Reseñas

Reseña del libro: Providencia, de John Piper

Reseña de Mark Redfern

Mark Redfern es pastor de Heritage Baptist Church en Owensboro, KY.
Review
21.11.2021

Hace 20 años, me senté en un campo a las afueras de Memphis, Tennessee junto a 40.000 estudiantes universitarios que escuchaban a John Piper predicar por primera vez. Estaba allí como parte de One Day 2000, una gran reunión organizada por Passion. Predicó un mensaje acerca de Gálatas 6:14 llamado: «Me glorío solo en la cruz». No tenía idea de cómo Dios utilizaría ese mensaje para animar a una generación de estudiantes a no «desperdiciar sus vidas».

Luego de aquel ventoso día primaveral en la Granja Shelby, comencé a leer todo lo que caía en mis manos de John Piper. Leer la obra magna de Piper, Providencia, en este momento de mi vida —a los cuarenta años, como esposo de casi dos décadas, que cría hijos pequeños y pastorea una iglesia local— ha sido una verdadera dicha. Este libro no solo resume lo que los escritos y las predicaciones de Piper han significado en mi propia vida y ministerio, sino que el tiempo del libro nos prepara para futuras pruebas en la cúspide de una nueva década.

UN LIBRO MUY OPORTUNO

El año pasado (2020) fue un año de incertidumbres. Una pandemia mundial, la polarización cultural, unas elecciones divisivas, la injusticia racial, los huracanes e incendios forestales, y la agitación económica son solo algunas de las «espinas y cardos» que hemos encontrando al navegar en este mundo caído este último año.

Sin embargo, que amable de parte Dios, que en la cúspide de un nuevo año (y década), recibamos un libro que desentraña el panorama bíblico de la soberanía intencionada de Dios, que cambia los paradigmas y conmueve los corazones. Este libro, quizá como ningún otro que Piper haya escrito en el curso de cuarenta años, se siente adaptado a las necesidades de la iglesia y del mundo en este momento.

Piper siempre se esfuerza por ayudarnos a ver y saborear la gloria de nuestro Dios. En este libro, examina el panorama bíblico de la participación providencial de Dios en nuestro mundo. Su objetivo explícito es claro: invitarnos a «un mundo de maravillas contraintuitivas», que penetran más allá de las simples palabras en la realidad de un mundo centrado en Dios y diseñado para ayudarnos a conocerlo mejor. Escribe: «Te invito a conocer, quizá como nunca hayas conocido, al Dios cuya participación en la vida de sus hijos y en el mundo es tan penetrante, tan omnipresente y tan poderosa que nada puede sucederles sin que él lo haya designado para su glorificación en él y su glorificación en ellos» (22).

En la amable providencia de Dios, este libro ha llegado en una temporada de nuestras vidas donde muchos hemos sentido que nuestro mundo se está saliendo de control. Sin embargo, lejos de estar «lleno de ruido y furia, y que no significa nada», o incluso de ser los resultados de la impersonalidad mecanicista, este mundo, según Piper, «no es una máquina que Dios hizo para que funcionara por su cuenta. Es un cuadro, una escultura, o un drama. El Hijo de Dios lo sostiene con la palabra de su poder (Col. 1:17; He. 1:3)».

UN LIBRO BÍBLICAMENTE COMPLETO

Luego de definir la palabra «providencia» en la Parte 1 —concepto que describe como «soberanía con propósito»— la mayor parte del libro es un examen del objetivo, la naturaleza y el alcance de la providencia de Dios en el mundo, tal como se revela en la Biblia.

Por objetivo, Piper responde a la pregunta: «¿Cuál es el objetivo principal que guía todo?».

Por naturaleza, Piper responde a la pregunta: «¿Qué medio utiliza Dios para lograr su objetivo principal.

Por alcance, Piper responde a la pregunta: «¿Cuán amplia es la soberanía de Dios? ¿Hasta dónde se extiende?».

El objetivo de la providencia

Aproximadamente un tercio del libro está dedicado al tema del objetivo de la providencia de Dios. Aunque reconoce los millones (eufemismo) de objetivos inescrutables que Dios está trabajando en el mundo, el principal objetivo que guía toda su actividad soberana es el despliegue de su gloria en el gozo de su pueblo redimido. Trabajando en el marco de la teología bíblica, Piper examina este principal objetivo de Dios a través del panorama de la obra de Dios antes y en la creación, a través de la historia de Israel y en el Nuevo Pacto.

La naturaleza y el alcance de la providencia

Los dos tercios del libro exploran la providencia de Dios a través del lente de la teología sistemática. Se mueve a través de diferentes temas, resaltando la soberanía con propósito de Dios sobre la naturaleza, Satanás y los demonios, los reyes y las naciones, y la vida y la muerte. También se centra en algunas de las implicaciones prácticas para la vida cristiana, al examinar la providencia de Dios sobre el pecado, la conversión y la vida cristiana. El libro culmina en los cielos nuevos y la nueva tierra, donde se logra finalmente el principal objetivo de Dios. Concluye con diez maneras prácticas de «ver y saborear» la providencia de Dios.

UN LIBRO QUE CAMBIA VIDAS

A medida que leía este libro, regresaba en mi mente a aquella tarde de mayo hace veinte años en la que fui confrontado con el esplendor y la grandeza de la gracia de Dios por medio de John Piper en ese campo en Memphis. Al igual que gran parte de la obra de Piper, este libro debe ser saboreado, no solo leído. Esto hace que sus intimidantes setecientas páginas sean realistas hasta para el lector más lento. Unas cuantas páginas al día durante el transcurso del 2021 permitirán, con cada nuevo día, recordar de nuevo que «ni Satanás en su peor momento ni los seres humanos en su mejor momento, actúan de forma que provoquen una revisión del plan omnisciente de Dios» (691-692).

La visión de Dios en estas páginas es (para usar algunas expresiones de Piper) esperanzadora, aleccionadora y estimulante. Si esto sirve como la última obra teológica de Piper (y espero que no lo sea), será un resumen adecuado de la visión de la vida y del ministerio centrado en Dios que ha dado a la iglesia en las últimas cuatro décadas.

Me alegro de que Dios lo haya guiado providencialmente a escribirlo y de que quienes lo lean sean los beneficiarios providenciales.

Traducido por Nazareth Bello.