La Sana Doctrina

¿Fomentan las iglesias 9Marks el individualismo expresivo?

Por Ben Wright

Ben Wright pastorea la Iglesia Bautista Cedar Pointe en Cedar Park, Texas.
Artículo
11.07.2022

Pocas tribus demográficas son más propensas a decir «¡amén!» a una crítica de la metodología de las iglesias atraccionales que los lectores de 9Marks. Cuando el atraccionalismo dice: «Estamos ofreciendo la experiencia de adoración que estás buscando», nosotros, los de 9Marks, olfateamos el peligro. Creemos que las congregaciones se reúnen no para que se les ofrezca una experiencia pasiva, sino para ofrecer adoración como participantes activos.

«Dios, te damos gracias porque no somos como los otros hombres».

Pero espera.

AHORA TODOS SOMOS ATRACCIONALISTAS

Carl Trueman nos enseña cómo la cultura nos moldea sutilmente. Hace quinientos años, todo el mundo era teísta. Europa era abrumadoramente cristiana, al menos por convicción nominal. Y ser cristiano era ser católico romano.

Hoy, dentro de nuestra gama de opciones denominacionales, encontramos subdivisiones tribales. Hay «una serie de otras variables subjetivas: dónde nos sentimos cómodos, acogidos, apoyados. Podemos elegir nuestras iglesias como elegimos una casa o un automóvil» (p. 385). Luego utilizamos el auto que hemos elegido para pasar delante una decena o más de iglesias que no hemos elegido. La urbanización y la modernización debilitaron nuestros lazos con las comunidades cercanas y, después, nos entregaron la tecnología para cortar esos lazos.

¿Podemos suponer que nuestra tribu es inmune a las sutiles influencias de nuestro contexto cultural? ¿Es posible que nosotros, los antiatraccionalistas, nos hayamos forjado un nicho propio de atracción sin saberlo? ¿Y nuestros rebaños?

Al igual que muchos, he escuchado más veces de las que me gustaría recordar las palabras de despedida de miembros queridos: «Los amamos a ustedes y a la iglesia, pero no hay suficiente X para mí/mi cónyuge/mis hijos». Por supuesto, tratamos de aprender de sus comentarios y de hacer las correcciones necesarias. Pero, ¿esas palabras de despedida han expuesto realmente grandes errores en los principios bíblicos básicos? ¿O suelen ser simplemente expresiones de los sentimientos y deseos personales de nuestros miembros que se van; de lo que les hace sentir en casa y cómodos?

La búsqueda del significado mediante la expresión de nuestros propios sentimientos y deseos, que Trueman denomina individualismo expresivo, sostiene también que «es la esencia misma de la cultura de la que todos formamos parte» (p. 25).

Todo esto se cristalizó para mí recientemente cuando leí la carta de renuncia de «Jackson». Él odiaba que lo identificaran con el atraccionalismo. Pero su carta decía: «Como sabrá, he sido partidario del ministerio del [pastor crítico con el crecimiento de la iglesia] durante algún tiempo. A lo largo de los años he visitado todas las iglesias del [pastor crítico con el crecimiento de la iglesia] en la ciudad. Nos uniremos a [nombra una de ellas]».

Me di cuenta de que se sentía irresistiblemente atraído por una postura particular sobre cuestiones culturales complejas, una interpretación particular de textos difíciles y un énfasis particular en el ministerio del púlpito. Y sabía dónde encontrar una iglesia que expresara esas preferencias.

Así que no puedo culpar a este hermano por querer instintivamente una iglesia que se alineara con su expresión preferida. Y no puedo culparme por no haberle convencido de que estuviera de acuerdo conmigo.

Pero me culpo por no haber visto la atracción gravitacional del individualismo expresivo en los corazones de cristianos serios. Puede que no lo sepan, pero se sienten poderosamente atraídos por lo que les hace sentir cómodos. Eso también me ocurre a mí.

