Clases esenciales: Nuevo Testamento

Nuevo Testamento – Clase 14: 1 Timoteo

Por CHBC

Capitol Hill Baptist Church (CHBC) es una iglesia bautista en Washington, D.C., Estados Unidos
Artículo
27.06.2018

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Clase esencial
Panorama del Nuevo Testamento
Clase 14: 1 Timoteo


1 Timoteo: Líderes siervos del Reino

¿Con cuanta frecuencia recordamos realmente a los perdedores? Has escuchado acerca de Lincoln y de Franklin Delano Roosevelt, pero no de Alf Landon, Wendell Willkie, o Thomas Dewey. Entonces, ¿qué hace que un líder sea memorable?

A no ser que ganemos una elección o, lo que es más importante, alcancemos un disco de platino o el anillo del Superbowl, ¿cuál es la medida de dicho éxito en nuestra vida cotidiana, en nuestras carreras, nuestras relaciones y nuestras comunidades? Actualmente, en los Estados Unidos, la métrica es bastante estándar: ¿qué tan productivo eres en comparación con los demás? ¿Cuánta atención has recibido en comparación con los demás? ¿Cómo te diferencias de la persona a tu lado y viceversa?

Bueno, si así es como nuestra cultura mide el éxito en el mundo, ¿cómo se compara la Biblia con eso? Más específicamente, ¿cómo ve la Biblia a un líder exitoso? ¿Qué aspecto tiene, cómo triunfa? Echemos un vistazo esta mañana a un libro en la Biblia que habla acerca del liderazgo en la iglesia.

Contexto: Las epístolas pastorales

El apóstol Pablo escribió tres cartas a hombres llamados Timoteo y Tito, dos de sus discípulos más confiables, que después llegaron a ser líderes en las iglesias. Estas cartas [1 y 2 Timoteo y Tito] llegaron a ser conocidas como las «epístolas pastorales» porque claramente enmarcan muchos de los aspectos importantes del buen pastorado, así como también el buen, podríamos decir, pastoreo, es decir, cómo como miembros de una iglesia debemos vivir y crecer bajo el cuidado de los líderes de la iglesia[1].

Pablo probablemente escribió 1 Timoteo mientras se encontraba bajo arresto domiciliario en Roma; Tito, durante el corto período de libertad entre sus dos encarcelamientos en Roma, tal vez en su cuarto viaje misionero: a España; y 2 Timoteo desde una mazmorra romana poco antes de ser ejecutado. Entonces, si Pablo murió cerca del año 67 d. C., posiblemente Timoteo fue escrito aproximadamente cinco años antes de su muerte, casi a principios del año 60 d. C.

Contexto: La iglesia

La más larga de las tres cartas pastorales, 1 Timoteo, es el tratamiento más completo de las instrucciones de Pablo. Pablo había dejado a Timoteo para que ministrara a la creciente iglesia en Éfeso. Y había una buena razón: como Pablo escribe en el capítulo 1, versículo 3:

«Como te rogué que te quedases en Efeso, cuando fui a Macedonia, para que mandases a algunos que no enseñen diferente doctrina».

Un problema importante en la iglesia de Éfeso era una herejía que combinaba una especie de judaísmo decadente (1 Timoteo 1:3-7) y un falso ascetismo (1 Timoteo 4:1-5).

Esto no era realmente una sorpresa: en otras partes del Nuevo Testamento, vemos que Pablo advirtió a los efesios que estuvieran atentos: llamó a estos falsos maestros «lobos rapaces», quienes «entrarán en medio de vosotros… y no perdonarán al rebaño» (Hechos 20:29).

Entonces, Timoteo habría sido una persona interesante a la cual dejar pastoreando en esta situación. A primera vista, no parece tener la hombría para enfrentarse a estos «lobos rapaces». Sabemos que era relativamente joven (tenía aproximadamente 40 años en el momento de esta carta). Parece que podría haber sido conocido por ser tímido. Pablo tuvo que recordarle que: 

«Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio» (2 Timoteo 1:7).

Él era de Listra y no de Éfeso. Probablemente se convirtió durante el primer viaje misionero de Pablo y se unió a Pablo en su segundo viaje. (V Hechos 16:1-5). Su madre era judía y su padre griego; por tanto, habría tenido dificultades para encajar bien en cualquiera de los grupos.

