Evangelio

¿Cómo la cena del Señor hace una iglesia local?

Por Bobby Jamieson

Bobby Jamieson es pastor asociado de la Iglesia Bautista Capitol Hill en Washington, DC. Él es el autor, de su más reciente libro, La Muerte y Ofrenda Celestial de Jesús en Hebreos. Puedes encontrarlo en Twitter en @bobby_jamieson
Artículo
23.07.2018

¿Cuándo es que realmente una pareja contrae matrimonio? ¿Es cuando dicen «acepto»? ¿Cuándo el ministro los declara marido y mujer? ¿Cuándo consuman el matrimonio?

Existe un concepto de que cada uno de esos momentos es esencial para la formación de un matrimonio pero cada uno depende de los demás. Por eso es que, por ejemplo, si un matrimonio nunca es consumado existe un concepto de que la pareja aún no está totalmente casada. Y esta distinción tiene un peso legal; romper esa relación es una anulación y no un divorcio.

¿Qué tiene todo esto que ver con la cena del Señor? Para mí, parece que muchos cristianos piensan que la cena del Señor es una devoción privada intensificada. Yo voy a la iglesia, escucho la Palabra, como el pan y bebo el vino, soy recordado de la muerte de Cristo y el perdón de mis pecados y luego voy a casa. Por supuesto, también relacionamos la cena del Señor con la iglesia, por lo menos en el sentido de que es algo que hacemos cuando «vamos a la iglesia». Sin embargo, para la mayoría de los cristianos eso es lo más lejos que llegan en lo que se refiere a relacionar la cena del Señor con la iglesia local.

Pero quiero alegar que la cena del Señor realmente juega un papel importante en lo que se refiere a unir a la iglesia. Celebrar la cena del Señor juntos es un paso esencial para hacer que una iglesia sea iglesia. En un sentido muy significativo, la cena del Señor es el momento en que un grupo de cristianos se convierte en un cuerpo. La cena del Señor hace que muchos sean uno.

Me estoy enfocando en esta idea por dos razones. Primero, es muy algo descuidado entre los cristianos evangélicos. Pienso que Pablo enseña claramente que la cena del Señor hace que muchos se conviertan en uno, tal y como lo veremos en un momento. Pero pocos pastores e iglesias parecen tomar el punto de Pablo y permitir que transforme su visión de la cena del Señor y la iglesia. Segundo, este punto acerca de la manera como la cena del Señor constituye una iglesia local es importante para muchas de las preguntas prácticas que los pastores e iglesias enfrentarán: ¿Quién puede participar en la cena? ¿Quién puede dirigirla? ¿Cuáles reuniones tipo iglesia son permitidas que se celebren?

Para pensar sabiamente acerca de cómo celebrar la cena del Señor, necesitamos que este lente bíblico sea fijado firmemente frente a nuestros propios ojos.

CÓMO LA CENA DEL SEÑOR CONVIERTE A MUCHOS EN UNO

Recuerda las palabras de Pablo en 1 Corintios 10:16-17: «La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo?» Pablo le recuerda a los Corintios que comer el pan y beber la copa significa disfrutar del compañerismo con Cristo, experimentar los beneficios de su muerte.

A partir de esta relación «vertical» entre Cristo y los creyentes, Pablo luego traza una conclusión «horizontal» en el versículo 17: «Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel mismo pan». La declaración principal de Pablo en este versículo es que nosotros que somos muchos somos un cuerpo. Y él fundamenta o apoya esta afirmación cuando se refiere a nuestra participación conjunta en la cena del Señor: «Siendo uno solo el pan… pues todos participamos de aquel mismo pan». El hecho de que Pablo repite esta razón dos veces influye en ver el pan simplemente como una representación o imagen de la unidad de la iglesia. En cambio, Pablo fundamenta la unidad de la iglesia en su celebración de la cena del Señor. Hay un solo cuerpo porque hay un solo pan.

