Más temas
Busca sabiduría en la era de los algoritmos
La nuestra es una era de manipulación algorítmica. Los algoritmos de Internet nos dicen mentiras agradables que queremos escuchar porque la gente inteligente quiere lo que tenemos. Quieren nuestro dinero, nuestra atención, nuestro voto. Ya sea por fines de lucro, alabanza o poder, algunas de las mentes más brillantes de la tierra están empeñadas en embelesarnos.
A los algoritmos no les importa la verdad. Están diseñados para captar nuestra atención durante el máximo tiempo para ejercer la máxima influencia sobre nuestras decisiones. Traen a nuestras pantallas los ladrones de atención más confiables: cosas que nos hacen sentir enojados, asustados, excitados o adorados. La manipulación algorítmica nos aísla en los cojines suaves de la afirmación positiva y confirma lo que siempre sospechamos: merecemos algo mejor. Somos más inteligentes que Dios.
La Biblia nos trae de vuelta a la tierra. Mientras que el algoritmo nos hace sentir mejor con sus mentiras, la Palabra de Dios nos dice la verdad y nos pone en el camino hacia una satisfacción genuina y duradera. Enfrentado con la realidad de mi idolatría y pecado ante Dios, la Escritura me recuerda recibir y regocijarme en la buena noticia de que, en Cristo, soy plenamente conocido pero libremente amado, un hijo adoptivo de mi Padre celestial, eternamente justificado, completamente perdonado, para siempre en su familia y, sin embargo, actualmente involucrado en un brutal proceso de santificación que termina en gloria.
Entonces, ¿cómo ordenamos nuestras vidas para la gloria de Dios y el bien de nuestro prójimo en una era de manipulación algorítmica? Aquí hay siete consideraciones.
1. Decídete ser sabio
Mientras predicaba a través del libro de Eclesiastés, ofrecí a nuestra amada iglesia una definición funcional de sabiduría: la sabiduría es el hábil discernimiento y la aplicación de la verdad para la gloria de Dios y el bien de los demás.
No nacemos con discernimiento; esa es una habilidad que debe desarrollarse. Para evitar ser engañados “por la astucia humana, por la astucia en los planes engañosos”, debemos crecer espiritual, emocional e intelectualmente (Ef. 4:14–15). Cuanto más sigamos a Jesús, más sabios seremos.
2. Apela a las Escrituras como el árbitro de la verdad
Los evangélicos confesamos la Sola Scriptura. Solo la Escritura es nuestra autoridad final y estándar de verdad. Pero el analfabetismo bíblico es notoriamente alto entre nosotros, dejándonos mal equipados para los desafíos que enfrentamos en esta “era de la desinformación“.
Cuando comparamos nuestro tiempo semanal de pantalla con nuestro tiempo semanal de las Escrituras, ¿es obvio que creemos solo en la autoridad final de las Escrituras? Como señala Patrick Miller, para muchos miembros de la iglesia hoy en día, “su mentor es un algoritmo“. Somos atacados con mensajes engañosos y halagadores empaquetados en algún tipo de la pregunta “¿Conque Dios dijo …?” (Gen. 3:1). El primer paso para resistir el atractivo de la manipulación algorítmica es saber lo que Dios realmente dijo.
3. Perfecciona tus habilidades para navegar por Internet
“No te dejes engañar” es una orden, no una sugerencia (1 Cor. 6:9; 15:33; Gal. 6:7; Santiago 1:16). No es piadoso ser crédulo, ni noble ser ingenuo. De hecho, ser engañado puede ser un pecado. El creyente tiene el deber de cultivar y calibrar un detector de mentiras interno.
El discipulado efectivo ahora debe incluir un nivel de alfabetización digital, entrenar a los seguidores de Cristo en el pensamiento crítico, la lectura lateral, la triangulación de la verdad, la identificación de falacias lógicas, la verificación de hechos y, en general, evitar la desinformación y la desinformación en línea. En la era de los algoritmos, hacer una búsqueda trivial no debe ser el sustituto de una investigación seria responsable.
