Plantación de Iglesias

Plantadores de iglesias, ¡no esperen para poner en regla sus documentos!

Por Joel Kurz

Joel Kurz es el pastor principal de The Garden Church en Baltimore, Maryland. Puedes encontrarlo en Twitter en @joelkurz.
Artículo
02.01.2025

Esperamos tres años para poner en orden los documentos de nuestra iglesia, y sufrimos por ello.

Teníamos una declaración de fe —la necesitábamos para el financiamiento—, pero no sabíamos cómo utilizarla. Nadie nos animó nunca a adoptar (y tomar en serio) una constitución o un pacto eclesiástico. Aunque lo hubieran hecho, no les habría hecho caso.

Los documentos eclesiásticos me parecían anticuados y rígidos. Yo quería llegar a la gente a la que las «otras iglesias» no llegaban. Quería alcanzar a la gente a la que no le gustaba la iglesia, a la gente que buscaba algo diferente.

Para entonces, ya habíamos atraído a un grupo de personas, muchas de las cuales menospreciaban la iglesia local. Sabíamos que estábamos en contra de las iglesias legalistas y rígidas, pero no sabíamos en qué tipo de iglesia queríamos convertirnos. Todo parecía estar sujeto a discusión y debate, incluida la inerrancia de las Escrituras y la expiación sustitutiva. Sin el concepto o la capacidad de ejercer la disciplina eclesiástica, el pecado quedaba sin control. Las disputas no funcionaban porque todos apelaban al gusto personal y ofrecían «acordar estar en desacuerdo».

Después de tres años así, estaba bastante claro que nos estábamos hundiendo. Si la oración de Jesús era por la unidad de la iglesia, su petición no parecía tener respuesta en la nuestra.

Finalmente, pusimos en marcha algunos documentos. Nuestra declaración de fe ocupó un lugar destacado en el establecimiento de lo que la iglesia creía que la Biblia enseña. Después de muchas conversaciones y mucha investigación, establecimos una constitución de la iglesia. Encontramos un pacto eclesiástico de eficacia probada que describía con sencillez lo que la Biblia exige de todos los creyentes.

Y en los meses siguientes mucha gente se marchó, algunos enfadados, otros frustrados.

Así que… Plantadores de iglesias, ¡no esperen tres años para poner en regla algunos documentos!

LA IGLESIA ES UNA INSTITUCIÓN CONTRACULTURAL

Un restaurante puede organizarse de cien maneras diferentes. La mejor de las sabidurías humanas puede organizar una excelente organización sin ánimo de lucro. Pero sólo Jesús puede organizar la iglesia local. En la Biblia es donde encontramos sus principios organizativos, y déjenme decirles: ¡la iglesia es toda una institución contracultural!

Al leer las responsabilidades que los miembros de la iglesia tienen los unos para con los otros en pasajes como 1 Corintios 5, o los requisitos para el liderazgo en 1 Timoteo 3, inmediatamente se tiene una profunda sensación de que «actuar de manera improvisada» (como diría mi madre) al organizar una nueva iglesia simplemente no va a funcionar. Sin directrices bíblicas claras, la nueva iglesia puede muy bien mezclarse con la cultura pop, pero crecerá de manera poco saludable.

Confusión teológica

Trazar líneas teológicas parece contraintuitivo en nuestra era posmoderna. Sin embargo, las iglesias no derivan naturalmente hacia la ortodoxia. No establecer líneas doctrinales desde el principio hace que la iglesia se aleje de la unidad, la integridad y la verdad revelada por Dios. Como resultado, es probable que la iglesia en crecimiento se distraiga con debates interminables sobre temas fundamentales como la inerrancia y la expiación sustitutiva, en lugar de dedicarse a lo que el plantador realmente quiere dedicarse: ¡la misión!

Discrepancia eclesiológica

¿Quién dirige la iglesia? ¿Quién es miembro de la iglesia y qué se le exige? ¿Quién puede servir en la iglesia? Antes de que nuestra iglesia se organizara, la diversidad de respuestas que recibíamos a preguntas como éstas era tremenda. La política bíblica de la iglesia en general es contracultural en la sociedad. El liderazgo masculino, la autoridad congregacional (para nosotros los bautistas), una membresía bautizada y regenerada, no son ideas que se nos ocurren por nuestra cuenta. Una iglesia sin principios rectores sobre el gobierno de la iglesia probablemente se guiará a sí misma fuera de la fidelidad bíblica.

