Clases esenciales: Explicando el Cristianismo

Explicando el Cristianismo – Clase 1: Jesús, el Hijo de Dios

Por CHBC

Capitol Hill Baptist Church (CHBC) es una iglesia bautista en Washington, D.C., Estados Unidos
Artículo
27.04.2017

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Clase esencial
Explicando el Cristianismo
Clase 1: Jesús, el Hijo de Dios


Introducción

¿Qué piensas cuando oyes la palabra «Cristianismo»? ¿Qué crees que pasa por las mentes de tus compañeros y vecinos al escuchar esta palabra?

  • Entre las percepciones más comunes de jóvenes no cristianos sobre el Cristianismo Americano, se encuentran que es prejuicioso (87%), hipócrita (85%), fuera de moda (78%) y muy envuelto en la política (75%).
  • El Cristianismo NO es un sistema filosófico como el Budismo; un código moral como el Islam; o un conjunto de rituales como algunas iglesias supuestamente cristianas se presentan a sí mismas.
  • El Cristianismo, como su nombre indica, tiene a Jesucristo como base. Por tanto, cualquier estudio reflexivo y profundo del Cristianismo debe comenzar con la persona de Jesucristo.

¿Cómo aprendemos acerca de Jesús?  

  • Bibliotecas y búsquedas bajo el nombre de «Jesús», sin embargo, la gran cantidad de textos sería abrumadora.
  • Librerías cristianas, pero incluso allí las opciones pueden ser agobiantes, y en ambos casos, en el mejor, obtienes la interpretación de alguien que está escribiendo miles de años después de su muerte.

Eso no significa que todas estas obras son inútiles, pero cualquier buen historiador te dirá que si quieres conocer fielmente a una figura histórica, debes ir a las fuentes originales.

  • Grandes historiadores romanos del primer siglo.
  • Historiadores judíos aristocráticos que también escribieron aproximadamente durante el mismo período.
  • Textos antiguos que mencionan a Jesús y a los primeros cristianos.

Pero ninguno de estos hombres fue testigo o tuvo acceso a aquellos que fueron testigos de Jesús de primera mano. Un mejor enfoque sería leer lo que los testigos presenciales tenían que decir acerca de Jesús. Seguramente ellos tendrían la mayor comprensión y detalle de su vida y ministerio. Para ello, nos dirigimos a las cuatro biografías que tenemos de su vida y ministerio: los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Este estudio se centra en el segundo evangelio en la Biblia, el Evangelio de Marcos.

Hemos elegido Marcos porque fue el primer Evangelio escrito, y es el más claro y el más conciso.

Los eruditos bíblicos están de acuerdo en que este evangelio fue escrito por Juan Marcos, o solo Marcos, como lo indica el nombre del libro.

Era contemporáneo del apóstol Pedro, que fue uno de los 12 discípulos originales de Jesús y un líder importante en la iglesia cristiana primitiva.

El contenido del libro se basa sobre todo en las enseñanzas y testimonios de Pedro sobre la vida de Jesús.

Resumen del curso (Parte posterior del folleto)

Nota: Aunque estamos llevando a cabo este estudio en una iglesia bautista, este estudio no es la versión «bautista» del Cristianismo. Durante las próximas seis semanas, vamos a estudiar las bases de lo que significa ser un cristiano de acuerdo a lo que se enseña en la Biblia.

1. Esta semana vamos a considerar la persona de Jesucristo y su identidad.

2. Su muerte en la cruz, por qué murió y lo que logró esa muerte.

3. La resurrección de Cristo.

4. Lo que significa ser cristiano – La afirmación de Cristo de que una relación correcta con Dios NO es algo que podemos lograr por nuestra cuenta, sólo se encuentra por gracia mediante la fe en él.

5. Lo que significa arrepentirse del pecado y venir a Cristo.

6. Considerar lo que significa tener fe y confianza en Cristo.

Contexto y trasfondo bíblico

Hasta ese momento en la historia, Dios había hablado a través de profetas como Isaías, Moisés y mediante grandes milagros como el diluvio y el éxodo.

