Clases esenciales: Unidad y Diversidad en la iglesia local

Unidad y Diversidad en la iglesia local – Clase 6: Consejo para los cristianos que forman parte de la mayoría

Por CHBC

Capitol Hill Baptist Church (CHBC) es una iglesia bautista en Washington, D.C., Estados Unidos
Artículo
03.10.2019

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Clase esencial
Unidad y Diversidad en la iglesia local
Clase 6: Consejo para los cristianos que forman parte de la mayoría


Introducción

¡Bienvenido! Durante las últimas dos semanas de esta clase, veremos las cosas a través del lente de la minoría, la semana pasada, y esta semana la mayoría. ¿Cómo podemos amarnos bien viniendo de esos dos trasfondos? Para ambas semanas, el pasaje con el cual trabajaremos se encuentra en Romanos 12: 9-13. Es una joya de sabiduría bíblica de cómo podemos relacionamos entre nosotros como cristianos. Puedes verlo en tu folleto:

«9 El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno. 10 Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros. 11 En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor; 12 gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración; 13 compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad».

Vale la pena memorizarlo. Permíteme seleccionar algunas palabras descriptivas que creo serán útiles para el resto de nuestro tiempo juntos. ¿Cómo debería ser nuestro amor fraternal en la iglesia?

  1. Sin fingimiento. Así es como Pablo apertura estos versículos. No simplemente amamos porque es nuestro deber, apuntamos a algo mayor que eso. El amor debe ser genuino. Debe ser con afecto.
  2. Abnegado. Esa es la palabra que resume la última parte del versículo 10: «en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros». Como conversamos la semana pasada, casi debería ser una competencia ver quién puede atender mejor las necesidades de su hermano o hermana. ¿Y quién gana en esa competencia? ¡Jesús lo hace!
  3. Diligente y no perezoso. Como dice el versículo 11: «11 En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor».
  4. Constante. Vengan tiempos buenos y malos, debemos ser constantes en el amor y constantes en la oración.
  5. Sacrificial. Ves el sacrificio monetario en el versículo 13, junto con otros tipos de sacrificios.

Durante el resto de nuestro tiempo hoy, tomaremos esas palabras: sin fingimiento, abnegado, no perezoso, constante y sacrificial, y las aplicaremos a la mayoría en nuestra iglesia. Luego, haré una mini entrevista con Caleb para que puedas obtener otra perspectiva de cómo pueden aplicarse.

Y como comenzamos la semana pasada, es útil tener en cuenta que algunos de nosotros somos mayoría en algunas categorías, como por ejemplo, yo soy blanco y eso me coloca en una categoría mayoritaria en esta iglesia, y minoritaria en otras. Por ejemplo, si tuviera más de 40 años, lo que, sorprendentemente, me hace viejo en esta iglesia. Pero Isaac también habló acerca del hecho de que formar parte de la mayoría o de la minoría en algunas categorías tendrá un mayor impacto en la forma en que experimentas la vida que en otras. Ser diestro: no tanto; ser la única mujer en tu oficina: bastante significativo.

Así que todos necesitábamos escuchar la enseñanza acerca de la minoría la semana pasada y todos necesitamos escuchar la enseñanza de esta semana para la mayoría. Pero eso no se debe a que todos encajamos perfectamente en ambas categorías. Se debe a que formamos parte de una iglesia, compuesta por una mayoría y una minoría, y nos preocupamos y estamos comprometidos entre nosotros.

Entonces, con todo eso como introducción, pasemos al interior de tu folleto y veamos esas primeras palabras: sin fingimiento.

  1. Un amor sin fingimiento

Para la mayoría, ¿qué implica que el amor sea sin fingimiento? «Aborreced lo malo, seguid lo bueno. 10 Amaos los unos a los otros con amor fraternal».

Hay un dicho que he escuchado antes que vale la pena pensar: «No solo encuentres a alguien que físicamente se vea diferente a ti, pero que culturalmente sea igual a ti». Eso es formalismo, no amistad»[1]. Esa idea de formalismo es buena para ser considerada cuando hablamos de la unidad en medio de la diversidad en la iglesia local. Y es un concepto importante a tener en cuenta como alguien que proviene de la cultura mayoritaria.

