Evangelio

La prioridad de la paciencia, la oración y la predicación en la plantación de iglesias

Por Josh Manley

Josh Manley es pastor de la Iglesia Evangélica RAK en los Emiratos Árabes Unidos. Puede encontrarlo en Twitter en @JoshPManley.
Artículo
04.08.2019

Pastoreo una iglesia ordinaria en una parte extraordinaria del mundo. Mi ciudad, Ras Al Khaimah, se encuentra en los Emiratos Árabes Unidos. Es extraordinario porque está situada cerca de la punta de la península árabe, y cinco años atrás el Sheikh que gobernaba donó un terreno para el edificio de una iglesia evangélica aquí. Sin embargo, la iglesia que ha sido plantada aquí es ordinaria. Afortunadamente, lo que marca nuestra iglesia es lo que marcaría cualquier iglesia fiel en cualquier parte del mundo.

Así que si has llegado a este artículo buscando una técnica nueva o consejos sobre cómo desarrollar y fortalecer tu marca, serás decepcionado. Debido a que la iglesia es la demostración de la sabiduría de Dios, debemos tener cuidado de que nuestra labor al perseguir el crecimiento y la salud no se derive de la sabiduría del hombre sino de la de Dios. Los fines centrados en Dios son cumplidos a través de medios dados por Dios. Por lo tanto, plantador de iglesia, antes de hacer cualquier cosa, debes priorizar tres cosas: paciencia, oración y predicación.

PACIENCIA

Entre todas las imágenes que encontramos en las Escrituras para la obra del ministerio, un principio común es la necesidad de paciencia en la obra del reino. Piensa en el granjero sembrando su semilla (Marcos 4:14; Santiago 5:7). Desde el inicio, los cristianos siempre han sido conocidos como personas que esperan, como muchos de nuestros padres «conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra» (Hebreos 11:13). Servimos al Dios que ve el final desde el principio, que alcanza una gloria particular al tomar lo que parece pequeño e insignificante para el mundo y lentamente lo hace convertirse en algo asombroso, que sólo puede ser explicado por su poder (Zacarías 4:10; Mateo 13:31-32). Entre otras cosas, el drama de la historia de la redención definitivamente probará que Dios fue increíblemente paciente con sus criaturas y su gran obra de salvación.

Mientras pensamos en la plantación de iglesia, debemos rehusarnos a movernos rápidamente cuando nuestro Dios es complacido que lo hagamos lentamente. Aunque pueda no encajar con el espíritu de la época de nuestra cultura y tiempo, confiamos profundamente en que un cambio que perdura, que está fundamentado en el evangelio no sucede de la noche a la mañana. Sí, nuestro Dios concede avances y avivamientos, pero para esos momentos ser genuinos y duraderos, deben suceder bajo los términos y maneras de Dios.  

La paciencia pastoral demanda que obremos por fe, confiando en que Dios sabe como difundir y proteger el evangelio mejor que nosotros. Por ejemplo, cuando un pastor amigo mío comenzó a trabajar en su nueva iglesia, la congregación no estaba aún preparada para recibir la enseñanza bíblica sobre los ancianos. Y en lugar de apresurar a la iglesia hacia lo que «necesitaban» ser, él esperó pacientemente, ¡durante diez años! Él sabía que sería equivocado dividir la iglesia por este asunto, así fue dirigiendo a través de la enseñanza y la oración hasta que la iglesia estuvo preparada. Ahora esa iglesia está prosperando bajo su liderazgo y llevando mucho fruto. Plantadores de iglesias, denle prioridad a la paciencia.

ORACIÓN

Charles Spurgeon, llamó popularmente la reunión de oración de la iglesia «la casa de poder de la iglesia». Si es bueno para la iglesia, entonces es bueno para el plantador de iglesia. De todos los buenos esfuerzos que los apóstoles se otorgaron a sí mismos durante la iglesia primitiva ̶ «cuando los discípulos aumentaban en número» y cuando había un conflicto entre los helenistas y los hebreos sobre el descuido de las viudas ̶ ¿qué hicieron ellos? Ellos se dedicaron a «la oración y al ministerio de la Palabra» (Hechos 6:1, 4). La oración era esencial para la elección de los primeros diáconos (Hechos 6:6), el evangelismo (Hechos 4:31), la liberación de Pedro de la cárcel (Hechos 12:5, 12), la fortaleza en medio del sufrimiento y la prisión (Hechos 16:25), la salud de la iglesia de Éfeso y sus líderes (Hechos 20:36), y todo el trabajo de Dios para el avance del evangelio.