Durante los últimos 400 años Dios había permanecido en silencio. El pueblo todavía tenía su Palabra en el Antiguo Testamento, que eran los escritos de la ley ya dada, y a los profetas que ya habían hablado, pero ninguna nueva revelación había sido dada por 400 años.

El pueblo elegido de Dios, Israel, esperaba la venida del Mesías.

La mayoría creyó que el Mesías sería un rey político que vendría a rescatar a los judíos de los romanos, que estaban en el poder sobre la nación judía. La mayoría ignoró los pasajes mesiánicos del Antiguo Testamento que hablaban del sufrimiento del siervo.

Así que, con 400 años de silencio y un pueblo que espera con ansias un Mesías, Jesús entra en escena.

 La autoridad de Jesús

Pasaremos el resto de la clase leyendo algunos pasajes de la Biblia. Voy a pedir voluntarios para leer los pasajes. Mientras leemos, piensa en lo que nos enseña el texto sobre las áreas que están bajo la autoridad de Jesús. Después de la mayoría de los pasajes, preguntaré cuáles son tus opiniones sobre este asunto.

Por favor, abre tu Biblia en el libro de Marcos.

La autoridad de Jesús – LEE Marcos 1:1

P: ¿Qué significa en este pasaje el término «evangelio»?

Evangelio significa «buenas noticias», así que, en otras palabras, Marcos nos presenta «[la buena noticia] acerca de Jesucristo, el Hijo de Dios».

Marcos es claro desde el principio que la vida y el ministerio de Jesús son buenas noticias para nosotros, de hecho, él considera que es la mejor noticia que el mundo escuchará jamás.

El pasaje utiliza el término «Hijo de Dios», para lo cual hay un par de implicaciones:

En primer lugar, sencillo: La Biblia enseña que Jesús es Dios

También, en el antiguo Cercano Oriente la frase habría sido utilizada como un título de realeza y autoridad.

Lo que vemos hoy en día, sin embargo, es que Jesús no pretende ser sólo un rey ordinario, que gobernó un país, sino que portaba una autoridad única– la autoridad de Dios, su padre, y así, él vino a la tierra como el rey legítimo sobre toda la creación.

LEE Marcos 1:21-28 (Maestro, espíritus malignos)

P: ¿Qué nos enseña este pasaje acerca de sobre qué Jesús tiene autoridad?

La autoridad de Jesús como maestro

En este pasaje vemos que la autoridad de Cristo se refleja en su enseñanza. Las personas son claramente sorprendidas por el estilo de la enseñanza de Jesús. El versículo 22 dice, «Y se admiraban de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas».

En aquellos días era común que los rabinos y maestros judíos leyeran los rollos del Antiguo Testamento, y luego citaran los trabajos de eruditos anteriores como una explicación del texto. Los métodos de Jesús fueron una salida aguda de este método.

En lugar de citar a otros rabinos y maestros judíos, él a menudo comenzaba a enseñar diciendo: «Yo os digo… » o «De cierto os digo…» dando a entender que él tenía autoridad individual, y que él se consideraba la fuente de esa autoridad.

Él reveló un conocimiento y una visión tan profunda que dejó a sus oyentes «admirados» preguntando quién era, y dónde había recibido tal conocimiento y autoridad evidentes. La pregunta lógica que hacían sus oyentes y que nosotros debemos preguntar es, si esta autoridad no provenía de los expertos, de la élite religiosa,  entonces, ¿de dónde venía y cómo vamos a responder a esta enseñanza?

La autoridad de Jesús sobre los espíritus malignos

Además de su poderosa enseñanza, Jesús mostraba a menudo su autoridad realizando milagros. En este caso, expulsa un demonio de un hombre poseído.

