Membresía

El avivamiento que necesitamos y los miembros de la iglesia no regenerados que tenemos

Por Jim Elliff

Jim Elliff es pastor de Christ Fellowship of Kansas City en Kansas City, MO, y autor de varios libros.
Artículo
12.10.2022

A principios de 1700, entre el 75% y el 80% de los estadounidenses asistían regularmente a las reuniones de la iglesia. Sin embargo, un gran número de ellos eran inconversos. Fue entre estas personas donde las doctrinas del Gran Despertar tuvieron sus mayores efectos. En otras palabras, dondequiera que la gente se reuniera, dentro o fuera de los edificios coloniales de la iglesia, los principales líderes se dirigían a los miembros de la iglesia que necesitaban a Cristo.

¿Qué verdad, entre las muchas enfatizadas, tuvo la mayor influencia sobre los miembros inconversos de la iglesia en el Gran Despertar? ¿Y quiénes son los miembros inconversos de la iglesia en nuestro contexto que también pueden necesitar esta verdad?

EL ÉNFASIS DEL GRAN DESPERTAR EN LA REGENERACIÓN

Cuando le preguntaron a George Whitefield por qué predicaba tan a menudo acerca de que es necesario nacer de nuevo, este respondió: «¡Porque os es necesario nacer de nuevo!».

La regeneración, o el nuevo nacimiento, fue el tema predominante del Gran Despertar de la década de 1740. Como dijo Joseph Tracey:

Esta doctrina del «nuevo nacimiento», como un cambio comprobable, no era generalmente prevalente en ninguna comunión cuando el avivamiento comenzó; fue presentada como de importancia fundamental, por los principales promotores del avivamiento; se apoderó fuertemente de aquellos a quienes el avivamiento afectó; ciertamente, condujo a las interrogantes que el avivamiento sacó a relucir e hizo que se discutieran; sus perversiones se convirtieron naturalmente en los errores promovidos por el renacimiento, o se asociaron a ellos; se adaptó para inducir la oposición que el renacimiento provocó, y sus caricaturas proporcionaron las imágenes del renacimiento que los opresores dibujaron. Evidentemente, esta era la llave correcta, pues encajaba en todas las guardas de la complicada cerradura [1].

Esta doctrina ha estado repetidamente en el corazón de los despertares.

Por «regeneración» se entiende la concesión de vida a las almas muertas como obra soberana del Espíritu Santo. Berkhof dice que es «el acto de Dios por el cual el principio de la nueva vida es implantado en el hombre, y la disposición gobernante del alma es hecha santa… y el primer ejercicio santo de esta nueva disposición es asegurado» [2]. El Señor vivió y murió por los suyos, y como Rey, regala a nuestras almas muertas una nueva vida que resulta en vista, fe, arrepentimiento y santidad.

  1. C. Ryle dijo con muchas palabras que los predicadores del Gran Despertar de aquel tiempo creían en una unión indivisible entre la fe auténtica y la santidad. Escribe: «Nunca permitieron ni por un momento que cualquier membresía en la iglesia o profesión religiosa fuera la menor prueba de que un hombre fuera cristiano si vivía una vida impía» [3].

La atención a esta verdad, alimentada por su anterior teología puritana, produjo gran convicción y un número masivo de conversiones cuando se predicó y enseñó con la unción del Espíritu en tiempos del avivamiento. Donde no produjo convicción, produjo ira. Whitefield, contra quien se escribió en más de 240 tratados de diversa índole [4], dijo que cuando se escuchaba al predicador de las colonias medias Gilbert Tennent (y sus hermanos), las personas se convertían o se enfurecían. Según la cita de Gillies de Prince en Historical Collections of Accounts of Revival (Colecciones históricas de relatos del Renacimiento), se dice que Tennent predicaba de esta manera:

