Ministerio

El papel de las mujeres en la formación sana de una iglesia

Por Madeline Arthington

Madeline Arthington lleva trece años viviendo en Asia Central. Su función en la IMB consiste en formar y equipar a obreros evangélicos en Asia Central. Le encanta invertir en las relaciones con las mujeres de su iglesia de Asia Central.
Artículo
11.11.2024

«¿Debe una iglesia dar lecciones de inglés a sus mujeres para su crecimiento personal?».

Escuché cómo esta pregunta encendía una acalorada discusión entre el equipo del ministerio de mujeres de mi iglesia en Asia Central, y me di cuenta de que refleja un debate más profundo sobre el papel de la iglesia en el desarrollo de la mujer. Pero quizá la pregunta que vale la pena considerar no sea la del desarrollo de la mujer, sino más bien, ¿cuál es el papel de la mujer en el desarrollo de la iglesia?

El documento Fundamentos de la Junta de Misiones Internacionales identifica doce características de una iglesia sana: evangelismo, discipulado, liderazgo, predicación y enseñanza, membresía, ordenanzas, culto, compañerismo, oración, rendición de cuentas y disciplina, ofrendas y misión [1]. Durante más de diez años, he sido miembro de una iglesia local en Asia Central en una gran ciudad metropolitana. Creo que la iglesia —no sólo mi iglesia loca, sino realmente la iglesia universal— se transformaría si sus mujeres comprendieran el inestimable papel que desempeñan en la formación sana de la iglesia.

MUJERES QUE CUMPLEN SU PAPEL EN LA CREACIÓN AL AYUDAR A LA IGLESIA

El papel de la mujer en la iglesia está anclado en el papel único de la mujer determinado por Dios en la creación. Génesis 2 dice: «Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él» (Génesis 2:18). Este papel de ayuda idónea no tiene que ver con la sumisión al hombre o con ser menos que él. La palabra Ezer, que significa ayudante, se utiliza en todo el Antiguo Testamento para referirse a Dios mismo cuando ayuda a su pueblo [2]; por ejemplo: «Oh Israel, confía en Jehová; Él es tu ayuda y tu escudo. Casa de Aarón, confiad en Jehová; Él es vuestra ayuda y vuestro escudo. Los que teméis a Jehová, confiad en Jehová; Él es vuestra ayuda y vuestro escudo» (Sal. 115:9-11). Las mujeres reflejan el carácter de la poderosa ayuda de Dios a su pueblo cuando sostienen y edifican la iglesia [3].

Utilizando las doce características de Fundamentos como guía, a continuación, se ofrecen doce ejemplos de cómo las mujeres pueden ayudar a la iglesia, basados en mi experiencia en una congregación en Asia Central. Desde la perspectiva de la plantación de iglesias, mis ideas son limitadas. He servido en un solo país con un solo idioma. Mi contexto siempre ha sido musulmán y se rige por el honor y la vergüenza. Pero espero que mis reflexiones animen a las mujeres a buscar activamente la salud y el crecimiento de su iglesia local.

MUJERES QUE COMUNICAN EL MENSAJE COMPLETO (EVANGELISMO)

Fundamentos afirma que el evangelismo bíblico significa presentar «el mensaje completo de la santidad y el amor de Dios, la pecaminosidad de todo ser humano, el sacrificio expiatorio y la resurrección victoriosa de Jesús por nuestros pecados, y la necesidad del arrepentimiento y la fe» [4].

Mi pequeña iglesia cuenta con algunas mujeres audaces. Estas mujeres no tienen miedo de ser conocidas como seguidoras de Cristo, incluso si eso significa arriesgar sus relaciones, carreras o reputación. Su fe me anima y me desafía. Pero, rara vez he oído a una mujer local expresar todo el evangelio con claridad, incluso cuando sé que lo entienden. A menudo se centran en un amor ambiguo que recibieron de Jesús, dejando de lado verdades menos apetecibles como el pecado, el sacrificio sustitutivo y el arrepentimiento que conduce a una nueva vida.

La mayoría de estas mujeres son las únicas creyentes en sus hogares [5]. Son madres, esposas, hermanas e hijas de musulmanes muertos en pecado. Las mujeres de nuestras iglesias deben ser capaces y estar dispuestas a comunicar el evangelio con claridad para que sus seres queridos lo entiendan y crean.