Una breve observación sobre los milagros

Los Evangelios registran varios relatos de milagros. Sin embargo, Jesucristo no era fundamentalmente un hacedor de milagros. Los milagros lo llevan a uno a maravillarse, pero no necesariamente nos llevan a creer. Jesús vino con un mensaje diferente que predicar. La función principal de los milagros era validar la autoridad de este mensaje. También pretendían revelar el carácter divino de Jesús como el Hijo de Dios, y enseñar a otros acerca de la autoridad milagrosa que poseía como el Hijo de Dios – y en este ejemplo, su autoridad existía incluso sobre reinos demoníacos.

Observa la respuesta del espíritu inmundo. Mira el versículo 24, «¿qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Sé quién eres, el Santo de Dios». Nota que el espíritu inmundo reconoce a Jesús por su nombre y con precisión se refiere a él como «el Santo de Dios». No es sorprendente que las personas a la que Jesús vino a predicar no lo reconocían  y en este punto estaban ciegos a su verdadera identidad; sin embargo, los espíritus malignos sabían exactamente quién era él y temían su simple presencia.

¿Por qué? ¿Por qué tal reacción de los demonios? Porque Jesús no es simplemente un maestro. Él es el «Santo de Dios». Estos espíritus demoníacos, que claramente exhibían poder sobre la gente, reconocen su impotencia ante Jesús. Ellos entendieron que él tenía la autoridad para juzgarlos y destruirlos.

LEE Marcos 2:1-12 (Perdón, enfermedad)

P: ¿Qué nos enseña este pasaje acerca de sobre qué Jesús tiene autoridad?

La autoridad de Jesús para perdonar pecados

En este pasaje, Jesús afirma ser capaz de perdonar los pecados. Esto es notable que él lo diga, como lo hace en el versículo 5, «Hijo, tus pecados te son perdonados».

Para entender lo que Jesús está diciendo y afirmando en este pasaje, tenemos que entender lo que es el pecado. La audiencia original de Marcos sabía lo que era el pecado desde muy temprana edad. Pero en la cultura actual la palabra es escasamente utilizada y generalmente mal entendida.

Definición de pecado: P: ¿Qué es exactamente el pecado? La Biblia y Jesús mencionan al pecado extensivamente y afirman que es un grave problema.

En pocas palabras, el pecado es una actitud de rebelión contra Dios en pensamiento, palabra o acción. Se trata de una falta de conformidad con y una transgresión de la ley moral de Dios. No hacemos las cosas que deberíamos hacer y hacemos las cosas que no debemos hacer. Hacemos lo que nosotros queremos, en lugar de lo que Dios quiere.

Comparando nuestro pecado con la santidad de Dios y no con las obras de otros (Ro. 3:23)

El pecado no es simplemente un fracaso de vivir a la altura de tu potencial, sino que es una violación profundamente personal y un atentado contra la santidad de Dios y la pureza perfecta de su ley moral. La Biblia dice que el SEÑOR es santo, y que él exige que su pueblo sea santo como él. Nuestras obligaciones como seres creados a imagen de Dios son reflejar su gloria y santidad. Pero, si somos honestos con nosotros mismos sabemos que todos estamos destituidos de la gloria de Dios. Aunque, como seres humanos pecadores todos somos unos maestros en fabricar excusas por nosotros. Podemos decir, «no soy peor que mis vecinos, de hecho, soy mucho mejor, no bebo, no juro, no engaño a mi esposa. Y si yo no puedo ser salvo, pobre de aquellos que son peor que yo. Si yo no puedo entrar en el reino de los cielos, entonces, ¿Quién puede? Pero el hecho es que cuando dejamos de compararnos con los demás y empezamos a compararnos con Dios, todos somos pecadores. Odiamos, codiciamos, somos movidos por la lujuria, somos egoístas, todos hemos pecado y estamos destituidos de la gloria de Dios. Y sabemos que esto es cierto. La sociedad lo ha convertido en una verdad «popular» cuando decimos, «errar es de humanos», o «nadie es perfecto».