Pero también sabemos que Timoteo tenía una herencia piadosa, y que Pablo había sido su mentor: tanto su madre como su abuela eran cristianas, y aparentemente habían sido salvas antes de la conversión de Timoteo (2 Timoteo 1:5). Disfrutó de una relación cercana con el apóstol Pablo, quien se refirió a él como su «hijo» en la fe (1 Ti. 1:2; 2:1; Fil 2:19-22). Y el sentimiento parece haber sido mutuo (2 Ti. 1:4). Viajó extensamente con Pablo y se menciona en las introducciones de muchas epístolas paulinas (Ve 1 y 2 Tesalonicenses).

Con eso como contexto, pasemos ahora al tema principal del libro:

Pablo prepara las directrices acerca de cómo las personas deberían actuar como miembros de la familia de Dios.

1 Timoteo 3:14-15 parece captar bastante bien el propósito del libro: «Esto te escribo, aunque tengo la esperanza de ir pronto a verte, para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad».

El objetivo: conducir al pueblo de Dios a comportarse como una iglesia de una manera que honre a Dios. Es interesante: un libro que, por un lado, parece ser un manual acerca de la estructura y autoridad de la iglesia, está lleno de enseñanzas acerca del evangelio y de cómo los cristianos deberían vivir sus vidas. Parece que la enseñanza acerca de los oficios de la iglesia (pastores y diáconos) en realidad está ahí como parte de una temática más amplia acerca de cómo el evangelio debería evidenciarse en nuestras vidas, especialmente en contraste con las falsa enseñanzas que Timoteo estaba enfrentando. Por tanto, una buena declaración temática para este libro sería algo como esto:

«El verdadero evangelio, en contraste con las falsas enseñanzas, siempre conducirá a la piedad en sus oyentes, y esa piedad es especialmente visible en nuestras relaciones dentro de la iglesia local».

Con eso en mente, ¿de qué manera comunica Pablo ese mensaje?

Bosquejo

Puedes ver un bosquejo del libro en el reverso de tu folleto. Pablo comienza el libro ordenando a Timoteo que confronte a los falsos maestros con la verdad del evangelio. Pero lo hace en términos más personales. Vemos a Pablo declarar el evangelio a través del lente de su propia vida: Lee conmigo en 1 Ti. 1:13, 15: 

«Habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador; mas fui recibido a misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad. Pero la gracia de nuestro Señor fue más abundante con la fe y el amor que es en Cristo Jesús. Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero». 

El evangelio. Puro y simple. En contraste con las falsas enseñanzas.

Así, El capítulo 2 comienza una nueva sección que nos lleva hasta la declaración resumida que cité anteriormente acerca de CÓMO debemos CONDUCIRNOS en la casa de Dios. Enfrentarse a las falsas enseñanzas no implica solamente decir cosas verdaderas, sino ordenar nuestra vida como iglesia como Dios manda. Por tanto, los capítulos 2 y 3 se enfocan en un estilo de vida moldeado por el evangelio dentro de la iglesia. Habla de todo, desde quién debería enseñar hasta quién debería llevarnos a cómo debemos orar.

Y luego, en el capítulo 4, volvemos nuevamente al tema de las falsas enseñanzas. Y repetimos el patrón que vimos en los capítulos 1-3.

Un breve mensaje acerca de las falsas enseñanzas (ahora es una especie de Ascetismo Santo), seguido de un ejemplo del evangelio en la vida de un creyente. En esta oportunidad, el modelo es Timoteo, y cómo fue capacitado. Con eso viene otra: «Palabra fiel y digna de ser recibida por todos». 1 Timoteo 4:9:

«Palabra fiel es esta, y digna de ser recibida por todos. Que por esto mismo trabajamos y sufrimos oprobios, porque esperamos en el Dios viviente, que es el Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen»[2].

