Discipulado
Abre tu Biblia, bendice a tu iglesia
Después de estudiar Romanos 8 con un grupo de mujeres en la iglesia, me sorprendió el gran regalo que es estudiar la Palabra de Dios con su pueblo. Y no cualquiera del pueblo de Dios, sino las mismas hermanas en Cristo con quienes he hecho un pacto a través de nuestra iglesia local.
Muchas buenas organizaciones están intentando hacer cosas buenas con los estudios bíblicos. Sé de estudios bíblicos en toda la ciudad, y varios foros y aplicaciones en línea; Escuché sobre autores que organizaron sesiones de seis semanas a través de su trabajo publicado recientemente. Por supuesto, estudiar la Palabra de Dios siempre es mejor que no estudiar su Palabra. Pero el mejor lugar para hacerlo es con otros miembros de su iglesia local.
TRES RAZONES DEL PORQUÉ HACERLO
1. Estudiar la Palabra de Dios con los miembros de la iglesia nos ayuda a cumplir mutuamente el pacto de nuestra iglesia.
Considera los siguientes párrafos del pacto de mi iglesia:
Caminaremos juntos en el amor cristiano, ejerciendo un cuidado afectuoso y una vigilancia mutua; orando el uno por el otro; alentándonos fielmente, advirtiendo, reprendiendo y amonestándonos mutuamente según lo requiera la ocasión;
buscaremos, por la gracia de Dios, vivir con cuidado en el mundo, rechazando la impiedad y las pasiones mundanas, y recordando eso, ya que hemos sido sepultados con Él en el bautismo y resucitados a una nueva vida, por lo que ahora tenemos una obligación especial de llevar una vida nueva y santa.
En nuestro estudio bíblico, la discusión a menudo se volvía hacia una sola pregunta: «¿Cómo aplicamos este pasaje a nuestra vida de iglesia a medida que vivimos mutuamente nuestro pacto congregacional?».
Reflexionando sobre Romanos 8, discutimos temas tales como:
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Caminando en armonía con el Espíritu Santo.
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Regocijándonos en nuestros sufrimientos.
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Muriendo al pecado.
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Poniendo nuestras mentes en las cosas del Espíritu.
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Comprendiendo lo que significa ser adoptado por Dios y herederos con Cristo.
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Creyendo que Dios trabaja en todas las cosas para el bien de aquellos que lo aman.
Estos pasajes producen innumerables aplicaciones que son valiosas, y se vuelven aún más valiosas cuando se estudian junto a hermanas que realmente saben cómo estamos sufriendo, aquellas que pueden presenciar nuestra lucha para caminar en santidad. A medida que leemos la Palabra de Dios, la estudiamos y nos ayudamos mutuamente a crecer en gracia al obedecerla, tomamos un papel activo en vivir el pacto que hemos hecho juntas.
2. La iglesia no crecerá si externalizamos el discipulado.
El lugar principal al que deberíamos ir para discipular es nuestra propia iglesia local. Entiendo el atractivo de los eventos de toda la ciudad, o el orador dinámico con gran adoración en la iglesia camino abajo. Pero deberíamos desear destacar el mensaje de la palabra de Dios más que el mensajero, la ubicación o la audiencia. Cuando externalizamos el discipulado, nos perdemos el empoderamiento y el estímulo particular que provienen de los miembros de la iglesia.
Nuestras relaciones de discipulado deberían ser más que opcionales y ocasionales. Deberían consistir en más que preguntas de nivel superficial para saber «¿cómo estás». Al estudiar la palabra de Dios con otros miembros de la iglesia, tenemos oportunidades regulares y comprometidas para ofrecer palabras oportunas de exhortación. Con el tiempo, estas palabras cambiarán: ¿Dificultades en el noviazgo? ¿Conflicto laborales? ¿llegada de nuevos bebés? ¿Lucha en el matrimonio? La Palabra de Dios habla de todos estos temas. Así que estúdialos con mujeres con las que compartas tu vida cristiana y experimenta la bendición de cultivar su fruto a largo plazo.
3. Profundizará tu experiencia como miembro de la iglesia.
¿Te sientes desconectada? ¿Estás decepcionada por lo que estás «obteniendo» de la iglesia?
” Te aseguro que sentarse con otras que son miembros para leer o estudiar la Palabra de Dios te ofrecerá un acercamiento que a su vez te ayudará a sentirte más conectado.
Si le preguntas a la mayoría de los cristianos qué están buscando en una iglesia, te dirán algo sobre «comunidad». Bien, nada construye una comunidad como estudiar la Palabra de Dios. Esto une a los santos. Cada vez, que nos colocamos bajo la Palabra, nos ofrece la oportunidad de aprender algo nuevo; nos ofrece la oportunidad de buscar el obedecer la Palabra de Dios juntos.
Los pastores deberían tratar de cultivar este tipo de relaciones entre las mujeres en la iglesia por muchas razones. En primer lugar y lo más importante, pueden confiar en que la enseñanza de mujeres que ellos reconocen no conducirá a ninguna de ellas hacia una teología cuestionable. Desafortunadamente, esto no se puede decir de otros estudios bíblicos populares, ya sea en persona o en línea. Además, al abrir la Palabra de Dios juntas, crecemos en nuestro conocimiento teológico, uniéndonos aún más como iglesia.
Otra razón por la cual los pastores deberían alentar estas relaciones, es que pueden profundizar el efecto de la reunión del domingo por la mañana. Siempre fue una bendición cuando el pasaje del sermón del domingo se correlacionó bien con nuestra discusión en Romanos (como si lo hubiéramos planeado).
También discutíamos regularmente las aplicaciones específicas del sermón y cómo se aplicaban tanto a los romanos como a nuestra vida diaria. Este tipo de traspaso del sermón al estudio de la Biblia, solo es posible cuando estudiamos la palabra de Dios en el contexto de la iglesia local.
Puede haber ocasiones cuando participar en estudios externos o grupos en línea sea realmente la mejor opción. Pero te animo a considerar, el cómo estudiar la Palabra de Dios con otras mujeres en tu iglesia podría beneficiar tu ser y la comunidad de tu iglesia en general.
¿QUÉ PASA SI MI IGLESIA NO OFRECE UN ESTUDIO BÍBLICO?
Escúchame con mucha atención sobre esto: no creo que cada iglesia deba ofrecer un estudio bíblico para mujeres. Pero si deseas más oportunidades para estudiar la Palabra de Dios, entonces te animo a reunir algunas amigas y simplemente abran la Biblia juntas. Algunos recursos que he encontrado particularmente útiles son:
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Elijan un libro de la Biblia y lean juntas un pasaje haciendo preguntas inductivas para el estudio de la Biblia. Un gran recurso sobre cómo hacer esto es Mujeres de la Palabra, de Jen Wilkin.
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Estudios bíblicos inductivos por Keri Folmar.
¡AMA LA PALABRA DE DIOS, AMA AL PUEBLO DE DIOS!
No olvidemos: «Todas la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia» (2 Tim. 3:16).
Si la Palabra de Dios es útil de esta forma, debemos tener en cuenta cómo y dónde la estamos usando. No hay mejor lugar para enseñar, corregir, alentar y capacitar a otros que en nuestras propias iglesias locales. Cuando leemos la Biblia con creyentes con los que hemos hecho un pacto, hacemos algo virtuoso de consecuencias eternas. Comprométete a estudiar la Palabra de Dios, a conocer los mandamientos de Dios y a edificar el cuerpo de creyentes mientras aman la Palabra de Dios juntos.
Traducido por Renso Bello.