Las voces en nuestras plataformas digitales nos convencen de favorecer a los expertos que confirman nuestro sesgo. Pero el sabio sopesará cuidadosamente la evidencia, entendiendo que “justo parece el primero que aboga por su causa,
pero viene su adversario y le rebate” (Prov. 18:17).
4. Agradece a Dios por el Internet
Mi mecánico dijo que podría hacer una cita con tres semanas de anticipación para diagnosticar y reparar mi carro. Hice la cita, me fui a casa, encontré un vídeo de YouTube que me enseñaba cómo arreglarlo, lo arreglé yo mismo y cancelé la cita. ¡Gracias a Dios por Internet!
Como toda tecnología, Internet puede ser un conducto de la gracia de Dios. Es más, probablemente hayas encontrado este artículo en Internet, tal vez mediante un algoritmo. Así que, debido a que Internet da acceso a muchas cosas que son verdaderas, honorables y que exaltan a Cristo, el internet puede ciertamente servir como una herramienta útil para la Gran Comisión.
5. Desafía las teorías de conspiración
Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento comienzan con una teoría conspirativa diseñada para desinformar, dividir y destruir. En Génesis, la serpiente acusa a Dios de conspirar para privar al hombre y a la mujer de su mayor bien (Gen. 3:1). En Mateo, el Sanedrín acusa a los discípulos de conspirar para robar un cadáver e iniciar un movimiento que les favoreciera (Mat. 28:13).
Los escépticos de hoy a menudo adoptan alguna forma de estas teorías de conspiración para negar la resurrección y explicar el ascenso del cristianismo. Cuando los cristianos profesados se hacen ampliamente conocidos por su credulidad, capturados por las teorías conspirativas, alimentamos esas narrativas falsas y dañamos la credibilidad de la iglesia.
6. Ve la política como un campo minado de mentiras agradables
A veces hay que cruzar los campos de minas y a veces hay que evitarlos, la sabiduría sabe la diferencia. Los cristianos deberían ser luz y sal en la plaza pública, pero el compromiso político en la era de la desinformación requiere una vigilancia extraordinaria.
La primera víctima del partidismo político es la verdad. Está en nuestra naturaleza recibir sin críticas pruebas que respalden nuestras posiciones políticas y suprimir las pruebas que las refuten. Con tanto en juego, incluso podemos tener la tentación de creer que un fin justo justifica los medios injustos.
La política partidista puede revelarnos la doble moral de nuestros oponentes y al mismo tiempo puede hacer que disimulemos la nuestra. La manipulación algorítmica alimenta la polarización, amplía la brecha cultural y perturba la paz de la iglesia.
7. Practica la humildad al aplicar la verdad
El mundo no necesita más idiotas que citen la Biblia, piensen críticamente, analicen algoritmos y verifiquen hechos. Incluso si nos volvemos competentes en discernir la verdad, nos equivocamos si no la aplicamos hábilmente a nuestras propias vidas. Jesús dijo a sus discípulos: “Os envío como ovejas en medio de lobos, así que sed sabios como serpientes e inocentes como palomas” (Mat. 10:16). La sabiduría de serpiente menos la inocencia de paloma equivale a ovejas hipócritas.
Las palomas no tienen que ser los pájaros más inteligentes del reino animal. No se les pide que tomen decisiones bajo presión y conclusiones apresuradas. Ellas tienen suficiente conciencia de sí mismas para saber cual batalla pelear y cuándo alejarse de una controversia que no beneficia en nada. Las palomas no sienten la necesidad de ser expertas en todo, corregir el error de todos o ayudar a erradicar nuestra ignorancia generalizada opinando en las redes sociales. Antes de refutar el argumento de alguien, trabajan para entenderlo.
Empoderadas por el Espíritu Santo y practicando “amor, alegría, paz, paciencia, bondad, bondad, fidelidad, gentileza, [y] autocontrol”, las palomas se ganan una reputación de “razonabilidad”, siendo equitativas, imparciales y de mente justa (Gal. 5:22-23; Fil. 4:5). Tal vida contrasta con un mundo lleno de manipulación algorítmico.
Traducido por Alejandro Molero
Publicado originalmente en The Gospel Coalition bajo el titulo “Seek Wisdom in the Age of Algorithms”
Compartir



