Predicación expositiva

El objetivo de la predicación en una cultura cada vez más hostil al cristianismo

Por John Piper

John Piper es el fundador y maestro de desiringGod.org, y rector de Bethlehem College & Seminary. Por 33 años sirvió como pastor de Bethlehem Baptist Church en Minneapolis, Minnesota, Estados Unidos.
Artículo
13.04.2023

Hace poco le preguntaron a John Piper: «¿Cómo pueden los pastores estadounidenses empezar a preparar a las iglesias para la persecución?». A continuación, verás su respuesta:

Mi respuesta sería, deberías haber comenzado hace mucho tiempo; como, desde el primer sermón cuando llegaste a tu iglesia. Debes enseñarle a tu congregación que no son primero estadounidenses sino cristianos. Los cristianos son extranjeros y exiliados en el planeta tierra. Este mundo no le debe nada a los cristianos. Y los cristianos deben esperar sufrir.

Debemos predicar estas verdades incluso cuando las cosas van todo lo bien que pueden ir, porque la hostilidad contra el cristianismo está integrada en la naturaleza del mundo caído. En cierto sentido, me incomoda un poco pintar el momento presente como extraordinario y terrible, de modo que se convierta en la razón por la que los cristianos deben estar dispuestos a sufrir. Desde el principio y durante cincuenta años, quiero que los pastores ayuden a los cristianos a ver que la vida es dura y que van a sufrir. Jesús dijo: «Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán» (Juan 15:20b). Esta es una enseñanza bíblica clara. Por tanto, el sufrimiento por la persecución no es propio de Estados Unidos. En todo el mundo, los cristianos sufren persecución.

Al predicar y pastorear, quiero preparar mártires. Quiero que mi congregación vaya a los lugares más difíciles del mundo. Así pues, mi respuesta a cómo debemos predicar, teniendo en cuenta la persecución y la presión actuales, es que debemos predicar la soberanía de Dios y que el sufrimiento es de esperarse. Esto es lo contrario de la teología de la prosperidad. El problema con la teología de la prosperidad es que carece de la doctrina del sufrimiento. Pastores, debemos construir la capacidad de sufrir en nuestras congregaciones. Ese sufrimiento puede ser un niño que nace sin la capacidad de hablar, o puede ser la persecución. Nadie sabe cómo sufrirán los cristianos a lo largo de su vida.

Creo que el tipo de predicación que necesita la iglesia se encuentra en lugares como 1 Pedro: «Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas» (2:21); o, «Mas también si alguna cosa padecéis por causa de la justicia, bienaventurados sois» (3:14).

O el Sermón del Monte: «Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos» (Mt. 5:10).

Creo que narrar constantemente lo mal que están las cosas puede tener el efecto de enfadar a la gente y sembrar semillas de amargura. Lo último que queremos es que la gente salga furiosa el domingo de la iglesia contra su cultura. Esa es la emoción dominante. Entonces, ¿cómo se reconduce esto hacia el hedonismo cristiano? Veamos:

1. Quiero que ellos se emocionen con la soberanía de Dios.

2. Que ellos se emocionen porque son salvos.

3. Que ellos se emocionen porque tienen un sentido de la vida arraigado en el evangelio.

4. Que ellos se emocionen porque no importa lo que pase en este mundo, van a poder caminar en la verdad y el gozo.

Por tanto, me preocupa que los predicadores puedan adoptar la noción errónea de que la manera de prepararse para el sufrimiento es narrar continuamente lo mal que están las cosas.

 

Traducido por Nazareth Bello