La iglesia es el campo de entrenamiento para la fluidez del evangelio. Las mujeres que discipulan a mujeres deben animar, enseñar y modelar la proclamación completa del evangelio. Las mujeres que guían a los nuevos creyentes a través de las lecciones de bautismo deben ayudarles a aprender cómo entretejer el evangelio completo en su testimonio personal. La iglesia será bendecida cuando las mujeres llenas del Espíritu comuniquen el evangelio completo.

MUJERES QUE DISCIPULAN A MUJERES EN TEMAS ÍNTIMOS (DISCIPULADO)

Un discípulo cristiano muere a sí mismo y se rinde a la autoridad y gobierno de Dios. No hay ningún área de la vida de una mujer que obtenga un pase libre en la autoridad de Dios. Mientras enseñamos a las mujeres a obedecer a Cristo en todas las áreas, no debemos descuidar la ética sexual. Muchos temas caen bajo este tópico, pero quiero resaltar sólo uno aquí: el aborto.

La organización Passion for Life [Pasión por la Vida], informa que sólo el 3% de los abortos en todo el mundo ocurren en los EEUU [6]. Dentro del mundo musulmán hay un acuerdo general de un pasaje islámico [7], de que un feto recibe un alma a los 120 días. Una parte del discipulado entre mujeres consiste en instruirlas sobre cuestiones de la vida: el valor de cada ser humano, la vida que comienza en la concepción y los propósitos de Dios en el matrimonio, el sexo y los hijos.

Es posible que las mujeres en Asia Central que se acercan a Cristo no odien automáticamente el aborto ni se aflijan por los millones de bebés que se pierden a causa del aborto, los abortivos y la fecundación in vitro. La mayoría de ellas nunca lo ha pensado dos veces. Esta es un área de la vida cristiana que a menudo se descuida en mi contexto. Las mujeres que enseñan a otras mujeres cómo entregarse a Cristo en asuntos íntimos ayudarán a la iglesia a reflejar el cuidado de Dios por la vida.

MUJERES QUE INFLUYEN PARA BIEN EN LOS ANCIANOS (LIDERAZGO)

Las mujeres en la iglesia pueden ejercer una poderosa influencia positiva sobre los pastores y los ancianos. Al aceptar el papel de ayudantes que Dios les ha dado, las mujeres pueden hacer que los pastores sean mejores pastores. A decir verdad, algunas mujeres conocen la Biblia mejor que sus ancianos, pueden apoyar a los ancianos a través de conversaciones teológicas y recursos para el estudio adicional. Algunas mujeres pueden tener el don de animar, pueden afirmar lo bueno de los ancianos y hablar bien de ellos a los demás. Las mujeres pueden orar por sus ancianos. Las mujeres también pueden animar a sus ancianos sirviendo con alegría en la iglesia.

El reconocimiento público y los títulos son importantes en mi contexto cultural. Esto puede ser feo cuando las personas que no son líderes reconocidos exigen un título para validar la forma en que quieren servir. Las mujeres que sirven en la iglesia con una fuerza alegre y silenciosa no sólo se calificarán a sí mismas para el liderazgo como diaconisas, sino que también influirán en sus ancianos para bien.

MUJERES QUE CONOCEN LA PALABRA (PREDICACIÓN Y ENSEÑANZA)

Una forma en que las mujeres pueden apoyar la predicación y la enseñanza bíblicas es conociendo ellas mismas la Palabra. Un amigo comparó una vez un buen sermón dominical con un banquete que otra persona prepara y te sirve. ¡Qué banquete! Pero esa comida no dura toda la semana. Su punto era que necesitamos sustento diario para mantenernos y estar saludables.

Partiendo de esta analogía, ¿qué pasaría si sólo comiéramos comida chatarra durante toda la semana? Comer comida chatarra adictiva, como un versículo para sentirte bien sacado de contexto, alimenta el ansia del próximo subidón rápido a través de la chatarra. En realidad, no nos nutre. De hecho, nos hace daño.

