Reseñas

Reseña del libro: Enjoy Your Prayer Life (Disfruta tu vida de oración), de Michael Reeves

Reseña de Cheston Pickard

Cheston Pickard es el pastor de la Primera Iglesia Bautista de DeLassus en Farmington, Missouri.
Review
11.07.2021

No sé tú, pero me encantan los libros cortos que dicen mucho en solo unas pocas palabras. Además de eso, amo los libros que me ayudan rápidamente en tiempos de necesidad. Precisamente por eso me encanta el librito de Michael Reeves, Disfruta tu vida de oración. Al juzgar por el título, podrías suponer que Reeves simplemente está ofreciendo consejos útiles acerca de cómo orar con el mínimo esfuerzo de tu parte. Pero si eso es lo que esperas de este libro, estás equivocado.

Reeves no ha escrito un libro para hacer sentir culpable a sus lectores, sino para ayudar a las personas a entender y disfrutar verdaderamente la oración. En otras palabras, Disfruta tu vida de oración no es un libro de «cómo orar». En cambio, Reeves, examina la oración de una forma tan profunda y simple a la vez, que te encontrarás deseando orar inmediatamente después de terminarlo. Y esta es la cosa, se puede leer el libro en menos de una hora. Por tanto, si eres un pastor ocupado como yo, y no tienes mucho tiempo para añadir otro libro de teología «obligatorio» de 250 páginas a la lista, entonces este libro es para ti.

Reeves examina la oración en dos partes. Primero, diagnostica un problema en la vida de la iglesia. Segundo, nos lleva a la Palabra de Dios para examinar la oración, explorando cómo la Biblia nos enseña a buscar intimidad con Dios.

EL PROBLEMA

Tal vez no lo sepas, pero hay un gran problema con la oración en la vida de la iglesia, especialmente en Occidente. Reeves explica: «Tal parece que incluso los líderes de la iglesia no se están comunicando con Dios demasiado. ¿Cuán sanos pueden ser sus iglesias o grupos de comunión si este es el caso? …Para decirlo claramente, si no están disfrutando de una comunión con Dios, entonces están vendiendo un producto en el que realmente no creen» (9).

Reeves explica que todos somos fracasos en cierto sentido cuando se trata de la oración. Nos quedamos cortos. Todos, en nuestro orgullo, apartamos a Dios. Agrega: «En cierto sentido tu vida de oración es asquerosamente reveladora: revela quién eres en realidad» (13). Entonces, ¿Qué deberíamos hacer? La solución incorrecta es simplemente «hacer más». No queremos convertir la oración en una gravosa carga, algo que pierde todo el punto de la oración en sí.

Según Reeves, tenernos que «pensar primero en lo que es la oración» (11). Resalta una cita de John Calvin, que la oración es «el principal ejercicio de la fe». En otras palabras, la oración es la forma fundamental en que se expresa la verdadera fe. Esto también significa que la falta de oración es ateísmo práctico, que demuestra una falta de fe en Dios (12). Si este es el caso, entonces los libros de «cómo» orar siempre serán insuficientes al abordar el verdadero problema: el corazón.

LA ORACIÓN EN LA PALABRA DE DIOS

Entonces, ¿Cuál es el antídoto para el problema de la falta de oración? «Recuerda, la oración se trata de la fe. Así qué, ¿de dónde viene? Viene de oír la Palabra de Dios» (17). Si los cristianos realmente desean ayuda en sus vidas de oración, entonces los cristianos deben estar constantemente en la Palabra de Dios, que nos atrae al Dios de la Palabra. La Palabra de Dios nos señala a Cristo y el evangelio, por medio de quien obtenemos redención, perdón, identidad y reconciliación con nuestro Dios santo.

Es la Palabra de Dios, el bondadoso mensaje de Cristo, lo que despierta la fe y, por ende, la oración; por tanto, eso debe ser la forma básica de nuestra comunión diaria con Dios. Necesitamos poner a Cristo antes que nosotros. Es decir, escuchamos la palabra de Cristo en la Escritura, en cánticos, entre nosotros al recordarnos mientras le alabamos. Deberíamos anhelar que nuestros ojos se abran para ver la belleza del Señor y para que podamos sentirnos atraídos a desearlos nuevamente, y entonces la oración es simplemente la articulación de la respuesta de nuestro corazón (17-18).

La oración, o falta de ella, siempre está atada al evangelio.

En Cristo, compartimos las riquezas del Hijo y también podemos tener una relación real y agradable con el Padre. Reeves dice: «Saber que eres un hijo amado de Dios, te protege de pensar en la oración como una escalera a Dios o un ejercicio a través del cual consigues ganarte su favor. La oración no te hace más aceptado. Al contrario, la oración consiste apreciar cada vez más lo que se te ha dado» (26).

Reeves motiva la oración al apuntar al corazón de Cristo. Con frecuencia, los cristianos entienden la ecuación de la oración al revés, creyendo que nuestras vidas de oración nos hacen ganar mérito ante Dios. Como resultado, cuando enfrentamos la realidad de nuestra falta de oración, a menudo nos sentimos culpables o deprimidos.

Sin embargo, la salvación depende completamente de Dios, y la vida del cristiano no es diferente. Como explica Reeves: «La oración…consiste en disfrutar del cuidado de un Padre poderoso, en lugar de quedar abandonados en una soledad aterradora donde todo depende de ti. La oración es la antítesis de la autodependencia» (34).

DISFRUTAR DE LA ORACIÓN

Cada año se publican docenas de libros que enseñan a los cristianos cómo «se hacen las cosas». Pero estos recursos muchas veces pierden el punto. Disfruta tu vida de oración, llega a la raíz. Reeves ofrece una ola refrescante de la bondad y fidelidad de Dios, meditaciones que inclinarán nuestros corazones a la oración.

Si estás teniendo problemas en tu vida de oración, este libro te llevará a la Palabra y al Dios que escucha a sus hijos.

Traducido por Nazareth Bello