Clases esenciales: Paternidad

Paternidad – Clase 8: Los chicos y la paternidad

Por CHBC

Capitol Hill Baptist Church (CHBC) es una iglesia bautista en Washington, D.C., Estados Unidos
Artículo
23.11.2018

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Clase esencial
Paternidad
Clase 8: Los chicos y la paternidad


Introducción

¿Cuál crees que es la pregunta más común que surge entre los futuros padres?     Mi conjetura es: «¿Saben que van a tener?». Y la respuesta esperada, por supuesto, no es: «un bebé», sino: «tendremos un niño» o «tendremos una niña». E incluso aquellos que no descubren el sexo del bebé con tiempo todavía reciben globos anunciando: «¡Es una niña!» o «¡Es un niño!» Y el globo para la niña será rosa, y para el niño será azul. Una pregunta que queremos hacer en las próximas dos semanas es: ¿El hecho de que tengamos un hijo o una hija hace alguna diferencia más allá del color de los globos, la habitación o la ropa? Más específicamente, ¿el sexo de nuestros hijos hace alguna diferencia en la esencia de nuestra paternidad? Y luego, regresando a los padres, queremos preguntar: ¿el sexo de los padres hace alguna diferencia en la esencia de nuestra paternidad? La respuesta de acuerdo a la Biblia, en ambos puntos, es enfáticamente: sí.

No sé si lo has notado, pero la gran mayoría de nuestro seminario ha sido aplicable tanto para hijos e hijas, y padres y madres. Y hay mucho acerca de los hijos y las hijas, y de ser padres y madres, que es intercambiable. Hay muchas cosas que son propias de la naturaleza humana (no solo de los chicos o las chicas…). Pero hay mucho que no lo es. Leí acerca de una niña cuya madre le dio un tren para socializarla de manera neutral, y la niña tomó el tren, lo envolvió cuidadosamente en una manta, y lo puso en su carrito para ir a dormir. Por muy interesante que esto sea, nuestro enfoque esta mañana no estará en describir las diferencias de género observables entre hijos y e hijas, o entre padres y madres.

En cambio, hablaremos de las diferencias en el propósito de Dios de crear hijos e hijas, quienes por supuesto se convierten en padres y madres. En una serie que hizo Mark hace algunos años sobre el género (para aquellos que quizá lo recuerden), él se refirió a las diferencias de género como un «retrato» del evangelio «implantado» en la creación: que nos enseña acerca de la Trinidad, en la cual los diferentes roles no significan falta de igualdad entre las personas, sino que éstas se complementan entre sí. En la mañana de hoy, comenzaremos repasando brevemente el gran panorama de Dios respecto al género, y luego dedicaremos el resto de nuestro tiempo para hablar de los roles y las responsabilidades que Dios le ha dado al hombre y, al mismo tiempo, cómo podemos enseñarle a nuestros chicos a vivirlos (como diría una de las madres de CHBC: «No estamos criando niños; estamos criando hombres»…). La próxima semana, hablaremos acerca de las madres y las chicas, y luego dentro de algunas semanas tendremos un panel de madres y padres que te darán la oportunidad de explorar éste y otros temas un poco más.

  1. ¿Cuál es el gran panorama de Dios respecto al género?

Deberíamos empezar rápidamente recordando el gran panorama de Dios respecto al género: Dios quiere reflejar su imagen de manera diferente a través de los hombres y las mujeres, quienes son creados igualmente a esa imagen.

Este aspecto acerca de la igualdad es fundamental. En el primer capítulo de Génesis leemos: «Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó» (Gn. 1:27). Meditando sobre este versículo, Wayne Gruden (quien cofundó el Consejo sobre Masculinidad y Femineidad Bíblicas) escribe: «Cada vez que… nos comunicamos como hombres y mujeres, deberíamos recordar que la persona con la cual estamos hablando es más como Dios que cualquier otra cosa en el universo, y que los hombres y las mujeres comparten esa posición por igual. Por tanto, deberíamos tratar a los hombres y a las mujeres con igual dignidad, sabiendo que los hombres y las mujeres tienen igual valor ante Dios» Building Strong Families [Edificando familias fuertes], p. 29. 

