Reseñas
Reseña del libro: La misión principal de la iglesia, de Bryan Estelle
Hace más de diez años, Kevin DeYoung y Greg Gilbert publicaron el libro ¿Cuál es la misión de la iglesia?: Dar sentido a la justicia social, Shalom y la Gran Comisión. La obra probaría ser una contribución importante a las discusiones contemporáneas sobre la misión de la iglesia en el mundo de hoy. DeYoung y Gilbert ubicaron la misión principal de la iglesia en la Gran Comisión, enfocándose principalmente en evangelizar el mundo y el crecimiento de los creyentes en Cristo. Los esfuerzos en el activismo social y el ministerio de la misericordia pueden valer la pena; sin embargo, van más allá de la tarea principal de la iglesia de hacer discípulos de Jesucristo y edificar iglesias locales saludables.
Desde el libro de DeYoung y Gilbert muchos libros han aparecido que abordan el tema de la misión de la iglesia. Algunos han seguido su modelo al dar primacía al evangelismo y al discipulado, mientras que otros han abogado por un lugar más destacado para la preocupación social y la transformación cultural.
El libro de Bryan Estelle: Las misiones primarias de la iglesia: ¿involucrar o transformar el mundo? pertenece sólidamente a la tradición DeYoung/Gilbert.
¿CUÁL ES LA MISIÓN DE LA IGLESIA?
«La iglesia es espiritual y su misión es espiritual. La iglesia corporativamente debe adherirse a la descripción de su trabajo. Cuando no lo hace, el resultado son límites borrosos» (23).
Estas palabras de Estelle capturan la tesis de su libro. El construye su tesis sobre una defensa exegética, teológica e histórica moderna de la teología de los «Dos Reinos».
Estelle distingue entre el regnum gratiae (el reino de la gracia) y el regnum potentiae (el reino del poder) y argumenta que el dominio de Cristo sobre estos dos reinos se ejerce de diferentes maneras (21-22). Cristo ejerce su dominio en el mundo entero (el reino de poder) como Rey y Señor sobre todas las cosas. El administra este dominio principalmente a través del estado, que es su agente peculiar para promover sus propósitos y ejecutar sus juicios en el mundo.
Por tanto, el estado tiene jurisdicción especial sobre los asuntos terrenales y es responsable ante Dios de cómo ejerce su jurisdicción. En el caso del reino de la gracia, Cristo ejerce su gobierno como el mediador del pacto de gracia. Este gobierno sobre el reino de la gracia se administra a través de la iglesia. La iglesia tiene una autoridad especial sobre los asuntos eclesiales y una misión especial para proclamar el evangelio al mundo y discipular al pueblo de Dios.
Estelle despliega este marco de Dos Reinos para definir la misión de la iglesia. Según Estelle, la misión de la iglesia no se encuentra en la justicia social, la transformación cultural o el activismo político. Más bien, la misión de la iglesia es espiritual y se ocupa en última instancia del mundo venidero. Se trata de las realidades espirituales de la salvación, el perdón de los pecados y la vida eterna.
Estelle es cuidadoso en aclarar que: «No se sigue que este énfasis en la misión principal de la iglesia como espiritual signifique que su negocio es solo con asuntos no físicos» (23). Él no está llamando a una «otra mundanalidad no material» (23). Reconoce que las preocupaciones espirituales ciertamente tienen implicaciones para el ámbito material. Estelle incluso dice que su comprensión de la misión de la iglesia no impide que los cristianos individuales se involucren en la política o aboguen por la reforma social.
Sin embargo, las personas que persiguen tales esfuerzos como consecuencia de su fe cristiana es muy diferente de ubicar tales esfuerzos en la misión principal de la iglesia local, la cual Estelle sostiene que es principalmente espiritual.
Estelle escribe preocupado que «la misión principal de la iglesia está siendo desafiada hoy por un resurgimiento de movimientos que buscan expandir la misión principal de la iglesia para incluir alguna forma de un evangelio social ‘redefinido’» (27). Esta preocupación impregna el libro. Sintiendo la presión de «constantes ‘llamadas de clarín’» para que la iglesia «trate asuntos de justicia social» (392), Estelle hace su llamado a regresar a un enfoque más bíblicamente fiel e históricamente arraigado a la misión principal de la iglesia.
UNA CONTRIBUCIÓN SUSTANTIVA
La Misión Primaria de la Iglesia se divide en cuatro secciones principales que cubren un terreno significativo desde el punto de vista exegético, teológico e histórico.
