Teología bíblica

Cuatro Razones Por Las Que Debes Predicar Éxodo

Por Bobby Jamieson

Bobby Jamieson es pastor asociado de la Iglesia Bautista Capitol Hill en Washington, DC. Él es el autor, de su más reciente libro, La Muerte y Ofrenda Celestial de Jesús en Hebreos. Puedes encontrarlo en Twitter en @bobby_jamieson
Artículo
08.07.2021

Mi objetivo en este artículo es persuadirte a predicar el libro completo de Éxodo. Aparentemente, habrán 60 artículos o más sobre esta serie, cada uno de cuales defenderá otro libro bíblico. Por lo tanto, amigos, aquí todos ganamos. No hay uno solo que sea malo. Dicho esto, Éxodo es lo que vende este artículo.

Este es mi mejor intento de una oración resumen del libro: Éxodo proclama el gran acto de Dios de liberar a su pueblo de la esclavitud, entregándoles su ley e invitándolos a una íntima comunión con él. Rescate, comisión, comunión; Egipto, Sinaí, tabernáculo (Ex 1–18; 19–24; 25–40).

CUATRO RAZONES POR LAS QUE DEBES PREDICAR ÉXODO

Quisiera ofrecerte cuatro razones para predicar Éxodo. Aunque, en primer lugar, quisiera darte una breve advertencia: hasta ahora yo solo he predicado hasta el capítulo 13, casi el primer tercio del libro. Así que mis razones se inclinarán de alguna forma hacia la parte inicial del libro.

1. Éxodo transmite el nombre de Dios

En primer lugar, Éxodo transmite el nombre de Dios. Vean en especial Éxodo 3:14-156:2-8; y 34:6-7. En Éxodo 3:14-15, Dios le revela a Moisés su verdadero nombre personal, YHWH. Los israelitas ya lo conocían, pero no sabían lo que significaba. No sabían la historia que este nombre contaría. Sin embargo, cuando Dios los redimió, ellos lo sabrían:

Por tanto, dile a los Israelitas: ‘Yo soy el Señor, y los sacaré de debajo de las cargas de los Egipcios. Los libraré de su esclavitud, y los redimiré con brazo extendido y con grandes juicios. Los tomaré a ustedes por pueblo mío, y yo seré su Dios. Sabrán que yo soy el Señor su Dios, que los sacó de debajo de las cargas de los Egipcios’.

Éxodo es una de las fuentes más profundas de la doctrina de Dios en toda la Escritura. El Dios que Éxodo proclama es completamente santo (3:5), autosuficiente y suficiente para salvar (3:14), perfectamente fiel (6:4), severo en justicia (10:2) y abundante en compasión (34:6-7).

Predica Éxodo y lleva a tu congregación a estar cara a cara con este incomparable e inagotable Dios.

2. Éxodo gira en torno a las promesas de Dios

En segundo lugar, Éxodo gira en torno a las promesas de Dios. Incluso cuando comienza el éxodo, con Israel viviendo en Egipto, Dios está cumpliendo sus promesas (1:1-7). Su pueblo ha sido fructífero y se ha multiplicado; ha hecho de Abraham una gran nación. Y el resto de Éxodo es un registro resonante de Dios guardando promesa tras promesa (por ej., 2:23-25; 3:7-10; 3:12; 6:4; 12:40-41; 13:19).

Uno de los desafíos centrales de la vida cristiana es la lucha para confiar en las promesas de Dios. Pocas cosas fortalecen y sostienen nuestra fe como ver que cuando Dios dice «lo haré» después eso se convierte en «lo hice».

3. Éxodo proclama que la verdadera libertad se encuentra en la sumisión voluntaria a Dios

Una de las mentiras más devastadoras y profundamente enraizadas en nuestra cultura es que «libertad de» es suficiente. Valoramos la libertad de la tradición, de la inhibición, de las leyes, de los límites, de las obligaciones, de la naturaleza. Sin embargo, la verdadera libertad siempre requiere «libertad de». Somos criaturas con un propósito, con un fin fijo. La verdadera libertad sólo se encuentra en someterse voluntariamente a Dios.