Miras al otro lado de la sala principal un domingo por la mañana y ves a mucha gente como tú. Pero has estado en esta clase, así que sabes que simplemente entablar amistades con personas basadas en similitudes no refleja los propósitos del evangelio de Dios para la iglesia local. Pero… si solo te enfocas en esas amistades por eso, puede ser peligroso. Una forma de decir lo que estás haciendo: «Soy un gran cristiano, así que tengo que parecer un gran cristiano, así que tendré un gran red de amistades». Ahora bien, ese no es necesariamente el caso. Podría ser que simplemente estás acercándote en fe y haciendo algo incómodo.

Y ahí es donde la palabra de Pablo es tan útil. Ama sin fingimiento. Eso no es algo que puedas desarrollar, ¿verdad? Al igual que puedes decidir amar a alguien, pero no puedes decidir que te guste. Bueno, Dios nos dice que no solo nos amemos, sino que lo hagamos genuinamente. Que nos agrademos mutuamente. En otras palabras, confía en que Dios dice que necesitas estas amistades. Las necesitas por la manera en que te complementan. Pero también las necesitas por la calidez y gracia que encontrarás allí. Recuerda algo de lo que hablamos anteriormente en la clase: cuando no compartes nada más que Jesús con alguien, es probable que profundices mucho más en tu amistad. Porque todo lo que tienes en común es lo que finalmente importa. Con el tiempo, a medida que confiamos en la Palabra de Dios y construimos amistades con personas que no tienen mucho en común con nosotros, salvo Jesús, y las hacemos amistades reales y genuinas, descubriremos que es tan fácil sentir ese afecto como en cualquier otra amistad. No formalismo, sino afecto.

Preguntas para Caleb:

Creciste en uno de los lugares menos diversos del planeta, al menos en términos de etnia. ¿Ahora has pasado 7 años aquí en D.C.? ¿Qué has aprendido acerca de por qué es importante la diversidad en las amistades? 

  1. Un amor abnegado

En lugar de competir para honrarnos y enfocarnos en nosotros mismos, debemos competir para honrarnos mutuamente. Permíteme dar una aplicación específica de esto a la cultura mayoritaria en una iglesia. Creo que superarse mutuamente para mostrar honor implica hacer un esfuerzo para hacer que la invisibilidad de tu cultura sea un poco más visible para ti. Hablamos un poco sobre esto en la semana #2. La primera vez que alguien te dijo que tenías acento, probablemente te reíste. «No tengo acento. Son las otras personas las que suenan graciosas». ¿Crees que las principales preocupaciones que enfrenta nuestra iglesia son la pureza sexual y el legalismo? Probablemente eres un hombre joven y soltero que piensa que todos los demás en nuestra iglesia tienen las mismas dificultades que tú.

¿Ves en ambos casos la invisibilidad de tus propios supuestos, de tu propia cultura? Es realmente fácil suponer que otras personas ven esto básicamente igual que tú. Y cuando compartes un trasfondo con la mayoría de las personas en una iglesia, esa suposición es mucho más fuerte.

Y aunque esta tendencia es totalmente natural, es realmente peligrosa para nuestra unidad como iglesia. Entonces, en el Día de las Madres, si un pastor anunciara: «Todos vayan a casa hoy y llamen a su madre y agradézcanle por ser tan maravillosa», ¿cómo hará sentir eso a la persona que nunca conoció a su madre? ¿O a la persona que perdió a su madre? ¿O  a quien está alejado de su madre? Por cierto, esa es una de las muchas razones por las que no hacemos gran cosa el Día de la Madre o el Día del Padre en nuestra iglesia. [Es mucho mejor si puedes insertar un ejemplo de tu propia vida de unidad siendo amenazada por la invisibilidad de la cultura mayoritaria. Si no, usa este ejemplo: nuestra denominación ha hecho un gran impulso recientemente por las llamadas iglesias «étnicas». Hasta hace poco, si visitabas su sitio web, verías que cada iglesia tiene una etiqueta de «etnia» al lado. Todas las iglesias, por supuesto, excepto las de mayoría blanca. Se me revuelve el estómago cuando un director denominacional habla apasionadamente sobre la inclusión de «etnias» en nuestras iglesias. Aprecio profundamente su deseo de diversidad impulsada por el evangelio. Pero llamar a otras personas «étnicas» (como si la suya no fuera una etnia) y etiquetarlas como «otras» deseadas es una excelente manera de hacerles sentir que estas iglesias no son para ellos. Exactamente lo contrario de lo que se quiere].

