Membresía

Dejar de reunirse con la iglesia te hace daño espiritualmente

Por Jonathan Leeman

Jonathan (@JonathanLeeman) edita la serie de libros 9Marks, así como el 9Marks Journal. También es autor de varios libros sobre la iglesia. Desde su llamado al ministerio, Jonathan ha obtenido un máster en divinidad por el Southern Seminary y un doctorado en eclesiología por la Universidad de Gales. Vive con su esposa y sus cuatro hijas en Cheverly, Maryland, donde es anciano de la Iglesia Bautista de Cheverly.
Artículo
26.09.2022

Algunos pensarán que esto es insensible, otros pensarán que ya es tarde, pero quiero asegurarme de que se diga: dejar de reunirte físicamente con la iglesia te hace daño espiritualmente. Así que, cristiano cansado de la pandemia, trabaja para reunirte de nuevo con tu iglesia, incluso si tu iglesia sigue ofreciendo una opción virtual. Del mismo modo, pastor cansado de la pandemia, anime amablemente a su congregación cansada de la pandemia a reunirse tan pronto como pueda.

UNAS PALABRAS PARA LOS MIEMBROS

A los cristianos, déjenme admitir que no conozco su situación. No conozco las leyes a las que están sometidos ni los riesgos de salud que siguen existiendo para ustedes personalmente. Por eso, en un artículo para el público en general como éste, quiero dejar espacio para las diferentes circunstancias y conciencias. Los impedimentos providenciales son reales. Si la gripe te impide ir al trabajo, quédate en casa y no deberías sentirte culpable. Al mismo tiempo, sabes que quedarte en casa, con el tiempo, perjudica tu trabajo. Así que vuelve al trabajo tan pronto como puedas.

Del mismo modo, mientras piensas en tu propia situación de asistencia a la iglesia, con la esperanza de conversar con tus pastores, tal vez permanezcas provisionalmente impedido de asistir. El Señor muestra misericordia y gracia. Él hace provisión para el aislado, el soldado, el que no puede ir a la iglesia, y el anciano de alto riesgo.

Pero mientras sopesas todas las variables, quiero dejar una piedra en tu zapato. Si no puedes asistir, quiero que te sientas un poco frustrado por no poder asistir, para que no te sientas cómodo. Si no te sientes frustrado, algo va mal. El Señor nos ha ordenado no abandonar la congregación (Heb. 10:25). Y la ausencia de la reunión sí afecta a nuestro estado espiritual, aunque tengamos una razón legítima para no asistir, como estar enfermos o en cuarentena. Jesús diseñó el cristianismo y el progreso de nuestro discipulado para centrarse en las reuniones. Por tanto, la matemática es simple: Reunirse con la iglesia es espiritualmente bueno para ti. Dejar de reunirte físicamente con la iglesia te perjudica espiritualmente.

UNA PALABRA PARA LOS PASTORES

A los pastores, permítanme decirles que estoy planteando el tema ahora en el invierno de 2021porque estoy escuchando de ustedes que algunos de sus miembros se han vuelto complacientes. Me dicen que los miembros no están asistiendo cuando probablemente podrían hacerlo. Se sienten demasiado cómodos con la opción virtual.

De hecho, esta es la razón por la que algunas iglesias nunca ofrecieron el servicio de transmisión en vivo en primer lugar. No querían arriesgarse a fomentar el apetito por un sustituto muy poco sano. Muchas otras iglesias, sin embargo, tomaron una decisión diferente. Ofrecieron el sustituto menos sano. Sin embargo, en mi caso, lo hicimos sabiendo que había riesgos.

Uno de los riesgos es tentar a los miembros a pensar: «Oye, parece que me va bien espiritualmente con sólo ir a la iglesia cada semana. Tal vez no ir a la iglesia el domingo no sea un gran problema». Sin embargo, ahora es el momento, pastor, de que tengamos en cuenta esos riesgos, para que no vuelvan a casa.

Por tanto, te animo a que encuentres alguna manera de discutir esto con tu iglesia. No necesito decirte qué palabras usar. Puedes averiguar cómo animar a tus miembros a reunirse sin ser insensible a los que se encuentran en situaciones difíciles. Hace apenas unas semanas, nuestros propios ancianos discutieron este tema. Acordamos decir algo tanto en la reunión semanal como en las conversaciones individuales. Esto último nos permitiría ejercer la atención pastoral con individuos en diferentes situaciones. Sin embargo, acordamos que necesitamos recordar a la iglesia que no reunirse no es espiritualmente sano.

Además, te animo a que tú y tus compañeros ancianos discutan entre ustedes, como hicimos nosotros, si se debe desactivar la opción virtual y cuándo, o al menos restringirla más severamente. La iglesia virtual individualiza el discipulado cristiano. Sustituye sutilmente una fe familiar por una fe de consumo. Algunos de sus miembros seguirán eligiendo esa opción si está disponible, aunque no deberían hacerlo.

Reconozco que la iglesia virtual también parece atractiva por razones de evangelización. Los no cristianos parecen más propensos a sintonizar que a acudir. Lo entiendo. Pero la Biblia dice que los no cristianos no sólo necesitan una imagen tuya predicando; necesitan estar rodeados de cristianos adorando (1 Co. 14:24-25). En otras palabras, la iglesia virtual individualiza no sólo el discipulado, sino la evangelización. Muestra al mundo una imagen del cristianismo a través de palabras, no de palabras y vidas. Tal vez por eso el cristianismo creció durante 2000 años sin nuestros servicios virtuales.

Mientras tanto, el mandato bíblico de reunirse no es una carga (véase Heb. 10:25; 1 Juan 5:3). Es para nuestro bien, nuestra fe, nuestro amor y nuestra alegría. Es posible que tus miembros necesiten que se les recuerde esto.

 

Traducido por Renzo Jr. Bello