Y el patrón que vimos en la primera mitad del libro continúa. Después de haber visto el evangelio a través del lente de la vida de Timoteo, ahora encontramos otra sección muy práctica acerca de cómo debemos amar y tratar a los diferentes tipos de personas en la iglesia, desde el comienzo del capítulo 6: Secciones sobre miembros jóvenes y ancianos, viudas y familias, más sobre ancianos y ancianos en capacitación, y esclavos y amos. Y finalmente terminamos el libro, hasta el final del capítulo 6, regresando una vez más a los falsos maestros y a cómo Timoteo y otros líderes de la iglesia deben comportarse en contraste.

Entonces, en general, un patrón que se repite dos veces. Los falsos maestros. El evangelio. Cómo debemos ordenar nuestras vidas a la luz de ese evangelio. Y luego, una conclusión que contrasta a los maestros falsos con sus contrapartes centradas en el evangelio. En resumen, una celebración del evangelio y de cómo Timoteo puede guiar a estas personas a vivirlo.

Ahora bien, con ese bosquejo, profundicemos un poco más en la enseñanza.

Primer punto.  ¿Qué debería enseñar un líder? El evangelio.

¿Qué debería enseñar un líder?

Pablo insta a Timoteo a «pelear la buena batalla» oponiéndose a los falsos maestros y dedicándose a ser un ejemplo y un fiel maestro del evangelio. Ahora, para entender esto, necesitamos ver un poco cómo era su oposición.

(1) Echa un vistazo a 1 Ti. 1:3-7: «Como te rogué que te quedases en Efeso, cuando fui a Macedonia, para que mandases a algunos que no enseñen diferente doctrina, ni presten atención a fábulas y genealogías interminables, que acarrean disputas más bien que edificación de Dios que es por fe, así te encargo ahora. Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida, de las cuales cosas desviándose algunos, se apartaron a vana palabrería, queriendo ser doctores de la ley, sin entender ni lo que hablan ni lo que afirman». 

Entonces, podemos ver algo de lo que estos falsos maestros estaban enseñando: «fábulas y genealogías interminables». Pablo dice que estos maestros promovían controversias, no la verdadera obra amorosa de Dios. Estos maestros autoproclamados pueden hablar con confianza, dice Pablo, pero no saben de lo que hablan. Quieren ser maestros de la ley: quieren enseñar a las personas cómo alcanzar la justificación. Aquí está el verdadero problema: Verás, las noticias que tenemos que declarar como cristianos no tratan fundamentalmente acerca de nuestro cumplimiento de la ley o nuestra obediencia. Las buenas noticias que tenemos no son para ‘personas buenas’. Ve lo que Pablo dice en los versículos 8-10: 

«Pero sabemos que la ley es buena, si uno la usa legítimamente; conociendo esto, que la ley no fue dada para el justo, sino para los transgresores y desobedientes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas,  para los fornicarios, para los sodomitas, para los secuestradores, para los mentirosos y perjuros, y para cuanto se oponga a la sana doctrina».

El punto de Pablo es que el evangelio es para este tipo de personas, y la ley es lo que nos muestra que realmente somos así (1 Ti. 1:9b-10a)… [Este] ¡Es un mensaje que da gozo a personas como padre asesinos y traficantes de esclavos! Aparentemente, algunos maestros en Éfeso no lo sabían. ¡Pensaban que la iglesia era para gente buena, respetable y respetuosa de la ley!

Ahora bien, ¿cuál es el antídoto simple y claro para las falsas enseñanzas? El evangelio. Recuerda ese pasaje que leí antes. Ve a 1 Ti. 1:15-16. Después de instar a Timoteo a resistir a los falsos maestros en Éfeso, da ese ejemplo de su propia vida: «Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. Pero por esto fui recibido a misericordia, para que Jesucristo mostrase en mí el primero toda su clemencia, para ejemplo de los que habrían de creer en él para vida eterna».

Si el evangelio pudo penetrar el oscuro corazón de Pablo y hacer de él un apóstol de Jesucristo, entonces nosotros tenemos la misma esperanza. Si soy un pecador, ¿qué esperanza tengo si alguien me enseña la ley? Pero si soy un pecador, y alguien me enseña la gracia, tengo una esperanza verdadera… Este mensaje es digno de ser creído y proclamado por encima del mensaje de los falsos maestros.