En la primera parte del libro, Estelle proporciona una base bíblica para su comprensión de la misión principal de la iglesia.
En la parte dos, discurre lo que consideraría como ejemplos históricos negativos de cómo varios individuos y campos teológicos han concebido la misión principal de la iglesia, incluidos los neocalvinistas norteamericanos en el tren de Abraham Kuyper, teólogos de la liberación, teonomistas y figuras como Leslie Newbigin y Martin Luther King Jr.
En la tercera parte, Estelle presenta nuevamente su comprensión de la misión principal de la iglesia expresada teológica y confesionalmente, particularmente dentro del marco de la Confesión de Westminster.
En la cuarta parte, Estelle considera cómo su comprensión de la misión de la iglesia se puede aplicar de manera práctica a los problemas que enfrentan las iglesias en la actualidad.
Se debe elogiar a Estelle por brindar una contribución sustancial a la conversación en torno a la misión principal de la iglesia. La mayor fortaleza del libro es su análisis histórico que proporciona un contexto importante para la discusión. También ofrece una fuerte defensa de su comprensión de la misión principal de la iglesia, particularmente dentro del marco del confesionalismo presbiteriano. Aquellos que deseen dar al activismo social y la transformación cultural un lugar más destacado en la misión de la iglesia deben contar con el análisis de Estelle del registro dentro del presbiterianismo.
¿DÓNDE ESTÁ LA GRAN COMISIÓN?
Si bien hay mucho que alabar en el trabajo de Estelle, el libro adolece de algunas debilidades significativas.
Primero, en casi 450 páginas, Estelle no provee ningún compromiso significativo con eruditos, teólogos o pastores contemporáneos sobre el tema de la misión de la iglesia. En su mayor parte, limita sus críticas a figuras y movimientos del pasado. Hubiera sido útil ver a Estelle abordar directamente los argumentos de otros pensadores contemporáneos que abogan por un lugar más importante para la preocupación social y el activismo político en la misión de la iglesia.
Una segunda debilidad que quizá moleste principalmente a los no presbiterianos es que Estelle coloca sus argumentos demasiado directamente dentro de un marco presbiteriano, lo que hace que el libro sea menos accesible y útil para los no presbiterianos. Al depender tanto de los distintivos de la exégesis, la teología y la historia presbiteriana, el libro se vuelve menos útil para otras denominaciones y tradiciones eclesiásticas.
La tercera y más significativa debilidad en el libro de Estelle es que no da atención a los pasajes de la Gran Comisión salvo una sola página en Mateo 28:16-20 (133). En cambio, se enfoca en declaraciones de Jesús sobre la naturaleza del reino (Mateo 16:18-19; 18:18; 22:15-22; Juan 18:36-37; 19:10-11) y pasajes que tratan sobre Las respectivas jurisdicciones de Jesús sobre la iglesia y el mundo respectivamente (Efesios 1:22-23; Romanos 13:1-7; 1 Pedro 2:9-17). Además, uno esperaría ver en un libro sobre la misión de la iglesia un compromiso más sustantivo con las contribuciones del Nuevo Testamento a este tema vital. Sin embargo, en sus cuatro capítulos de exégesis bíblica, solo da uno a la consideración del material del Nuevo Testamento.
EL CAMINO HACIA ADELANTE: LA EXÉGESIS BÍBLICA
El libro de Estelle será de gran ayuda para los teólogos, seminaristas y pastores con una mentalidad más intelectual. Está en un sitial más alto que el DeYoung y Gilbert, pero proporciona mucho más contexto histórico a la discusión.
Sin embargo, debe decirse que, en última instancia, el camino a seguir en esta cuestión no se resolverá poniendo en primer plano la historia y la cultura o incluso las declaraciones confesionales. La única forma de llegar definitivamente a una respuesta a la pregunta «¿Cuál es la misión de la iglesia?» es a través de una exégesis bíblica cuidadosa, completa y sostenida. Un estudio fiel de la Biblia no nos dejará con una respuesta poco clara a esta pregunta crucial.
La misión de la iglesia es ir al mundo y hacer discípulos a todas las naciones, específicamente a través del evangelismo y la enseñanza de los mandamientos de Jesús, todo esto dentro del contexto de iglesias locales sanas, para la gloria de Dios.
Traducido por Renso Bello
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