Al mismo tiempo, los hombres y las mujeres no son intercambiables. Más bien, la idea bíblica es que se complementan mutuamente. Nos completamos entre sí, o servimos como la contraparte del otro. En el diseño de Dios, «la debilidad del hombre no es debilidad y la debilidad de la mujer no es debilidad. Son los complementos que promueven diferentes fortalezas entre sí». John Piper, BMW, p. xx.

A menudo este diseño complementario es debatido en términos de liderazgo y sumisión. Vemos esto en el matrimonio, donde el esposo se describe como cabeza de la esposa (Ef. 5:23), y en la iglesia, donde solo los hombres están autorizados para enseñar (1 Ti. 1:12). Por supuesto, estas posiciones no se extienden de igual manera a cada área de la vida, piensa, por ejemplo, en la mujer soltera en los equipos de trabajo. Pero la Biblia es clara en que, en ciertas esferas, ciertos hombres están llamados a liderar (autoridad) y las mujeres están llamadas someterse.

Pero esta no es toda la historia. La autoridad y la sumisión solo llegan hasta allí, no te dicen qué deben hacer los hombres y las mujeres cuando el hombre ocupa una posición de autoridad y la mujer se somete. En la Biblia, el diseño complementario de los hombres y las mujeres también se materializa en sus actividades o roles. John Piper escribe: «Los diferentes roles entre los hombres y las mujeres nunca se remontan a la caída del hombre y de la mujer en el pecado. En cambio, la base de estas diferencias se remonta a la manera en que estaban las cosas en Edén antes de que el pecado distorsionara nuestras relaciones. Los diferentes roles se corrompieron, no se crearon con la Caída». BMW, p. 35.  Veamos estos roles antes de la Caída.

  1. ¿Qué rol quiere Dios que los hombres desempeñen, y cómo cultivamos este rol en los hijos y lo vivimos como padres? 

¿Para qué fueron creados los hombres como hombres? Aunque cualquier lista inevitablemente estará incompleta,  John Piper lo dice de esta manera: «En el corazón de una masculinidad madura hay un sentido de responsabilidad benevolente para liderar, proveer y proteger a las mujeres de formas que sean apropiadas en las diferentes relaciones del hombre». BMW, p. 35. Estudiemos esta oración.

A. Observa que él comienza mencionando una masculinidad madura.

No queremos cualquier masculinidad para nuestros chicos. Hay mucha masculinidad inmadura en este mundo. Como lo expresa Oven Strachan (antiguo pasante) en un artículo, nuestra cultura favorece tres tipos de hombres: los débiles, los torpes y los matones. No estamos promoviendo hombres débiles o torpes estancados en la adolescencia prolongada. Tampoco promovemos matones, hombres dominantes, insensibles, autoritarios y condescendientes. Esa clase de «hombre» es parcialmente responsable de fomentar el feminismo radical.

  • Hijos

Padres (y madres), ofrezcan una visión bíblica de la masculinidad madura a sus hijos. Cuando veas a en la cultura a un adolescente presentado como hombre, ya sea en una comedia o en el anuncio de una película, pregúntale a tu hijo si se parece a la imagen bíblica de un hombre. Pregúntale cómo eso se compara con lo que ve en su padre (o, si el padre no está presente, en un hombre piadoso en su vida). Fomenta una visión de masculinidad madura en tus oraciones por los chicos de todas las edades. [Un estribillo constante en las oraciones del padre de un anciano de CHBC por él fue: «Haz de Andy un gran hombre de Dios». Sin importar el resultado, eso tendría un impacto…].

