Evangelio
Acojamos a los solteros dentro de las familias en la vida de la iglesia
Nuestra iglesia tiene aproximadamente 1000 miembros. Muchos de ellos son solteros. La mayoría de ellos, por la gracia de Dios, se sienten amados y están conectados con muchas familias del cuerpo. Pienso en una hermana en particular que tiene una cena fija con la misma familia cada miércoles por la noche.
¿Cómo crees que las familias de tu iglesia lo están haciendo para amar a las personas solteras? ¿Crees que luchan para acoger a los solteros en sus vidas? Si hay un espacio para mejorar, ¿cómo crees que puede puedes pastorear a las familias hacia la madurez? Quizás es el puritano que llevo dentro, pero antes de ir al meollo de cómo pastorear bien en esta área, debemos tomarnos un minuto para considerar el asunto teológicamente.
UNA TEOLOGÍA SOBRE LA ACOGIDA
La joya del Evangelio tiene muchas facetas, la adopción es una de ellas. En la adopción, aquellos que no tienen familia son acogidos dentro de la familia de Dios. Dios no nos predestina a una experiencia sellada al vacío consigo mismo; él nos predestina para ser parte de su familia (Ef 1:5). En el Evangelio, Dios nos salva de ser esclavos de Satanás y nos redime como hijos de Dios (Ga 4:5-7).
Todo aquel que se ha arrepentido de sus pecados y ha confiado en Cristo es un hijo de Dios literalmente. La ilustración de la familia es más que una metáfora. Todo aquel que haya nacido del Espíritu (Jn 1:13) literalmente es miembro de la misma familia (Ga 3:26). Jesús mismo nos dijo que aquellos que le pertenecen por medio de un nuevo nacimiento están más unidos que aquellos que están unidos por línea sanguínea (Mt 12:48).
TRANSFÓRMENLO EN ALGO NORMAL
Los pastores cuidarán de las ovejas solteras que lo están por varias razones: algunos miembros jóvenes simplemente no han encontrado un cónyuge aún; otros, han perdido a un cónyuge y ahora son viudos o viudas; otros, se han divorciado muy jóvenes y aún no se han vuelto a casar o quizás nunca lo hagan.
¿Cómo un pastor debe pastorear bien a las ovejas solteras de su rebaño sin intentar forzar el matrimonio en ellos, sin hacerlos sentir ciudadanos de segunda clase o sin tratarlos como receptores de caridad? Una de las maneras más fáciles de servir a los miembros solteros es cultivar una cultura de iglesia en la que los miembros entienden que son miembros de una familia, y no meros miembros de la iglesia.
Esto me identifica particularmente puesto que soy un hombre que creció sin un padre, pero que, sin embargo, encontró padres espirituales en la iglesia (1Ti 1:2; 1Co 4:16). Esa experiencia fue profunda para mí como joven, y aún es impactante mientras observo a hombres mayores como padres espirituales. Encontré, y todavía sigo encontrando, una familia en la iglesia donde el Señor vio apropiado no darme una familia sanguínea.
He intentado traspasar esta bendición al acoger solteros en el redil de mi familia. Más de un par de veces en los últimos 12 años, los jóvenes solteros a los que discipulé terminaron viviendo en mi hogar. Después de todo, si realmente creemos que somos miembros de la misma familia, entonces no es difícil abrir nuestros hogares y nuestras vidas a aquellos que necesitan una familia.
Por supuesto, no todos los pastores pueden abrir sus hogares a las personas. Eres pastor, no un superhéroe; tu casa es un hogar, no un hotel. Lo entiendo. Sin embargo, esta es la cosa: pastorear no se trata de hacer todo tú; sino que al contrario, se trata de equipar a los santos para hacer la obra que Dios los está llamando a hacer (Ef 4:11-12).
Esta filosofía de ministerio no está exenta de dificultades. Y si no las tuviera, sería muy extraño. Pero acoger personas en tu familia no es nada más que abrir tu vida a otros, con todas sus imperfecciones.
BJ, un joven que vivió con nosotros por un año, me vio amar bien a mi esposa mientras ella estaba embarazada y me vio levantarme temprano para leer mi Biblia; incluso memorizamos el libro de Efesios juntos. Sin embargo, BJ también me vio hablarle bruscamente a mi esposa después de un largo día de trabajo y abrir mi computador cuando debí haber hecho mis devocionales. Eso es incómodo.
Más adelante, BJ me envió un correo electrónico para decirme que mientras vivió con mi familia, él vio cuán increíblemente humano era yo. Pero más que eso, él vio con cuánta fuerza descansaba en Cristo para mortificar mi carne y crecer en santidad. BJ necesitaba ser discipulado, pero también necesitaba una familia. No podía ofrecerle una familia perfecta, pero pude ofrecerle una familia que sigue a Cristo, y creo que BJ podría decir cuán poderoso fue eso para él.
PASOS PRÁCTICOS
Por lo tanto, mientras avanzas en el asunto de liderar tu rebaño, a continuación te comparto un par de cosas que hay que considerar:
1. Anima a las familias de tu iglesia a ver el cielo como su hogar, no solo como su casa. Aliéntalos a estar en un puesto de observación donde vean las oportunidades para servir a aquellos que extrañan a su familia o que no tienen una familia que extrañar.
2. Recuérdale a las familias de tu iglesia que los solteros no solo son buenas opciones para babysitting, sino que son hermanos y hermanas que Dios ha traído a la familia de la iglesia y deben ser incorporados a la vida de tu familia intencionalmente.
3. En cualquier momento en el que la doctrina de la adopción aparezca en tu predicación, no pierdas la oportunidad de hacer aplicaciones útiles desde el texto para las familias en tu iglesia.
4. Modela a los solteros un amor familiar tanto como puedas con tu propia vida. No tienes que invitar a las personas a vivir contigo, pero puedes invitarlos a almorzar o puedes conectar a una viuda con otra mujer soltera de la iglesia para que oren y se animen.
5. Siempre busca oportunidades para recordarles a los miembros de tu iglesia que, aunque no siempre lo sientan, ellos son miembros de la misma familia. Pasarán la eternidad en el cielo alrededor de la misma mesa (Ap 19:9). Anima a los miembros de tu iglesia, hermano pastor, a tomar cada oportunidad para vivir las realidades eternas del Evangelio en el presente. Solo mejorará a medida que avanzamos.