Dios no liberó a Israel de la esclavitud de faraón para que así ellos pudieran inventar sus propias identidades y diseñar sus propios estilos de vida. No, los liberó para que pudieran ser de su propiedad. El éxodo fue una transferencia de propiedad, de un amo a otro. Y sólo en servicio total a Dios, nosotros podemos encontrar perfecta libertad. Como Alastair Roberts y Andrew Wilson lo expresan en su excelente nuevo libro Echoes of Exodus [Ecos de Éxodo], «Aquellos que sirven a faraón se convierten en bestias y perecen. Aquellos que sirven al Señor se convierten en sacerdotes y florecen» (147).

En la gramática de Éxodo, «¡deja ir a mi pueblo!» no es una oración completa. Esa oración casi siempre termina: «para que me sirva» (7:16; 8:1; 8:30; 9:1; 9:13, etc.).

Exponer las promesas vacías de «libertad de» y regocijarse en la «libertad de» que encontramos en servir a Dios es una de las tareas más urgentes, cruciales y dadoras de vida que la iglesia enfrenta hoy. Por lo tanto, predica Éxodo y muéstrale a tu congregación que somos rescatados de la esclavitud del pecado para adorar (Ex 14:1-15:21), confiar (15:22-18:27), ser santos (19:1-20:21), ser justos (20:22-24:18) y morar con Dios (25–31). Porque sí, esos son mis próximos sermones, ¿Cómo adivinaste?

4. El éxodo es el evento de salvación definitivo del Antiguo Testamento y una clave crucial para toda la Biblia

Honestamente, esta es razón por la que probablemente una gran cantidad de ustedes, queridos pastores lectores, ya han predicado Éxodo. Pero si no lo has hecho, hazlo. El éxodo es el paradigma definitivo de redención en todo el Antiguo Testamento. Eventos posteriores (como la entrada y la conquista de la tierra) lo recapitulan; los Salmos celebran y reflexionan en él; los profetas predicen un nuevo éxodo que sigue su patrón (por ej., Is 40:1-11). Términos cruciales del Nuevo Testamento como «redención» derivan del Éxodo, cuando Dios rescató a su pueblo con el costo calculado con precisión de un cordero por casa (Ex 12:1-13).

El plan completo de salvación de Dios está formado por el éxodo. Toda la Escritura está formada por el éxodo. Por lo tanto, si quieres oportunidades prácticamente infinitas en cada sermón para ayudar a tu congregación a juntar la Biblia completa, predica Éxodo.

¿DE QUÉ MANERA?

No obstante, podrías estar pensando, «¿cómo lo hago?». Si nunca antes has predicado sobre un largo libro del Antiguo Testamento como Éxodo, podría parecer desalentador. Tus opciones parecen ser largas secciones difíciles de manejar del texto o series largas difíciles de abarcar. Estoy seguro de que lo que he planeado puede mejorarse, pero quisiera mostrarte mi intento por dividir los pasajes, con once sermones sobre el libro. Parece funcionar hasta ahora:

  1. 1–2
  2. 3–4
  3. 5:1–7:7
  4. 7:8–13:22
  5. 14:1–15:21
  6. 15:22–18:27
  7. 19–20
  8. 21–24
  9. 25–31
  10. 32–34
  11. 35–40

Algunos de ellos fácilmente pueden subdividirse. Es decisión tuya. Pero en la cantidad de sermones que sean, en cualquier altitud textual, espero que agregues Éxodo en tu calendario de predicaciones, y pronto.

Apoyo para la preparación

Lejos el comentario más útil pastoral y homiléticamente que he encontrado sobre Éxodo es el volumen de Alec Motyer publicado en inglés el 2005, Éxodo. Comentario del Antiguo Testamento. Este es un libro para guardar hasta que hayas hecho tu propio trabajo o serás tentado a que Motyer lo haga por ti.