  • Padres

Como lo expresó un líder: «La mejor forma de criar hijos masculinos… es que los padres personifiquen la masculinidad… Lo que practicamos intencionalmente a diario eventualmente quedará plasmado en nuestros hijos…». ¿Le estás dando a tu hijo una caricatura de la masculinidad? Considera tu matrimonio. C.J. Mahaney ha escrito, con gran convicción: «Los padres más efectivos son los esposos que hacen de su objetivo amar a sus esposas bíblicamente». Sex, Romance & the Glory of God [El sexo, el romance y la gloria de Dios], 30. En otras palabras, no solo los hijos serán bendecidos por una buena paternidad, también las hijas. Ahora, ¿por qué sería eso? Permíteme ofrecer una posibilidad: ¿Podría ser debido a que la relación entre esposos y esposas es un retrato de la continua relación de amor entre Cristo y la iglesia? Un padre que ama bíblicamente a su esposa, que se entrega por ella, que la cuida y valora como lo hace con su propio cuerpo, está reflejando a sus hijos las Buenas Nuevas.

Padre, ¿estás personificando esta clase de masculinidad madura abnegada? ¿Te sacrificas por tu esposa? ¿Por tus hijos? ¿Dejas a un lado tus pasatiempos, trabajo y ambiciones para crecer en sacrificio? Eso es la masculinidad madura.

B. Esto nos conduce a la siguiente parte de nuestra definición: Queremos criar a nuestros hijos para que tengan un sentido de responsabilidad benevolente. Nota la palabra «sentido».

  • Hijos

Incluso si nuestros chicos no pueden vivir completamente su responsabilidad benevolente hacia las mujeres (digamos que están en un colegio solo para varones, están solteros, o están lesionados), todavía queremos que sientan, a un nivel profundo, su responsabilidad y busquen maneras de expresarla hacia las mujeres. Por ejemplo,  John Piper escribe: «el sentido de responsabilidad [de tal hombre] afectará la manera en que habla acerca de las mujeres, la manera en que se relaciona con la pornografía y la clase de preocupación que demuestra por los matrimonios de los hombres que lo rodean».

  • Padres

Padre, ¿diría tu esposa que estás haciendo un buen trabajo, preocupándote por el bienestar de tu familia, incluso cuando el tiempo está en tu contra, cuando estás ocupado o viajando? Para algunos de nosotros hay demandas extremas, como las de los militares que están desplegados. Un padre de la CHBC, que estaba en el ejército, dio un buen ejemplo al llamar y enviar correos electrónicos, para controlar a sus hijos, hablar con ellos acerca de cosas espirituales y hacerles saber que está al pendiente. Otro padre que viajaba a menudo pedía flores por adelantado. Da un vistazo a tu agenda, ve cuándo es probable que se presenten tiempos difíciles y planifica mostrar tu sentido de responsabilidad benevolente hacia tu esposa e hijos. Esto es algo masculino que debe hacerse.

C. Así que los hombres deben tener este «sentido», ¿de qué se trata? Se trata de un sentido de responsabilidad benevolente.

Ya hemos hablado efectivamente acerca de la benevolencia: usar nuestras fortalezas para hacer bien a otros. Como dice John MacArthur, muchos hombres saben que la Biblia les dice que lideren; pero en realidad, al menos en Efesios, se usa una palabra diferente: «amen». La palabra «responsabilidad», John Piper escribe, demuestra que la masculinidad es una «encomienda dada por Dios… no un derecho». BMW, p. 37. «Es menos una prerrogativa que un llamado. Es un deber, una obligación y un encargo». Ibid. El hombre «será llamado únicamente a rendir cuentas de su liderazgo, provisión y protección en relación a las mujeres». Ibid. Vemos esto ilustrado en Génesis 3:9, cuando Dios le dice a Adán: «¿Dónde estás?». Eva pecó primero, pero «Adán debe rendir cuentas a Dios primero por la vida moral de la familia». Ibid. Así también  nosotros debemos hacerlo en nuestras familias.

