnson, pastor de Cornerstone Baptist Church en Roseville, Michigan.

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Kathy MacDonald

Para que quede claro, amo ser la esposa de un pastor. Tengo un asiento en primera fila para ver todas las bendiciones de Dios obrando en nuestra iglesia y fuera de ella. Pero las alegrías que no vi venir cuando acepté ser la esposa de un pastor son las que experimento en nuestro matrimonio y en nuestra familia.

James se niega a levantarse y predicar a menos que él y yo estemos 100% en sintonía. Aunque algunas veces los fines de semana producen tensión y caos, siempre es efímero, ya que nos apresuramos a resolver las cosas para poder servir a Cristo con un corazón puro. A medida que se acerca el fin de semana para ministrar en la iglesia, el enemigo arroja predeciblemente una bomba entre nosotros, pero hemos aprendido a detenernos en el acto y solucionarlo. ¡Cuán maravilloso es tomarnos de las manos en oración, humillarnos mutuamente y ante Dios, incluso en el estacionamiento de la iglesia si es necesario!

Para poder hablar de la verdad a otros, tienes que vivirla. Si ignoras esta parte, tu matrimonio y tu deseo de servir a Cristo se verán profundamente lastimados. Dios ha bendecido este compromiso semanal con veinticinco prósperos años de ministerio juntos y, por la gracia de Dios, tendremos veinticinco más.


Kathy es la esposa de James MacDonald, pastor de Harvest Bible Church en Rolling Meadows, Illinois.

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Pam Noblit

En el quinto día del pastorado de mi esposo, se conoció que un miembro del personal principal estaba en grave pecado moral. Aunque la iglesia con diez años de trayectoria siempre se había mantenido firme en la predicación de la Palabra, era pragmática en la práctica y nunca había ejercido la disciplina de la iglesia. Por medio de esa situación, Dios le dio a mi esposo la gracia, la sabiduría y el coraje para comenzar lo que se ha convertido en un peregrinaje de veinte años de pastorear a una iglesia para reformar sus prácticas a fin de que se ajusten a su predicación (doctrina). Pero esta travesía ha hecho que nuestra familia atravesara algunas circunstancias bastante difíciles.

Dado que vivimos en un pequeño pueblo sureño, nuestras hijas han sentido de manera muy personal los efectos de la difamación contra su padre y nuestra iglesia. Sin embargo, hay una situación específica que sobresale. Nuestra hija mayor fue perseguida duramente por su fe intransigente durante sus años de secundaria. Esto no lo ignoró un maestro cristiano. Luego de observar que nuestra hija fuera ridiculizada y excluida, este maestro la llamó a parte y le preguntó cómo hacía para contenerse tan bien. Nuestra hija respondió: «He visto a mi padre sufrir por la fe, ¿por qué yo no debería?». ¡Qué inesperada bendición!

Para la gloria de Dios, nuestras hijas no guardan rencor. Me avergüenza decir que muchas de las bendiciones que hemos experimentado fueron inesperadas. ¿Por qué deberían serlo? Nuestro Dios es fiel y ama a los suyos. ¡Alabado sea el Señor!


Pam es la esposa de Jeff Noblit, pastor de First Baptist Church of Muscle Shoals en Muscle Shoals, Alabama.

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Shiona Rees

La única bendición que fue esperada en lugar de ser una sorpresa fue ver de cerca a Dios obrar en la vida de las personas. Es un privilegio observar los cambios espirituales en las personas que te rodean en la iglesia. Aunque esto era de esperarse, como dije, también es sorprendente ver cómo Dios obra de diferentes maneras en distintas vidas.

Muchas otras sorpresas han llegado a mi vida como consecuencia de estar casada con un pastor. Una con la que he batallado ha sido la bendición de vivir en países extranjeros. (Soy de Escocia; fuimos a un seminario en Australia y ahora trabajamos en Estados Unidos). Aunque he resistido cada mudanza, para mi vergüenza, he visto la mano de Dios moviéndonos de un lado a otro y he aprendido a descansar en el hecho de que mi ciudadanía está en los cielos. Además, él me ha dado la oportunidad de conocer a cristianos de diferentes culturas, encontrar comunión y ver a la iglesia en acción en diferentes contextos.

Tener a un esposo impregnado de la Palabra es una gran bendición, especialmente porque habla de lo que está aprendiendo todo el tiempo. Aprendo de manera indirecta mientras él recapitula todo lo que ha estado leyendo.

Una de las bendiciones más ricas que he encontrado ha sido el refrigerio y el estimulo de tener a invitados que se quedan en nuestro hogar. Ha sido un gran privilegio conocer «de cerca» a muchas personas piadosas que han sido para nosotros ejemplos de una vida vivida para la gloria de Dios.


Shiona es la esposa de Paul Rees, pastor de Christ the Redeemer Church en Spokane, Washington.

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Jeanine Dell Sanchez

El diccionario define la palabra bendición como «un favor o regalado otorgado por Dios, que produce felicidad, o la invocación del favor de Dios sobre una persona». Al considerar cuáles son las bendiciones de ser la esposa de un pastor, podría ser tentador mirar los regalos que se te han otorgado por la posición de tu esposo. Sin embargo, prefiero mirar las bendiciones que he recibido sirviendo.

Como esposa de un pastor, recibo más oportunidades que la mayoría de ser una bendición y una persona de influencia. Las personas, por lo general, traen peticiones de oración a la esposa del pastor. Por tanto, tengo la bendición de orar por estas personas y ver a Dios obrar. Otras mujeres pueden acercarse para pedir consejería. De nuevo, me siento bendecida de poder mostrarles la belleza y el poder de la Palabra de Dios y ver vidas transformadas.

Aunado a esto, se suma la alegría de recibir a personas en nuestro hogar para pequeños grupos de estudio bíblico y comidas. Tengo la bendición de dar la bienvenida a personas en nuestro hogar, de alimentarlas tanto física como espiritualmente, y de verlas regresar a casa renovadas. De niña, veía a la familia del pastor vivir el evangelio de la misma forma, y soñaba con ser la esposa de un pastor. Ellos fueron una bendición para mí en ese momento; ahora, el Señor me ha permitido bendecir a otros.

¡Quién dice que los sueños no se cumplen!

Jeanine es la esposa de Juan Sanchez, pastor de High Pointe Baptist Church en Austin, Texas.


Traducido por Nazareth Bello.