Necesitamos cultivar un paladar para comidas nutritivas —un estudio profundo de las Escrituras— con el fin de apreciar el verdadero festín de un sermón bíblico expositivo. En muchas culturas, es menos probable que las mujeres tomen un libro y lo estudien debido a su escasa alfabetización o a una falta de interés cultural por la palabra escrita. No tiene por qué ser así. Una querida hermana en mi iglesia aprendió a leer para poder estudiar las Escrituras.

A medida que las mujeres conocen la Palabra, también se preparan para enseñar a otras mujeres. Una de las maestras más dotada en mi iglesia local es una mujer. Conoce la Palabra, enseña a otras mujeres de la iglesia, participa en la redacción y formación teológicas y se somete a la interpretación bíblica de la iglesia sobre el pastorado masculino.

Cuando las mujeres conocen la Palabra, tienen discernimiento en la escucha activa de la predicación pública y la enseñanza de la iglesia. Con la ayuda del Espíritu, la Palabra caerá en tierra dispuesta y dará mucho fruto, y esto ayudará a la iglesia.

MUJERES QUE AMAN EL CUERPO (MEMBRESÍA)

La joven se sentó frente a mí en una cafetería abarrotada y sonrió cálidamente. «No he abandonado a Dios. Simplemente me sentía juzgada en la iglesia y necesitaba tomarme un descanso. Deberías alegrarte, ahora soy mucho más feliz», me dijo.

Por desgracia, no fue la primera que dejó de asistir a la iglesia por sentimientos heridos, derechos o tentaciones mundanas.

La membresía bíblica implica hombres y mujeres que se comprometen a reunirse y practicar los mandamientos bíblicos de «unos a otros», incluso cuando es difícil. Muchos exmusulmanes reaccionan fuertemente a cualquier insinuación de reglas. Aprecian el amor cristiano y la libertad en Cristo, pero cualquier sentido de obligación cristiana les recuerda las oscuras exigencias del islam.

Una cultura de emocionalismo reactivo también contribuye a que muchas mujeres dejen de asistir si sienten que alguien las ha herido u ofendido. Un estudioso de las misiones de la Union School of Theology informa:

«Al responder a la pregunta sobre sus motivos para dejar la iglesia, todos los entrevistados mencionaron de algún modo el tema de la comunidad, ya fuera como una necesidad de pertenencia (L3), un deseo de relaciones afectuosas (L1 y L2), un miedo a perder a personas cercanas (L4), una necesidad de fortalecer las relaciones (L5), un miedo a ser rechazado tras haber estado varios meses fuera de la iglesia (L7), una lucha con personas demasiado sensibles que provoca sentimientos heridos (L8) [8]».

Sí, debemos obedecer el mandato de la Escritura de congregarnos (He. 10:25). Las mujeres especialmente deben entender que el corazón de la membresía de la iglesia está arraigado en el amor, no en las reglas: amar a la iglesia como el cuerpo de Cristo y comprometerse a trabajar juntas a través de las dificultades en la búsqueda de la unidad cristiana. Las mujeres que aman al cuerpo perseverarán a través de los desafíos y, en última instancia, edificarán la iglesia.

MUJERES QUE ENCUENTRAN SANIDAD EN LA CRUZ (ORDENANZAS)

El Evangelio no es un hecho aislado que vemos desvanecerse en la lejanía de nuestras vidas. Impregna los momentos cotidianos de nuestra experiencia cristiana y habla a nuestras relaciones, trabajos, esperanzas y sueños. La cruz es para quienes se saben pecadores necesitados de gracia, perdón y restauración.

A lo largo de los años, he observado con regularidad a creyentes en Asia Central que se abstienen de la Cena del Señor. Entre las mujeres, a veces se sienten mal espiritualmente, así que se abstienen. Están enfadadas con alguien de la iglesia, así que se abstienen. Se sienten heridas por otra persona, así que se abstienen. Al principio, parece encomiable, como si se tomaran el pecado en serio. Pero me temo que en muchos casos pierden la oportunidad de sanar a través de la participación en la Cena del Señor.

Bobby Jamieson, anciano en Capitol Hill Baptist Church de Washington, D.C., se dirigió a su congregación para hablar de cuándo debían abstenerse. Instó a los miembros en la mayoría de los casos a arrepentirse y participar. Dice que la Cena del Señor es la oportunidad de «recibir y experimentar los beneficios de la muerte de Cristo» [9]. Al tomar la Cena del Señor, los creyentes proclaman que Cristo ya es suyo por la fe, pero también dan la bienvenida a Cristo, a su perdón y a su paz de nuevo.