DÓNDE BUSCAR EL INDIVIDUALISMO EXPRESIVO DE TU IGLESIA

Pregúntate: Excluyendo lo esencial de la Biblia, ¿qué atrae a los miembros de tu iglesia? ¿Qué es lo que les hace quedarse?

Podría ser la ubicación, la accesibilidad o el diseño del lugar de reunión. Podría ser el tamaño de la iglesia, ya sea grande o pequeña. O su «vibra»: su estilo musical, la forma de vestir, la puesta en escena, el uso de la tecnología. Podría ser tu postura ante las directrices sanitarias del gobierno o cómo respondes exactamente a la última historia en las noticias por cable. Y los niños. Oh, los niños: el número de niños, la edad de los niños, el espacio para los niños y los programas para los niños. Incluso podría ser tu estilo distintivo de predicación expositiva.

¿Te has dado cuenta de que muchos de estos factores están estrechamente relacionados con la expresión de adoración de una iglesia? Incluso aquellos factores que no se manifiestan el domingo por la mañana probablemente se manifiestan en la vida de nuestra comunidad del pacto a lo largo de la semana. Incluso podemos aprovecharlos para avanzar en nuestra misión de hacer discípulos. Pero las expresiones específicas en sí mismas no son esenciales.

CÓMO EL INDIVIDUALISMO EXPRESIVO ESTÁ DAÑANDO A TU IGLESIA

· Socava las misiones. Deberíamos enviar a creyentes maduros. Pero a menudo esos creyentes maduros rara vez van al extranjero. ¿Quién sabe por qué? Tal vez sus sentimientos por los principios sanos de la iglesia se ha convertido en un obstáculo que sofoca nuestra misión de enviar e ir.

· Perjudica la plantación de iglesias. Plantamos iglesias porque percibimos una necesidad, a menudo relacionada con el crecimiento de la población, o la escasez de iglesias sanas en un área particular. Es posible que esa nueva iglesia no tenga muchas de las «opciones» atractivas de la iglesia sana que se está plantando. Los creyentes que deberían comprometerse con la nueva iglesia pueden no estar dispuestos a hacerlo si no encuentran su expresión preferida de vida y adoración corporativa.

· Debilita a las iglesias rurales. Nuestros automóviles nos facilitan el desplazamiento desde un pueblo de 5000 habitantes hasta los suburbios y su correspondiente bufé eclesiológico. Como resultado, las iglesias de los pueblos pequeños son más débiles, menos sanas y están menos preparadas para hacer discípulos en sus comunidades. Es poco probable que sus habitantes inconversos visiten iglesias suburbanas sanas pero distantes.

· Se diluye la presencia del vecindario. Dentro de una ciudad, es fácil viajar a través de múltiples vecindarios a la iglesia que coincide con nuestras expresiones preferidas. Una decena de cristianos fieles en el mismo vecindario podrían asistir a una decena de iglesias fieles diferentes. Y es menos probable que se asocien para hacer discípulos en su vecindario.

· Socava las iglesias multigeneracionales y multiétnicas. Dado que los diferentes grupos demográficos suelen preferir diferentes programas ministeriales o expresiones de estilo, a menudo se clasifican en iglesias que reflejan esas preferencias. Perdemos la energía, la sabiduría, la madurez, las experiencias, la estabilidad a largo plazo e incluso la fricción que posee una congregación diversa. Y lo que es más importante, limitamos nuestra capacidad de reflejar la imagen celestial de todas las naciones adorando en el trono de Jesús.

· Intensifica el desequilibrio ideológico. Vimos a las iglesias clasificarse durante nuestra reciente pandemia. Vimos cómo las iglesias se comercializan para aprovechar el momento. Muchas iglesias son ahora más homogéneas en cuanto a disposición. Lamentablemente, muchos cristianos encontraron el grupo de personas que veían las cosas como ellos las veían. Cuando la próxima crisis rompa nuestra nueva coalición, siempre podremos volver a clasificar.