(2) El tema de las falsas enseñanzas frente al evangelio aparece nuevamente, como lo mencioné antes, en el capítulo 4 cuando Pablo instruye a Timoteo acerca del carácter y las motivaciones de los falsos maestros a los que debe enfrentarse. Motivados por espíritus engañadores, buscan controlar a los demás prohibiendo a las personas casarse y ordenándoles que se abstengan de ciertas comidas (4:1-5).

Una lección importante aquí para nosotros en la iglesia: No dejes de notar cuán atractiva es la falsa doctrina. En el capítulo 1, aprendemos que las falsas enseñanzas tratan acerca de la ley, y la ley trata acerca de lo correcto y lo incorrecto. En el capítulo 4, encontramos que las falsas enseñanzas incluían el ascetismo y la abnegación por razones espirituales… ¿Qué tenían de malo estas enseñanzas?

Bueno, cada vez que hacemos cosas para ganar el favor de Dios, hemos aceptado la falsa doctrina. Básicamente, hemos malentendido que el cristianismo tiene que ver con nosotros y nuestro carácter cuando se trata fundamentalmente acerca de Dios y su carácter. Ves cómo el evangelio se entreteje incluso en este libro acerca de la vida práctica y la instrucción. El evangelio expone el amor y la misericordia de Dios por nosotros en Cristo, NO nuestros caracteres íntegros.

POR TANTO: El trabajo de Timoteo, según Pablo, es señalar estos maestros y sus enseñanzas a los fieles y evitar su insensatez, combatir la falsedad mediante la enseñanza del verdadero evangelio de la gracia.

Sin embargo, todo esto será discutible si Timoteo no sigue la advertencia de Pablo al final del capítulo 4:16: esto es clave para un líder en la iglesia.

«Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren».

¿Cuántas veces has escuchado que no debemos preocupemos por la doctrina? ¿Acaso no son las relaciones personales y el amor más importantes que las creencias?

Pablo le dice a Timoteo que el hombre que ha de dirigir y enseñar al pueblo de Dios, debe estar marcado por la vida correcta y la doctrina correcta. Y Timoteo y cualquier otro maestro del evangelio de Dios deben ser los primeros en ser transformados por ese evangelio, evitando hacer de la enseñanza del evangelio algo que otros necesitan, pero que de alguna manera ellos han dominado y superado. Si bien este mensaje está dirigido a Timoteo como pastor, estas cualidades deben ser procuradas por cada cristiano.

  • Así que, ¿cuán profundamente cuidas tu vida y tu doctrina?
  • ¿Lees regularmente la Palabra de Dios?
  • ¿Buscas rendir cuentas ante otros cristianos?
  • ¿Te sientes tentado a pensar que las personas se preocupan demasiado por la teología? ¿O tienes la tentación de preocuparte más por las creencias correctas, pero sin una vida transformada?

Eso resume bastante las secciones acerca de las falsas enseñanzas/evangelio de los capítulos 1 y 4. Pero sobre esa base, ¿cómo debería reflejar la vida de la iglesia este evangelio? Todo se reduce a una cuestión de autoridad. Capítulos 2 y 3.

¿Quiénes deberían tener autoridad?

El gobierno:

Al comienzo del capítulo 2, Pablo le dice a Timoteo: «Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad» (2:1-2). La autoridad del gobierno sobre los cristianos es una pequeña parte de este libro, pero es bueno ver que Pablo no está estableciendo algún sistema religioso deshonesto que rechace la autoridad establecida. Pablo y los escritores del Nuevo Testamento ven a las autoridades establecidas y diseñadas por Dios como algo bueno, aun cuando reconocen que esas autoridades pueden de vez en cuando abusar de su poder. Pablo le dice a Timoteo que la autoridad es importante y que la buena autoridad es una bendición: entre los cristianos y el estado, entre hombres y mujeres en la iglesia y entre los líderes de la iglesia y los miembros de la iglesia. La autoridad bíblica es una bendición para aquellos que están bajo ella.