La Cena del Señor permite a la Iglesia renovar su compromiso con Cristo y entre sí. Jamieson dice que la Cena del Señor «traza una línea recta entre la proclamación de la muerte del Señor y el amor al pueblo del Señor» [10]. Tom Ascol, en su artículo Worthy Partaking: Examining the Heart [Participar con dignidad: Examinar el corazón], nos recuerda que la advertencia bíblica de no tomar la Cena del Señor sin arrepentimiento es seria [11], pero el impulso es hacia el arrepentimiento. Cada Cena del Señor es una oportunidad para arrepentirse del pecado, volverse al Señor, pasar por alto los pecados de los demás y recibir la sanidad de la cruz.

En mi iglesia comulgamos semanalmente. ¡Qué oportunidad! Cuando las mujeres corren a la cruz para ser sanadas, fortalecen la unidad de la iglesia.

MUJERES QUE DAN TESTIMONIO DE LA BONDAD DE DIOS (ADORACIÓN)

El documento Fundamentos incluye los testimonios del pueblo de Dios en la definición de adoración bíblica [12]. En la Biblia, Santiago no nos dijo nada nuevo cuando afirmó que la lengua es poderosa y capaz de bendecir y maldecir (Stg. 3:5-12). En mi contexto cultural, las mujeres especialmente son conocidas por sus lenguas chismosas. Se comen unas a otras como si fuera un banquete, sin darse cuenta de que sus palabras son «veneno mortal».

¡Qué cambio tan poderoso encontrar una comunidad de mujeres en la iglesia que usan sus palabras para el bien! Esto sí que forma parte del culto aceptable: un sacrificio de alabanza y labios que reconocen su nombre (He. 12:28, 13:15). He descubierto que, así como el chisme alimenta más chisme, la alabanza alimenta más alabanza entre aquellos con corazones transformados. Cuando escuchamos testimonios de alabanza a Dios, nuestra perspectiva cambia. El chisme se vuelve desagradable. Miramos la vida con ojos espirituales y ofrecemos nuestros propios testimonios. Muchas de las mujeres de mi iglesia ofrecen regularmente este culto aceptable: me incitan a alabar y bendecir a toda la iglesia.

MUJERES QUE SE APOYAN (COMPAÑERISMO)

Una práctica común en mi país es un concepto que se describe mejor como ofenderse. Suele implicar algún tipo de tratamiento silencioso o retirada de la relación. Esta retirada puede ser temporal para castigar y enseñar una lección, o puede ser una ruptura total de la relación. Ocurre entre amigos, en matrimonios e incluso a través de las redes sociales. Darby Strickland dice: «Las personas con un fuerte sentido del derecho están tan implicadas en sus propias necesidades que la razón principal de la existencia de los demás es satisfacer esas demandas. Cuando los demás no lo hacen, los penalizan» [13]. En Asia Central, este sentido del derecho no es exclusivo de las mujeres, pero algunas perfeccionan esta actitud ofensiva casi hasta convertirla en una profesión. Puede implicar una manipulación emocional que refleja la maldición del pecado sobre la mujer en su nivel más puro.

Las mujeres que se apoyan, sin embargo, reflejan el amor de Cristo, que soporta y precede. Las mujeres que impulsan las relaciones —cuidándose unas a otras, utilizando las Escrituras para animarse y desafiarse, buscando la paz y soportando las cargas de las demás— esas mujeres reflejan el evangelio mismo.

Y cuando esto sucede a través de las edades, estatus social y etnias en el contexto de la iglesia, es un poderoso testimonio para un mundo que observa. Las mujeres que se apoyan reflejan la esencia de la comunión bíblica.

MUJERES QUE ORAN POR LA IGLESIA (ORACIÓN)

Una de mis funciones en Asia Central es la de estratega de oración. Colaboro con un equipo de plantadores de iglesias en toda Asia Central que tienen un corazón para la oración. La gran mayoría de estas personas son mujeres. Puedes concluir lo que quieras sobre los hombres y la oración (después de todo, Pablo dice a los hombres que oren en 1 Timoteo 2:8), pero la realidad es que las mujeres parecen sentirse atraídas de forma única por esta disciplina espiritual tan íntima.

