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Es necesario reunirse: 25 Razones para participar regularmente en el culto público y corporativo

Por H. B. Charles

H. B. Charles es el pastor de la Iglesia Bautista Metropolitana Shiloh en Jacksonville, Florida. Puedes encontrarlo en Twitter en @hrcharlesjr.
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24.10.2023

Un amigo y yo mantuvimos una larga conversación, la típica discusión que se produce cuando se reúnen pastores. Arreglamos todos los problemas de la iglesia y del mundo antes de levantarnos de la mesa. Por supuesto, nada cambió cuando terminamos nuestra profunda conversación.

Tras un extenso debate sobre las transiciones y la sucesión, consideramos nuestras futuras jubilaciones del ministerio pastoral, si Dios quiere. «Cuando me jubile, ya no iré a la iglesia», bromeó mi amigo. «Haré como mis miembros y me limitaré a ver los servicios por livestream». Mi amigo me aseguró que pagaría fielmente sus diezmos y ofrendas cada semana. Pero lo haría desde la comodidad de su barco de pesca. Nos reímos. La conversación siguió su curso. Pero la pregunta que me planteó mi amigo seguía carcomiéndome.

¿Irías a la iglesia si no fueras pastor?

A veces me siento como el hombre que se quedó dormido un domingo por la mañana. Su mujer insistió en que se preparara para ir a la iglesia. «Dame tres razones por las que debería ir a la iglesia hoy», murmuró.

Su mujer tenía tres respuestas preparadas. «Primero, es domingo y es tu deber cristiano adorar. Segundo, el Señor ha sido bueno y debemos dar gracias por sus bendiciones. Tercero, ¡eres el pastor de la iglesia!».

Sí, soy un pastor al que pagan por estar en la iglesia los domingos. Es mi responsabilidad estar presente y preparado. Me tomo estas obligaciones muy en serio. El ministerio pastoral ha sido una parte vital de la obra santificadora del Señor en mi vida. Pero no voy a la iglesia simplemente porque soy un pastor que debe estar allí. Iría a la iglesia, aunque no fuera pastor.

Iría a la iglesia aunque no fuera pastor porque seguiría siendo cristiano. Hay muchas buenas razones para ello. La mejor de ellas es que Cristo es la cabeza de la Iglesia, y la Iglesia es el cuerpo de Cristo. No se puede tener un alto concepto de Cristo y un bajo concepto de la iglesia.

Amo a Jesucristo. Y amo lo que Jesús ama. Cristo ama a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella (Ef. 5:25). Cristo está santificando a la Iglesia para presentársela a sí mismo sin mancha ni defecto. Mientras tanto, «considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca» (He. 10:24-25).

¿Aún no estás convencido? Bien, aquí tienes 25 razones más por las que deberías participar regularmente en el culto público y corporativo:

1. La Palabra de Dios lo enseña (He. 10:24-25). Una visión elevada y correcta de las Escrituras exige la asistencia regular a la iglesia.

2. El culto corporativo es donde tienen lugar la predicación y la enseñanza de la Palabra de Dios (2 Ti. 4:1-5).

3. Sigue el ejemplo establecido por el Señor Jesucristo (Lucas 4:16).

4. Honra el mejor y más brillante día de la semana: el domingo, el Día del Señor, el día en que el Señor Jesús resucitó de entre los muertos.

5. Es un uso sabio y apropiado del privilegio que tenemos de adorar a Dios pública y corporativamente. No todos los cristianos de otros países tienen esta libertad. La única manera de expresar nuestra gratitud por esta libertad es usarla fiel y agradecidamente.

6. Tu descuido de la adoración corporativa contrista al Espíritu Santo que vive dentro del creyente individual y de la iglesia en su conjunto (Ef. 4:30).

7. Trae alegría a los líderes espirituales que velan por tu alma y que deben dar cuenta de ti. El ausentismo los aflige y no es provechoso para ti (He. 13:17).

8. Demuestra que compartes la misión y el ministerio de la familia eclesial de la que eres miembro.

9. Su ausencia de los servicios de la iglesia le hace difícil, y en algunos casos imposible, participar en el ministerio mutuo de la iglesia hacia sí misma, especialmente en los mandamientos de «unos a otros» del Nuevo Testamento.

10. Necesitas el aliento que proviene de la reunión de los santos (He. 10:24-25). Cuanto más malos se vuelven los días, más necesitas este aliento.

11. Dios exige el primer lugar (Mt. 6:33). Este principio debe regir nuestra práctica.

12. Te recuerda que Dios tiene una nueva comunidad de personas mediante la fe en Jesucristo (Ro. 12:5).

13. Es una manera de preservar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz (Ef. 4:3).

14. El culto público y corporativo es el lugar central donde ejercitas tus dones espirituales. Es un lugar estratégico para ministrar a otros creyentes (1 Co. 14:12).

15. Tu asistencia regular sirve como ejemplo positivo e influencia para otros.

16. Si participas en algún ministerio de la iglesia, y deberías hacerlo, tu ausencia puede entorpecer la eficacia general del grupo y desanimar a otros miembros.

17. Participar en los cultos públicos y corporativos contrarresta nuestro egocentrismo.

18. Debes tomarte el tiempo para detenerte y dar «gracias» a Dios por ayudarte otra semana.

19. El ausentismo es un pobre testimonio para los incrédulos que ven tu inconsistencia (Jn.13:34-35). También es un pobre testimonio para nuestros hijos, a quienes debemos criar en la instrucción y amonestación del Señor.

20. La fe verdadera y salvadora fomentará el amor por aquello que Cristo ama, la iglesia (Ef. 5:25). Asistir regularmente a los servicios de la iglesia es una forma fundamental de demostrar tu amor por la esposa de Cristo.

21. La práctica de buenos hábitos como la asistencia regular a la iglesia forja el carácter espiritual.

22. El Nuevo Testamento nos enseña a reconocer, compartir todo lo bueno, someternos y honrar a los líderes espirituales que nos enseñan la Palabra. Asistir al culto es una forma de hacerlo. (Recuerda, no sólo somos responsables ante la Palabra de Dios, sino que también somos responsables ante aquellos que Dios usa para enseñarnos su Palabra).

23. Asistir a los cultos públicos y corporativos nos renueva y fortalece para los días venideros (He. 10:24-25).

24. La adoración congregacional ayuda a reforzar la verdad de que la adoración no se trata de recibir de Dios. Fundamentalmente, el culto cristiano consiste en dar a Dios.

25. El culto público y corporativo es el lugar oficialmente designado para llevar a cabo las ordenanzas de la iglesia: el bautismo y la Cena del Señor.

 

Traducido por Nazareth Bello


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Adaptado de On Worship: A Short Guide to Understanding, Participating in, and Leading Corporate Worship por H.B. Charles Jr. (© 2022). Publicado por Moody Publishers. Usado con permiso.

Para más información sobre On Worship, lee la reseña de Matt Merker sobre el libro.