  • Hijos

Padres, enseñen a sus chicos a asumir responsabilidades, no solo     por ellos mismos, sino por otros. Capacítenlos para pensar acerca de su responsabilidad para con sus hermanos y amigos.             Cuando recibimos a personas en nuestro hogar que tienen hijos pequeños, nuestro hijo ha demostrado ser un gran éxito con la audiencia más pequeña, juega con ellos, los entretiene y cuida, haciendo cosas que probablemente no son lo más divertido para un chico de 14 años de edad, pero que son de gran ayuda para los adultos. Ese es un ejemplo de actuar como un hombre. Esto es exactamente para lo que queremos que crezca. Esto es lo que hacen los padres.

  • Padres

Padres, ¿sentimos nuestra responsabilidad? ¿Consideras que tienes una «encomienda dada por Dios»? Comparte esto con tus hijos (e hijas). Habla acerca del llamado que has recibido. Habla acerca de lo incapaz que eres para manejarlo, pero de lo capaz que es Cristo. Pídeles que oren por ti. Pídele a Dios delante de ellos que te ayude a ser un mejor esposo y padre. ¡Qué momento tan instructivo, esclarecedor y precioso! Cuando te escuchan reconocer delante de Dios tus debilidades y pedirle ayuda.

Y seamos prácticos: ¿Eres una fuente constante de bien en tu hogar? ¿Estás ausente? ¿Estás demasiado ocupado? ¿Estás más interesado en tu teléfono, en tu pantalla plana de 50 pulgadas, en tus videojuegos, o en tu esposa e hijos? ¿Diría tu esposa que eres una fuente de bien en tu matrimonio? ¿Diría que eres una fuente de bien en tu hogar? (Pregúntale). ¿Buscas maneras de beneficiar a tu familia o las evitas? ¿Ves los tiempos de disciplina como molestos o como oportunidades? Un hombre que asume una responsabilidad benevolente abordará el pecado, no con ira, sino para demostrarle al hijo su urgente necesidad de un Salvador. ¿Disciplinas por amor a tu paz y tranquilidad, o por amor a sus almas?

D. Un sentido, un sentido de responsabilidad benevolente, ¿una responsabilidad para hacer qué? Para liderar.

Esa palabra puede significar muchas cosas para muchas personas distintas (Por ejemplo: ¿Debo presionar el botón del ascensor?), así que aclarémosla con algunas declaraciones:

El liderazgo implica servicio y sacrificio. Como escribe John Piper: «No es una conducta exigente. Es hacer avanzar las cosas hacia un objetivo», específicamente, «la santidad y el cielo». BMW, p. 38. «Jesús condujo a su novia a la santidad y al cielo en el camino del Calvario». Parecía débil, pero era  infinitamente fuerte al decir NO a los designios del mundo. Así será una y otra vez para los hombres maduros…». BMW, p. 38. Queremos capacitar a nuestros hijos, ya sea activamente con sus hermanas ahora, o al observarnos con nuestras esposas, para que otros avancen, con sacrificio, hacia el objetivo de la santidad y el cielo.

El liderazgo no presume superioridad, en cambio, cultiva y moviliza las fortalezas de los demás. Queremos capacitar a nuestros hijos para que no denigren o ignoren a las chicas (en última instancia, a las mujeres), sino para que las cuiden en el servicio a Cristo. Como lo expresa un antiguo pastor, queremos enseñar a nuestros hijos a liderar a través del cuidado. Por lo general, esto no se da naturalmente en los chicos, que están interesados en servirse a sí mismos. Tienen que ser entrenados para ser atentos con otras personas, especialmente con aquellas que son más débiles, y para fomentar su crecimiento.