Las mujeres:

Más adelante, Pablo define el papel de las mujeres en la iglesia en 1 Ti. 2:9-15. Y en el centro de esta enseñanza leemos en los versículos1 1-12: «La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio» (2:11-12). Por supuesto, con respecto al papel de las mujeres en la iglesia, nuestras sensibilidades modernas a menudo nos hacen perder la fuerza positiva del mensaje de Pablo con respecto al papel de las mujeres. Muchos reaccionan fuertemente contra Pablo porque ven su enseñanza como esencialmente opresiva para las mujeres, machista. No obstante, Pablo dice en estos versículos que las mujeres deberían ser instruidas en la fe. En la cultura romana, griega y judía, que habría dado forma a la iglesia de Éfeso, las mujeres tenían pocos derechos y rara vez, si alguna vez, eran incluidas en la instrucción religiosa. La inclusión de las mujeres como compañeras de estudios es una orden socialmente radical.

Pero habiendo dicho eso, Pablo también nos da los límites apropiados de esa inclusión. Las mujeres no deben ejercer autoridad sobre los hombres o enseñar públicamente a los hombres en la reunión de la iglesia. Y basa esta prohibición no en las normas culturales de la época, sino en la misma estructura de relaciones establecida al principio con Adán y Eva. Pablo dice, capítulo 2:13-14: «Porque Adán fue formado primero, después Eva; y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión»[3].

Se suponía que la intención de los roles de género en la creación era que Adán conduciría amorosamente a Eva a obedecer al Señor. En cambio, Adán sigue pecaminosamente a Eva para desobedecer al Señor. Eva misma había escuchado a la serpiente, criatura sobre la cual ella fue diseñada para ejercer dominio junto con su esposo.

En el orden creado, la serpiente se somete a la mujer, quien se somete al hombre, quien se somete a Dios. En cambio, el orden ha sido puesto de cabeza. El hombre se somete a la mujer, quien se somete a la serpiente, y Dios está fuera del cuadro. El punto de Pablo es que dentro de la nueva creación, dentro de la iglesia, el orden de la creación debe ser restaurado. La imagen que se ha volteado, se volverá a enderezar.

Una vez más, debe haber liderazgo de autosacrificio, obedeciendo las ordenanzas de Dios que fueron abandonadas en la Caída. Culturalmente, a menudo asumimos que si se debe considerar que las personas son iguales en valor, deben tener la misma autoridad o, al menos, tener la misma oportunidad de alcanzar puestos de autoridad. Esta no es una idea bíblica. El valor y la autoridad no pueden equipararse.

[EJEMPLO: El Padre perfectamente divino ejerce eternamente una amorosa autoridad sobre el Hijo perfectamente divino. El Hijo, siendo en su naturaleza misma Dios, no ve la igualdad con Dios como algo que debe explotarse, sino que se hace a sí mismo nada, tomando la naturaleza de un siervo, y se vuelve obediente a su Padre hasta el punto de morir. Él no vino para cumplir su voluntad, sino la voluntad del Padre que lo envió].

Entonces, dentro de la iglesia, los hombres y las mujeres tienen la misma importancia, pero son diferentes en su rol. Contrariamente a algunas afirmaciones, los argumentos del apóstol parecen ser normativos para todos los tiempos y no están culturalmente condicionados o atados. Si deseas ver más de cerca estos temas, busca el sermón de Mark Dever acerca de los roles de género en la iglesia.

Algunas notas adicionales acerca de este punto, acerca de cómo aplicarlo:

Mujeres, no asuman que estos versículos significan que no pueden alentar espiritualmente a los hombres. Es correcto que hermanos y hermanas se animen y amonesten unos a otros, y ese ministerio de edificación mutua no debe ser subestimado.

Como iglesia congregacional, los miembros de la iglesia tienen la última palabra, y en una iglesia que está compuesta de mujeres un poco más que de hombres, el cuidado de la congregación contra esta iglesia que altera el evangelio es en gran medida responsabilidad de las mujeres. Mujeres solteras: inviten a un anciano o a dos a visitar a su pequeño grupo.

Hombres que serán pastores, hagan preguntas a las mujeres de su iglesia acerca de cómo pueden enseñarles mejor; no asumas que sabes las respuestas. Estas son solo algunas maneras en que podemos aplicar las enseñanzas de Pablo acerca de los hombres y las mujeres en la iglesia.

Los ancianos y diáconos:

Capítulo 3:1: 

Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea. Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro; que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?);  no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo. 