Como dice Jonathan Leeman en One Assembly (Una asamblea), las expresiones de nuestras iglesias, tanto de las preferencias individuales de nuestros miembros como de nuestras preferencias pastorales, tienen consecuencias imprevistas. Escribe: «Los dispositivos del mercado no son precisamente propicios para animar a la gente a comer en el restaurante de otro. Nunca verás un anuncio de McDonald’s celebrando su causa común con Burger King en resolver el problema del hambre» (p.113). Hemos socavado involuntariamente nuestras asociaciones con nuestras iglesias hermanas y con la misión que Jesús nos confió.

CÓMO COMBATIR EL INDIVIDUALISMO EXPRESIVO EN NUESTRAS IGLESIAS

 Imagina que una de las familias de tu iglesia se muda a las afueras a 45 minutos de distancia. Tal vez para tu sorpresa, encuentran una iglesia bastante sana. Con una buena predicación (expositiva), pero no pulida. Con un liderazgo plural de ancianos y una clara proclamación del evangelio. En el rango de, digamos, siete de las nueve marcas.

Ahora imagina que a la familia no le gusta la «vibra». No hay muchas parejas jóvenes. Casi no hay niños. Una guardería anticuada. Música especial dolorosa. Las armónicas hacen una aparición ocasional.

O imagina que pastoreas una iglesia rural y una de tus familias se muda a la ciudad cercana. La iglesia más parecida al estilo de 9Marks de allí habla de los problemas de su comunidad, como la salud mental y las desigualdades en el sistema de justicia penal. La familia no está acostumbrada a esto y se pregunta si la iglesia es progresista. Si son sinceros, ambas familias preferirían seguir conduciendo 45 minutos hasta tu iglesia.

¿Quieres que lo hagan?

Mi pregunta para nosotros es la siguiente: ¿Estamos pastoreando a nuestras congregaciones ahora para que tomen bien esa decisión? ¿Estamos discipulando a la familia militar o a la familia de la industria petrolera para que prosperen en una iglesia internacional de habla inglesa? ¿Los estamos preparando para que usen sus dones para edificar una iglesia local menos madura que la nuestra? ¿O estamos reforzando involuntariamente sus preferencias naturales, es decir, su individualismo expresivo?

Debemos tener cuidado con lo que atrae a la gente a nuestras iglesias que no es bíblicamente esencial. Lo que está de moda ahora cambiará. La demografía de tu comunidad cambiará. Si no eres cuidadoso, tus miembros serán un grupo cada vez más reducido de personas comprometidas con un conjunto particular de preferencias anticuadas porque nunca los discipulaste para que no lo fueran.

Cuanto más se claven las «vibras» que atraen a las personas, más habrá que trabajar para enseñarles que eso no es lo que más necesitan. Cuanto más se alineen las expresiones de adoración de tu iglesia con lo que a la gente le gusta instintivamente, más tendrás que aclarar que lo que no es esencial realmente no lo es.

Así que, no —aunque se hayan convertido en esenciales para algunos de tus miembros— mi solución no es dejar de lado AWANA o las excursiones de los santos mayores.

Durante el asedio de Petersburg, Virginia, en 1864, las fuerzas de la Unión hicieron un túnel bajo una sección de las fortificaciones confederadas y las volaron. Llamamos a ese episodio la «Batalla del Cráter», que aun así la Unión perdió.

Probablemente no quieras un cráter donde solía estar AWANA. No eres un general en guerra; no, eres un oncólogo. Quieres reducir el cáncer, preservar el tejido sano, separar hábilmente el tumor de los órganos vitales y luego extirparlo. El cáncer es la tendencia en tu congregación —y en ti mismo— a pensar que necesitamos que nuestra iglesia exprese lo que preferimos, lo que nos hace sentir cómodos.

Cuando nuestra comodidad socava nuestra misión, es un ídolo. Mata a ese ídolo, pero salva el cuerpo.

 

Traducido por Nazareth Bello