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Riesgos y beneficios del ministerio específico por edad
«Todo lo que mis chicos quieren hacer es jugar videojuegos. Necesito descubrir cómo sacarlos de la comodidad y comprometerlos en el discipulado y el ministerio».
Este lamento, expresado por el pastor de jóvenes con quien compartí un viaje compartido en el seminario en 2009, podría haber sido no notable en más situaciones. Su frustración fue representativa de una miríada de ministros juveniles en las últimas décadas.
Pero mientras avanzábamos por la carretera interestatal de Texas cargada de construcción esa mañana de principios de otoño, otras dos realidades se forjaron con su queja para crear algo así como un momento «eureka» para mí. Primero, durante el seminario servía como director asociado del ministerio de adultos mayores en nuestra iglesia. En segundo lugar, acababa de leer una noticia el día anterior sobre cómo las grandes tiendas estaban teniendo dificultades para mantener las consolas de juegos Nintendo Wii en los anaqueles debido a la alta demanda en las residencias para personas mayores.
«Espera un minuto», intervine. «Esto puede ser una locura, pero ¿crees que podrías hacer que tus chicos de secundaria vinieran a jugar Wii con mis adultos mayores?».
Avance rápido a través de algunas sesiones de lluvia de ideas, y ya los adolescentes de nuestra iglesia estaban haciendo cuidado en hogares de ancianos y visitas asistidas, vinculándose en boliches virtuales y canchas de tenis con hombres y mujeres que a veces eran de 80 años de edad.
En su apogeo, organizamos varios torneos de bolos de Wii en el salón de compañerismo de nuestra iglesia. Tendríamos de ocho a diez «carriles» proyectados en las paredes, pizarras blancas, anotaciones para Adultos Mayores vs. Secundaria y premios para los ganadores. Cada ministerio entrenó a su grupo demográfico sobre qué tipo de conversaciones serían edificantes y alentadoras.
«Oye, Hailey, ¿ves a la dama del suéter rojo? Era una niña durante la Gran Depresión. Deberías preguntarle cómo fue eso y cómo vio la mano de provisión de Dios».
«Señor. Benton, deberías estar seguro de conocer por ti mismo a Taylor. Conociendo tu historia, me recuerda de que te apuesto que eras igual a su edad. Pregúntale cómo es tratar de vivir como cristiano en su escuela».
Reflexionando sobre esa temporada de ministerio, recuerdo de nuevo las dos caras de la moneda del ministerio especifico por edad. Por un lado, los ministerios de secundaria y de los mayores fueron increíblemente fructíferos por derecho propio (sin mencionar otros ministerios separados por edad en el medio). La capacidad de perfeccionar las necesidades y oportunidades específico as de la edad sirvió a todos de una manera personal y poderosa.
Por otro lado, los eventos combinados fueron recordatorios de que hay muchas riquezas por descubrir con el ministerio intergeneracional. Hay un masivo beneficio en un enfoque de ministerio integrado que da libertad a los santos para hacer el trabajo del ministerio con todos en la iglesia, en lugar de un pequeño segmento de ella. Todos tenemos mucho que aprender y mucho que ofrecer de hermanos y hermanas que se encuentran en diferentes etapas de la vida.
Reflexionemos un poco más sobre los pros y los contras del ministerio que se divide por «edad y etapa».
RIESGOS Y RECOMPENSAS DEL MINISTERIO ESPECÍFICO POR EDAD
El impulso inicial es hacer una lista de los beneficios potenciales de tal ministerio seguida de una lista separada de los déficits potenciales (o viceversa). Sin embargo, creo que podría ser útil adoptar un enfoque categórico porque los pros y los contras están relacionados entre sí en torno a varios aspectos del ministerio. Considera las siguientes seis áreas para apreciar los riesgos y las recompensas del ministerio demográfico.
1. El confort de la comunidad
Positivamente, el ministerio segregado por edad es más confortable. Estamos con personas que entienden nuestros chistes, entienden nuestros problemas y usan las mismas referencias culturales.
Negativamente, el ministerio segregado por edad es más cómodo. Sí, has leído bien. El pro también puede ser el contra. Cuando uno considera la comunidad bíblica, no parece que la comodidad fuera de suma importancia. Quizá sacar a la gente de su zona de confort es lo que más necesitamos.
2. Las brechas en el discipulado
Un beneficio del ministerio específico por edad es que nos ayuda a pensar bien acerca de las grandes realidades enfrente de nosotros. Los estudiantes universitarios pueden ayudarse mutuamente a pensar bien sobre las presiones de la carga de cursos y qué hacer después de la graduación. El estudio bíblico de jóvenes solteros puede animarse unos a otros con respecto a la mayordomía de su temporada específica.
