Teología bíblica

¿Cómo organizar mi biblioteca teológica?

Por Matthew Leighton

Matthew Leighton (MDiv, ThD) es profesor y decano de estudiantes en la Facultad de Teología Internacional IBSTE, cerca de Barcelona. También es anciano en la Església Evangèlica de Vilassar de Mar. Él y su esposa, Núria, tienen cinco hijos.
Artículo
23.02.2022

¡Si te planteas esta pregunta, te felicito! Esto significa que tienes suficientes libros como para no poder localizar alguno de ellos. Una biblioteca en crecimiento es una bendición. Aquí van algunos consejos para ordenar tus volúmenes:

1. CONSEGUIR LIBREROS ADECUADOS

Los libros son como herramientas: no te sirven para nada si no son de fácil acceso. En el momento de necesidad, un libro guardado en una caja no vale para nada. Es necesario tenerlos disponibles y a la vista.

Comprar un librero básico no es caro (sea nuevo o de segunda mano), no ocupan mucho sitio, y estéticamente pueden ser muy agradables. Además, tus libros se conservarán mejor a largo plazo bien colocados en estantes.   

2. TOMAR EN SERIO EL ORDEN

Un bibliotecario te dirá que hay libros que desaparecen de las bibliotecas por años sin que estos salgan del edificio. Un libro mal guardado puede llegar a ser un libro efectivamente perdido. En cambio, una biblioteca bien ordenada te ayuda a no perder tiempo buscando libros, a no tomar prestado recursos que ya tienes y, sobre todo, a no volver a comprar libros que ya tienes (¡esto es lo peor!). Si tienes tus libros agrupados por temas (ver abajo), te ayudará a descubrir otros recursos relacionados con el libro concreto que estás buscando.

3. ORDENAR POR TEMAS

Cada uno tiene que pensar en un orden para su biblioteca que le resulte intuitivo. Una sugerencia sería organizar una biblioteca teológica según las grandes divisiones del currículo teológico:

Teología exegética

Una buena biblioteca teológica tendrá una sección de libros que hablan de los contenidos bíblicos y su interpretación. Podemos incluir aquí libros sobre la hermenéutica y la práctica exegética. Si sabemos (o si estamos aprendiendo a) leer los idiomas bíblicos, conviene ubicar las herramientas lingüísticas también en esta sección.

Teología sistemática

Tu biblioteca seguramente tendrá también una sección de teología sistemática. Allí pondrás manuales de teología y doctrina y libros monográficos con estudios sintéticos sobre temas doctrinales. También puedes incluir en esta sección obras sobre la apologética, la ética, y la cosmovisión cristiana, ya que son estudios sintéticos y se basan en doctrina. Si tienes libros de filosofía, ponlos cerca porque la teología sistemática se vale muchas veces de lenguaje y categorías filosóficas para ordenar su discurso.

Teología histórica

Conviene colocar juntos los libros sobre la historia de la iglesia, quizá no muy lejos de la teología sistemática, dado que la teología histórica muchas veces se trata del desarrollo de la teología a lo largo de los siglos desde el cierre del Nuevo Testamento. Esta sección también incluiría registros históricos de instituciones, movimientos, personajes (biografías), credos, y confesiones (si no los colocaste en la sección de teología sistemática).

Teología práctica

Las obras sobre la aplicación práctica en el ministerio de la iglesia, la vida familiar, y el crecimiento personal deben ubicarse juntos en tus estanterías. Nota: personalmente, tengo los libros que hablan de la eclesiología (en el sentido del gobierno de la iglesia y la administración de las ordenanzas) junto con otros de teología sistemática porque entiendo que son más teóricos que prácticos.

Podrías agrupar tus libros en tus estanterías en un orden como el siguiente:

Otros recursos

Seguramente tienes unos cuantos libros que no caben bien en ninguna de las categorías arriba. Asegúrate de guardar sitio para obras de referencia general (diccionarios de idiomas modernos, enciclopedias, geografía), obras de ficción (novelas), poesía, recursos de investigación, redacción, tecnología, y productividad, y en general otros libros sobre temas de tu interés (p. ej., arte, ciencia, política, etc.).

4. DEJAR CERCA LO QUE MÁS USAS

Un consejo práctico: deja cerca de tu escritorio los libros que más utilizas, para tenerlos a mano. Yo tengo más cerca las herramientas lingüísticas, obras de introducción, y los comentarios.

También tengo un estante reservado para libros que estoy usando de forma especial durante un tiempo. Es como mi estante de reserva. Allí pongo los libros que necesito de forma especial mientras preparo una asignatura, predico una serie de sermones, o investigo para un artículo. Estos libros normalmente permanecen en otros sitios dentro de mi biblioteca pero, para evitar la molestia de sacar y reponer cada vez, los dejo apartados durante un tiempo determinado.

5. ORDENAR USANDO UN PROGRAMA INFORMÁTICO

Si tienes la bendición de tener una biblioteca más grande, considera la posibilidad de registrar tus libros en un programa informático. De este modo, puedes buscar en tu biblioteca según autores y temas desde el ordenador. Tiene muchas ventajas; una de ellas es que puedes clasificar tus recursos según varios temas (etiquetas), de modo que tu búsqueda te dará resultados de obras que igual no se encuentran juntas en tus estantes. Te ayuda a no obviar ningún recurso en tu investigación.

Un programa gratuito que funciona muy bien para esto es Zotero. Con este programa puedes organizar tus libros y también tus PDFs, documentos Word, MP3s, blogs, y más. La página web principal de Zotero está en ingles, pero existen tutoriales y otras ayudas en español.

¡Qué el Señor bendiga tu biblioteca teológica y, sobre todo, la lectura de lo que hay en ella!

 

Artículo publicado primero en Coalición por el Evangelio