Ambigüedad Moral

¿Qué se requiere de un miembro de la iglesia, y quién lo determina? Una iglesia sin documentos prepara a su nuevo rebaño para la confusión. ¿Puede una pareja que vive juntos sin estar casados convertirse en miembros? ¿Puede un hombre que vive en pecado claro e impenitente servir en un ministerio público? ¿Cómo tratamos a una hermana que se rebela contra Jesús?

Sin documentos bíblicos claros, las iglesias se desviarán hacia el legalismo o el libertinaje. Legalistamente, pueden poner sobre sus miembros requisitos espirituales que Jesús mismo no pone sobre ellos. Alternativamente, sus miembros pueden estar entregados al pecado, habiendo abrazado un estilo de vida libertino y sin control.

Debido a que personas pecadoras son llamadas a plantar y organizar iglesias locales, necesitamos principios rectores que trasciendan la sabiduría humana. Necesitamos directrices bíblicas desde el principio.

ESTO ES LO QUE ES UNA IGLESIA Y EN LO QUE DEBEMOS CONVERTIRNOS

Como pastor, a menudo tengo la oportunidad de aconsejar a parejas de novios. Como parte de nuestro asesoramiento prematrimonial, siempre explico en detalle las expectativas y requisitos del matrimonio. ¿Se imaginan a alguien que se casa y descubre las expectativas y requisitos del matrimonio tres años después?

La falta de previsión y claridad sobre quién es la iglesia y qué hace la iglesia provocará divisiones interminables. Responder a esas divisiones con documentos (tres años después) parecerá reaccionario y la gente se marchará. Empezar con los documentos dirá desde el principio: «Esto es lo que la iglesia es, y esto es en lo que tenemos que convertirnos».

Tener documentos desde el principio comunica: «Somos un pueblo del Libro».

A veces la gente pregunta: «¿No basta con la Biblia?».

Bueno, en un mundo sin pecado, tal vez, todos estaríamos de acuerdo en lo que enseña la Biblia. Pero en un mundo caído, abundan las diversas interpretaciones. Los documentos bíblicamente saturados comunican que la visión de la plantación de una iglesia es ser «edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas» (Ef. 2:20).

Al establecer finalmente los documentos, pudimos hablar claramente a la gente que Dios nos había dado: «Esto es lo que creemos que dice la Biblia, y es sobre este fundamento que nos sostenemos». No sólo reconocemos la necesidad de un liderazgo bíblico en la iglesia, sino que lo detallamos. En última instancia, nuestros documentos detallan y proyectan una visión de lo que seremos como iglesia. No sólo admitimos que la Biblia exige integridad pastoral, sino que nos ponemos formalmente bajo la responsabilidad de la iglesia. Estos documentos le proporcionarán a la iglesia, protección contra plantadores de iglesias renegados, sin carácter y autoritarios. No sólo discutimos cómo es la membresía, sino que detallamos lo que Dios requiere del cristiano, y lo que nosotros, como iglesia, esperamos.

Estos documentos proveen ayuda instantánea al tratar pecado sin arrepentimiento y casos de disciplina en la iglesia. Proveen una visión del discipulado de cada uno de los miembros de nuestro equipo de plantación de iglesias, así como de los nuevos convertidos. No sólo predicamos Gálatas 1:6 (que no debemos volvernos a otro evangelio), sino que utilizamos estas herramientas para articular cuál es ese único y verdadero evangelio. Estos documentos sirven para proteger a la iglesia de los falsos maestros y lobos.

HERRAMIENTAS PARA EL DISCIPULADO

La Biblia instruye a las iglesias a organizarse de una manera que va en contra de la cultura actual y la sabiduría caída. Por eso, las iglesias necesitan documentos.

«Nosotros, como iglesia, crecimos significativamente en salud espiritual una vez que votamos por esos (documentos)», dijo un miembro que ha estado con nosotros desde el principio. Cambió nuestra iglesia y cambiaron nuestros miembros. Mientras que algunos se marcharon, otros respondieron positivamente, abrazaron la visión bíblica, se sometieron a la iglesia local y crecieron. La plantación de iglesias consiste en hacer discípulos, y los documentos son herramientas útiles para lograrlo.

 

Traducción, Nazareth Bello


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