El liderazgo no tiene que iniciar cada acción, pero siente la responsabilidad de proveer un patrón de iniciativa general. Esto suena muy bien, y bastante teórico. Así que John Piper explica este punto de manera muy práctica:

«El patrón de liderazgo sería menos que bíblico si la esposa en general tuviese que tomar la iniciativa para orar a la hora de comer, levantar a la familia un domingo por la mañana, reunir a la familia para los devocionales, discutir qué normas morales se exigirán a los hijos y consultar las prioridades financieras… Una esposa puede iniciar la discusión y planeamiento de cualquiera de estas actividades, pero si se convierte en la que percibe la responsabilidad general de este patrón de iniciativa mientras su esposo es pasivo, estamos a la vista de algo contrario a la masculinidad y feminidad bíblicas». BMW, p. 39.

  • Hijos

Da a tus hijos oportunidades para liderar. ¡Comienza con cosas pequeñas! Mi esposa me recordó que, un año, hice que nuestro hijo mayor e hija me ayudaran con el patio de la casa. Tenía un trabajo que quería terminar, que pensé que ellos podían hacer, y puse a mi hijo a cargo. Quería saber si él se aprovecharía de la situación y le asignaría todo el trabajo a nuestra hija, o si ejercitaría su responsabilidad benevolente. Le permito que nos guíe en nuestra caminata familiar. Ahora él tiene 14 años de edad, y ocasionalmente hago que dirija nuestros devocionales familiares.

Por cierto, si tu hijo sigue a la multitud, tendrá problemas para liderar a su familia. Así que permíteme preguntarte: ¿Temes  lo que la gente piense? Si es así, transmitirás eso a tus hijos. Lee «Cuando la gente es grande y Dios es pequeño».

Esto no tiene que ver con la personalidad. No todos los chicos tienen una personalidad de líder. Sin embargo, esto no debe ser una excusa. Al Mohler tiene palabras muy útiles acera de este punto. Él dice que, para ser un hombre, todo chico debería tener una serie de cualidades, incluyendo la «madurez verbal» suficiente para comunicarse como un hombre.

«Un hombre debe ser capaz de hablar, darse a entender y comunicarse de una manera que honre a Dios y transmita la verdad de Dios a otros. Más allá del contexto de la conversación, un chico debe aprender a hablar ante grupos más grandes, a superar la intimidación natural y el miedo que viene de mirar a una audiencia, abrir la boca y proyectar palabras. Aunque no todos los hombres serán oradores públicos, todo hombre debería tener la capacidad de mantenerse firme, enmarcar sus palabras y defender su posición cuando la verdad se vea amenazada y cuando la fe y la convicción deban traducirse en argumentos».

Mohler dice además que los chicos deben tener la «madurez de carácter suficiente para demostrar valentía bajo presión», y la «madurez bíblica suficiente para liderar en algún nivel en la iglesia». No tenemos tiempo para abordar todas las características en la mañana de hoy, pero puedes encontrar el link del artículo en tu folleto. Él presenta 13 marcas de la masculinidad, y ninguna depende de la personalidad.

  • Padres 

Padres, ¿cómo está su liderazgo? Como observamos en las clases sobre el matrimonio, pueden liderar bien o liderar mal; pero liderarán. Permítanme sugerirles una evaluación de liderazgo. Haz las siguientes preguntas:

  • ¿Cómo estás liderando a tu esposa? ¿Estás cuidándola y valorándola, como se te ordena en Efesios? Rodéala de atención, afecto y dirección para prepararla para hacer el trabajo que Dios le ha dado.
  • ¿Cómo estás liderando a tus hijos? ¿Los estás guiando tiernamente, compartiendo con ellos, como el Padre lo hace con nosotros? ¿Los estás disfrutando o solo los instruyes?
  • ¿Estás tomando tiempo para establecer prioridades e instruir a tu familia?
    • He encontrado que una lista de oración por mis hijos es extremadamente útil para aclarar problemas que les preocupan, organizando mi agenda con ellos.
    • Siéntate con tu esposa y examina el desarrollo de tu hijo ese año, y las metas para el próximo año. Intenta eliminar la idolatría de la ganancia material y los logros académicos, y enfócate en las recompensas eternas.
    • Planea tus eventos anuales, incluyendo las tradiciones que vas a desarrollar.

