Evangelizando a La Iglesia
Al hacer a Jesucristo y al evangelio el centro de nuestras vidas, aseguramos fruto permanente en todas las ramas y expresiones tan variadas de la fe cristiana. Que después de que cualquier persona sea expuesta a nuestras vidas y palabras, una cosa quede marcada en su mente y corazón: Jesucristo y su glorioso evangelio de radiante gracia (1 Cor. 2:1-5). Todo lo demás, incluyéndonos a nosotros, puede ser olvidado.