Los diáconos asimismo deben ser honestos, sin doblez, no dados a mucho vino, no codiciosos de ganancias deshonestas,  que guarden el misterio de la fe con limpia conciencia. Y éstos también sean sometidos a prueba primero, y entonces ejerzan el diaconado, si son irreprensibles. Las mujeres asimismo sean honestas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo. Los diáconos sean maridos de una sola mujer, y que gobiernen bien sus hijos y sus casas. Porque los que ejerzan bien el diaconado, ganan para sí un grado honroso, y mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesús. 

Dos cosas a observar acerca de estos requisitos.

En primer lugar, ¡cuán corrientes son! Con la clara excepción de «apto para enseñar», todas estas cualidades deben tipificar a cada cristiano. Ellas conforman una gran lista de control espiritual para discernir si vives como un cristiano debería vivir en este mundo. ¡Nuestros líderes no poseen nada más que el resto de nosotros!

En segundo lugar, el énfasis de Pablo está en el carácter del líder y no en las tareas del líder. Se nos dice poco acerca de los deberes del anciano en la iglesia primitiva; la mayoría de lo que encontramos proviene de los tres títulos intercambiables que se les otorgan:

  • Ancianos, mostrando que deben ejercer liderazgo;
  • pastores, mostrando que deben alimentar y proteger al rebaño; y
  • supervisores, mostrando que son aquellos que deben rendir cuenta de las vidas de las personas bajo su cuidado.

Pero aquí en el capítulo 3 se nos da una lista de cosas que pertenecen al carácter, en lugar de su trabajo. La autoridad no debe darse a personas que se centran en sí mismas, sino a personas que reflejan la buena y amable autoridad de Dios, bendiciendo así a quienes sirven al liderar.

Entonces, ¿Cuáles son algunas formas en que amas y cuidas a los demás?

¿Estás construyendo relaciones que glorifican a Dios con aquellos en la congregación que son diferentes a ti?

¿Te gustan las ideas más que las personas?

¿Cultivas un dominio de la teología o una relación con Dios?

¿Te esfuerzas por tener la razón más que por ser piadoso?

Bueno, con ese estudio de la autoridad como base, saltemos a la siguiente sección de la carta donde Pablo aplica el evangelio a nuestras relaciones como iglesia. Capítulo 5. 

¿Cómo deberíamos moldear nuestras vidas en la iglesia?

Hemos visto cómo el evangelio moldea la apariencia de la autoridad. Ahora, ¿de qué manera el evangelio moldea el resto de nuestras vidas? Nosotros, ya seamos pastores o congregantes, hombres o mujeres, ricos o pobres, podemos aprender de esto. Analizaremos estos grupos brevemente.

Pablo comienza con el propio Timoteo. Pablo le dice a Timoteo cómo debe relacionarse y servir a los diversos grupos en la iglesia.

  1. Las relaciones de Timoteo a través de diferentes grupos de edad y género (5:1-2)

A Timoteo se le instruye tratar a los hombres y a las mujeres mayores como a padres, y a los hombres y a las mujeres más jóvenes como a hermanos; y específicamente debe mantenerse puro con respecto a las relaciones con mujeres más jóvenes.

Lo segundo que vemos es una sección acerca del cuidado de la iglesia por las viudas. Incluso aquí deberíamos ser testigos de las implicaciones de una buena enseñanza del evangelio.

  1. Las viudas, aceptables y no aceptables (5:3-16)

Aparentemente, la iglesia primitiva guardaba una lista de viudas que debía cuidar. Sin embargo, algunas en esta iglesia se agregaron a la lista a pesar de que tenían familias de las cuales deberían haber podido depender. Por ello, en el versículo 8, Pablo instruye: «porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo».

  1. Los ancianos (5:17-20)

Los ancianos deben ser respetados y honrados, especialmente aquellos que invierten la mayor cantidad de su tiempo y esfuerzo enseñando la palabra. Aquí también obtenemos una base del Nuevo Testamento para pagar a los ministros en la palabra. No deben ser acusados ​​levemente, pero deben ser disciplinados cuando estén equivocados y someterse a tal disciplina ante la congregación como un ejemplo para los demás.