Los niños aman las sorpresas, pero éstas prosperan con las rutinas. En muchos sentidos, liderar es planear y planear es programar. [En nuestro hogar tenemos (o nos esforzamos por tener) vacaciones anuales, citas mensuales padre e hijo y padre e hija, sábados de panqueques y devocionales nocturnos]. ¿Planea tu esposa estas cosas? ¿Planea ella las tradiciones?

  • ¿En qué los lideras?
    • Adoración familiar
    • Oración
    • Memorización de la Escrituras

Padres, no seamos pasivos. Padres pasivos crían hijos pasivos. Si no sabes si eres demasiado pasivo, pregúntale a tus hijos: «¿Quién parece liderar nuestro hogar, mamá o papá?». Un padre verdaderamente masculino lidera activa, deliberada e intencionalmente a su familia en los caminos de Dios.

Un hombre maduro también posee un sentido de responsabilidad benevolente para proveer. ¿A qué nos referimos con esto? Ciertamente esto no quiere decir que una mujer no puede ayudar para apoyar a la familia financieramente, pero hablaremos más acerca del rol complementario de la mujer la próxima semana. A lo que nos referimos es que, como señala John Piper: «Cuando no hay pan en la mesa es el hombre quien debería sentir la mayor presión por hacer algo para conseguirlo» BMW, 42.

Esto está implícito en Génesis 3 donde la maldición toca al hombre y a la mujer en sus lugares naturales de la vida. No es una maldición que el hombre deba trabajar en el campo para conseguir el sustento del hogar o que la mujer dé a luz a hijos. La maldición es que estas esferas de la vida se hacen difíciles y frustrantes. Al designar la maldición para sus criaturas rebeldes, Dios apunta a la esfera natural de la vida distintiva de cada uno. Evidentemente, Dios tenía en mente desde el principio que el hombre asumiría la responsabilidad especial de mantener a la familia a través del trabajo para ganarse el sustento, mientras que la esposa asumiría la responsabilidad especial de sostener a la familia a través del parto y la crianza de los hijos. Ambos son vitales y esenciales.

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De nuevo, enfatizo que el punto aquí no es dictar los detalles de ningún patrón de trabajo particular en el hogar. [Por ejemplo: ¿quién lava la ropa? En nuestra casa, ambos lavamos los platos; ambos pasamos la aspiradora…] No estamos apoyando los trabajos tradicionales por su propio bien. El punto es que la masculinidad madura siente una responsabilidad benevolente ante Dios de ser el principal proveedor para su familia. Y lo mismo es cierto para un grupo social de hombres y mujeres que no están casados. Los hombres maduros sienten que es principalmente (no solamente) su responsabilidad velar porque haya provisión y protección. BMW, 43 & n.15 (Dt. 10:18; Jer. 31:32; Ef. 5:23; Col. 2:19).

  • Hijos

Hay muchas cosas que podemos hacer para alentar a nuestros hijos a ser proveedores. Permíteme sugerir, por ejemplo, que las tareas son especialmente importantes para los chicos. Ted Tripp y sus hijos vivieron en el campo, y él encargaba a uno de sus hijos el cuidado de sus cerdos. Un vecino criticó a Tedd por hacer que su hijo saliera al granero temprano en las heladas mañanas invernales para cuidar de los cerdos. Pero Tedd explicó que el trabajo difícil era bueno para su hijo, para que éste aprendiera a ser responsable.

También queremos dar una instrucción explicita: Es la responsabilidad de un hombre proveer para su familia. Enséñale acerca del perezoso. No lo sobre-espiritualices. Cuántos hombres en sus veintitantos todavía siguen pensando acerca de la clase de profesión que podrían querer. Como lo ha dicho Mark: «los jóvenes adoran en el altar de las opciones». No aceptes el modelo que apoya la cultura de una adolescencia prolongada. Enséñales a tus hijos acerca de la masculinidad, especialmente acerca del trabajo. Los libros recomendados en tu folleto de Bob Schulz son excelentes para esto, no excelentes para hablar del evangelio, pero son extremadamente prácticos acerca del trabajo.