Qué don y qué oportunidad tienen las mujeres de aprovechar esta fuerza y utilizarla para orar por la iglesia: sus ancianos, sus diáconos, su crecimiento, sus sermones, su santidad y su unidad. A muchas de las mujeres de mi iglesia de Asia Central les encanta orar. Oran desesperadamente porque saben que necesitan ayuda y creen que Dios las escuchará y hará algo al respecto. Las mujeres piadosas que oran específicamente por la salud de la iglesia tendrán un impacto, porque sabemos que «la oración eficaz del justo puede mucho» (Stg. 5:16).

MUJERES QUE SE ADVIERTEN UNAS A OTRAS (RENDICIÓN DE CUENTAS Y DISCIPLINA)

Una de las tentaciones más desafiantes en mi contexto para las mujeres creyentes que vienen a Cristo está relacionada con el amor y el matrimonio. Las mujeres solteras luchan especialmente contra la falta de perspectivas de matrimonio cristiano, las presiones de la familia musulmana para que se casen y la realidad de que los años de mayor fertilidad se les escapan. Incluso la creyente más entregada puede caer cuando conoce a aquel que promete amarla y respetar su fe cristiana.

Ésta es sólo un área crítica de necesidad para las mujeres cuando nos exhortamos, animamos y advertimos unas a otras. Cuando las mujeres se apoyan mutuamente en sus vidas, a menudo pueden detectar las señales de advertencia de la tentación y la debilidad antes de que se conviertan en decisiones pecaminosas. Sin embargo, la rendición de cuentas nunca va bien a menos que las otras áreas de una iglesia sana estén en su lugar, específicamente una rendición a la autoridad de la Palabra y una cultura saludable de compañerismo. Las mujeres que se exhortan y estimulan mutuamente a la santidad bendecirán a la iglesia y ayudarán a evitar muchos casos de disciplina eclesiástica.

MUJERES QUE APOYAN A LA IGLESIA (OFRENDA)

Aunque todos estamos llamados a dar generosamente para sostener el ministerio, es interesante observar a las mujeres que se mencionan en el Nuevo Testamento como benefactoras generosas. Susana y Juana apoyaron a Jesús con sus bienes (Lucas 8:1-3). Febe fue mecenas de muchos, incluido Pablo (Ro. 16:1-2). Lidia dio de su propia riqueza, incluyendo el uso de su propia casa (Hechos 16:14). Pero no sólo se menciona a mujeres ricas. Jesús elogia a una viuda don nadie por su sacrificio: «echó todo lo que tenía, todo su sustento» (Marcos 12:44).

En mi país, la gente sufre económicamente. La economía va mal y muchos tienen dificultades para comprar alimentos. Aun así, los que dan a la iglesia reflejan que entienden que su dinero no les pertenece. Todo en sus vidas le pertenece a Dios, y él bendecirá al dador alegre (2 Co. 9:6-7). Como estadounidense rica, a menudo me siento incómoda hablando de finanzas con las mujeres de mi iglesia. Pero, en última instancia, podemos y debemos reflejar al dador alegre, seamos una Susana rica o una viuda pobre. Las mujeres que dan generosamente apoyarán el crecimiento del evangelio a través del ministerio de la iglesia local.

MUJERES QUE VEN LA VISIÓN (MISIÓN)

Apocalipsis ofrece la visión definitiva en misiones: «una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero» (Ap. 7:9). Me he dado cuenta de que a los creyentes de mi contexto les cuesta salir de su propio pueblo debido a las necesidades espirituales que les rodean. En mi iglesia, oramos regularmente por los perdidos —por nuestros vecindarios, vecinos, familiares e incluso por el país en su conjunto-, pero rara vez hablamos de las naciones. Las mujeres de mi iglesia están desesperadas porque Dios salve a sus maridos, padres e hijos.