O puede no ser que supones que otras personas comparten tu misma experiencia, pero supones que su experiencia es diferente. Tu estereotipo. «Todos los negros quieren ser llamados afroamericanos». «Todos los asiáticos son trabajadores». Y así sucesivamente.

Entonces, ¿cómo pueden los de la mayoría ayudarse a sí mismos a no hacer estas suposiciones? Déjame darte algunas ideas:

  1. Ten en cuenta el factor de invisibilidad cuando hables. Y especialmente cuando tienes la oportunidad de hablar públicamente, ya sea desde el púlpito o en Facebook. El simple hecho de recordar esta desventaja que todos compartimos puede ser realmente útil.
  2. Haz amistades profundas con personas que sean diferentes a ti. No hay nada como una perspectiva cercana mientras recorres la vida para ayudarte a ver dónde tus suposiciones no son tan universales como pensabas.
  3. Escucha atentamente las aplicaciones de sermones que no se aplican a ti. Por ejemplo, escuchas un sermón y la aplicación trata sobre la soledad. «No me siento solo», piensas. Desconectar. No, necesitas sintonizar y pensar en lo que puedes aprender sobre aquellos que son diferentes. Al igual que cuando escuchas la oración pastoral el domingo por la mañana. Por lo que Mark ora puede darte una pista de las luchas que otros tienen y que quizá no hayas notado.
  4. Ten presente esto cuando ores por el directorio. Piensa en lo que estas personas por las que estás orando podrían estar pensando o enfrentando hoy, dado lo que esté sucediendo. Cuando Mark Dever escribe un sermón, a menudo elige personas aleatorias en el directorio y piensa mucho sobre cómo ellas podrían aplicar un punto del sermón a su propia vida. Eso lo ayuda a escapar de las anteojeras de su propia experiencia. No estamos escribiendo sermones, pero podemos usar ese directorio para hacer lo mismo en nuestras propias conversaciones.
  5.  Usa tu imaginación. Supongo que esto es parecido al punto anterior. Busca en Google el término  «imaginación santificada» y encontrarás toda clase de artículos acerca una idea bastante importante: podemos superarnos mutuamente para mostrar honor al usar nuestra imaginación para considerar cómo es la vida de otros. Para usar una expresión conocida, podemos caminar una milla en sus zapatos. ¿Puedes compartir un ejemplo de cómo usaste tu imaginación para comprender mejor la experiencia de otra persona?
  6.  Haz preguntas. Probablemente no sea normalmente beneficioso decir: «Oye, no entiendo a los negros. ¿Podría entrevistarte para saber cómo es ser negro?». Eso hará que la persona se sienta menos como un amigo y más como una exhibición de museo. Pero creo que es bueno implantar en nuestro ADN el hacer muchas preguntas sobre cómo es la vida de otra persona. ¿Cómo es tu día como madre trabajadora? ¿Como persona de color, cómo te sentiste cuando viste eso en la televisión? ¿Qué sientes hacia la policía? ¿Por qué? ¿Qué tiene de bueno ser viejo? A menudo me sorprende que cuando hablo con alguien de unos 20 años, la mayor parte de mi conversación es sobre ellos. Cuando hablo con alguien de 60 años, la mayor parte de mi conversación es sobre mi familia. Bueno, podemos acelerar ese proceso de maduración. Parte de superarse mutuamente para mostrar honor es hacer un esfuerzo para pasar más tiempo haciendo preguntas acerca de la vida de un amigo que contarle de la tuya.