Madres, alaben el trabajo de sus esposos frente a sus hijos, y aprovechen la oportunidad cuando gasten dinero para reconocer el arduo trabajo de sus esposos.

  • Padres

Padres, algunos de nosotros necesitamos ser animados a no trabajar demasiado. ¿Tu trabajo sirve a tu familia o tu familia siempre sirve a tu trabajo? También me digo esto: Ten cuidado de no poner más peso en tu trabajo (o en tu familia) del que está destinado a soportar.

Otros necesitamos ser animados a trabajar más duro. ¿Tus roles de trabajo con tu cónyuge sugieren una «relación del mismo sexo»? Génesis 2 muestra que al hombre se le ha asignado trabajar la tierra; el rol de su esposa, corroborado en Tito 2, es la crianza de los hijos y el cuidado del hogar. Hermanos, la carga de la provisión descansa sobre ustedes. ¿Quieres ir a la escuela de posgrado? Históricamente, un hombre no podría casarse hasta que pudiera proveer un hogar para su esposa. «Un verdadero hombre», escribe Al Mohler: «sabe cómo mantener un trabajo, manejar el dinero con responsabilidad y cuidar de las necesidades de su esposa y familia».

E. Y un hombre maduro tiene un sentido de responsabilidad benevolente para proteger. Vemos esto en Génesis, cuando el hombre es puesto en el huerto para labrarlo y mantenerlo, protegerlo. Y Efesios 5:25 instruye a los esposos: «Maridos, amad a vuestras mujeres así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella». Como dice John Piper: «Cristo está aquí sacrificándose para proteger a su esposa, la iglesia, de los estragos del pecado y el infierno. Esta no es una asignación arbitraria. Es apropiada porque los hombres fueron creados para esto… El sentido de responsabilidad de proteger está en el hombre en virtud de este diseño en la creación, no en virtud del pacto matrimonial» BMW, 44 n.16.  También vemos esto en el Antiguo Testamento, ya que los hombres, no las mujeres, tenían el deber de ir a la guerra.

  • Hijos 

En mi matrimonio, una de las principales maneras en que mi esposa quiere que cuide de ella es brindándole mi protección, cuidándola. Deja que tus hijos vean esto. Conversa con ellos al respecto. Animales a hacer lo mismo. Cuando hay una escalera oscura en la casa, y ninguno de los niños quiere subir de primero, hago que mi hijo encabece la fila. Cuando el balón cae en arbusto espinoso, él NO hará que su hermanita lo recoja…

[Los chicos de CHBC son muy buenos en esta clase de protección. Piensa en los hombres solteros que cuidan de sus hermanas acompañándolas a casa por la noche. Y aún más, piensa en todos los solteros que han adoptado el modelo de cortejo de prepararse para el matrimonio, para proteger a sus hermanas. ¡Piensa en los hombres que han confrontado a otros hermanos que no estaban siendo cuidadosos al respecto!].

Padres y  madres, enseñen esto a sus hijos. Enséñenles a ser sensibles con sus padres y hermanas, a cuidarlas, protegerlas y a hablarles cortésmente. Entrénenlos para ser protectores espirituales.

  • Padres

Padres, modelen esta clase de cuidado sensible y protector a sus hijos. Tarea: Pregúntale a tu hijo: «¿Crees que soy duro con tu mamá?».

Como dice CJ Mahaney: «Daré mi vida para evitar que peques». ¿Alguna vez has pensado en cómo tu esposa o hijas pueden sentirse vulnerables a la tentación? ¿Has considerado que presionarla para que trabaje puede empujarla a que trabaje bajo la autoridad de otro hombre, donde estará fuera de tu protección? Recuerda el silencio de Adán en el huerto. Él no protegió a su esposa. ¿Qué voces claman por la atención de tu esposa?