Tales fueron las convicciones logradas en muchos cientos de personas en esta ciudad por el ministerio escudriñador del Sr. Tennent; y tal fue el caso de las muchas decenas de otras congregaciones, así como la mía, que vinieron a mí y a otros para que las dirigiéramos. Y, de hecho, por todas las conversaciones que encontré, no fue tanto el terror como la naturaleza escudriñadora de su ministerio lo que fue el principal medio de su convicción. No era simplemente, ni tanto, su exposición de los terrores de la ley y de la ira de Dios, o de la condenación del infierno (porque esto lo podían soportar bastante bien, mientras esperaban que no les atañera, o que pudieran evitarlos fácilmente), sino que les exponía sus muchas vanas y secretas desviaciones y refugios, las falsas apariencias de la gracia, las esperanzas engañosas y condenatorias, su total impotencia, y el inminente peligro de destrucción; por lo que encontraron que todas sus esperanzas y refugios de mentiras les fallaban, y que estaban expuestos a la ruina eterna, incapaces de ayudarse a sí mismos, y en una condición perdida. Esta predicación escrutadora fue el medio adecuado y principal para su convicción [5].

Cientos vinieron en esos días después de que Gilbert Tennent predicara en su primera gira ministerial, más de lo que la mayoría de los pastores locales habían visto en la totalidad de sus ministerios.

LOS MIEMBROS DE LA IGLESIA NO REGENERADOS NECESITAN UN DESPERTAR

Al igual que en el período anterior al Gran Despertar, los miembros no regenerados de la iglesia abundan en nuestros días. ¿Quiénes son los miembros no regenerados de la iglesia que necesitan un despertar? Debemos comenzar respondiendo a la pregunta anterior diciendo que aquellos miembros de la iglesia que profesan conocer a Cristo, pero que no se congregan, o que solo lo hacen ocasionalmente, son en su mayoría no regenerados. Si crees que soy demasiado fuerte al categorizar a la mayoría de los miembros que no se congregan como no regenerados, y piensas que asistir a los servicios de la iglesia no es específicamente una marca bíblica del cristiano, considera lo que indica la falta de asistencia. Nos dice que el creyente profeso no ama a los hermanos, no necesita la enseñanza de la Biblia, no disfruta de la adoración corporativa de Dios, ni reconoce la sumisión al liderazgo ordenado por Dios. En general, el que no se congrega dice que el ambiente de los creyentes no es su ambiente preferido. Tal vez porque está más satisfecho con el mundo.

Para ilustrar nuestro problema, en 2018, una querida e histórica iglesia bautista del Sur, cuyo nombre la mayoría de los bautistas reconocerían, afirmó tener 30 000 miembros y un promedio de 6801 asistentes. Fue señalada como la primera iglesia en bautismos (entre la CBS para 2018) con 682 personas.

Si hay aproximadamente 300 niños que no son miembros y 100 invitados (una estimación conservadora) que asisten cada semana, el número sería algo así como 6401 miembros reales que asisten en promedio semanalmente. Eso significa que aproximadamente el 21,3% de la iglesia asiste cada semana. Aunque mis cifras estén muy equivocadas, el punto sigue siendo el mismo. Las iglesias que son más pequeñas tienen menos disparidad en la CBS, por lo general entre el 35% y el 40% asisten en un domingo determinado en ellas. Esto es alarmante. Y el problema existe en la mayoría de las denominaciones.

Una de las tangentes angustiosas de este problema es que muchos de los que promueven el avivamiento en nuestros días, y son los que más hablan, son los mismos responsables de esta disparidad entre los convertidos reales y los números en las listas. Si el avivamiento llega, sospecho que muchos líderes cuyos ministerios están produciendo el mayor número de profesantes de fe no regenerados necesitarán arrepentirse por este descuido y desprecio por las almas.

A menudo hay las mejores intenciones. Pero eso no excusa la sorprendente falta de percepción del problema. El mes que viene tendrán otra campaña para atraer a la gente, el 70% de la cual (o más) acabará mostrando señales de ser inconversa.

¿Quiénes son los miembros de la iglesia no regenerados que necesitan un despertar? No son solo los que no acuden, sino los que no conocen a Cristo (es decir, no gozan de intimidad con él) aunque asistan, porque conocer a Cristo es el corazón de la vida eterna (Jn. 17:3; He. 8:11). Este fue también el caso en el período colonial cuando muchos asistieron como una cuestión de principio y hábito.

