Respuestas para pastores - Disciplina

¿Cuándo debe una iglesia practicar la disciplina?

Por Jonathan Leeman

Jonathan (@JonathanLeeman) edita la serie de libros 9Marks, así como el 9Marks Journal. También es autor de varios libros sobre la iglesia. Desde su llamado al ministerio, Jonathan ha obtenido un máster en divinidad por el Southern Seminary y un doctorado en eclesiología por la Universidad de Gales. Vive con su esposa y sus cuatro hijas en Cheverly, Maryland, donde es anciano de la Iglesia Bautista de Cheverly.
Respuesta
30.05.2018

La respuesta a esa pregunta depende de si estamos hablando acerca de lo que Jay Adams llama disciplina de iglesia formal o informal. La disciplina informal implica una confrontación privada, mientras que la formal implica un proceso que involucra a toda la iglesia.

  1. Informal. Cualquier pecado, sea serio o no, puede provocar una reprensión privada entre dos hermanos o hermanas en la fe. Con esto no decimos que deberíamos reprender cada pecado que comete un compañero miembro de la iglesia. Es simplemente decir que cada pecado, por pequeño que sea, cae en el reino de lo que dos cristianos pueden elevarse amorosamente unos con otros en un entorno privado, dependiendo de la prudencia.
  2. Formal. Una manera de resumir la información bíblica es decir que esa disciplina formal de iglesia es requerida en casos de pecado de manifestación externa, serio e impenitente.
  • Un pecado debe tener una manifestación externa. Debe ser algo que pueda ser visto con los ojos o escuchado con los oídos. Las iglesias no deberían poner la bandera roja de la exclusión rápidamente cada vez que tienen la sospecha de codicia u orgullo en el corazón de alguien. No es que los pecados del corazón no son serios. Es que el Señor sabe que no podemos ver nuestros corazones, y que los verdaderos problemas del corazón eventualmente saldrán a la luz de todas maneras (1 Samuel 16:7; Mateo 7:17; Marcos 7:21).
  • Segundo, un pecado debe ser serio. Perseguir cada pequeño pecado en la vida de iglesia probablemente induce a la paranoia y lleva a la congregación hacia el legalismo. Es evidente que debe haber un lugar para el amor que «cubre una multitud de pecados» en la vida de una congregación (1 Pedro 4:8). No todo pecado debería ser perseguido hasta el extremo. Afortunadamente, Dios no hace eso con nosotros.
  • Finalmente, la disciplina formal de iglesia es el curso de acción apropiado cuando un pecado es impenitente. La persona involucrada en pecado serio ha sido confrontada de manera privada con los mandatos de Dios de las Escrituras, pero él o ella rehúsa dejar el pecado. De todas las apariencias, la persona valora más el pecado que a Jesús. La única excepción a esto es cuando el pecado es tan serio que inmediatamente llama a cuestionar la validez de la profesión de fe en Cristo de una persona (ver 1 Corintios 5 para un ejemplo de esto).    

        Traducido por Samantha Paz de Mañon


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