Dios odia y castiga el pecado

Muy bien, todos somos pecadores, es cierto. Pero ¿por qué el Cristianismo considera al pecado un problema tan grave? El pecado es un problema porque la Biblia es clara en que Dios odia y castiga el pecado de todos. Al principio de la Biblia, en Génesis 2, leemos cómo Adán eligió su propio camino en lugar del Señor, al comer del árbol del conocimiento. El Señor dijo: «De todo árbol del huerto podrás comer, mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás». Adán y su esposa Eva, no respetaron el mandato de Dios y el Señor justamente les castigó con muerte como dijo que lo haría. Nuestro Dios amoroso, cuidadoso y justo debe odiar y castigar el pecado porque él es «bueno», y los que se le oponen son inherentemente «malos».

Por un lado, esto realmente nos da bienestar. Como sociedad creamos leyes para proteger a los inocentes y castigar los males. Como seres humanos buscamos la justicia y damos castigos a quienes violen la ley, por lo que no debería sorprendernos que Dios castigue el pecado, ¡una violación de su ley! Considera el asesinato premeditado de inocentes. Si Dios fuera indiferente, si él no castigara el pecado, claramente no diríamos que es un Dios amoroso y justo.

Sin embargo, al mismo tiempo, el odio y el castigo del pecado por Dios debería crear gran malestar en nosotros. Porque entendemos que nosotros, por nuestros propios pecados, también estamos bajo el juicio de Dios. Y si Dios por su naturaleza santa no puede tener ninguna comunión con el pecado, entonces, tampoco puede tener ninguna comunión con nosotros.

Repito, el pecado es una actitud de rebelión contra Dios en pensamiento, palabra o acción. Se trata de una falta de conformidad con y una transgresión de la ley moral de Dios. Y el pecado es algo de lo que todos somos culpables.

Así que, volviendo a nuestro pasaje, en los versículos 6 y 7, ¿Cómo respondieron los líderes judíos a la afirmación de Jesús de perdonar pecados? Los líderes religiosos de la época, vieron correctamente este «perdón» como una afirmación de ser igual a Dios, sólo Dios tenía la autoridad para perdonar los pecados. Entonces, al decir que él tiene esa misma autoridad, Jesús en efecto, está diciendo que él es Dios. No es de extrañar que quieran a algún tipo de prueba.

La autoridad de Jesús sobre la enfermedad

¿Qué prueba ofrece él? ¡Él milagrosamente sana al paralítico! Él reconoce que las personas no entienden o creen completamente en su autoridad para perdonar pecados (v.10), por lo que, él la demuestra a través de un milagro. El milagro sirve como un medio para validar su afirmación anterior acerca de que, en realidad, él tiene la autoridad y el poder para perdonar el pecado.

¿De qué manera el milagro hace esto? Bueno, no podemos ver pecados siendo perdonados, pero sí podemos ver si el paralítico se levanta de su lecho. Jesús utiliza este milagro para demostrar que Dios el Padre le ha dado poder. Establecer esto, prepara el camino para que la gente crea que Dios también le ha dado a Jesús el poder de perdonar los pecados. El punto es, si Jesús puede hacer esto, tenemos que tomar en serio su afirmación de que él puede hacer lo otro.

La Biblia registra 43 milagros de sanidad de Jesús sobre, enfermos, ciegos, cojos e incluso leprosos. Estos milagros autentican su mensaje y autoridad única. Y lo hacen en particular debido a la forma en que Jesús sana. ¿Cómo es sanado el hombre? ¿Acaso Jesús saca un bisturí o busca en su bolsillo alguna medicina? Vemos que el hombre es sanado por la palabra de Jesús y sólo por su palabra.

Jesús dice en el versículo 11, «Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa». Jesús simplemente habla y se hace. ¡Increíble! Nuestras palabras por sí solas no pueden hacer nada. Sin embargo, su palabra es eficaz. Las simples expresiones de su boca tienen poder absoluto y autoridad para ordenar una acción. Este poder es una reminiscencia del poder de su padre. En Génesis 1 se lee que, «Dios dijo: Hágase la luz», y fue la luz. «Dios dijo: hagamos al hombre a nuestra imagen», y se hizo.

