Discipulado

Por qué un anciano debe supervisar la librería

Por Josh Manley

Josh Manley es pastor de la Iglesia Evangélica RAK en los Emiratos Árabes Unidos. Puede encontrarlo en Twitter en @JoshPManley.
Artículo
22.08.2023

Como amante de la historia, pasear por un museo con objetos raros me emociona. Los museos recopilan los mejores objetos recurriendo a expertos que conocen su campo y tratan de contar una historia fidedigna.

¿Qué tiene que ver un museo con la librería o la biblioteca de tu iglesia? Me alegra que lo preguntes.

Ambos deben reunir recursos instructivos y amenos. Ninguno de los dos debe conservar contenidos que no aporten una comprensión más profunda de la realidad. Cuando el supervisor de la librería de tu iglesia no está alimentando a las ovejas con comida sana, está trabajando en contra de la digestión de todo el ministerio de enseñanza de la iglesia.

Pastores, el mundo de los libros cristianos y pseudocristianos es abrumador. Por favor, no dejemos que nuestras congregaciones se las arreglen solas. Un anciano debería supervisar la librería de tu iglesia. ¿Por qué?

1. La librería magnifica tu ministerio de enseñanza

Siempre me han sorprendido las publicaciones erróneas que se han colado en la sección «cristiana» de las librerías tradicionales. Aunque los empleados que surtían los estantes podían tener buenas intenciones, no tenían necesariamente la capacidad pastoral o la responsabilidad de enseñar la Palabra. Pero sí, pastor. Los libros que tu iglesia vende o regala son una extensión de tu ministerio de enseñanza.

Al igual que cuando los miembros caminan a través de un museo smithsoniano, deben poder confiar en que su librería enseñará la verdad. A menudo pensamos que enseñar «lo que está de acuerdo con la sana doctrina» y proteger al rebaño de los «lobos rapaces» ocurre exclusivamente en el púlpito (Tito 2:1; Hechos 20:29). Pero, aunque el púlpito es la forma principal de enseñar al pueblo de Dios, no es la única herramienta. Los libros que ofrece tu iglesia complementarán o socavarán todo tu incansable esfuerzo en el púlpito.

Como pastores, debemos amar a nuestra congregación llenando la librería con libros confiables y explicando a la iglesia por qué incluimos estos libros y no otros. Al hacerlo, conectarás en la mente de la congregación la doctrina que tu iglesia enseña reunida con los libros que deben leer dispersos. Cada libro es una maravillosa oportunidad para ampliar el ministerio de enseñanza de tu iglesia.

2. La librería desarrolla el discernimiento

Los cajeros de banco aprenden a detectar los billetes falsos examinando de cerca el artículo auténtico. Del mismo modo, un efecto secundario de empaparse de recursos fiables es desarrollar una alergia a los falsos.

Los buenos libros no solo transmiten contenidos: entrenan nuestra sensibilidad para discernir entre lo bueno y lo malo. Incluso ayudan a nuestros miembros a identificar las áreas en las que deben crecer en conocimiento y obediencia.

Utiliza el ministerio de los libros para alimentar a las ovejas y refinar sus paladares cristianos. Hay muchos ámbitos en los que los cristianos deberían profundizar en su fe. Una librería bien organizada ayuda a proteger y guiar a la congregación en asuntos de ortodoxia, desde temas como la teología bíblica hasta la disciplina de los hijos, desde la historia de la iglesia hasta la consejería. Utiliza la librería para presentar a la congregación buenos autores y géneros fundamentales. Después de todo, es posible que no encuentren tales libros por su cuenta.

3. La librería facilita el discipulado

A través de una oferta de libros bien seleccionada puedes proporcionar recursos que equiparán a padres y madres para discipular a sus familias, a amigos para discipularse unos a otros, y a líderes de grupos pequeños para guiar a sus grupos en la verdad. Los ancianos solo tienen ciertas horas de trabajo. Los buenos libros pueden servir como topes en los bolos, que ayudan a mantener a los miembros de la iglesia dentro de las líneas y animándolos a comprometerse unos con otros con la Palabra y su aplicación.

El discernimiento es el amigo del discipulado. A medida que tu rebaño lea bien, se convertirán en mejores pensadores y maestros. Y eso fortalecerá el testimonio de tu iglesia.

4. La librería aborda temas pastorales

Las páginas web pueden ofrecer grandes recursos, pero no conocen las necesidades particulares de tu rebaño. Tal vez sabes que tu iglesia es débil en su comprensión de la sana doctrina o eclesiología. Tal vez muchos en tu congregación están luchando con la pornografía o la codicia.

Los buenos libros ayudan a los pastores a cuidar de aquellos por quienes han de dar cuenta (He. 13:17). Les ayudan a pastorear el rebaño que está entre ustedes (1 P. 5:2). Alguien en la iglesia puede dudar en hablar contigo sobre sus luchas o pecados, pero estar dispuesto a tomar un libro que le has recomendado.

Como cristianos, somos ante todo personas del Libro. Pero también deberíamos ser personas que utilizan buenos libros que explican y aplican el Libro. Así que, hermanos pastores, no descuidemos la supervisión de los recursos que nuestra iglesia está, o podría estar, ofreciendo. Desde la imprenta de Gutenberg que apoyó la Reforma hasta los artículos y libros en línea que hoy están al alcance de nuestras manos, no subestimemos cómo nuestro Señor puede usar las palabras escritas para el bien de su pueblo y la gloria de su nombre. Como los encargados de supervisar las almas eternas, los ancianos no solo tienen la responsabilidad de supervisar lo que la iglesia lee, tienen ese privilegio.

 

Traducido por Nazareth Bello