  1. Los esclavos (6:1-2)

Volveremos a este punto en nuestro estudio acerca de Tito. Si bien no queremos pensar en la esclavitud del Nuevo Mundo cuando pensamos en la esclavitud en el Nuevo Testamento, el Nuevo Testamento fomenta un amor que libera a los esclavos: espera las clases de Colosenses y Filemón para escuchar más acerca del tema.

Y luego, como dije antes, Pablo concluye su carta con otro contraste entre los falsos maestros y el verdadero evangelio hasta el resto del capítulo 6. Aquí, Pablo considera el tratamiento y el amor al dinero como un indicador primario de dónde está la motivación de un maestro y, por tanto, si lo que está enseñando es bueno o malo. Parece que había una conexión entre aquellos que veían la piedad como un medio para obtener ganancias financieras (6:6), y aquellos que tenían «disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad» (allí en 6:5).

Entonces, tengamos cuidado con la forma en que nosotros y nuestros líderes tratamos el dinero, y cómo estructuramos las finanzas en nuestra iglesia aquí en Capitol Hill para promover una buena enseñanza (6:4).

Conclusión

¿Qué nos llevamos de todo esto? Algunas observaciones finales.

Pablo nos da un pequeño y agradable resumen de su propia carta al final: capítulo 6:20-21: «Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, evitando las profanas pláticas sobre cosas vanas, y los argumentos de la falsamente llamada ciencia,  la cual profesando algunos, se desviaron de la fe».

Primero, la necesidad de estar siempre alertas contra aquellos que predican un evangelio falso. Incluso aquí en CHBC, esto es algo con lo que debemos tener cuidado.

Segundo, la conexión esencial entre la enseñanza del verdadero evangelio y la estructuración de nuestras vidas, como iglesia y como individuos, de una manera piadosa. La cultura evangélica más amplia sugiere que hay poca conexión entre nuestra visión de la autoridad (por ejemplo, de los hombres en la iglesia) y nuestra capacidad de guardar la verdad del evangelio. Creo que todo 1 Timoteo tendría un gran problema con eso. La verdad del evangelio promueve la vida correcta, pero la vida correcta también es importante para preservar el evangelio y, en lo que respecta a Pablo, una visión correcta de la autoridad y el liderazgo debería tenerse en cuenta cuando consideremos la vida correcta. Guarda tu vida y tu doctrina.

Y finalmente, la conexión entre las falsas enseñanzas y la vida falsa. Lee el capítulo 5:24-25: «Los pecados de algunos hombres se hacen patentes antes que ellos vengan a juicio, mas a otros se les descubren después».

Todos los pecados, aun los pecados secretos, y los pecados disfrazados de falsa doctrina e incredulidad, tienen una manera de abrirse camino a la intemperie. En la providencia de Dios, estas cosas resultan casi imposibles de ocultar. Eso debería darnos una gran confianza al reconocer a los líderes en esta iglesia.

Debemos agradecer al Señor por su bondad al dejarnos con buenos líderes, sin nunca menospreciar a los buenos líderes que se aferran al evangelio, que buscan el bien de la novia de Cristo y no su propio enriquecimiento personal. Sin embargo, lo principal que debemos tomar de 1 Timoteo no es lo bueno que es tener un buen liderazgo, sino cuán grande es el evangelio que moldea a esos líderes y a los que han de liderar. ¡Alabado sea Dios por las maravillas de su evangelio!

 

[1] El título «epístolas pastorales» fue acuñado, creemos, por D.N. Berdot en el año 1703. Carson, Moo, Morris, An Introduction to the New Testament. Zondervan Publishing House, Grand Rapids, Michigan: 1992.

[2] Observa «mayormente» aquí en  1 Ti. 5:17 se lee mejor como «es decir».

[3] Prepárate para explicar por qué las mujeres no usan velo en nuestra iglesia a pesar de que ese mandato también hace referencia a la creación como justificación. En resumen: los mandatos se aplican en todo momento, ya que están basados en la creación. Pero debemos aplicarlos de maneras culturalmente apropiadas. Cubrirse la cabeza no significa nada para nosotros, mientras que otros signos de compromiso matrimonial (como el uso de anillos de boda) sí lo hacen.