¿Estás consciente de las atracciones culturales de tus hijas? Lee Orgullo y Prejuicio. Entiende la mentalidad: querer ser atractiva, querer ser deseable, querer tener poder sobre hombres deseables. Si no lo entiendes, o conoces al respecto, no podrás proteger muy bien a tu esposa e hijas de ello.

Padres, establezcan un ejemplo para sus hijos. ¿Qué ves? ¿Dónde pones tus ojos? ¿En la compra de comestibles, en lo que ves en televisión? Protégete y protege a tu familia. No des por sentado la televisión, el cable, el internet sin pensar en su impacto. ¿Estás dejando que Satanás entre en tu hogar a través de las redes sociales? Siente tu responsabilidad de proteger.

  1. Resumen de métodos: La práctica

Al retroceder en esta lista, vemos algunos temas de aplicación. Quiero resaltarlos.

  • Representación (o, ejemplo). Al Mohler escribe: «La mejor forma de criar hijos masculinos… es que los padres personifiquen la masculinidad… Lo que practicamos intencionalmente a diario eventualmente quedará plasmado en nuestros hijos…». Por esta razón, continúa, citando al Decano del Seminario Teológico Bautista del Sur, para decir que muchos cristianos evangélicos están en «matrimonios del mismo sexo». Esto no significa que estén en matrimonios homosexuales, sino que no hay distinción de roles entre padres y madres. En este seminario hemos hablado mucho acerca de la crianza de los hijos de forma genérica, pero seamos claros: bíblicamente, los padres no son intercambiables. Los padres no son lo mismo que las madres. Queremos modelar la masculinidad para nuestros hijos. Deja que tus hijos (¡y tus hijas!) observen la masculinidad bíblica.
  • Instrucción. «Enseñamos con instrucción explicita cómo es un hombre piadoso. Para los chicos, usamos el lenguaje bíblico de líder, proveedor, y protector semanal, sino diariamente. Cuando llegamos a un lugar en nuestra lectura familiar de las Escrituras que ejemplifica la masculinidad, le damos mucha importancia. Intentamos explicar lo que significa el pasaje y enaltecer la belleza del buen diseño de Dios para los chicos».
  • Ensayo. «Ensayamos escenarios, a menudo como resultado de una ocasión donde nuestra visión ha sido minada. Por ejemplo, cuando uno de mis hijos deshonra a su hermana al golpearla, respondo con un regaño verbal y una corrección física, y luego exijo una repetición de toda la escena como debería haber pasado… He encontrado que los ensayos más productivos, sin embargo, son planeados intencionalmente como parte de la capacitación regular en el hogar, no como reacción de un brote reciente». Como lo expresa otro líder: «Si los padres quieren que sus hijos dominen el piano, entonces proveerán las lecciones. Si quieren que sus hijos sean resistentes y dispuestos a liderar, entonces ayudarán a crear momentos de capacitación».

Conclusión

Quizá recuerdes que comenzamos este seminario hablando acerca de cómo el hogar está lleno de retratos personificados de relaciones redimidas. Las relaciones entre padres e hijos modelan algo de la relación entre el Padre y el Hijo, y nuestra relación con Dios como Padre. Las relaciones entre hermanos y hermanas modelan nuestra relación con los demás. Por tanto, vimos que los hijos no son una idea de último momento en el plan de Dios, sino uno de sus medios claves para prepararnos para comprender las verdades básicas del evangelio.

Así que hoy, comenzamos el capítulo final del seminario con otro retrato personificado. Vemos que el género no es una idea de último minuto en el plan de Dios, sino, como se expresa especialmente en las familias, que es otro de sus medios claves para prepararnos para comprender las verdades básicas de su naturaleza y el evangelio. Pídele fervientemente a Dios que, como padres y como iglesia, nos dé sabiduría y, en esta cultura, la determinación de criar hijos masculinos (y como discutimos la próxima semana, hijas femeninas), que TODA su imagen pueda ser clara y bellamente mostrada al mundo.