Si tu visión de plantar una iglesia no incluye un compromiso con la oración pública y privada, entonces tu visión necesita corrección. Cuando algo nuevo y vanguardista es valorado sobre la sabiduría de los tiempos, nos sometemos sutilmente a la astucia humana y por tanto disminuimos nuestra necesidad desesperada de orar por el poder de Dios. Si nuestros esfuerzos por plantar iglesias no son atendidos por una oración firme, disciplinada y privada, entonces ¿qué motivo tenemos para pensar que nuestras iglesias alcanzarán más allá de nuestra generación y generaciones futuras?

El problema con confiar demasiado en las técnicas de plantación de iglesias o marcas o métodos que tienen sentido en un momento cultural en particular, es que nuestro momento cultural muy pronto pasará y dará lugar a otro. Así que, si has plantado tu iglesia mientras confías en toda la sabiduría que el momento cultural actual puede darte, entiende que está propenso a desvanecerse con el pasar del tiempo. Considera en lugar de eso como agrada a Dios exponer la sabiduría del mundo en su necedad (1 Corintios 3:19). Invisible para el mundo, un compromiso firme con la oración es visto por nuestro Dios quien se complace no sólo en escuchar sino en actuar.

PREDICACIÓN

Mientras el apóstol Pablo languidecía en una prisión romana esperando ser ejecutado por el estado, él tuvo que considerar cuidadosamente qué consejo debería darle a Timoteo sobre el futuro de la iglesia. Todo el consejo que él pudo haber dado, podía sorprendernos que se redujo en la predicación: «que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo» (2 Timoteo 4:2). Pablo depositó el futuro de la joven, emergente y aún novata iglesia en la proclamación de la Palabra de Dios.

Conforme piensas en la plantación de iglesias, ¿sería evidente que eres totalmente dependiente de la Palabra para edificar la iglesia? La verdadera iglesia es edificada a través de la Palabra de Dios correctamente predicada. Si eso no es lo que primeramente está construyendo tu plantación de iglesia, entonces puede que quieras preguntarte si realmente estás realmente plantando una iglesia.

Desde el principio hasta el final, las Escrituras muestran claramente que Dios recibe una gloria particular cuando es obvio que su Palabra está creando y reuniendo un pueblo. Darle tiempo y atención a la predicación deja ver claramente donde está enfocada la iglesia. Y como una congregación se sienta bajo la palabra predicada, es una declaración el hecho de que en medio de un mundo opuesto a Dios esta Palabra necesita ser escuchada, y nosotros necesitamos humillarnos ante ella. Gozosa y cuidadosamente, nosotros nos sometemos a Palabra de Dios revelada para conocerla  y darla a conocer. Así que, plantadores de iglesias, prioricen la predicación sabiendo que al hacerlo se entregan ustedes mismos a los medios bíblicamente seguros que Dios mismo ha prometido bendecir con el pasar del tiempo.

CONCLUSIÓN

Durante los últimos cuatro años y medio, he trabajado para plantar una iglesia bíblica en una parte del mundo que necesita desesperadamente un testimonio del evangelio. Y aunque es un lugar extraordinario para plantar una iglesia, la labor de plantarla ha sido muy ordinaria. A pesar de que la iglesia debe siempre estar reformándose, la reforma se convierte en algo loco cuando la sabiduría revelada de las Escrituras ha sido marginada para dar lugar a la última sabiduría pragmática.

Así que, plantadores de iglesias, mientras pacientemente esperan: «predicar y orar, amar y permanecer», encontrarán que su iglesia ha sido plantada en terreno fértil para que llevar un fruto bueno y duradero.