Familia
Pablo fue pastor de jóvenes
¿Sabías que Pablo fue pastor de jóvenes?
¿No me crees? Echa un vistazo a Efesios 6:1-4:
«Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra. Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor».
Puede que Pablo no tenga un Xbox y una copia de Rock Band, pero sin duda está haciendo el trabajo más básico de un pastor de jóvenes: enseñar a los «hijos» la Biblia.
De hecho, una mirada más atenta a «Pablo, el pastor de jóvenes» revela varios principios importantes que podríamos aplicar en nuestras iglesias cuando tratamos de pastorear a niños, jóvenes y familias.
LOS PADRES SON LOS PRINCIPALES LÍDERES ESPIRITUALES DE SUS HIJOS
Compara los versículos 1 y 4:
Versículo 1: Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres.
Versículo 4: Padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.
El ámbito principal, aunque no exclusivo, para discipular a los jóvenes es el hogar. Dios responsabiliza a los padres de la educación de sus hijos. Por supuesto, Pablo no está sugiriendo que la iglesia no desempeñe ningún papel en la evangelización y el discipulado de los hijos. Después de todo, en este mismo pasaje «Pablo, el pastor de jóvenes» se dirige a los hijos de la iglesia con la Palabra de Dios y la aplica a sus vidas (6:1-3). Pero al comparar los versículos 1 y 4, es fácil ver que el ministerio de Pablo pretende fortalecer la relación entre padres e hijos. A los hijos se les ordena obedecer a sus padres, y a los padres se les dice que discipulen a sus hijos en los caminos del Señor.
El énfasis de Pablo en que los padres discipulen a sus hijos desafía la práctica demasiado común de los ministerios aislados para niños y jóvenes. Los ministerios aislados segregan a los niños y jóvenes de la mayor parte de la vida de la iglesia. En este tipo de ministerios, la iglesia ofrece a los jóvenes una versión de aparentemente todo: salas para jóvenes, conferencias para jóvenes, adoración para jóvenes, grupos de jóvenes, equipos de evangelización para jóvenes, viajes misioneros para jóvenes, servicios para jóvenes.
Este modelo aislacionista de ministerio a menudo refuerza involuntariamente una de las principales mentiras que nuestra cultura trata de vender a los jóvenes: no necesitan a sus padres.
Pero Jesús murió para cambiar todo eso. En el Reino de Cristo, los corazones de los padres se vuelven hacia los hijos y los corazones de los hijos se vuelven hacia los padres (Mal. 4:6). De hecho, una evidencia de conversión en los padres es que tienen un corazón para sus hijos, y una evidencia de conversión en los hijos es que sus corazones se vuelven hacia sus padres.
Los ministerios para los jóvenes deben ayudar a la labor de evangelización y discipulado que muchos padres cristianos ya están haciendo. Un ministerio infantil o juvenil saludable se entenderá a sí mismo como un complemento.
Por supuesto, algunos estudiantes que asisten regularmente a su iglesia pueden no tener padres cristianos, razón de más para cultivar ministerios juveniles que desarrollen relaciones entre los jóvenes y los miembros adultos de la iglesia. Estos jóvenes necesitan madres y padres espirituales (Marcos 10:29-31) que solo pueden encontrarse en la comunión del pueblo de Dios.
LOS PASTORES DEBEN EQUIPAR A LOS PADRES PARA QUE PASTOREEN A SUS HIJOS
Pablo dice a los padres que discipulen a sus hijos y, al mismo tiempo, los equipa para la tarea. Pastorea a los padres (y por implicación a las madres) en la iglesia: «Padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor» (v. 4).
Un ministerio saludable para los niños y jóvenes no ocurrirá cuando te concentres en ellos, sino cuando te concentres en equipar a los padres para el trabajo de ser padres. Su iglesia puede equipar a los padres a través de clases de escuela dominical acerca de la crianza de los hijos, seminarios para equipar a la familia, o cualquier número de otras oportunidades de discipulado. Recuerda que la mejor manera de equipar a los padres en tu iglesia es a través de los medios ordinarios de gracia, la predicación regular de la Palabra, y sosteniendo a los cristianos fieles (particularmente los ancianos) como modelos de paternidad piadosa.
LAS IGLESIAS DEBEN ENSEÑAR LA PALABRA DE DIOS DIRECTAMENTE A LOS HIJOS
Los padres pueden ser los principales discipuladores de sus hijos, pero eso no impide que Pablo, el pastor de jóvenes, se introduzca en las vidas de estos hijos efesios (Efesios 6:1-3). Los ministerios infantiles y juveniles aislacionistas pueden ser un problema, pero también lo es la noción de que las iglesias deben eliminar toda instrucción bíblica segregada por edades. La iglesia sigue teniendo un papel que desempeñar, complementario pero importante.
En este pasaje, Pablo ejemplifica cómo la iglesia puede ministrar directamente a los niños y jóvenes: enseñándoles la Biblia. Cita Éxodo 20:12, explica el texto y luego lo aplica a sus vidas. Es totalmente apropiado que los pastores y los miembros enseñen a los hijos la Palabra de Dios directamente, siempre y cuando tengamos en cuenta que el objetivo final es ayudar a los padres en sus responsabilidades primarias de discipulado.
En resumen, ¿qué aprendemos de Pablo, el pastor de jóvenes? Pablo enseña a los hijos la Biblia y la aplica a sus vidas, enseña de una manera que lleva a los hijos de vuelta a la autoridad de sus padres, y equipa a los padres para discipular eficazmente a sus hijos. Por supuesto, este pasaje no nos da una imagen completa de cómo la iglesia debe ministrar a los jóvenes, pero es un lugar instructivo para empezar.
Traducido por Nazareth Bello