Al mismo tiempo, si no tenemos cuidado, encasillaremos a todos en nuestra iglesia. Torpemente procederemos como si nuestros adolescentes no necesitaran considerar la brevedad de la vida junto con nuestros adultos mayores o que nuestros adultos mayores no necesitan los mismos estímulos para discipular a los chicos que nuestros jóvenes casados.
3. La lucha con el pecado
Parecida a la consideración del discipulado, el encasillamiento ocurre cuando se trata de nuestra batalla contra el pecado. Ayudar a la persona de 25 años a lidiar con la lujuria, a la persona de 45 años a lidiar con la avaricia y a la persona de 65 años a enfrentar la ansiedad es un ministerio bueno y necesario.
Y un enfoque específico por edad puede ayudarnos a lidiar con los pecados que tienden a aparecer de manera más prominente en temporadas específicas.
No obstante, cualquiera que haya pasado algún tiempo en el ministerio intencional ha visto sus categorías destrozadas en este frente. Puede ser que el hombre de 65 años esté luchando con la lujuria, el de 25 con la codicia y el de 45 con la lujuria, la codicia y la ansiedad.
4. El testimonio al mundo
Una de las mejores cosas del ministerio especifico por edad es lo atractivo que es para los de afuera. Es fácil para alguien asistir a un evento, ya sea un joven, una universidad o un adulto joven, y ver personas que se ven, se visten y hablan como ellos. Es atractivo, y eso no es algo malo en sí mismo.
Pero hay el peligro de atraer a la gente a un segmento de la iglesia cuando la vida cristiana debe vivirse en todos los segmentos del cuerpo. Además, el enfoque segregado pierde la hermosa oportunidad de revelar una «comunidad convincente» que es diversa pero unida en torno a un amor común por Jesús.
5. La salud de la familia
Por «familia», tengo en mente tanto la familia biológica como la de la iglesia. Es la misma consideración. Por un lado, el ministerio separado por edad puede servir al ofrecer eventos, instrucción y compañerismo verdaderamente edificantes para nuestros chicos en diversas etapas de desarrollo.
Sin embargo, esas mismas actividades pueden alejar a nuestros hijos de la familia y de la reunión más grande de la iglesia. Esto no significa que debamos cancelar el grupo de jóvenes; simplemente significa que debemos considerar el momento y la frecuencia de dichos eventos.
6. El desarrollo de líderes
El ministerio hiperenfocado que tiene lugar dentro de una demografía estrecha permitirá a nuestros líderes desarrollar un conjunto de habilidades agudas en esa área del ministerio. Los líderes juveniles pueden realizar un evento atractivo con lo mejor de ellos. Nadie puede tocar el ministerio universitario cuando se trata de evangelismo de contacto. Los pastores adultos jóvenes pueden oficiar una boda con un minuto de anticipación.
Tú entiendes el punto. Pero frecuentemente, nuestros pastores de jóvenes no están preparados para predicar en un funeral. Nuestros líderes del ministerio de niños no se sienten equipados para caminar con una pareja en consejería prematrimonial. Nuestro pastor de adultos mayores tiene que retroceder mucho en su entrenamiento para coordinar un alcance evangelístico. Si no tenemos cuidado, el enfoque láser puede convertirse en una visión de túnel y el crecimiento de nuestros líderes se verá atrofiado.
NO MUTUAMENTE EXCLUSIVO
Podríamos seguir y seguir, y tal vez sería un ejercicio mental sano para ti al pensar en tu iglesia y cómo las separaciones por edad (o la falta de ellas), ayudan o dañan algún aspecto dado del ministerio.
Pero si puedo decir una palabra final, es que esto no tiene por qué ser una cosa o la otra.
Tu iglesia puede proveer un grupo de jóvenes, pero hazlo a la vez y con una frecuencia que no separe constantemente a los chicos de la congregación. Puedes decidir proporcionar clases de escuela dominical específicas para cada edad, pero hazlo ocasionalmente en lugar de hacerlo como parte de la dieta regular de la iglesia.
Puedes tener un ministerio para universitarios, pero toma decisiones intencionales para conectarlos con familias en la iglesia. Puedes proporcionar eventos para adultos mayores, pero asegúrate de que la estructura de su grupo pequeño integre generaciones de una manera que haga que todos se codeen y aprendan unos de otros.
¡Alabado sea Dios por la hermosa diversidad en la iglesia local! Que consideremos fielmente cómo aprovechar la «edad y la etapa» para los propósitos del evangelio mientras evitamos las trampas prevalecientes. Que el Señor te dé mucha gracia.
Traducido por Renso Bello