La visión de Apocalipsis 7 muestra la gloria de Dios de una manera que transforma nuestros pequeños mundos. Nos saca de nuestra perspectiva limitada y nos pone en primera fila de los propósitos y planes de Dios. Cuando las mujeres ven y captan esta gran visión, no sustituye sus oraciones por sus familias. Las realza y da espacio para que estas pequeñas visiones crezcan en el gran plan de Dios. Las mujeres que oran, observan y esperan que Dios lleve a cabo su gran plan entre las naciones ayudarán a la iglesia a mantenerse fiel a los propósitos de Dios y, quién sabe, tal vez un día ellas mismas dejen su hogar para servir entre las naciones [14].

MUJERES QUE PERSEVERAN

Me queda un largo camino por recorrer para cumplir mi propio papel como ayudante en la iglesia. Mi propio ego, agenda y pereza me invaden y me distraen del papel que Dios me ha asignado. En esa conversación sobre lecciones de inglés que mencioné en la introducción de este artículo, expresé una indignación envuelta en una devoción a la comprensión bíblica de la iglesia. Pero la realidad de mi indignación moralista no tuvo nada que ver con la pureza bíblica; simplemente no me gusta enseñar inglés.

Tal vez esta sea una forma en la que puedo apoyarme en las relaciones y apoyar el cuerpo. Entonces, con una mente renovada, vuelvo a la conversación y oro para que el Señor me muestre lo que realmente significa ayudar a la iglesia, para la gloria de Dios y el bien de su cuerpo. Espero que hagas lo mismo.

 

Traducido por Nazareth Bello.


Nota del editor: este artículo se publicó originalmente en el Great Commission Baptist Journal of Missions y se republica con autorización.

* * * * *

[1]. Junta de Misiones Internacionales, Fundamentos, v. 4 (Richmond, VA: 2022), 67-70.

[2]. Léxico hebreo de herramientas de estudio bíblico, https://www.biblestudytools.com/lexicons/hebrew/nas/ezer-2.html, consultado el 13 de marzo de 2023.

[3].Proyecto de Teología del Trabajo, «Mujeres trabajadoras en el Antiguo Testamento» https://www.theologyofwork.org/key-topics/women-and-work-in-the-old-testament//#god-created- woman-as-an-ezer-kind-of-helper-genesis-218, consultado el 13 de marzo de 2023.

[4].IMB, Fundamentos, 68.

[5].Janelle P, Global Christian Relief, «10 oraciones específicas para cristianos de origen musulmán», https://globalchristianrelief.org/christian-persecution/stories/10-specific-prayers-muslim-background-believers/ consultado el 14 marzo de 2023.

[6]. Passion for Life, https://www.passionlife.org/our-work/, consultado el 13 de marzo de 2023.

[7].Sunnah, https://sunnah.com/bukhari:6594, consultado el 13 de marzo de 2023.

[8].Nombre del autor omitido por seguridad, «UN ESTUDIO DEL DESGASTE EN UNA CONGREGACIÓN DE CREYENTES PROTESTANTES (EVANGELICOS) DE FONDO MUSULMAN EN [NOMBRE DE LA CIUDAD]». Disertación inédita, presentada a Union School of Theology / Chester University en cumplimiento parcial de los requisitos para el título de MTh Teología en Contexto Escritural. 21 de noviembre de 2016.

[9].Bobby Jamieson, «When Should I Abstain from the Lord’s Supper» (¿Cuándo debo abstenerme de la Cena del Señor?) Capitol Hill Baptist, 16 de octubre de 2022, https://www.capitolhillbaptist.org/sermon/when-should-i-abstain-from-the-lords-supper/ consultado el 13 de marzo de 2023.

[10].Jamieson, «¿Cuándo debo abstenerme de la Cena del Señor?».

[11].Tom Ascol, «Worthy Partaking: Examining the Heart» (Digno de participar: examinar el corazón), https://www.ligonier.org/learn/articles/worthy-partiking-examining-heart, consultado el 13 de marzo de 2023.

[12].IMB, Fundamentos, 63.

[13].Darby Strickland, Entitlement: When_Expectations_Go_Toxic_Strickland-1.pdf 20, consultado el 14 de marzo de 2023.

[14]. Shanee S, «Coworkers: A Biblical Study on Women in Missions» (Colaboradoras: Un studio sobre el papel de las mujeres en las misiones), 2019, https://drive.google.com/file/d/1ih-V5tQQVJ4VLoRbKHe6Y65BHG5gW2Ik/view, consultado el 14 de marzo de 2023.