Pablo está diciendo que la cena del Señor realmente convierte a muchos en uno. La cena del Señor reúne a «los que somos muchos» y nos convierte en un cuerpo. En otras palabras, la cena del Señor constituye una iglesia local. Por supuesto, el punto de Pablo no es acerca de los mecanismos del pan y comer como si una iglesia más grande que necesita más de una hogaza de pan para celebrar la cena del Señor no fuera una iglesia sino muchas. En cambio, Pablo utiliza el término «un pan» como un resumen de la celebración corporativa y en unidad de la cena del Señor en la iglesia. El punto de Pablo es que en la cena del Señor, debido a que todos compartimos juntos en compañerismo con Cristo, nuestra unidad en Cristo da lugar al cuerpo unificado de la iglesia.

En otras palabras, la cena del Señor es la señal de juramento renovada del nuevo pacto. En la cena del Señor, renovamos nuestro compromiso con Cristo y con cada uno. Y es este compromiso doble que hace que la iglesia sea iglesia.

 

LA IGLESIA LOCAL EN DOS PASOS

Dios crea una iglesia local a través de dos pasos. En el primer paso, Él crea a los cristianos. ¿Cómo? Él envía predicadores que proclaman a Cristo (Romanos 10:14-17). Él envía su Espíritu para permitir que algunos de los que escuchan reciban y confiesen a Cristo (1 Corintios 12:3). Él hace que su Palabra sea efectiva en sus vidas garantizándoles una nueva vida en Cristo (Santiago 1:18). Dios crea su iglesia enviando su Palabra y su Espíritu para hacer que su Palabra sea efectiva. Dios crea personas del evangelio, personas que han sido salvadas a través de confiar en Cristo. Ese es el paso uno.

Cuando las personas vienen a Cristo se convierten en miembros de su cuerpo universal. Ellos son espiritualmente uno con Él. Pero para crear una iglesia las personas tienen que no solo venir a Cristo sino también a cada uno. Tienen que unirse, y esa unidad requiere compromiso. Una iglesia local no surge automáticamente cuando dos o más cristianos están en la misma ciudad o el mismo salón. Por el contrario, cada vez que te encuentres en un supermercado cristiano surgirá una nueva iglesia y se desaparecerá tan pronto cruces la calle. Una iglesia es más que simplemente «cristianos» en plural. Es más que la suma de sus partes. Tiene que haber algo que una a las personas.

LA GENTE Y LA POLÍTICA DEL EVANGELIO  

Por tanto, para crear una iglesia la gente del evangelio tiene que formar una política del evangelio. Una iglesia nace cuando cristianos se comprometen a ser una iglesia juntos. Ese es el paso dos. Recuerda el ejemplo del matrimonio. Un matrimonio surge cuando un hombre y una mujer se comprometen a ser esposo y esposa. El voto crea el matrimonio. De la misma manera, una iglesia nace cuando un grupo de cristianos se compromete uno con el otro a hacer todo lo que Jesús le ordenó a sus iglesias que hagan juntas: reunirse para adorar, edificarse unos a otros en amor, llevar las cargas unos de los otros y celebrar el bautismo y la cena del Señor juntos.

Todo esto sigue siendo obra de Dios porque es su obra salvadora y motivadora la que da lugar a nuestra respuesta correcta al evangelio, incluyendo la respuesta correcta de comprometernos unos con otros. La obra de Dios y la nuestra no están en competencia. Solo podemos unirnos como cristianos porque Dios primero nos hizo cristianos. Dios crea una iglesia cuando crea cristianos y cuando hace que esos cristianos se comprometan unos con otros.

EL BAUTISMO Y LA CENA DEL SEÑOR

¿Pero cómo exactamente es que un grupo de cristianos establece este compromiso? Las ordenanzas del bautismo y la cena del Señor juegan papeles importantes. En el bautismo nos comprometemos públicamente con Cristo y su pueblo. Es donde la fe se hace pública y la manera en que un nuevo creyente se manifiesta al mundo y al radar de la iglesia como creyente. En otras palabras, el bautismo separa al creyente del mundo. En el bautismo, la iglesia le dice al mundo: «¡Este pertenece a Jesús!».

En la cena del Señor renovamos nuestro compromiso con Cristo y su pueblo. Pero, a diferencia del bautismo la cena del Señor es algo que hacemos juntos. La cena del Señor separa a todo un grupo de cristianos como un cuerpo, trazando una línea entre ellos y el mundo que está a su alrededor. Y al trazar una línea entre la iglesia y el mundo, el bautismo y la cena del Señor trazan una línea alrededor de la iglesia. Las ordenanzas hacen que sea posible apuntar hacia algo y decir «iglesia» en lugar de solo apuntar hacia muchas cosas y decir «cristianos».

