Teología bíblica

Tres Razones por las que Deberías Predicar a través de Segunda de Juan

Por Sean DeMars

Sean DeMars es pastor de la Iglesia de la 6ta. Avenida en Decatur, Alabama. Anteriormente sirvió a los pueblos de Perú predicando, enseñando y viviendo la Palabra de Dios. Puedes encontrarlo en Twitter en @SeanDemars.
Artículo
15.06.2021

Los libros pequeños de la Biblia llegan a descuidarse, ¿no es así? No muchos predicadores pasan el rato en Hageo (a menos que estén intentando financiar un proyecto de construcción) o en Abdías o en 3 Juan. ¡Pero deberían! Estos pequeños libros a menudo están repletos de verdades sólidas para las almas cansadas de nuestra gente. El libro de 2 Juan no es diferente.

Juan tenía muchas cosas en la cabeza, pero prefería hablar en persona (v.12). Sin embargo, una cierta controversia lo obligó a escribir una breve carta. Si fue trascedente para Juan escribir cuando él hubiera preferido hablar en persona, es probablemente bastante importante.

Los temas tratados en 2 Juan son sorprendentemente relevantes para nuestros días. Entonces, con eso en mente, aquí hay tres razones por las que deberías predicar a través de este corto libro.

1. Defiende tanto la verdad como el amor

La carta anterior de Juan, 1 Juan, es conocida por la forma en que entrelaza los temas de la verdad, el amor y la obediencia. Y por una buena razón. Estos temas también se filtran en su segunda epístola.

Juan comienza su carta dirigiéndose a esos que él ama. Él aclara cuidadosamente el tipo de amor que tiene por su «señora elegida»: un amor basado en la verdad (v.1). Les dice que el amor basado en la verdad une a todos los hijos de Dios. En otra parte, Pablo escribe que la unidad cristiana se fundamenta en un mismo Espíritu, un mismo Señor, un mismo bautismo y la sangre de Cristo derramada para expiar nuestros pecados (Efesios 2:13, 4:15). Aquí, al comienzo de 2 Juan, vemos que nuestra unidad también se basa en las verdades que todos creemos juntos.

Juan pasa rápidamente a un saludo acostumbrado: «Gracia, misericordia y paz sean dada a vosotros, de Dios el Padre y del Señor Jesucristo, Hijo del Padre…».

Pero presta atención a cómo él, de manera bastante singular, termina su saludo: «en verdad y amor». La gracia, la misericordia y la paz que recibimos de Dios el Padre y Dios el Hijo vienen a través de los conductos de la verdad y el amor. La verdad y el amor no están reñidos. Todo lo contrario: ambos deben estar presentes en igual medida para que la gracia y la paz fluyan en nuestras vidas.

Pero hay más.

2. Defiende la obediencia

Juan pasa los siguientes seis versículos diciéndoles a sus lectores que la verdad y el amor deben resultar en obediencia. Dicho de otra manera: debemos caminar en la verdad y el amor, no simplemente admirarlos a distancia (v.4,6). Juan es tan valiente como para definir nuestro amor por Dios como nuestro caminar de acuerdo con «sus mandamientos» (v.6).

Pero Juan tiene claro que nuestra obediencia es a la verdad, no meramente a nuestra idea de lo que es la verdad. Mientras Juan trata con los anticristos que han salido al mundo para engañar a los elegidos de Dios, lanza una advertencia: «Mirad por vosotros mismos». Si no tenemos cuidado de asegurarnos de que nuestra obediencia se fundamenta en la verdad de quién es Jesús, podemos terminar perdiendo nuestras mismas almas (v.8).

Hermanos pastores, debemos enfatizar la obediencia a la verdad. Si no lo hacemos, nuestras almas se perderán. Esto es especialmente importante porque muchos cristianos con buena teología están tentados a creer que conocer la verdad es lo mismo que obedecer la verdad.

Finalmente, y de manera más terminante, Juan dice que si continuamos permaneciendo (caminando, viviendo) en mentiras acerca de quién es Jesús, entonces nuestra obediencia no vale nada. Difícilmente podría ser más explícito: «cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios». ¿Qué importancia tiene la obediencia basada en la verdad? Es tan importante como tener o no tener a Dios, y no hay nada más importante que eso.

La verdad, el amor y la obediencia forman una estructura de tres lados. Si alguna de estas piezas es removida; el evangelio, la totalidad de nuestra fe cristiana, incluso nuestras almas se perderán.

3. Nos ayuda a pensar bien sobre cómo deberíamos actuar con los falsos maestros

¿Cómo suponemos que vamos enseñar a nuestros miembros a pensar acerca de pastores populares como Joel Osteen, Rob Bell o Creflo Dollar? ¿Cómo deberíamos enseñarles a pensar en hombres que supuestamente son heraldos de Dios, pero que, no obstante, enseñan un mensaje que lleva a las personas a comprometer la verdad y la obediencia por el amor, o el amor por la «verdad»?

Espera. Tengo algunas preguntas más prácticas: ¿Cómo se supone que te relacionarás con el pastor herético que está más allá de tu iglesia, la que tiene 4.000 «miembros»? ¿Qué deberías hacer cuando el alcalde te pide que ores en un desayuno de la ciudad donde un falso profeta local es asignado como el orador principal? ¿Dónde está la línea? ¿Deberías estrechar la mano del lobo si lo ves en la bodega? ¿Deberías orar con él públicamente? ¿Puedes estrechar los brazos con él para buscar justicia en tu ciudad? Creo que 2 Juan puede realmente ayudarnos con este tipo de preguntas.

Los versículos 7 y 8 se dirigen a los anticristos, a los engañadores. Estos son los que predican a un Jesús diferente. Específicamente, Juan aborda la falsa enseñanza del gnosticismo. Ellos «no confiesan que Jesucristo ha venido en carne» (v. 7). Pero el principio se aplica a todos los que vienen trayendo una enseñanza diferente sobre Jesús (v.10), desde los predicadores de la prosperidad hasta los mormones.

Juan les dice a los que permanecen en la enseñanza de Cristo (v.8) que no saluden a estos falsos maestros y no los reciban en sus casas. No creo que Juan quiera decir que ni siquiera deberíamos saludar a un hombre así, o incluso que nunca podemos invitarlos a nuestro hogar para hablar. En la cultura del Antiguo Cercano Oriente, saludar públicamente a un profeta viajero y recibirlo en tu hogar significaba que recibías no solo al hombre, sino también a sus enseñanzas. Esa demostración pública de aprobación se duplicó como una luz verde pública para la falsa enseñanza del engañador. Por eso, dice que todo el que saluda a tal persona participa en sus malas obras (v.11). La aplicación de este principio puede parecer más diferente en Detroit que en el Antiguo Cercano Oriente, pero aún debe aplicarse con la mayor diligencia.

CONCLUSIÓN

En resumen, 2 Juan tiene mucho que ofrecer. Le enseñará a tu gente a pensar de manera contracultural acerca del amor y la verdad, sobre el valor y la necesidad de la obediencia, y le ayudará a ejercitar un mayor discernimiento con respecto a los falsos maestros, tanto individualmente como en la vida de la iglesia.

Traducido por Renso Bello