Teología bíblica
Tres Razones Por Las Que Debes Predicar Josué
El libro de Josué no recibe la atención que merece. Para muchos, la familiaridad que tienen con el libro viene de un par de versos pegados en la puerta del refrigerador. ¿Quién no tiene al menos un adorno que diga «Sé fuerte y valiente» o «Pero yo y mi, casa serviremos al Señor»? El punto central de este artículo no es ridiculizar la superficialidad de los productos cristianos, más bien enfatizar que el libro de Josué tiene mucho más que ofrecerle a la iglesia que tarjetas con mensajes de «sé fuerte y valiente» o magnetos que digan «pero yo y mi casa…».
Josué comienza con el fin de algo: la muerte de Moisés. La muerte de Moisés inicia la transición del liderazgo de Israel y Josué se transforma en el nuevo supervisor del pueblo de Dios. Sin embargo, el libro de Josué nos cuenta más que una historia sobre transiciones en el liderazgo y que la valentía necesaria para cada tarea. Nos cuenta la historia de la fidelidad de Dios y la respuesta adecuada de su pueblo a esa fidelidad. Sermones y estudios significativos que presenten estas invaluables verdades servirán bien a la iglesia.
1. Josué representa la fidelidad de Dios
La fidelidad de Dios con Israel comienza con los cinco libros de Moisés. La promesa hecha a Abraham en Génesis 12 es finalmente cumplida en Josué. El encargo que se le hace a Josué (llevar al pueblo de Dios a la Tierra Prometida) es exactamente lo que Dios ha ordenado y es fiel en completarlo.
Vemos el primer destello de la fidelidad de Dios de este libro cuando el Señor comisiona a Josué. Dios le da seguridad, diciéndole, «Levántate y cruza» y «así como estuve con Moisés, estaré contigo». Ser comisionado por Dios significa tener cierto grado de autoridad depositada por Dios.
La comisión de Josué es exitosa debido a la fidelidad de Dios. De igual manera, la comisión de cada iglesia centrada en la Biblia es exitosa debido a la fidelidad de Dios. A medida que predicas Josué, se te presentará una oportunidad tras oportunidad para invitar a cada verdadero creyente a confiar en el carácter de Dios y, por lo tanto, a responder a su comisión en sus vidas. Después de todo, cada cristiano ha sido comisionado en varias esferas de autoridad para vivir su vida de maneras que lleven a personas, según el poder y el propósito de Dios, a una tierra que Dios prometió revelar en el último día.
Como Josué, la mayoría de los cristianos tienen una falta de confianza y valentía. Hay una razón por la que el Señor le dice a Josué «Sé fuerte y valiente, porque tú darás a este pueblo posesión de la tierra que juré a sus padres que les daría». Lo que fue cierto para Josué es sin duda cierto para cada seguidor de Cristo: se nos ordena hacer lo que hemos sido comisionados a hacer. El Señor le dice a Josué: «Así como estuve con Moisés, estaré contigo. No te dejaré ni te abandonaré». A cada creyente se le hace la misma promesa. Recuerden las palabras de Jesús al final de la Gran Comisión: «¡recuerden! Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo».
La Palabra de Dios es esencial para la comisión y el mandato de Dios. Puesto que Dios es fiel a su Palabra, aquellos que lo siguen también deben ser fieles a todo lo que Dios ha ordenado.
¿Qué significa esto para la congregación que lee el libro de Josué? ¿Qué importancia adquiere esto para los seguidores de Cristo?
2. Josué llama al pueblo de Dios a recordar la fidelidad de Dios
La fidelidad de Dios tiene un propósito en las vidas de su pueblo. Debe llamarnos a recordar.
Parece no haber nada más efectivo para la fe de un creyente que le recuerden lo que Dios ha hecho. La primera señal de recuerdo que vemos en Josué viene después de que los israelitas cruzan el río Jordán y Josué instruye a los líderes a erigir doce piedras como señal del pacto de Dios con su pueblo. El propósito de esta señal no era ser un simple recordatorio para el presente, sino que uno que perdurara y fuera significativo para las generaciones venideras. Era un memorial de recuerdo que los hijos de aquellos que atestiguaron la fidelidad de Dios de primera mano debían mirar.
Asimismo considera el gran montón de piedras que levantaron sobre Acán y su familia. El propósito que Dios tenía para esta señal era desalentar la rebelión y el pecado. Acán tomó lo que solo le pertenecía a Dios y, como resultado, pagó el castigo de su acto egoísta. Una congregación será bien servida cuando se le recuerde que Dios es fiel en todo lo que él ordena. ¿Qué memoriales de piedra podemos señalarles a nuestras congregaciones para dejar el punto claro?
3. Josué exhorta al pueblo de Dios a la unidad
¿Por qué el autor pasa ocho capítulos (Josué 13 al 20) describiendo la división de la tierra? ¿Quién quiere leer eso?
No obstante, lo que vemos en esta rigurosa distribución es la unidad. La vemos desplegada en las tribus que se encontraban al otro lado del Jordán para ayudar a asegurar la tierra de sus hermanos antes de querer estar cómodos en la que les pertenecía a ellos. La vemos en la manera en que cada tribu recibió su tierra dividida según el tamaño de cada una de ellas. Vemos la unidad en la promesa cumplida a los levitas a medida que recibían como herencia las ciudades de refugio (tal como Dios les prometió). Todo esto es diseñado para que así el lector pueda ver la unidad del pueblo de Dios.
Se puede decir mucho más sobre el gran libro de Josué, pero por las tres razones mencionadas anteriormente, al menos, cualquier congregación se beneficiará de una serie de sermones de este libro.
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