Jesús nos muestra nuestra necesidad más grande.

Mientras pensamos en estas demostraciones de autoridad sobre la enfermedad y el pecado, es interesante notar la primera respuesta de Jesús al paralítico. Cuando el paralítico es bajado, el deseo es que sea curado físicamente. El hombre y sus amigos o familiares entienden que esta es su necesidad más acuciante. Sin embargo, al ver su fe, Jesús no lo sana físicamente, sino espiritualmente, afirmando que sus pecados son perdonados. En efecto, Jesús está diciendo que hay algo más importante que tu salud física, esto es, el problema de tu pecado y la necesidad de perdón. Jesús nos está diciendo en este pasaje que nuestros deseos más profundos a menudo no coinciden con nuestras más profundas necesidades.

LEE Marcos 4:35-41 (Naturaleza)

P: ¿Qué nos enseña este pasaje acerca de sobre qué Jesús tiene autoridad?

Después de enseñar en Capernaum (donde Jesús echó fuera al espíritu maligno del hombre poseído), él y sus discípulos están atrapados en una terrible tormenta al cruzar el Mar de Galilea. Los discípulos, temiendo por sus vidas, despiertan a Jesús en una situación de pánico y lo acusan de no preocuparse por si todos ellos se ahogaban. Jesús calma la tormenta con sólo su palabra, y reprende a sus discípulos por no tener fe. Aterrorizados y asombrados, los discípulos preguntan en el versículo 41, «¿Quién es éste, que aun el viento y el mar le obedecen?». El Antiguo Testamento está lleno de relatos de Dios controlando la naturaleza, pero nunca un ser humano. Por lo que no es de extrañar la respuesta de los discípulos. La Biblia contiene otros relatos de la autoridad de Jesús sobre la naturaleza como cuando camina sobre el agua, cuando alimenta a los 5.000 con unos pocos panes y peces, cuando convierte el agua en vino y seca la higuera.

LEE Marcos 5:21-24, 35-43 (Muerte)

P: ¿Qué nos enseña este pasaje acerca de sobre qué Jesús tiene autoridad?

En el capítulo 5 vemos que Jesús también tiene dominio sobre la muerte. Leemos de Jairo, un gobernante de la sinagoga, venir a Jesús para que sane a su hija enferma. Mientras hablaba con Jesús, le dijeron que su hija había muerto. Haciendo caso omiso de la noticia, Jesús le dice a Jairo en el versículo 36, «No temas, cree solamente». Luego entra en la habitación y restaura a la chica de vuelta a la vida. Todo el mundo sabe que la chica está muerta, y sin embargo, sólo pronunciando una palabra, le devuelve la vida.

Incluso con nuestra avanzada tecnología médica, esto va más allá de nosotros. Sólo Dios habla y la vida llega a ser. Y ésta no es la única vez que Jesús ejerció esta autoridad. Jesús realiza milagros similares al hijo de la viuda de Nain, que puedes leer en Lucas 7 y a Lázaro, que puedes leer en Juan 11.

REPASO: Así que, esta es la imagen que nuestro estudio ha mostrado hasta ahora… Jesús ha entrado en la creación de Dios con toda la autoridad de Dios como Hijo de Dios, el rey del mundo. No hay ninguna parte de la creación, animada, inanimada, humana o espiritual, sobre la cual Jesús no tenga autoridad. Como Dios en forma humana, él también perdona pecados. Sin embargo, hay un área más de la autoridad de Jesús que tenemos que considerar.

LEE Marcos 1:16-20 (Personas)

P: ¿Qué nos enseña este pasaje acerca de sobre qué Jesús tiene autoridad?