Los no regenerados son también aquellos que no tienen frutos de santidad o que producen constantemente frutos malos (Mt. 7:21-23; Heb. 12:14; 1 Cor. 6:9-11). Son los que no se arrepienten (Hch. 17:30; Jn. 2:23-25) y los que no tienen una fe perseverante (Lc. 8:13; 1 P. 1:3-9). Ya he escrito en otro lugar acerca de estos temas y no voy a insistir en ellos ahora. Pero sí señalaré esto: nuestras iglesias están llenas de personas que no tienen las evidencias de la vida espiritual, pero que creen sinceramente que están bien con Dios.

UN LLAMADO

Mi intención en este breve artículo es alentarte de manera introductoria acerca de cómo se usó la doctrina de la regeneración en el que podría decirse que fue el más importante y poderoso de los despertares históricos, y recordarte que hay igualmente muchos miembros de la iglesia engañados a nuestro alrededor que necesitan ser confrontados con la misma verdad.

Pastor, necesitas trabajar duro en conocer bien esta doctrina. Prepárate a ti mismo y a los que diriges mediante un estudio serio del tema. Al igual que un médico se prepara mediante una profunda consideración de la anatomía, entrégate a una intensa preparación relacionada con esta doctrina. Medita en las Escrituras para ver claramente la forma en que los personajes y escritores bíblicos enseñaron cómo la vida de Dios entra en el alma muerta y transforma radicalmente a la persona. Aunque no ha sido el propósito de este breve artículo explorar la gama de expresiones teológicas más antiguas y nuevas de la doctrina, están fácilmente disponibles. Conviértete en un estudiante de esta poderosa verdad. Asimismo, lee la historia del Primer Gran Despertar para ver cómo Dios ha usado esta doctrina.

Al ayudar a los miembros de la iglesia confundidos y a menudo engañados a explorar si han sido vivificados o no, encontrarás que esta doctrina es la más útil. Los líderes que descuidan esta doctrina perpetuarán el aumento de miembros no regenerados en nuestras iglesias.

Habiendo estado en muchas iglesias como maestro bíblico itinerante, he encontrado consistentemente que las iglesias que parecen ser las más fuertes a menudo tienen muchos miembros que han trabajado a través de engaños anteriores sobre su conversión para llegar a una seguridad sólida con Dios. El sondeo fue ocasionado por el aprendizaje de que la vida espiritual en el individuo produce un cambio notable. La exploración sobre si realmente tienen vida espiritual o no, lo alteró todo.

Esta ha sido también mi experiencia como pastor. Cuántas veces he escuchado a los mejores miembros decir que cuando se enteraron de lo que exhibe la vida de Dios en el alma del creyente, descubrieron que nunca habían recibido esa vida. O, por el contrario, descubrieron que sí tienen esa vida en ellos, lo que les dio una nueva seguridad y audacia.

 

Traducido por Nazareth Bello

 

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Nota del editor: Este artículo ha sido adaptado y revisado de Revival and the Unregenerate Church Member (El avivamiento y el miembro de la iglesia no regenerado) por Jim Elliff, publicado originalmente en Reformation and Revival Journal.

[1] Joseph Tracey, The Great Awakening (El Gran Despertar) (Edinburgh: Banner of Truth, reprint 1976), ix.

[2] Louis Berkhof, Systematic Theology (Teología Sistemática) (Grand Rapids: Eerdmans, 1939, 1988), 469.

[3] J. C. Ryle, Christian Leaders of the 18th Century (Líderes cristianos del siglo XVIII) (Edimburgo: Banner of Truth, reprint 1978), 28.

[4] Bob Roberts, International Awakening Ministries (Ministerios del despertar internacional), de un documento inédito.

[5] John Gillies, Historical Collections of Accounts of Revival (Colecciones históricas de relatos de renacimiento), citadas por Prince (Edimburgo: Banner of Truth, reprint 1981), xii.