Predicación expositiva

Depende de la Palabra de Dios, no de las técnicas

Por Andy Davis

Andy Davis es el pastor de la Primera Iglesia Bautista en Durham, Carolina del Norte.
Artículo
29.10.2019

La poderosa Palabra de Dios ha estado edificando el reino de Cristo desde el inicio de la historia redentora. Nunca ha sido vencido, y nunca lo será. Satanás ha estado oponiéndose a la Palabra de Dios desde que sedujo a Eva en el jardín del Edén y cuestionó la autoridad de Dios, haciendo que la humanidad se uniera a su rebelión a través de Adán. Pero a partir de ese terrible momento, la Palabra de Dios ha estado destruyendo el reino de Satanás, empujando las tinieblas y rescatando a los elegidos que están cautivos. Satanás nunca ha podido dominar la Palabra, encadenar la Palabra, detener la Palabra, o hacer que la Palabra sea extinguida.

Por tanto, si una iglesia va a ser revitalizada esto sólo sucederá a través de la Palabra de Dios. Mientras más, los líderes que se están revitalizando confíen sólo en la Palabra de Dios, más poder tendrán sus esfuerzos. La revitalización no es más que la transformación del corazón humano del individuo—ya sea a través de la conversión o de la santificación—a nivel de toda la iglesia. Esta obra de salvación comprensiva ocurre solamente a través de la fe en Jesucristo, y Romanos 10:17 dice que la fe salvadora viene por el oír la Palabra. Independientemente de las otras cosas que suceden en tu iglesia; si la Palabra de Dios no es el centro de los esfuerzos de revitalización, nunca ocurrirá ninguna transformación genuina ni duradera.

DE LA MUERTE A LA VIDA, DE LA OSCURIDAD A LA LUZ

Tal vez el versículo de la Biblia que habla con mayor claridad sobre la regeneración es 2 Corintios 4:6: «Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo». Este es el milagro de la regeneración, de ser hechos una nueva creación en Cristo. Pablo compara el poder de Dios de hablar vida a un alma muerta con el poder manifestado en la creación cuando al proclamar la luz en un universo oscuro.

Este momento de creación espiritual es el «bloque de construcción» básico de cualquier esfuerzo realizado en la revitalización de una iglesia. Una labor subsecuente es como sigue: la iluminación creciente del Espíritu en los corazones de los miembros existentes de la iglesia que han sido regenerados. Esta obra progresiva de iluminación revela la gloria radiante de Dios en Cristo, así como los propósitos de Dios para nuestra vida y para su iglesia. La fe es la visión del alma (Mateo 6:22) a través de la cual vemos las realidades invisibles, incluyendo la manera en que la iglesia local no está a la altura del plan de Dios.

Sin embargo, el enfoque del ministerio de la Palabra de Dios en el púlpito, en la escuela dominical y en todos los estudios bíblicos y relaciones de discipulado debe ser la proclamación de Cristo crucificado y resucitado como el Único Salvador de los pecadores. Aunque la predicación actual de doctrinas menores es esencial para tener un ministerio completo de la Palabra, el evangelio de Cristo debe ser lo primordial. Como dijo Pablo, «Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado» (1 Corintios 2:1-2).

 Aquí, Pablo está rechazando la sabiduría humana que era la gloria de Grecia y la envidia del mundo pagano de su tiempo. La sabiduría de Dios para la raza humana pecadora es la cruz de Cristo. ¡Levántala bien alto!

LAS TÉCNICAS HUMANAS NO PUEDEN REVITALIZAR

La idea del avivamiento—ya sea para nuestros propósitos o para la revitalización—puede ser reducida a una serie de principios o técnicas que son inevitablemente exitosos y que aún siguen vigentes hoy en día. Todo lo que tienes que hacer es buscar en Google algo como «diez pasos fáciles para la renovación de una iglesia», y obtendrás toda una gama maravillosa de consejos prácticos.

Es verdad que cada situación de revitalización de iglesia es única, con sus propios desafíos. Pero en cada caso, la verdadera revitalización sucede no a través de técnicas humanas sino de una dependencia firme en la suficiencia de la Palabra de Dios para la transformación de los corazones humanos.

En el siglo veintiuno, las técnicas de revitalización humanas se enfocan en otras maneras de entretener las sensibilidades de los buscadores, asistentes y miembros de iglesia. Estas técnicas no son muy diferentes del enfoque de la iglesia medieval católico romana o de Charles Finney y otros predicadores del Segundo Gran Avivamiento.

Apelamos a los cinco sentidos de que la Edad Media nos dio catedrales con una arquitectura encumbrada, ventanas de cristal maravillosas, esculturas magníficas, los tonos majestuosos de los órganos de tubo, y los «aromas y campanas» de la masa latina. En la era de Finney, estas apelaciones a los sentidos enfocados en la predicación enérgica con presentaciones teatrales de temas bíblicos, la presión sicológica llevada a cabo por la «banca ansiosa» (desarrollada más tarde como técnicas de «invitación» y el «llamado al altar»), y el uso de música de frontera culturalmente agradable.

Hoy en día, nuestras técnicas pueden incluir un aspecto elegante diseñado para parecer un country club, la electrónica de vanguardia, la adoración innovadora que se mantiene al día con los gustos populares, el uso de teléfonos celulares inteligentes y cuentas de Twitter para producir una conexión interactiva con los predicadores y la audiencia, y sermones «relevantes» que son dirigidos de manera inmediata a las emociones de los oyentes y generalmente están lejos de la teología profunda. El uso de dichas técnicas enfocadas en lo humano nunca producirá una transformación genuina del corazón humano; por tanto, nunca producirá una revitalización genuina. 

CONFÍA EN LA PALABRA

La fuerza más significativa en la revitalización de cualquier iglesia local es el ministerio continuo de la Palabra de Dios domingo tras domingo. Si eres miembro de una iglesia que necesita revitalización, deberías orar para que Dios levante un expositor bíblico que sea fiel a la predicación de la Palabra de Dios desde el púlpito. Si eso ya está sucediendo, ora para que Dios sostenga a ese hombre en su difícil labor, porque frecuentemente durante la revitalización de una iglesia viene un tiempo donde los miembros de la iglesia que no han sido regenerados «no soportarán la sana doctrina» sino que buscarán reunirse con maestros que digan lo que su comezón de oír anhela escuchar (2 Timoteo 4:3).

Si eres pastor de una iglesia que necesita revitalización, busca ganarte la confianza de las personas manejando fielmente la Palabra de Dios. Cuando tu iglesia confía en ti, las personas serán menos propensas a dividirse por las doctrinas difíciles.


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