En estos versículos vemos que Jesús ordenó a los hombres que le siguieran. Ten en cuenta la inmediatez con la que lo hicieron. Sin demora, aquellos a quienes llamó vinieron a él, dejando notablemente el trabajo y la familia para hacerlo. Si te sientas y piensas en ello por un momento, este es realmente un versículo importante. En un mundo sin seguro de desempleo o seguridad social, el llamado a dejar sus redes y seguirle tenía grandes y radicales implicaciones.

Como el Hijo de Dios, Jesús hace esta misma afirmación sobre tu vida y la mía. Él llama a gente común como nosotros para ir y seguirle. Él llama a las personas a someterse a su autoridad y seguir sus mandamientos. También tenemos que reconocer que someterse a la autoridad de Jesús no es simplemente reconocerlo como el Hijo de Dios, incluso los espíritus malignos sabían quién era. Pero Jesús no sólo quiere que lo reconozcamos, sino que lo sigamos y lo obedezcamos a él y a su enseñanza.

Debemos preguntarnos, ¿seguiremos a Jesús, o no?

Resumen

Jesús tiene gran autoridad como maestro y sobre la enfermedad, sobre la naturaleza, sobre los espíritus malignos y sobre la muerte. Él tiene autoridad para perdonar pecados, y él tiene autoridad sobre la gente como tú y yo. Él es el maestro supremo en el mundo de Dios.

Afirma ser divino. Él es el Hijo de Dios y profesa la divinidad como el hijo único de Dios. Su divinidad es validada por los hechos milagrosos que realiza.

Al igual que los cuatro hombres que consideramos en nuestro último pasaje, tenemos una respuesta que dar. Debemos tomar una decisión acerca de quién es él, y si le vamos a seguir.

Así que, ¿Qué vas a hacer con este Jesús?

Muchas veces cuando le preguntas a alguien ¿Quién es Jesús? Su respuesta es… Él era un buen maestro, o es un ejemplo que debemos seguir y emular. C.S. Lewis explica porque esto es lo único que no debemos decir: «Aquí, estoy tratando de evitar que alguien diga realmente la cosa más tonta que la gente a menudo dice acerca de él: ‘No tengo problema en aceptar a Jesús como un gran maestro moral, pero no acepto su afirmación de ser Dios’. Esa es la única cosa que no debemos decir. Un hombre, que fue simplemente un hombre y que dijo las cosas que Jesús dijo, no pudo haber sido un gran maestro moral. Habría sido, o un lunático – al mismo nivel del hombre que se dice ser un huevo escalfado – o de lo contrario sería el Demonio del infierno. Debes hacer tu elección. Este hombre, o era, y es, el Hijo de Dios: o de lo contrario un loco, o algo peor. Puedes descartarlo como loco, puedes escupirlo y matarlo como a un demonio; o puedes caer a sus pies y llamarle Señor y Dios. Pero no vengamos con ninguna tontería condescendiente acerca de que fue un gran maestro humano. Él no nos dejó esa salida. No era su intención».

Podemos pasar por alto a Jesús, simplemente no pensar en él, pero eso no hace que desaparezcan sus afirmaciones. Podemos jactarnos de que nunca existió, a pesar de que tenemos más evidencia histórica para la existencia de Cristo que de la gran mayoría de las figuras de la antigüedad. O como señala C.S. Lewis, podemos rechazarlo como un mentiroso, o descartarlo como un loco. O podemos aceptarle y servirle como Señor. Esas son nuestras cinco opciones para la pregunta. O sencillamente, ¿seguiremos a Jesús o no? Cómo respondemos a esta pregunta es la pregunta fundamental detrás del Cristianismo.

Así que, si pensamos en el Cristianismo como un taburete de tres patas, hemos cubierto el primer concepto fundamental. El primer pilar. Traza. Jesús, el Hijo de Dios.

Tarea – Lee Marcos 1-5

Fuentes

John Stott, Cristianismo Básico, Capítulo 2, «Las pretensiones de Cristo»

John Stott, Cristianismo Básico, Capítulo 3, «El carácter de Cristo»

Josh McDowell, Más que un carpintero, Capítulo 1, «¿Qué hace a Jesús tan diferente?»