Imagina que un cristiano va a una nueva ciudad, predica el evangelio y muchas personas vienen a Cristo al mismo tiempo. Este nuevo cristiano los bautiza a cada uno. ¿Cómo y cuándo todos estos cristianos que fueron bautizados se convierten en una iglesia? Pienso que la respuesta más básica y esencial es: cuando celebran la cena del Señor juntos. Recuerda que celebrar la cena del Señor expresa nuestro compromiso con Cristo y unos con otros.

Recibir los beneficios de Cristo en la cena del Señor significa recibir al pueblo de Cristo como hermanos y hermanas. En la cena del Señor nos comprometemos unos con otros más allá de la línea entre «un puñado de cristianos» y la «iglesia local». En la cena del Señor nos reunimos como un cuerpo. Como dice Pablo, «Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel mismo pan» (1 Corintios 10:17).

Como una manera de ser prudente, pienso que generalmente es sabio que las iglesias aclaren lo que están haciendo cuando son constituidas como iglesias por primera vez a través de una declaración verbal hecha por los miembros. En las tradiciones congregacionalistas y bautistas esto frecuentemente es llamado «pacto de iglesia», y algunas veces es declarado por toda la iglesia cada vez que celebran la cena del Señor. Pienso que esto es una buena práctica. Sin embargo, eso no significa que nuestro compromiso verbal crea la iglesia aparte de nuestra participación conjunta en la cena del Señor sino que el compromiso verbal explícito de un pacto de iglesia simplemente expone lo que está implícito en la cena del Señor. Un pacto verbal de iglesia ayuda nuestro entendimiento, recordándonos exactamente lo que hacemos cuando participamos juntos del pan y el vino.  

Una vez más, pienso que el inicio de una iglesia es un poco como el inicio de un matrimonio. La analogía es imperfecta, como somos todos, pero nos lleva muy lejos. Un matrimonio surge cuando un hombre y una mujer declaran votos, un ministro o cualquier otro oficial legal los declara casados y la pareja consuma su matrimonio. El voto «acepto» da inicio a la nueva relación, pero esa nueva relación no es confirmada hasta que el esposo y la esposa sellan su unión físicamente.

De la misma manera, una reunión de creyentes no es una iglesia local hasta que sella su unión a través de la cena del Señor juntos. Si un grupo de creyentes que busca ser una iglesia nunca celebra la cena del Señor juntos, no solo estarán desobedeciendo a Jesús sino que habrá un verdadero sentido en el que aún no serán una iglesia. La cena del Señor consuma el compromiso por el cual los cristianos se convierten en una iglesia.

¿Cómo es la cena del Señor es una iglesia local? Junto al bautismo, la cena del Señor es la manera como la gente del evangelio forma una política del evangelio. La cena del Señor es la manera como los cristianos se reúnen, se comprometen unos con otros y cruzan la línea de «muchos» hacia «uno». En la cena del Señor nuestro compañerismo con Cristo da lugar al compañerismo de unos con otros. La cena del Señor hace que muchos se conviertan en uno.

SENCILLEZ MAGNÍFICA

Existe una simplicidad magnífica en el diseño de Dios para la iglesia. ¿Qué se necesita para hacer una iglesia? La predicación del evangelio da lugar a la gente del evangelio que participa de las ordenanzas del evangelio. La iglesia es la forma en la que el evangelio y sus ordenanzas forman al pueblo de Dios. El bautismo une a uno a muchos y la cena del Señor convierte a muchos en uno.

El bautismo y la cena del Señor incluyen al evangelio en la forma y estructura de la iglesia. Lo que hace que muchos sean uno son las señales del evangelio. Cuando los cristianos se reúnen para formar una iglesia no se están moviendo más allá del evangelio sino más profundamente en el mismo.


Nota del editor: este artículo ha sido adaptado del libro nuevo de Bobby Jamieson Understanding the Lord’s Supper [Entendiendo la Cena del Señor], en la serie Church Basics (B&H, 2016). Impreso nuevamente con permiso de B&H.

Traducido por Samantha Paz.