 

Es muy difícil ver el agua en la que nadas. Pero parte de vivir juntos en una iglesia es hacer un esfuerzo para lograrlo.

Preguntas para Caleb:

¿Qué has aprendido sobre hacer que tu cultura sea menos invisible para ti? ¿Qué ideas te ha dado el matrimonio al respecto’ 

  1. Un amor no perezoso

«En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor». ¿Qué tiene en particular en mente Pablo aquí cuando dice que no debemos ser perezosos, sino fervientes? Amar de la manera que él ha estado describiendo.

Así que tengo la intención de que este tercer punto se superponga a los otros que ya hemos discutido. Nuestro amor debe ser sin fingimiento y abnegado. Y no deberíamos ser perezosos al hacerlo.

Te daré un ejemplo del matrimonio que ya hemos explorado un poco en esta clase. 1 Pedro 3:1-7 es un pasaje sobre la alteridad. Trata de cómo navegar por las diferencias innatas entre maridos y mujeres, razón por la cual es un buen pasaje para que reflexionemos en esta clase. Como recordatorio, la esposa siente la tentación de temer porque escoge someterse a un hombre imperfecto. Se le dice al hombre que viva con ella de una manera comprensiva. Que sea considerado. Que viva la vida y tome decisiones estando consciente de cómo se sentirá su esposa al respecto. Para hacerle ver que él entiende su mundo. Así es como ella se sentirá cuidada.

Ahora bien, los esposos jóvenes pueden leer esto y pensar: «Claro, claro. Eso suena como algo bueno que hacer. Ser considerado con mi esposa. Pero creo que a menudo cae en la categoría de cosas «buenas» en lugar de la categoría de cosas «importantes». En el mismo nivel que «llevarla a cenar regularmente», «comprarle flores», «asegurarme de lavarme las manos», «reciclar». Como algo realmente bueno que hacer, pero no catastrófico si no lo hago.

Pero así no es como Dios lo ve. ¿Alguna vez has notado algo extraño al final de este versículo? «…para que vuestras oraciones no sean estorbadas». Mmm. ¿Qué tiene que ver ser considerado con eso? Bueno, sigue leyendo. Versículo 12: «Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus oraciones; pero el rostro del Señor esta contra los que hacen el mal».

Oh. Entonces, si no soy considerado con mi esposa, Dios no escucha mi oración. ¿Por qué? Porque él está en mi contra. Estoy haciendo el mal. Él odia eso. La dinámica de autoridad en un matrimonio puede ser invisible para el esposo, pero nunca para la esposa. Entonces, cuando un esposo ignora alegre y desinteresadamente esa dinámica, Dios lo llama malo.

Lo mismo sucede con las relaciones que tenemos en la iglesia. Si formas parte de la cultura mayoritaria, es posible que no te interese la dinámica entre mayoría y minoría. «Oh, me siento incómodo pisando esas aguas». «Oh, esos problemas realmente no me molestan». Eso es ser perezoso. Eso no es honrar a los demás. Eso no es ser ferviente en el amor. Estos no son los creyentes hebreos en Hechos 6 escogiendo hombres con todos los nombres griegos para el primer comité diaconal. El principio que vemos en el matrimonio es enormemente beneficioso para nosotros aquí. Deslumbra el desinterés cuando eres la parte privilegiada, o la parte cuya autoridad no es neutral. Los que formamos parte de la mayoría, no debemos ser perezosos en nuestro amor.

Pregunta para Caleb:

¿Cuál es un ejemplo en nuestra iglesia de alguien diligente en mostrar honra hacia aquellos en la cultura minoritaria? (Idealmente, una forma en que has hecho esto).

  1. Un amor constante

Deberíamos ser constantes en la oración sobre estas cosas. Si perteneces a la cultura mayoritaria, en lugar de ignorar estos problemas, debes ser constante al orar por ellos. Hacemos eso juntos los domingos por la noche mientras hacemos de esto un elemento de oración regular. Pero también deberíamos hacerlo individualmente.

