¿Cómo puedo siendo líder de la iglesia, ayudar a cultivar una cultura de discipulado?

1.   Estructura tu propio horario semanal para incluir tiempo con cristianos más jóvenes (desayunos y almuerzos, quehaceres, evaluaciones del sermón, etc.).
2.  Si tú diriges una congregación acostumbrada a la lectura, pide a la iglesia un presupuesto pastoral para regalar libros. Mantén cierta cantidad de libros en tu oficina, listos para regalos espontáneos. Anima a la gente a leerlos y luego llamarlos para programar un tiempo para hablar acerca del libro.
3.  Busca formas de animar a los cristianos maduros de tu congregación para reunirse con otros («Hola José, ¿con quién almuerzas hoy?»). Y busca formas para que los miembros de la iglesia se relacionan entre sí («Hola José, ¿has pensando en pasar tiempo con Juan?»).
4.  Aplica tu predicación no sólo a los individuos, sino a toda la congregación. (Por ejemplo, «  ¿Qué significa este pasaje para nosotros como iglesia? Significa que debemos estar dispuestos a animar y corregirnos unos a otros»). Busca maneras de alentar el discipulado y el cuidado mutuo a través de las aplicaciones de tus sermones.
5.  Predica y aplica el evangelio. La predicación correcta del evangelio debe producir cristianos que perciben su obligación compartida de aconsejar y discipular los unos a otros sobre la base de su identidad como familia en Cristo. Con la mayor frecuencia posible, ayuda a la congregación a conectar los puntos entre su profesión de fe y el llamado al amor activo de los unos por los otros.
6.   Ofrece clases de educación para adultos en materias de discipulado o consejería.
7.  Ofrece clases de Escuela Dominical con temas más específicos como: «Miedo al Hombre» o «La voluntad y guianza de Dios».
8.   Utiliza las clases de membresía de la iglesia para establecer la expectativa de una participación activa en las vidas de los demás.
9.  Utiliza la entrevista de membresía de la iglesia para preguntar al candidato si él o ella desean estar involucrado en una relación de discipulado uno a uno.
10.  Surte la librería y la biblioteca detu con buenos recursos sobre el discipulado.
11. Considera poner una exhibición de folletos de CCEF en tu iglesia para presentar estos recursos breves y digeribles que tratan sobre un gran número de temas específicos. Si es posible, ofrece estos folletos de forma gratuita.
12.  Promueve y distribuye estos libros y folletos desde el púlpito.
13.  Como pastor, se modelo de humildad a invita la corrección en tu vida.  
14. Considera proporcionar a los grupos pequeños de la iglesia recursos recomendados, según la clase de grupo pequeño, como grupos de jóvenes casados ​​o grupos de solteros.
15.  Si el presupuesto lo permite, contrata a un pastor de tiempo completo que pueda dedicarse a la consejería.
16. Si el presupuesto lo permiten, contrata a una mujer que pueda dedicarse a la consejería y promover el discipulado entre las mujeres de la congregación.
17.  Anima a los miembros de la iglesia a asistir a las conferencias de la Fundación de Educación de Consejería Cristiana (CCEF) ya hacer uso de sus cursos de capacitación en línea.
18. Ofrece una clase de entrenamiento de consejería para los miembros y/o líderes de grupos pequeños de tu iglesia. CCEF ofrece dos excelentes planes de estudio: Como Cambian Las Personas y Ayudan a Otros a Cambiar. Estas guías y libros de trabajo son fáciles de usar y facilitan a los pastores, líderes laicos, y miembros a enseñarse mutuamente cómo aconsejar usando la Palabra y cómo cuidarse mejor unos a otros. ( www.ccef.org )
19.  Lea el libro de Paul David Tripp Instrumentos en las Manos del Redentor.
20. Anima a las personas que están siendo discipuladas para el ministerio pastoral, de tiempo completo, a leer el libro de Ed Welch, Cuando la Gente es Grande y Dios es Pequeño.
21. Orar. Pídele a Dios que levante ancianos, mujeres piadosas y discipuladores maduros dentro de tu congregación para ayudar a cuidar a las ovejas.

Este listado representa el resumen del artículo «Veinte maneras de cultivar una cultura de consejería» por Jonathan Leeman y Deepak Reju.

Traducido por Abraham Armenta, México.