La necesidad de ser constantes debería recordarnos que estas cosas no cambian de la noche a la mañana. Muchos de nosotros crecimos aquí en D. C., y planeamos pasar toda nuestra vida aquí. Pero muchos de nosotros llegamos con un: «Estaré aquí por un año o dos, veré qué puedo sacar de eso y luego seguiré adelante». Bueno, no hay nada inmoral en invertir en esta ciudad o en esta iglesia por solo un año o dos. Pero debemos tomar en serio el llamado de Pablo a la constancia. Ya sea en esta iglesia u otra en el futuro cercano, haz que tu deseo sea invertir en alguien por años. Por décadas. Te sorprenderá la belleza de lo que puede surgir simplemente por ese tipo de constancia y compromiso.

Caleb: Cuéntanos sobre cómo esta iglesia se siente diferente para ti ahora de lo que se sentía hace dos años. 

  1. Un amor sacrificial

El final de nuestro pasaje habla acerca del sacrificio. «…compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad». Abre tu billetera, tu hogar, tu vida a otros en su iglesia. No podemos amar de la forma en que Pablo nos llama a hacerlo sin sacrificarnos.

Ahora bien, los sacrificios que hacen los que pertenecen a la minoría son algo implícitos y automáticos. Por ejemplo, en los últimos años, Sarah Gebremicael ha hablado en esta clase de cómo se unió a esta iglesia sabiendo que tendría que renunciar a algo que podría hacerla sentir cómoda en la iglesia para ser parte de nuestra congregación. El sacrificio estaba implícito en su decisión de venir aquí. Pero para la mayoría, muchos de esos sacrificios deben buscarse y aceptarse. No estamos obligados a entrar en ellos.

Ahí es donde la idea de no ser diligente y proactivo conduce a un sacrificio diligente y proactivo. Piensa en los ejemplos que Pablo tiene en mente aquí. Ninguna circunstancia te obliga a sacrificar tu dinero o a ser hospitalario. Debes tomar la decisión deliberada de dar esas cosas. Eso es bastante paralelo a estar en la cultura mayoritaria de una iglesia. Debes tomar la decisión deliberada de sacrificarte.

Así que aquí tienes algunas preguntas para reflexionar al respecto:

  1. ¿Conoces a personas en nuestra iglesia lo suficientemente bien como para estar al tanto de las necesidades físicas que podrías satisfacer? ¿Busca oportunidades para dar tu dinero para ayudar a otros necesitados en nuestra iglesia?
  2. ¿De qué cosas les gusta hablar a otros que consideras que no son tan interesantes? ¿Puedes sacrificar tus intereses por incluir a otros en tus amistades? Lo mismo para cómo pasas tu tiempo libre.
  3. ¿Estás dispuesto a hacer sacrificios que no sean reconocidos? Por ejemplo, tienes niños pequeños y cuidas a los niños el sábado para que tu esposo pueda reunirse con un chico soltero que enfrenta problemas. Aunque has estado con esos niños toda la semana, es probable que ese hombre soltero no aprecie lo que está pasando para que él tenga esa conversación con tu esposo. Mientras que si no se tratara de un hombre soltero, sino de un hombre casado con hijos, es probable que recibas una atenta nota de agradecimiento de parte de su esposa, quien entiende totalmente a lo que renunciaste para que eso ocurra. A menudo, el sacrificio en una iglesia diversa necesariamente implicará sacrificios que otros no notan ni entienden.
  4. ¿Cuál es el equilibrio de tiempo con el que te sientes cómodo entre pasar el rato con personas que son similares a ti y con personas con las que no compartes mucho en común? ¿Necesitas cambiar ese equilibrio? Ten en cuenta que esto es lo que experimentan tus hermanos y hermanas de la cultura minoritaria todos los domingos.
  1. Conclusión: Cerremos en oración.

 

 

[1]Fuente desconocida.